Revista: Chispas No.16 - conafe.edu.mx
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También relataba este<br />
aristócrata europeo, que<br />
la mayor parte de los varones<br />
y las mujeres que habitaban<br />
en los pueblos de<br />
los indios mayas, gustaban<br />
de caminar con los pies<br />
descalzos por los caminos, y<br />
que llevaban en las manos sus<br />
sandalias para usarlas exclusivamente<br />
en las ciudades. Federico<br />
de Waldeck explicaba que quizás debido<br />
a esa costumbre adquirían una gran<br />
destreza con los pies. Las mujeres no se agachaban<br />
nunca para recoger cualquier cosa que haya<br />
caído al suelo, sino que con los dedos del pie levantaban<br />
el fruto, pedazo de leña y hasta una moneda, y que eso hacían<br />
aún si llevaban una cesta llena sobre la cabeza. Este explorador<br />
europeo contaba que había visto a hombres que así cogían piedras<br />
y las lanzaban con increíble destreza.<br />
Ése y otros curiosos relatos de los indios mayas que habitaban<br />
en la península de Yucatán en el primer tercio del siglo XIX aparecen<br />
publicados en: Waldeck, Federico de (1996), Viaje pintoresco y<br />
arqueológico a la provincia de Yucatán, 1834 y 1836. (Mirada Viajera).<br />
México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.<br />
Es fácil imaginar que los lectores del libro de Waldeck pusieron<br />
una gran cara de ¿juaaat… al enterarse de las curiosas costumbres<br />
de los indios mayas yucatecos, y espero lector que tú también pongas<br />
igual expresión de asombro cuando leas esta colaboración en la<br />
revista <strong>Chispas</strong> para encender ideas, porque en lo que a mí corresponde<br />
francamente me pareció muy divertido el relato de Waldeck.<br />
Imagínate a toda la gente observando con atención el diálogo entre<br />
dos jóvenes y de pronto la chica levanta la cabeza y empieza a reírse<br />
del galán para anunciarle que rechaza sus intenciones de ligar. Además,<br />
no pude evitar otra cara de ¿juaaat… al imaginar a los mayas<br />
por los caminos yucatecos utilizando los dedos de los pies como si<br />
fueran un segundo juego de manos.<br />
Veamos ahora si un poco de información logra cambiar nuestra<br />
cara de ¿juaaat… por otra de ¡aaahhhh!, es decir de comprensión<br />
acerca del por qué un europeo como Waldeck viajó a Yucatán y publicó<br />
un libro con relatos tan curiosos.<br />
Primero conozcamos un poco más acerca de Waldeck. De origen<br />
aristócrata, el barón Federico de Waldeck nació en la ciudad de Praga,<br />
hoy capital de la república Checa, en una fecha aún no determinada<br />
y murió en París en 1875 a una edad cercana a los ¡110 años! A<br />
los 19 años ya había navegado por el peligroso Cabo de Buena Esperanza,<br />
al sur del continente africano, en su camino hacia las costas<br />
orientales de África. Después viajó a París y ahí estudió pintura, pero<br />
un buen día se enroló en el ejército francés y partió a la conquista de<br />
Egipto. En el camino huyó de las tropas inglesas y se refugió en<br />
el desierto durante cuatro meses; mientras sus compañeros de<br />
armas morían de hambre y sed, el buen aristócrata sobrevivió<br />
hasta que fue salvado por los portugueses. Llegó nuevamente<br />
a la ciudad de París y ahí se embarcó con el pirata Robert Sourcouf<br />
con quien viajó por los mares de India. Después de sus<br />
aventuras como bandolero del mar, Waldeck navegó a Chile y<br />
Guatemala hacia el año 1822 y en 1826 lo encontramos ya instalado<br />
en México.<br />
En la ciudad de México fundó una empresa que ofrecía espectáculos<br />
de “fantasmagorías”, como se decía entonces a los actos de<br />
magia, y dio clases de pintura. En varias ocasiones recorrió el sures-<br />
11<br />
te mexicano y reunió en su libro una rica colección de<br />
relatos sobre los indios mayas y las riquezas arqueológicas<br />
de la península de Yucatán.<br />
La publicación del libro de Federico de Waldeck<br />
no fue un hecho aislado. A mediados del siglo<br />
XIX estaba en proceso de establecerse el orden<br />
geográfico y político internacional basado en un<br />
colonialismo industrial y comercial, que buscaba<br />
materias primas baratas con qué producir mercancías<br />
industrializadas que tenían gran aceptación<br />
en los grandes centros urbanos de países como<br />
Inglaterra, Francia, los Países Bajos, Estados Unidos<br />
y las ciudades más ricas de lo que posteriormente fue<br />
Italia y Alemania.<br />
En aquellos años, llegaron incontables viajeros a México y especialmente<br />
a lo que entonces se conocía como la provincia de Yucatán,<br />
con los actuales estados de Campeche y Quintana Roo incluidos. Algunos<br />
tenían un genuino interés científico y vinieron a estudiar los<br />
restos arqueológicos de la antigua civilización maya así como las<br />
expresiones culturales de los indios mayas de aquella época. Otros<br />
eran espías de los gobiernos coloniales europeos en busca de riquezas<br />
naturales y posibles movimientos de descontento social que<br />
dieran un pretexto a sus gobiernos para invadir México y construir<br />
un anhelado canal marítimo que conectara los océanos Atlántico y<br />
Pacífico. Otros más fueron simples saqueadores de piezas arqueológicas<br />
provenientes de las zonas maya o azteca.<br />
Federico de Waldeck fue una combinación de esos tres tipos de<br />
viajero. Cuando él vino a nuestro país, México acababa de convertirse<br />
en una república independiente y sus riquezas naturales y posición<br />
estratégica junto a Estados Unidos atraían poderosamente la atención<br />
de Europa. Este viajero, explorador y aventurero visitó nuestro<br />
país en dos ocasiones y al final el gobierno mexicano expropió sus<br />
propiedades, dibujos, escritos y riquezas arqueológicas, y por último<br />
lo expulsó del país por actuar como espía de las potencias europeas.<br />
Waldeck dejó una famosa colección de dibujos sobre varios centros<br />
arqueológicos, especialmente Uxmal, que los arqueólogos han<br />
criticado por ser muy inexactos. En cuanto a sus descripciones de<br />
las costumbres de los indios mayas, no sabemos si son ciertas o<br />
fueron un invento suyo. Sus relatos y dibujos le ganaron una gran<br />
popularidad entre las clases más acaudaladas de aquella época y<br />
con seguridad logró obtener buenas ganancias por la venta de su<br />
libro, que es un clásico de la literatura de viajeros.<br />
No sé si estés de acuerdo conmigo lector, pero después de haber<br />
analizado la información sobre la vida de este escritor aventurero<br />
y la época en que vivió me resulta más fácil comprender y gozar su<br />
escritura. Si logré cambiar tu cara de ¿Juaaat por otra de agradable<br />
sorpresa ante el descubrimiento y comprensión más a fondo de la<br />
escritura de Federico de Waldeck, entonces te invito a escribir tu opinión<br />
sobre este escritor y sus relatos asombrosos.<br />
Envíanos tus escritos y también solicítanos información y apoyo<br />
sobre cómo ser un mejor lector y escritor de textos a la siguiente<br />
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