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trabajos de esta escue<strong>la</strong>. Ello no significa que <strong>la</strong>s<br />

capacidades biológicas no sean prerrequisitos de<br />

<strong>la</strong> <strong>sexual</strong>idad humana, significa simplemente que<br />

ésta no pu<strong>ed</strong>e comprenderse en términos puramente<br />

biológicos. Los cuerpos y los cerebros son<br />

necesarios para <strong>la</strong>s culturas humanas, pero ningún<br />

examen de estos pu<strong>ed</strong>e explicar <strong>la</strong> naturaleza<br />

y vari<strong>ed</strong>ad de los sistemas sociales. El hambre del<br />

estómago no proporciona indicios que expliquen<br />

<strong>la</strong>s complejidades de <strong>la</strong> cocina. El cuerpo, el cerebro,<br />

los genitales y el lenguaje son todos necesarios<br />

para <strong>la</strong> <strong>sexual</strong>idad humana, pero no determinan<br />

ni sus contenidos, ni <strong>la</strong>s formas concretas de experimentarlo,<br />

ni sus formas institucionales. Más<br />

aún, nunca encontramos al cuerpo separado de<br />

<strong>la</strong>s m<strong>ed</strong>iaciones que le imponen los significados<br />

culturales. Parafraseando a Levi-Strauss, mi posición<br />

en lo referente a <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción entre biología y <strong>sexual</strong>idad<br />

es un “Kantismo sin libido trascendental”.<br />

El artículo nos p<strong>la</strong>ntea otros pensamientos que<br />

podemos identificar en nuestra cultura y que condicionan<br />

nuestra reflexión sobre <strong>la</strong> <strong>sexual</strong>idad:<br />

• y La negatividad <strong>sexual</strong>: refiere a <strong>la</strong> idea de<br />

que el sexo es esencialmente pecaminoso,<br />

perverso, enfermo e ilícito. Provoca sospecha.<br />

matrimonio entre personas del mismo sexo<br />

podría llevar a otras tantas “perversiones”.<br />

Por último, Rubin identifica <strong>la</strong> creencia de que<br />

existe una única <strong>sexual</strong>idad legítima –coro<strong>la</strong>rio<br />

de todo lo anterior. La vari<strong>ed</strong>ad es tratada como<br />

anomalía –desviación– y no como una expresión<br />

válida de <strong>la</strong> diferencia: el pluralismo, gran<br />

valor en el ámbito político, es percibido como<br />

amenaza en <strong>la</strong> arena <strong>sexual</strong>.<br />

El ejercicio realizado por Rubin pretende contribuir<br />

a que sea posible comenzar a discutir<br />

lo que sería una <strong>sexual</strong>idad democrática. En<br />

este sentido, no es que <strong>la</strong> <strong>sexual</strong>idad deba qu<strong>ed</strong>ar<br />

fuera del ámbito de <strong>la</strong> regu<strong>la</strong>ción –esto es<br />

imposible, según su forma de pensamiento–,<br />

sino que los criterios normativos particu<strong>la</strong>res<br />

que <strong>la</strong> rigen deben transformarse.<br />

Para esta pensadora, “una moralidad democrática<br />

debería juzgar los actos <strong>sexual</strong>es por <strong>la</strong><br />

forma en que se tratan quienes participan en <strong>la</strong><br />

re<strong>la</strong>ción amorosa, por el nivel de consideración<br />

mutua [que se tienen <strong>la</strong>s partes], por <strong>la</strong> presencia<br />

o ausencia de coerción y por <strong>la</strong> cantidad y<br />

calidad de p<strong>la</strong>ceres que aporta”.<br />

• y La fa<strong>la</strong>cia de <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> extraviada: no sólo<br />

se asume que el sexo es malo y peligroso,<br />

sino que tiene una capacidad destructiva<br />

amplia. Se lo percibe como amenaza para<br />

<strong>la</strong>s personas más vulnerables, para el tejido<br />

social, para <strong>la</strong> unidad de <strong>la</strong> familia y hasta<br />

para el Estado.<br />

• y La valoración jerárquica de los actos <strong>sexual</strong>es:<br />

En <strong>la</strong> cultura occidental, existe una jerarquía<br />

de <strong>la</strong>s conductas <strong>sexual</strong>es. En <strong>la</strong> cúspide<br />

de <strong>la</strong> pirámide, se encuentra <strong>la</strong> <strong>sexual</strong>idad<br />

reproductiva entre un hombre y una mujer al<br />

interior de un matrimonio monógamo. Quienes<br />

se encuentren en este supuesto, gozan<br />

de una serie de beneficios jurídicos y sociales<br />

importantes: desde una presunción de normalidad<br />

y de gozo de salud mental, hasta los<br />

derechos que se le atribuyen, por ejemplo,<br />

a <strong>la</strong> institución del matrimonio. Quienes no<br />

se encuentran en este supuesto no sólo no<br />

tienen estos beneficios, sino que aparecen los<br />

perjuicios para quienes son homo<strong>sexual</strong>es,<br />

promiscuos, no procreativos, comerciales y<br />

fuera del matrimonio.<br />

• y La teoría del dominó del peligro <strong>sexual</strong>.<br />

Dada <strong>la</strong> jerarquización de <strong>la</strong> <strong>sexual</strong>idad, existe<br />

una división entre el sexo bueno y el malo.<br />

Si se legitima a uno, se legitima a todos: el<br />

Fotografía: ®UNFPA/Manue<strong>la</strong> Aldabe<br />

MÓDULO 1: La Educación Sexual. Marco conceptual y metodológico<br />

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