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Crónicas de las Comunidades
ABRIL
28
JUNIO
Móstoles
Común denominador, las obras
En abril no hubo obras, pero la vida de la
Comunidad y de la Parroquia estuvieron ya
condicionadas por la inminencia de éstas.
Los miembros de la Comunidad culminaron las
reuniones de preparación del proyecto y poco a
poco fueron haciéndose a la idea de que tenían
que abandonar las habitaciones y, lo que era más
preocupante, mover muebles, armarios, camas,
mesas, estanterías, libros, ropa, pertenencias
personales, biblioteca de la Comunidad, cocina,
comedor… También fue tiempo para visitar con
asiduidad los contenedores de las calles del
entorno. Allí fueron a parar ese conjunto de cosas
inútiles que se van acumulando, a lo largo del
tiempo, con la tenue esperanza de que “algún día
pueden servir para algo”.
También la Parroquia sintió, poco a poco, la
cercanía de la reforma. En abril se finalizaron,
este año, la mayoría de las actividades y
reuniones de los grupos. Se hizo
progresivamente, según las características y la
voluntad de cada grupo. Algunas actividades
resistieron hasta los primeros días de mayo. Pero,
a medida que el trasiego de enseres fue
haciéndose más persistente y ocupando los
ambientes del sótano, hasta los más empeñosos,
abandonaron el campo de trabajo. También en
abril se realizaron, en fecha adelantada, las
Primeras Comuniones. Ciento doce niños se
acercaron a la mesa eucarística. Lo hicieron en
cinco tandas a lo largo de tres sábados. Como
siempre, asistimos a la convivencia de la ilusión,
la emoción y el misterio, junto con la tiranía de lo
superficial, de lo frívolo y hasta del esperpento.
Algunos detalles de las obras
El complejo parroquial anda por los treinta y
cinco años. El P. Matías, gran conocedor de esta
casa, repetía con frecuencia que “fue hecha en
tiempos malos”. Quien haya vivido en ella
suscribirá, sin duda, la apreciación del sanabrés.
Hoy, con la perspectiva del tiempo pasado, se
constata que los materiales fueron malos. Eso sí,
hay que reconocer que es amplia, tiene buena
distribución de ambientes y es cómoda en su
conjunto.
El P. José Mª informa de las obras de la vivienda al P. Arsenio y a Fr. Adolfo
La reforma alcanza a todo el Complejo
Parroquial: casa, templo, sótanos y algo de obra
nueva, se han programado intervenciones de
mejora en muy diversas áreas.
La casa o residencia de la Comunidad es la que
necesita más trabajo en pisos, sistemas de agua,
luz, comunicaciones, tejados, ventanas, terrazas,
calefacción, aire acondicionado… Lo más
preocupante son las viguetas del piso de las
habitaciones que han cedido… No variará mucho
la distribución de ambientes, si bien la capilla de
la Comunidad y algunos espacios del sótano
sufren cambios y mejoras evidentes.
El trabajo empezó (a primeros de mayo) por la
casa y su sótano. Van muy avanzado. Se han
derribado las paredes y levantado los pisos. Se han
reforzado las viguetas cedidas, con técnicas
novedosas. Estamos a la espera de que retiren la
uralita del tejado. En este momento, final de
junio, está terminado el refuerzo de las viguetas;
va muy avanzada la división de ambientes, con
pradur. Trabajan a buen ritmo los equipos de
electricidad, de aire acondicionado, de distribución
de agua corriente y de calefacción. Paralelamente,
se han ajustado los pedidos de mobiliario y
equipamiento a los proveedores. Esperamos
retornar a las habitaciones a finales de julio.
La reforma en el templo parroquial afectará,
principalmente, al tejado, que presenta dos
deficiencias importantes: es de uralita y tiene
poco potencial de aislamiento. También el sistema
de aire (calefacción y refrigeración) sufrirá
cambios para lograr más eficiencia y menor gasto.
El cambio más novedoso es la segregación de un
ambiente para capilla, lo que se logrará con la
división del templo por una vidriera. Desde la
capilla se podrá oír la misa celebrada en la parte
principal. También se prevé la remodelación del
presbiterio y su frontal para darle más
luminosidad y vida arquitectónica. Las obras no