PRIMER LIBRO MASTER

Para estar bien con ellos, primero hay que pensar en ellos y hacer
cosas por ellos. Es como un espejo, cuando muestras amor, el
espejo te devuelve amor, no intentes engañar, una mentira debe ser
tapada por 10 mentiras para tapar una, cien mentiras para tapar
diez, una mentira tras otra no lleva a ninguna parte. Puedes
engañar una vez, pero no más, eso no tiene futuro.
Siempre hay que hacer las cosas de corazón, así todo el mundo te
querrá, tendrás una familia feliz, la gente confiará en tu negocio y
serás una persona honrada y llegarás lejos, pero si no paras de
pensar en ti mismo y no paras de mentir y engañar, la gente no se
te acercará ni te ayudará cuando tengas problemas, el camino del
infierno comenzará cuando muera. Hay gente que no cree en el
infierno pero eso no quiere decir que no exista.
Los ateos no creen en el infierno, pero yo les digo que crean en un
50% que existe y otro 50% que no existe. La Biblia siempre habla
del cielo y del infierno, guste o no existen y están allí. Qué
explicación tiene que unas personas nazcan príncipes y otros
nazcan en países pobres donde mueren de hambre mientras otros
son muy ricos. Esas diferencias son el resultado de la vida pasada,
Dios es justo, cada uno cosecha lo que ha sembrado. Todo lo
negativo de la vida pasada es cosechado en esta vida con mala
suerte. Si en esta vida tiene buena suerte y sale todo perfecto es
porque en la vida pasada ha sembrado cosas positivas, ha ayudado
a la gente y por eso tienes ha cosechado cosas positivas en esta
vida. La gente tiene envidia de los que viven bien, pero todo
depende de lo que ha hecho cada uno. Si en la vida pasada has
hecho el bien, es como si hubiera ahorrado mucho dinero en su vida
anterior para disfrutar de esta vida, si en esta vida tienes mala
suerte lo que tienes que hacer es ayudar a los demás con tu tiempo,
si puedes ayudar a alguien con 1 céntimo, puedes ayudar a alguien
que lo necesite más que tú, 1 céntimo de buen acto equivale a
100.000 de un millonario. Si un millonario da 100.000 y un pobre da
1 céntimo, a los ojos de Dios tiene el mismo valor, es decir, si un
millonario da un 10% de su fortuna, en este caso 100.000 y un
pobre sólo tiene 1000 y da 100, estos 100 equivalen a los 100.000
del millonario. Ante Dios no es la cantidad sino lo que se da de
corazón, sino todos los millonarios irían al cielo y todos los pobres
irían al infierno.
En realidad la mayoría de millonarios van al infierno porque suelen
ser egoístas y sólo piensan en sí mismos y en compartir su riqueza
con su familia. Los pobres suelen ser más comprensivos y siempre
suelen ayudar a otros pobres y por eso van al cielo. Para que todo
vaya bien hay que ayudar a los demás, realmente es hacerlo por uno
mismo, hay que ayudar a los demás porque los demás te devolverán
el favor de corazón, y si se intenta sacar provecho de los demás, es
“pan para hoy y hambre para mañana”, pisan a los demás para
ascender. Hay que hacer cosas por los demás porque te beneficia
directa e indirectamente. Si se miente y engaña a los demás, sólo va
a perjudicarse a sí mismo y los demás sólo esperarán su momento
para vengarse y no es vida estar vigilando sus espaldas
continuamente.