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ISBN: 1885-477X YOUKALI, 11 página 118 UN CLÁSICO, UN REGALO<br />
ejemplo, la excesiva extracción de aguas subterráneas<br />
ha hecho disminuir el nivel de los acuíferos, ocasionando<br />
salinización debido al agua de mar, lo que a su<br />
vez amenaza la viabilidad de la agricultura.<br />
¿Constituye esto una “crisis”<br />
En términos económicos no, si la región importa<br />
agua. De hecho, el agua importada puede insuflar<br />
nueva vida a la agricultura local y al desarrollo industrial,<br />
comercial y residencial. “Agricultura sostenible”<br />
significa una cosa desde una perspectiva biorregional<br />
estricta, y otra si la perspectiva es ampliada para incluir<br />
a otras biorregiones. En este caso particular, el<br />
debate en torno al agua tiene que ver menos con la<br />
“sostenibilidad” del capital agrícola local y de la calidad<br />
del agua, y más con normas de juicio relativas al<br />
tipo de comunidad y de cultura que los habitantes de<br />
la región desean tener: en el caso de Pajaro Valley, por<br />
ejemplo, se trata de escoger entre preservar su actual<br />
sabor mexicano, o abrirlo más a la población trabajadora<br />
de Silicon Valley, al otro lado de la cordillera<br />
litoral.<br />
Si se define “sostener” de estas cuatro maneras, la<br />
respuesta breve a la pregunta “¿es posible el capitalismo<br />
sostenible” es “no”, y la larga es “probablemente<br />
no”. El capitalismo tiende a la autodestrucción y a<br />
la crisis; la economía mundial crea una mayor cantidad<br />
de hambrientos, de pobres y de miserables; no se<br />
puede esperar que las masas de campesinos y trabajadores<br />
soporten la crisis indefinidamente y, como<br />
quiera que se defina la “sostenibilidad”, la naturaleza<br />
está siendo atacada en todas partes.<br />
En este artículo se examina alguna evidencia relativa<br />
al problema del “capitalismo sostenible”, haciendo<br />
énfasis en algunos de los diferentes conceptos de<br />
“sostenibilidad” planteados por los Verdes y por el<br />
sector empresarial. Ofrecemos un breve recuento de<br />
las condiciones de sostenibilidad económica (o de<br />
rentabilidad y acumulación), para discutir enseguida<br />
la “primera” contradicción del capitalismo -o contradicción<br />
“interna”-, y la naturaleza de la acumulación<br />
capitalista, cargada de episodios de crisis y dependiente<br />
de las crisis. A esto se agrega un breve examen<br />
del proceso de formación de una crisis mundial en la<br />
década de 1980, y se plantea que las perspectivas de<br />
una gestión económica global son tan endebles como<br />
las de una regulación ambiental global.<br />
A partir de lo anterior, se aborda otro problema en<br />
apariencia insoluble para el capitalismo: la “segunda”<br />
contradicción, esto es, la reducción de las “ganancias<br />
marginales” generada por la contradicción entre el<br />
capital y la naturaleza (y otras condiciones de producción),<br />
asociada a los efectos económicos adversos<br />
para el capital que surgen del ambientalismo y otros<br />
movimientos sociales. Des-de aquí se discuten las formas<br />
mediante las cuales el capitalismo intenta enfrentar<br />
estas crisis. La capacidad del capital para enfrentar<br />
con éxito tanto la “primera” como la “segunda” contradicción<br />
es limitada, debido a la naturaleza del estado<br />
liberal democrático y del propio capital. Se subraya<br />
lo incierto de las consecuencias políticas -y por tanto<br />
económicas y ecológicas- de una depresión eco-nómica<br />
generalizada. Por último, tras un breve examen<br />
de las condiciones ambientales en los países pobres<br />
(el Sur), se delinean algunas conclusiones sobre las<br />
posibilidades de movimientos ambientalistas sociales<br />
y políticos radicales, o “verdes rojos”. Si bien se plantea<br />
que las perspectivas para alguna clase de “socialismo<br />
ecológico” no son buenas, las de un “capitalismo<br />
sostenible” pueden ser aun más remotas.<br />
La política ambiental y el discurso de la sostenibilidad<br />
La evidencia favorece la idea de que el capitalismo no<br />
es sostenible desde el punto de vista ecológico, a pesar<br />
de la reciente avalancha de charlas sobre “productos<br />
verdes”, “consumo verde”, “forestería selectiva”,<br />
“agricultura baja en insumos” y demás. Du ran te la<br />
campaña por la presidencia de 1992, ninguno de los<br />
tres candidatos principales hizo del “ambiente” un tema<br />
relevante. A partir de la victoria de Bill Clinton, el<br />
nuevo gobierno de los Estados Uni dos ha aceptado<br />
compromisos en temas que van desde el uso de tierras<br />
federales para pastoreo hasta la tala de bosques<br />
antiguos y la lucha contra la contaminación, abandonando<br />
a menudo métodos de con trol de la contaminación<br />
de eficacia ya probada a favor de “soluciones<br />
de mercado”.<br />
Los gobiernos estatales y locales desdeñan el ambiente<br />
en su competencia por atraer capital escaso. En<br />
la legislación federal, se hace más estrecha la definición<br />
de “humedales”, al igual que la de “especies en<br />
peligro”. La salud ocupacional y la preservación de la<br />
seguridad laboral son saboteadas. Se mercantilizan<br />
más los parques nacionales y estatales en la medida<br />
en que los gerentes buscan maneras de obtener beneficios.<br />
Mientras la industria nuclear se encuentra momentáneamente<br />
estancada, algunas industrias de<br />
bienes de capital, como la del papel y la pulpa, han<br />
empezado a instalar tecnologías más limpias; la agricultura<br />
orgánica se ha visto beneficiada por un aumento<br />
del interés de los consumidores en productos<br />
libres de pesticidas; la mayoría de los dirigentes sindicales<br />
se oponen o son indiferentes a las demandas<br />
planteadas por los ambientalistas; y las grandes organizaciones<br />
ambientalistas tradicionales (con dos o tres<br />
notables excepciones) están más dispuestas a comprometer<br />
sus posturas en nombre del “crecimiento<br />
económico”.<br />
En la mayor parte de los países, los partidos verdes<br />
siguen siendo pequeños o comprometen sus posiciones<br />
en la política local o nacional. En Europa, el