comida de lobos. El arroz y la niebla sueltos ... - Alfonso VALLEJO
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A LA luz <strong>de</strong> un farol cordobés,<br />
un día <strong>de</strong> abril, a <strong>la</strong>s doce y quince,<br />
tres mosquitos hab<strong>la</strong>ban <strong>de</strong> sangre y ma<strong>la</strong>ria.<br />
Su conversación silbante y picuda<br />
se disolvía microscópicamente en el aire<br />
brujo y sagaz<br />
<strong>de</strong>l Guadalquivir.<br />
Formaban los tres como un mundo aparte,<br />
irrepetible y único,<br />
como una diminuta piña<br />
<strong>de</strong> específica vida animal.<br />
Los tres llevaban <strong>de</strong>ntro,<br />
incrustados en sus membranas,<br />
virus infinitamente malignos<br />
<strong>de</strong> exquisito lenguaje ribonucleico<br />
y altísima peligrosidad.<br />
Muy cerca, en plena oscuridad,<br />
un vagabundo fumaba astrofísicamente,<br />
mirando al cielo, embelesado,<br />
soñando con imanes y ga<strong>la</strong>xias.<br />
Corrientes subparticu<strong>la</strong>res, agujeros y<br />
explosiones, mundos en formación,<br />
nada escapaba a su evi<strong>de</strong>ncia fantástica,<br />
y se sentía repleto, lleno <strong>de</strong> vida y certeza<br />
cosmológica.<br />
Por eso hab<strong>la</strong>ba consigo y se entendía.<br />
Por eso se creía feliz y respiraba satisfecho<br />
como un astrónomo oriental.<br />
A <strong>la</strong>s doce y veinte sintió una picadura en el cuello.<br />
No se inmutó.<br />
Pero el virus quedó <strong>de</strong>ntro<br />
y empezó a multiplicarse con sintáctica precisión,<br />
copando posiciones celu<strong>la</strong>res c<strong>la</strong>ve,<br />
anu<strong>la</strong>ndo procesos, infiltrando tejidos,<br />
sembrando <strong>de</strong>strucción.