número completo - Youkali
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ISBN: 1885-477X YOUKALI, 11 página 42 ARTE(S) - FEMINISMO(S)<br />
NOSOTRAS,<br />
CALLEJERAS DE LA HISTORIA<br />
Y CALLEJERAS DE LA TELEVISION<br />
Sumergidas y empapadas de una y otra calle, ambulantes en una y en otra, las Mujeres Creando nos<br />
hemos convertido en agitadoras callejeras de uno y otro escenario; del escenario público y del escenario<br />
privado; dentro de la pantalla chica y dentro de la casa y fuera de la casa y fuera de la cámara también.<br />
La relación con el espacio de la televisión fue una relación de ocupación.<br />
Con mucho miedo frente a tanto poder aniquilador , intimidadas por los ojos de la cámara, como<br />
quien se mete dentro de un tanque de guerra en marcha, nos metimos dentro de la televisión con nuestros<br />
saberes exclusivamente callejeros y panfletarios de marchas y más marchas.<br />
Nos metimos convencidas que esa es una calle más que ocupar, convencidas que desde esa calle se<br />
amplifica la voz y el grito, se recupera el cuerpo y el color de la piel y se entra en la casa de la vecina<br />
para sentarse a su lado y beberse un momento de encuentro imprescindible.<br />
La primera imagen que lanzamos al aire fuimos nosotras mismas haciendo estallar un pequeño aparato<br />
de televisión contra el piso. Fue apenas un gesto, pero fue un gesto original, creativo, simple, directo,<br />
propio y subversivo. Un gesto que articulaba ambas calles en un mismo sentido, un sentido agitador,<br />
movilizador, intranquilizante, desestabilizador, convocante y rebelde.<br />
A los cientos de graffittis escritos por nosotras en las calles, a las cientos de veces que pintamos “desobediencia<br />
por tu culpa voy a ser feliz”, le sumamos entonces imágenes televisivas directas de la acción<br />
misma de pintar y de la acción misma de vivir:<br />
“mujer ni sumisa, ni devota, libre, linda y loca”,<br />
“ten cuidado con el presente que construyes, debe parecerse al futuro que sueñas” ,<br />
“no tenemos línea, somos puro curvas”.<br />
Los ojos de la cámara tuvieron el poder de convertir la palabra en acción transformadora, filmada, televisada<br />
y entregada a domicilio caliente, oportuna y apetitosa. Filmación que simplifica el gesto creativo<br />
porque lo pone al alcance de la mano. Porque lo desmitifica, lo des‐sacraliza y lo reduce y a su máxima<br />
elementalidad. Elementalidad potente porque es bien común, elementalidad potente porque está en<br />
nuestras manos, elementalidad desde donde increíblemente se puede reinventar el mundo que ha quedado<br />
atrapado en la pantalla chica.<br />
En ese contexto auto‐televisarnos es un esfuerzo urgente y una estrategia de lucha que nos permite tender<br />
un puente entre público y privado, entre la calle y la casa, entre la persona muda, sola y aislada y<br />
las gentes que la convocan a decir su palabra directa, a bailar en las calles, a dormir un sueño vengativo<br />
profundo y sin deudas, a vivir amores sin marido, a vivir y a moverse y desperezarse de su adormecimiento.<br />
Haber tendido este puente convierte nuestra agitación en un círculo que le suma a la palabra la imagen<br />
y a la imagen la acción concreta y a la acción concreta nuevamente la palabra.<br />
Haber consumado esta composición de creatividades nos ha hecho efectivas, nos ha hecho peligrosas,<br />
nos ha hecho masivas y ha convertido nuestra habilidad para desordenar las relaciones sociales<br />
del adentro y del afuera, del arriba y del abajo, del norte y del sur en habilidad presente en la cotidianeidad<br />
de nuestra sociedad. Estamos aquí, en el presente y en el ahora desordenando las jerarquías<br />
sociales, estamos en el presente y en el ahora y al alcance de la mano como realidad concreta,<br />
no como promesa lírica del mañana.