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ACTUALIDAD<br />
Aminatou Haidar<br />
“Lucho por existir”<br />
La política exterior del Ejecutivo español mira hacia el Sáhara – español hasta un reciente 1976 – como si fuera la<br />
gran piedra de su zapato. Incómoda. Puntiaguda. La huelga de hambre de la activista saharui Aminatou Haidar,<br />
expulsada por Marruecos el 14 de noviembre, lo ha hecho evidente. El Sáhara vive un drama humanitario. ¿Dónde<br />
está la responsabilidad de España? Aminatou nos lo cuenta, sentada sobre una alfombra en la terminal de salidas de<br />
Guacimeta: “Ha llegado el momento de que el Gobierno español asuma la responsabilidad jurídica, histórica y moral<br />
hacia el pueblo saharaui”. Al cierre de esta edición, la activista seguía en huelga de hambre. Luchando por existir.<br />
Por M. J. Tabar Fotografías de Guillermo Rodríguez y M.J.T.<br />
3 Aminatou Haidar,<br />
en su octavo día de<br />
huelga de hambre,<br />
en el aeropuerto de<br />
Lanzarote. Durmió<br />
en la cochera de las<br />
guaguas<br />
La activista saharui Aminatou Haidar fue deportada el pasado<br />
14 de noviembre por no reconocer su nacionalidad marroquí<br />
ante las autoridades del reino alauí. Unos documentos internos<br />
de la agencia de viajes El Sahariano Travel - difundidos a la<br />
prensa por la Plataforma Saharui de Apoyo a Aminatou - pusieron<br />
al descubierto que la expulsión no fue un hecho casual,<br />
sino premeditado. La Administración marroquí hizo tres reservas<br />
de avión a nombre de Haidar, antes de que la protagonista<br />
de esta historia llegara a Marruecos, tras recibir un premio de<br />
la Fundación Kennedy. Esta actuación corroboraría el endurecimiento<br />
de la política marroquí contra los denominados<br />
disidentes.<br />
Mientras la activista saharui Aminatou Haidar (Akka Centre,<br />
1966) cumplía su octavo día en huelga de hambre, reivindicando<br />
su regreso a El Aaiún y una nueva violación de sus<br />
libertades básicas, España se limitaba a ofrecerle un nuevo estatus<br />
como refugiada, y paradójicamente se ocupaba de resolver<br />
urgentemente lo que se tuvo a bien considerar un “conflicto<br />
diplomático”: que la Armada inglesa disparase en Gibraltar<br />
contra una boya con los colores de la bandera española. Al cierre<br />
de esta edición, Haidar comenzaba su tercera semana de huelga<br />
de hambre. En este periodo de tiempo, ha rechazado todas las<br />
ofertas de ayuda de España: recibir el estatus de refugiada (sólo<br />
podría ir a El Aaiún un determinado periodo de tiempo), recibir<br />
un pasaporte marroquí nuevo y r ecibir la nacionalidad española<br />
(sólo así, el Estado español intervendría en el conflicto). Su salud<br />
empeora y su voluntad de seguir en huelga de hambre es firme.<br />
No protesta – dice – porque hayan atacado su dignidad; sino porque<br />
están ensuciando la de todo un pueblo al que le queda poca<br />
esperanza de existencia pacífica si la Administración marroquí<br />
sale indemne de este episodio.<br />
24<br />
<strong>diciembre</strong> 2009