liahona-agosto-2014
liahona-agosto-2014
liahona-agosto-2014
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
HASTA LA PRÓXIMA<br />
REEMPLAZAR MI<br />
TEMOR CON FE<br />
Por Katherine Nelson<br />
Cuando me vio, mi mejor amiga supo de<br />
inmediato que ocurría algo. “Rompimos la<br />
relación”, le dije en voz baja. Yo llegaba a casa<br />
después de una larga conversación con el joven<br />
con el que había estado saliendo. Aunque nos<br />
entristecía separarnos, los dos estuvimos de<br />
acuerdo en que era lo correcto para nosotros.<br />
Pero al pasar las semanas, me comencé a<br />
sentir insegura en cuanto a mi decisión. ¿Y si<br />
nunca encontraba a alguien con quien salir y<br />
no me casaba? ¿Habría puesto demasiado énfasis<br />
en nuestra incompatibilidad?<br />
Me sentía tan sola e insegura que incluso<br />
consideré ver si él estaría dispuesto a darle otra<br />
oportunidad a nuestra relación. Estaba, como<br />
lo describió el élder Jeffrey R. Holland, del<br />
Quórum de los Doce Apóstoles, “[descontenta]<br />
con las circunstancias presentes y [tenía] sólo<br />
visiones sombrías del futuro” 1 .<br />
Una noche, unas semanas después de terminar<br />
la relación, estaba leyendo en cuanto a la<br />
resurrección del Salvador. El evangelio de Lucas<br />
relata que al tercer día, después de que hubieron<br />
puesto al Salvador en el sepulcro, algunas<br />
fieles seguidoras fueron a ungir Su cuerpo con<br />
especias. Sin embargo, encontraron que la<br />
piedra que cubría la tumba se había quitado y<br />
el cuerpo no estaba. Entonces, dos ángeles se<br />
les aparecieron y les dijeron: “¿Por qué buscáis<br />
¿Y si nunca<br />
encontraba a alguien<br />
con quien<br />
salir y no me<br />
casaba?<br />
entre los muertos al que vive? No está aquí,<br />
sino que ha resucitado” (Lucas 24:5–6).<br />
De pronto, la pregunta de los ángeles me<br />
impactó con mucha fuerza. Nunca había pensado<br />
en cómo se debieron haber sentido quienes<br />
visitaron la tumba de Jesús al darse cuenta<br />
de que estaban buscando al Salvador en el<br />
lugar equivocado. Nunca había pensado en el<br />
desafío que debió haber sido para ellas creer<br />
que Jesús había dejado atrás la corrupción<br />
de la tumba y se había levantado en gloria.<br />
La Escritura hablaba de una gentil reprimenda.<br />
Me di cuenta de que, como las seguidoras<br />
del Salvador, yo estaba buscando<br />
consuelo en el lugar equivocado. El sumirme<br />
en el pasado y “anhelar el ayer en vano” 2 no<br />
me estaban consolando ni motivando a actuar<br />
de manera productiva. Me di cuenta de que<br />
debía dejar de buscar en la tumba de experiencias<br />
pasadas; debía remplazar mi temor con fe,<br />
y confiar en que el Salvador podía crear vida<br />
de las experiencias de mi pasado.<br />
Pienso en ese pasaje a menudo cuando me<br />
encuentro arrepintiéndome de decisiones que<br />
he tomado, o al desear regresar a momentos<br />
del pasado. Gracias al Salvador, podemos<br />
volver a empezar. Gracias al Salvador, podemos<br />
“mirar atrás para reclamar las brasas de<br />
las experiencias brillantes, pero no las cenizas”<br />
sabiendo que “debemos aprender del pasado,<br />
pero no vivir en él” 3 . En lugar de perder el<br />
tiempo con remordimiento, podemos mirar<br />
hacia el futuro con fe. ◼<br />
La autora vive en Utah, EE. UU.<br />
NOTAS<br />
1. Jeffrey R. Holland, “Remember Lot’s Wife”, (devocional<br />
en la Universidad Brigham Young, 13 de enero<br />
de 2009), pág. 3; speeches.byu.edu.<br />
2. Jeffrey R. Holland, “Remember Lot’s Wife”, pág. 2.<br />
3. Jeffrey R. Holland, “Remember Lot’s Wife”, pág. 2.<br />
80 Liahona