24.11.2014 Views

Leer el primer capítulo - Quelibroleo

Leer el primer capítulo - Quelibroleo

Leer el primer capítulo - Quelibroleo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

EL CUADERNO DE MAYA © 2011, ISABEL ALLENDE 12<br />

El pueblo, fundado por los españoles en l567, es de los más<br />

antiguos d<strong>el</strong> archipiélago y cuenta con dos mil habitantes, pero no sé<br />

dónde estaban, porque se veían más gallinas y ovejas que humanos.<br />

Esperé a Manu<strong>el</strong> un rato largo, sentada en las gradas de una iglesia<br />

pintada de blanco y azul, en compañía d<strong>el</strong> Fákin y observada desde<br />

cierta distancia por cuatro chiquillos silenciosos y serios. De él sólo<br />

sabía que fue amigo de mi abu<strong>el</strong>a y no se habían visto desde la década<br />

de los setenta, pero se habían mantenido en contacto esporádico,<br />

<strong>primer</strong>o por carta, como se usaba en la pre‐historia, y luego por correo<br />

<strong>el</strong>ectrónico.<br />

Manu<strong>el</strong> Arias apareció finalmente y me reconoció por la<br />

descripción que mi Nini le había dado por t<strong>el</strong>éfono. ¿Qué le diría? Que<br />

soy un ob<strong>el</strong>isco de p<strong>el</strong>os pintados en cuatro colores primarios y con una<br />

argolla en la nariz. Me tendió la mano y me recorrió de una rápida<br />

mirada, evaluando los rastros de barniz azul en mis uñas mordidas, los<br />

vaqueros roñosos y las botas de comandante pintadas con spray rosado,<br />

que conseguí en una tienda d<strong>el</strong> Ejército de Salvación cuando era<br />

mendiga.<br />

‐Soy Manu<strong>el</strong> Arias, – se presentó <strong>el</strong> hombre, en inglés.<br />

‐Hola. Me persiguen <strong>el</strong> FBI, la Interpol y una mafia criminal de Las<br />

Vegas – le anuncié a boca de jarro, para evitar malentendidos.<br />

‐Enhorabuena – dijo.<br />

‐No he matado a nadie y, francamente, no creo que se den la<br />

molestia de venir a buscarme al culo d<strong>el</strong> mundo.<br />

‐Gracias.<br />

‐Perdona, no quise insultar a tu país, hombre. En realidad esto es<br />

bien bonito, mucho verde y mucha agua, ¡pero hay que ver lo lejos que<br />

está!<br />

‐¿De qué?<br />

‐De California, de la civilización, d<strong>el</strong> resto mundo. Mi Nini no me<br />

dijo que haría frío.<br />

‐Es verano – me informó.<br />

‐¡Verano en enero, dónde se ha visto!<br />

‐En <strong>el</strong> hemisferio sur – replicó secamente.<br />

Mala cosa, pensé, este sujeto carece de sentido d<strong>el</strong> humor. Me<br />

invito a tomar té, mientras esperábamos a un camión que le traía un<br />

refrigerador y debía haber llegado tres horas antes. Entramos a una casa<br />

marcada por un trapo blanco enarbolado en un palo, como una bandera<br />

de rendición, señal de que allí se vendía pan fresco. Había cuatro mesas<br />

www.megustaleer.com<br />

(c) Random House Mondadori, S. A.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!