75 años sin García Lorca, el Poeta fusilado...VIVE EL POETA Agosto ...

de las ejecuciones y escribió: “…aquellos pinos jóvenes
creciendo vigorosos en la soledad, aquellos grandes
plegamientos perpendiculares del barranco por donde
debieron de discurrir antaño los torrentes de la prehistoria,
Sierra Nevada perfilándose majestuosa en el horizonte; y me
dije a mí misma que un lugar como aquel hace vergonzante
toda la pacotilla de mármol y de granito que puebla nuestros
cementerios, y que cabe envidiar a su hermano por haber
comenzado su muerte en aquel paisaje de eternidad”.
En la actualidad hay quienes quieren mantener la tierra
donde está y no remover los esqueletos. Estoy de acuerdo.
Creo que toda excavación, con el propósito de desenterrar
para volver a enterrar "adecuadamente" a los antepasados,
es una falacia. Los cementerios son campo "santo" por una
conveniencia religiosa. Toda la tierra del mundo es santa.
Los esqueletos sacados de las cunetas o de las fosas
comunes, no van a pasar a mejor estado espirtual por se
trasladas a un Cementerio, esto es la cruda realidad de la
razón. Lo que sí veo bien es que se remuevan la Historia,
que se revisen los fusilamientos, que se juzgue para que no
se olviden las atrocidades, y no se vuelba a repetir, como
está haciendo la Memoria Historica.
No voy a entrar en consideraciones politicas de revancha,
sino ser razonables. Todavía quedan intelectuales que
edulcoran o defienden matanzas como las de Granada. No
soy, ni pretendo ser dueño de las mentes y conciencias
ajenas, ni las voy a juzgar, porque pienso que los hechos y
actos deben de juzgados por los lectores, quizas engañados
por el "merchandising" y el morbo histórico que algunos
avispados editores explotan.
En el Hotel donde antes estuvo la residencia de los
Rosales, se precian en su propaganda de ser el lugar donde
"Lorca pasó sus últimos días". También en un restaurante
que hay en la tristemente célebre carretera a Alfacar se
sirven "lorquianitos" y "brochetas lorquianas".
“Como es natural, la familia se negó, entendiendo que
Federico era testigo -eso quiere decir la palabra mártir- de la
represión colectiva y que en cierto modo su nombre y su
fama protegía a los miles de víctimas, anónimas pero unidas
por un destino común, y que su presencia allí obligaba a
recordar un episodio que el poder quería desnaturalizar,
borrando su carácter político.” [21] .
Triste es ver que a día de hoy aquel oscuro gobernador civil
responsable de la muerte del genio de Fuente Vaqueros, José
Valdés, tenga una calle en su honor en el pueblo granadino
de Churriana de la Vega. (Revista electrónica Poética
VersOados 2003-2005). La casa de Luis Rosales, donde