ASOCIA 18 - Centro de Estudios Garrigues

NO TE LO PUEDES PERDER
escrita en chino por la amable recepcionista
del hotel, pero al presentársela
al taxista este tampoco la entiende:
gesticula, te mira y cuando ves
que no arranca el coche y no está dispuesto
a moverse, caes en la cuenta
de que no sabe leer.
3. Recurrimos a la localización del destino
en el plano: pero puede que tampoco
lo entienda, debido a lo anterior.
4. Si has sido listo y, en tu afán por saber
chino, le has preguntado a la recepcionista
del hotel cómo se pronuncia
la dirección, puedes transmitírselo al
taxista directamente. Lo que puede
La Ciudad Prohibida ▲
▲ Pagoda Blanca Beihai Park
pasar es que si no tienes muy buen
oído tampoco se ponga en marcha, o
bien entienda cualquier otra cosa…
Es este caso, recurre al plano y con
un poco de suerte lo conseguirás,
eso sí, siempre sonriendo.
En taxi podemos movernos por toda la
cuidad y sus alrededores. Otro de los
destinos a donde llegaremos con nuestro
taxi puede ser la Gran Muralla. No
está lejos de Pekín: a unos 40 km,
dependiendo de la “puerta de la muralla”
que elijas. En los hoteles ofrecen
también excursiones y otros tours por la
ciudad.
También dispones de otros medios de
transporte, como los trolebuses o el
metro. Pero, dado que mi conocimiento
del idioma no era lo suficientemente
bueno para entender las paraditas, o
descifrar qué dice la voz que suena por
los pasillos del metro (se supone anunciando
las estaciones), optamos por el
taxi. Un último apunte respecto a los
taxis: ojo con el taxímetro. Los taxis son
muy baratos: la bajada de bandera
suele ser 1 yen (10 céntimos de euro) y
por un trayecto de unos 15 minutos el
precio suele estar entre 8 y 10 yenes
(entre 0,8 o 1 euro). Pero ten cuidado y
fíjate siempre en que el taxi lleve taxímetro.
Si no, estarás a merced del “ojo” del
taxista… que siempre es más del doble
del precio legal.
Si seguimos contando curiosidades, no
puedo dejar de comentaros el tema de
la comida. Como supondréis, casi
todos (por no decir todos) los restaurantes
son chinos. Son fáciles de detectar
ya que en la fachada aparecen distintos
ornamentos típicos (farolillos rojos, leones
dorados…), esos que todos hemos
visto en los restaurantes chinos de
nuestras cuidades.
Una vez localizado el restaurante, toca
pedir la comida. En ningún restaurante
(por lo menos en los que estuve) hablan
inglés. Con suerte, en la carta te puedes
encontrar los platos traducidos, pero no
es de demasiada ayuda. Siempre puedes
recurrir a las fotografías de los platos,
a señalar el plato de la mesa de al lado, al
lenguaje de los signos o incluso a la escenificación…
Lo dejo a vuestra elección.
Eso sí, olvidaros de los cubiertos: en
muchos sitios solo dispones de los palillos;
en otros sitios desconozco si hay o
no cubiertos, porque claro, ¿cómo le
pides un tenedor o un cuchillo a un chino
que no habla inglés y mucho menos
español? No os preocupéis, comer con
palillos no es difícil. Aprenderéis por pura
necesidad de supervivencia… De todas
formas, siempre podréis ir a restaurantes
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