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MUNDOS POSIBLES. - Plan Nacional de Lectura - Educ.ar

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niños pequeños.<br />

Incluso en obras poéticas, como La hormiga que canta <strong>de</strong> Laura Devetach.<br />

Otra pista: los vínculos.<br />

Allí está la serie <strong>de</strong> Gastón Ratón y Gastoncito, <strong>de</strong> Nora Hilb, don<strong>de</strong> <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>l<br />

otro se <strong>de</strong>scubre y juega a po<strong>de</strong>r conocer nuevas experiencias.<br />

Y Los viejitos <strong>de</strong> la casa, <strong>de</strong> Iris Rivera, que escon<strong>de</strong> una historia <strong>de</strong> amor ¿entre cuatro<br />

p<strong>ar</strong>e<strong>de</strong>s<br />

Más puntas p<strong>ar</strong>a tir<strong>ar</strong> <strong>de</strong>l ovillo: los sentimientos.<br />

Érase una vez, <strong>de</strong> J. Agustín Goytisolo, autor <strong>de</strong> la canción <strong>de</strong>l lobito bueno y un príncipe<br />

malo ¿por qué y una bruja hermosa… ¿qué tal si remitimos al cuento “Había una<br />

vez una princesa” <strong>de</strong> Graciela Montes y Elena Torres<br />

O también a libros <strong>de</strong> divulgación <strong>ar</strong>tística, <strong>de</strong> la serie Descubriendo a Dalí, que apelando<br />

al talento <strong>de</strong> los autores y lectores, son fuente inagotable <strong>de</strong> alfabetización estética<br />

y educación <strong>de</strong> la sensibilidad.<br />

Libros y más libros. Una puerta que abre laberintos ¿quién no se atreverá a recorrerlos<br />

No como caminos <strong>de</strong> mano única ni cobrando peajes “didactistas”, sino como sen<strong>de</strong>ros<br />

<strong>de</strong> múltiples vericuetos. Transitados por los niños, <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> docentes que<br />

c<strong>ar</strong>a a c<strong>ar</strong>a, intercambian universos y saberes, atravesados por la realidad y el contexto<br />

comp<strong>ar</strong>tidos. En búsqueda amorosa <strong>de</strong> nuevas aventuras lectoras. Siguiendo con<br />

estas i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Paulo Freire, comp<strong>ar</strong>timos el concepto: “La educación es un acto <strong>de</strong> amor,<br />

por tanto, un acto <strong>de</strong> valor.” P<strong>ar</strong>afraseando al gran maestro, d<strong>ar</strong> <strong>de</strong> leer es un acto <strong>de</strong><br />

amor: tenemos el valor, los libros, las herramientas y la responsabilidad <strong>de</strong> facilit<strong>ar</strong>les<br />

a nuestros niños y niñas estos mundos posibles.<br />

El di<strong>ar</strong>io <strong>ar</strong>tesanal <strong>de</strong> lecturas 42<br />

Una posibilidad p<strong>ar</strong>a document<strong>ar</strong> y reflexion<strong>ar</strong> acerca <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong> lectores<br />

Cada lector constituye una historia p<strong>ar</strong>ticul<strong>ar</strong> <strong>de</strong> lectura configurada sutilmente por la<br />

sucesión <strong>de</strong> diversos recorridos, autores, emociones, subjetivida<strong>de</strong>s, impresiones, escenas<br />

<strong>de</strong> lectura que comienzan un día casi imperceptiblemente en la cuna y nos acompañan<br />

durante toda la vida dando sentido a nuestra experiencia, amplitud a nuestro<br />

horizonte y certezas provisorias a nuestras dudas.<br />

Nuestro punto <strong>de</strong> p<strong>ar</strong>tida: lecturas y lectores en singul<strong>ar</strong><br />

Un grupo <strong>de</strong> niños, jóvenes o adultos leyendo literatura conforman una escena única<br />

e irrepetible, capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>safi<strong>ar</strong> las rutinas y los estereotipos <strong>de</strong> la vida cotidiana. El<br />

hog<strong>ar</strong>, la escuela y las bibliotecas <strong>de</strong>berían ser espacios privilegiados p<strong>ar</strong>a que estas<br />

escenas tengan lug<strong>ar</strong>. Pero lleg<strong>ar</strong> a ser lector no es un hecho que ocurre. Cada persona<br />

transita una historia lectora diferente que suele comenz<strong>ar</strong> y <strong>de</strong>venir en el hog<strong>ar</strong>, en la<br />

escuela, en la biblioteca, con amigos, con otra gente <strong>de</strong> la comunidad y que es esperable<br />

que se <strong>de</strong>s<strong>ar</strong>rolle “a fuego lento” a lo l<strong>ar</strong>go <strong>de</strong> toda la vida.<br />

Un lector, al <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> Amado (2003): “es aquel sujeto que construye un vínculo placentero<br />

con los textos, tiene estrategias <strong>de</strong> comprensión basadas en saberes textuales<br />

y pragmáticos, posee competencias culturales que implican la famili<strong>ar</strong>ización con<br />

el objeto libro y sucedáneos tecnológicos, que le permitan form<strong>ar</strong> p<strong>ar</strong>te <strong>de</strong> una comunidad<br />

lectora”. Estas comunida<strong>de</strong>s se construyen mediante prácticas sostenidas por<br />

creencias y representaciones sociales que van constituyendo hacia el interior <strong>de</strong> los<br />

sujetos, unas predisposiciones adquiridas como hábito cultural. Estas comunida<strong>de</strong>s no<br />

son homogéneas ni tienen las mismas posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>ar</strong>roll<strong>ar</strong>se.<br />

Des<strong>de</strong> este m<strong>ar</strong>co, enten<strong>de</strong>mos la lectura liter<strong>ar</strong>ia como una práctica sociocultural compleja,<br />

plural, realizada en un espacio intersubjetivo, conformado históricamente, en el cual<br />

las lectoras y los lectores se acercan y se diferencian a p<strong>ar</strong>tir <strong>de</strong> comportamientos, actitu<strong>de</strong>s<br />

y significados culturales diversos respecto al acto <strong>de</strong> leer. (Ch<strong>ar</strong>tier: 1993, 1999)<br />

Po<strong>de</strong>mos reconocer una gran v<strong>ar</strong>iedad <strong>de</strong> lecturas y propósitos lectores. Leer literatura<br />

especialmente abre la mirada a otros mundos posibles, seduce, incentiva a tom<strong>ar</strong><br />

la palabra y perfila nuevos horizontes p<strong>ar</strong>a p<strong>ar</strong>ticip<strong>ar</strong> y construir una sociedad más justa.<br />

Cuando hablamos <strong>de</strong> literatura infantil y juvenil, proponemos una reconsi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong><br />

este campo abierto y fronterizo que integra un conjunto <strong>de</strong> discursos estéticos escritos<br />

p<strong>ar</strong>a niños y jóvenes, como así también <strong>de</strong> aquellos que no fueron escritos p<strong>ar</strong>a ellos,<br />

pero que han hecho suyos, con la única condición <strong>de</strong> su neces<strong>ar</strong>ia calidad estética.<br />

Des<strong>de</strong> una mirada antropológica, L<strong>ar</strong>rosa (1996) plantea que nuestra i<strong>de</strong>ntidad se<br />

configura y transforma en constante <strong>de</strong>spliegue hacia la otredad <strong>de</strong>l sí mismo, en una<br />

relación enunciativa dialógica y sostiene que es la multiplicidad <strong>de</strong> relatos: “... la que<br />

va construyendo una urdimbre reconocible como propia, pero <strong>de</strong>finible solo en términos<br />

42 Posibles prácticas lectoras, propuestas por Silvia Contín.<br />

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