01.12.2014 Views

liahona-agosto-2014

liahona-agosto-2014

liahona-agosto-2014

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

En forma similar al<br />

efecto de las corrientes<br />

marinas, la influencia<br />

divina de Dios<br />

puede guiarnos hacia<br />

el plan que Él tiene<br />

para nuestra vida.<br />

“ESTABLÉZCANSE<br />

EN ESTA TIERRA<br />

como si [fuera por] muchos años”<br />

Por Dennis C. Gaunt<br />

Como muchos otros niños, yo<br />

soñaba con lo que llegaría a<br />

ser cuando creciera; estaba<br />

convencido de que iba a ser bombero<br />

en la luna y, en mi mentalidad de niño<br />

de cinco años, no había ninguna otra<br />

posibilidad para mi vida futura. Me<br />

imagino que la mayoría de nosotros<br />

tuvimos, en la infancia, sueños de lo<br />

que iba a ser nuestra vida al hacernos<br />

mayores; pero también sospecho que,<br />

en algún momento, casi todos hemos<br />

mirado hacia atrás y exclamado:<br />

“¡Esto no es lo que pensé que iba a<br />

suceder!”.<br />

Hay dos pasajes de las Escrituras<br />

que nos ayudan a mantener nuestra<br />

vida en perspectiva. El primero:<br />

“Porque mis pensamientos no<br />

son vuestros pensamientos, ni<br />

vuestros caminos mis caminos,<br />

dice Jehová.<br />

“Como son más altos los cielos que<br />

la tierra, así son mis caminos más altos<br />

que vuestros caminos, y mis pensamientos<br />

más que vuestros pensamientos”<br />

(Isaías 55:8–9).<br />

El segundo: “[Dios] no hace nada a<br />

menos que sea para el beneficio del<br />

mundo; porque él ama al mundo”<br />

(2 Nefi 26:24).<br />

Esos versículos nos enseñan<br />

que todo lo que el Padre Celestial<br />

hace es, en última instancia, para<br />

nuestro beneficio, aun cuando no<br />

entendamos el porqué; y puesto<br />

que los pensamientos y los caminos<br />

de Dios son más elevados que los<br />

nuestros, es preciso que elevemos<br />

nuestra vida para estar más en<br />

armonía con el plan que Él tiene<br />

para nosotros.<br />

Haciéndonos preguntas<br />

mientras andamos errantes<br />

A veces hablamos de los hijos de<br />

Israel que anduvieron errantes por el<br />

desierto durante cuarenta años antes<br />

de que se les permitiera entrar en<br />

la tierra prometida. Cuando debían<br />

detenerse, se ponía sobre el tabernáculo<br />

una nube o un pilar de fuego,<br />

y cuando se movía, el campamento<br />

lo seguía (véase Números 9:15–18,<br />

21–23). Me imagino que también<br />

habrán pasado cuarenta años haciéndose<br />

preguntas en el desierto,<br />

preguntándose cuándo iniciarían la<br />

marcha, cuándo y dónde se detendrían<br />

y cuándo llegarían por fin a la<br />

tierra prometida.<br />

Esa historia tiene gran simbolismo:<br />

Al andar cada uno de nosotros a<br />

través de nuestro propio desierto<br />

terrenal, deseamos llegar a esa “tierra<br />

prometida” que es vivir con Dios eternamente.<br />

Él nos ha prometido conducirnos<br />

allí. No obstante, mientras que<br />

cada persona debe recorrer la misma<br />

ruta —ser obediente, arrepentirse, recibir<br />

las ordenanzas del sacerdocio y<br />

FOTOGRAFÍA DEL BOMBERO POR PHOTODISC/GETTY IMAGES/THINKSTOCK; FOTOGRAFÍA DEL PAISAJE LUNAR POR HKEITA/GETTY IMAGES/THINKSTOCK.<br />

42 Liahona

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!