La Lucha contra el Zarismo - Indymedia Argentina
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ción y la desesperación en las aldeas. Después d<strong>el</strong><br />
desplazamiento de las fuerzas sociales operando<br />
en los campos por la expropiación de los dominios,<br />
<strong>el</strong> interés de los campesinos los lleva a defender<br />
<strong>el</strong> poder de los soviets; <strong>el</strong> arresto de los<br />
agitadores socialistas revolucionarios o monárquicos,<br />
decididos los unos a explotar en los campos<br />
su pasada popularidad y los otros a especular con<br />
<strong>el</strong> espíritu r<strong>el</strong>igioso, suprimió una fuente de confusiones.<br />
<strong>La</strong> represión es un arma eficaz en manos de una<br />
clase enérgica, conciente de lo que quiere y que<br />
sirve a los intereses de la inmensa mayoría. En manos<br />
de una aristocracia degenerada, cuyos privilegios<br />
constituyen un obstáculo al desarrollo económico<br />
de la sociedad, es históricamente ineficaz. No<br />
lo disimulemos más: a una burguesía fuerte en los<br />
períodos decisivos, le puede prestar casi los mismos<br />
servicios que al proletariado durante la guerra<br />
civil.<br />
<strong>La</strong> represión es eficaz cuando va en <strong>el</strong> sentido<br />
d<strong>el</strong> desarrollo histórico; es, en fin de cuentas, impotente<br />
cuando va <strong>contra</strong> <strong>el</strong> sentido d<strong>el</strong> desarrollo<br />
histórico.<br />
11) CONCIENCIA DEL RIESGO Y CONCIENCIA<br />
DEL FIN.<br />
En veinte ocasiones, tanto durante lo más intenso<br />
de la guerra civil como antes de la toma d<strong>el</strong> poder,<br />
Lenin se dedicó a restablecer las teorías de<br />
Marx sobre la desaparición d<strong>el</strong> Estado y sobre la<br />
abolición final de la violencia en la sociedad comunista.<br />
Una de las razones que invoca para preconizar<br />
la sustitución de la palabra socialdemócrata por<br />
la palabra comunista para designación d<strong>el</strong> partido<br />
bolchevique, es que “<strong>el</strong> término socialdemócrata<br />
es científicamente inexacto. <strong>La</strong> democracia es una<br />
de las formas d<strong>el</strong> Estado. Pero, como marxistas,<br />
estamos <strong>contra</strong> todo Estado” 4 . También recordemos<br />
un artículo que escribió en tiempos difíciles,<br />
en ocasión d<strong>el</strong> primero de mayo (en 1920, nos parece).<br />
El puño de hierro d<strong>el</strong> partido proletario todavía<br />
mantenía <strong>el</strong> comunismo de guerra. El terror rojo<br />
sólo estaba amodorrado. Por encima de ese presente<br />
heroico y terrible, los hombres de la revolución<br />
mantenían los ojos calmadamente fijos en la<br />
meta. Cerrado a todo utopismo, desdeñoso de los<br />
sueños, pero dedicado inquebrantablemente al logro<br />
de los objetivos esenciales de la revolución.<br />
Lenin, jefe indiscutido d<strong>el</strong> primer Estado proletario,<br />
Lenin, <strong>el</strong> animador de una dictadura, evocaba<br />
un futuro en <strong>el</strong> que <strong>el</strong> trabajo y la repartición d<strong>el</strong><br />
producto estarían regidos por <strong>el</strong> principio: “De cada<br />
uno según sus capacidades, a cada uno según sus<br />
necesidades”.<br />
<strong>La</strong> diferencia fundamental entre <strong>el</strong> Estado capitalista<br />
y <strong>el</strong> Estado proletario es esta: <strong>el</strong> Estado de los<br />
trabajadores trabaja para su propia desaparición.<br />
<strong>La</strong> diferencia fundamental entre la violencia-represión<br />
ejercida por la dictadura d<strong>el</strong> proletariado, es<br />
que esta última constituye un arma necesaria de la<br />
clase trabajadora para la abolición de toda violencia.<br />
No se debe olvidar jamás. <strong>La</strong> conciencia de los<br />
fines supremos también es una fuerza.<br />
A fines d<strong>el</strong> siglo anterior se podía alimentar <strong>el</strong><br />
gran sueño de una transformación social idílica.<br />
Generosos espíritus se dedicaron a él, desdeñando<br />
o deformando la ciencia de Marx. Se imaginaban la<br />
revolución social como la expropiación casi indolora<br />
de una ínfima minoría de plutócratas, ¿Por qué<br />
<strong>el</strong> proletariado magnánimo, rompiendo las viejas<br />
espadas y los fusiles modernos, no habría de perdonar<br />
a sus desposeídos explotadores de la víspera<br />
Los últimos ricos se extinguirían pacíficamente,<br />
ociosos, rodeados de un burlón menosprecio.<br />
<strong>La</strong> expropiación de los tesoros acumulados por <strong>el</strong><br />
capitalismo, unida a la reorganización racional de<br />
la producción, le proporcionaría a la sociedad entera,<br />
en su momento, la seguridad y la comodidad.<br />
Todas las ideologías obreras de anteguerra estaban<br />
más o menos penetradas de esas falsas ideas. El<br />
mito radical d<strong>el</strong> progreso las dominaba. Mientras<br />
tanto, los capitalistas perfeccionaban su artillería.<br />
En la II Internacional, un puñado de marxistas revolucionarios<br />
desentrañaban solos las grandes vertientes<br />
d<strong>el</strong> desarrollo histórico. En Francia, en torno<br />
al problema de la violencia proletaria, algunos<br />
sindicalistas revolucionarios veían claro...<br />
Pero <strong>el</strong> capitalismo, en otra época inicuo y cru<strong>el</strong><br />
sin duda, pero creador de riquezas, se convirtió,<br />
en <strong>el</strong> apogeo de su historia, que comienza <strong>el</strong> 2 de<br />
agosto de 1914, en <strong>el</strong> exterminador de su propia<br />
civilización, en <strong>el</strong> exterminador de sus pueblos...<br />
Desarrollando prodigiosamente durante un<br />
siglo de descubrimientos y de labor encarni- 47