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LA PLATAFORMA MOODLE Y LA EVALUACIÓN DE APRENDIZAJES

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II JORNADAS SOBRE DOCENCIA <strong>DE</strong>L <strong>DE</strong>RECHO Y TECNOLOGÍAS <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> INFORMACIÓN Y <strong>LA</strong><br />

COMUNICACIÓN<br />

<strong>LA</strong> P<strong>LA</strong>TAFORMA <strong>MOODLE</strong> Y <strong>LA</strong> EVALUACIÓN <strong>DE</strong> <strong>APRENDIZAJES</strong><br />

EDUARDO CEBREIROS ÁLVAREZ<br />

Facultad de Derecho, Universidade da Coruña, Profesor Titular de Historia del Derecho y de las Instituciones.<br />

RESUMEN<br />

La comunicación pretende poner de relieve la importancia de la evaluación como un<br />

elemento más del aprendizaje y las enormes posibilidades que abren las nuevas tecnologías<br />

en su desarrollo eficaz. En este sentido, se subraya la necesidad de atender a la evaluación<br />

por competencias y se examina el uso de la plataforma Moodle en su vertiente evaluadora,<br />

concluyendo su mayor utilidad en entornos totalmente virtualizados en detrimento de las<br />

universidades presenciales que emplean conjuntamente el aprendizaje del alumno en el<br />

aula y a distancia mediante plataformas on-line.<br />

PA<strong>LA</strong>BRAS C<strong>LA</strong>VE<br />

Evaluación, competencias, Moodle, enseñanza presencial.<br />

INTRODUCCIÓN<br />

El nuevo Espacio Europeo de Educación Superior se ha convertido, ya, en una<br />

realidad evidente en todo el panorama universitario español. Tras los años de<br />

preparación del gran cambio en la metodología de enseñanza, todas las facultades<br />

se hallan inmersas en los primeros cursos adaptados a las nuevas exigencias. El<br />

horizonte del 2010 parecía lejano cuando comenzamos a discutir y valorar los<br />

cambios, pero finalmente ha llegado con todas sus consecuencias. De los diferentes<br />

aspectos que ha conllevado esta revolución docente, que no han sido pocos, creo<br />

que la idea más relevante ha consistido en situar al alumno en el centro de la<br />

enseñanza y preocuparnos por su aprendizaje. De hecho, la pregunta que desde la<br />

implantación del nuevo modelo me ronda en la cabeza al finalizar cada<br />

cuatrimestre es: ¿Han aprendido mis alumnos Se trata de una cuestión difícil de<br />

responder y para la que, normalmente, nos dejamos guiar por el resultado de la<br />

tarea evaluadora. De este modo, si las calificaciones de nuestros alumnos son altas,<br />

nos damos por satisfechos y consideramos que han aprendido. Por el contrario, si<br />

son bajas o con muchos suspensos, pensamos que su formación y aprendizaje no<br />

han sido suficientes. Sin embargo, cabría plantearse si nuestro sistema de<br />

evaluación ha sido el correcto. De no ser así, nuestras conclusiones pueden resultar<br />

del todo erróneas. Con este planteamiento quiero llegar a una idea clara, la<br />

enorme relevancia que cobra el sistema de evaluación, algo, por cierto, que se


podría predicar, también, en el anterior sistema. Por ello, pensar y reflexionar<br />

sobre evaluación y sus métodos constituye siempre un pilar fundamental en la<br />

tarea que llevamos a cabo como docentes.<br />

Tradicionalmente, la evaluación se hacía descansar únicamente en el<br />

examen de la convocatoria oficial, a veces acompañado de algún parcial liberatorio<br />

o no. En pocas ocasiones se tenía en cuenta alguna otra actividad para evaluar. El<br />

alumno se “jugaba” su nota en un único acto puntual en el que debía demostrar sus<br />

conocimientos de la materia.<br />

El cambio metodológico establecido por el Espacio Europeo de Educación<br />

Superior ha supuesto, también, modificaciones en el sistema de evaluación. La de<br />

carácter continuo ha ganado posiciones poco a poco y el examen ha dejado de ser<br />

el único sistema de evaluación, aunque sigue gozando de gran predicamento. De<br />

hecho, creo que uno de los problemas que se están detectando en la implantación<br />

de los nuevos grados es la existencia de materias con una dinámica de cambio de<br />

metodología docente pero donde la evaluación sigue descansando en un porcentaje<br />

muy elevado en la nota obtenida en el examen. Parece, por lo tanto, que se siguen<br />

esquemas antiguos con modelos nuevos. En todo caso, se haga lo que se haga en<br />

este campo, me parece que un examen o prueba oral o escrita constituye un<br />

importante elemento evaluador pero que debe ser uno más de los mecanismos que<br />

nos ayuden a calificar adecuadamente a nuestros estudiantes. Si la prueba a la que<br />

sometemos a nuestros alumnos se adecua a lo desarrollado a lo largo del curso, los<br />

que lo han seguido con el aprovechamiento requerido no tendrán ningún problema<br />

para superarlo. Además, la existencia de un examen ayuda en gran medida cuando<br />

deseamos comprobar determinados aspectos. De este modo, yo lo utilizo mediante<br />

pequeñas preguntas de cierto desarrollo en el que pretendo valorar el grado de<br />

asimilación de las ideas planteadas en las sesiones magistrales y trabajadas por los<br />

estudiantes a través de diferentes tareas o actividades. En ocasiones, también<br />

busco comprobar el aprendizaje realizado por los alumnos en aquellas partes de la<br />

asignatura que no se han tratado de una forma tan pormenorizada en las<br />

actividades de pequeño grupo.<br />

En los epígrafes que siguen intentaré resaltar la relevancia de la evaluación<br />

y la necesidad de que se centre en competencias, analizaré lo que pueden aportar<br />

las nuevas tecnologías al sistema evaluador y expondré mi propia experiencia en<br />

este sentido llevada a cabo con la plataforma virtual Moodle.<br />

1. <strong>LA</strong> EVALUACIÓN: <strong>DE</strong> CONTENIDOS A COMPETENCIAS.<br />

Para hablar de una docencia de calidad se hace preciso contar con una<br />

evaluación eficaz (Rodríguez Conde 2005: 1). Evaluar bien, ser justos en esta tarea,<br />

puede considerarse una de las actividades más complejas para un docente. Por<br />

ello, convendría tener claros los objetivos que perseguimos con la misma y su<br />

carácter intrínsecamente pedagógico.<br />

Debemos tener en cuenta, además, que esta complejidad de la evaluación<br />

proviene del hecho de que pueda referirse a cuatro aspectos: evaluación del<br />

aprendizaje, evaluación para el aprendizaje, evaluación como aprendizaje y<br />

evaluación desde el aprendizaje (Barberà 2006: 6). La primera atiende al concepto


más tradicional: llegar a valorar los conocimientos y competencias de un alumno.<br />

La segunda considera la finalidad formativa del propio sistema evaluador sobre<br />

todo gracias al potente mecanismo de la retroalimentación bien aprovechada por<br />

profesores y estudiantes. La tercera se centra en el análisis de las prácticas<br />

educativas que realizan los discentes. Por último, la evaluación desde el<br />

aprendizaje permite examinar el conocimiento inicial y la evolución del mismo.<br />

Asimismo, conviene tener presente que existen diferentes clases de<br />

evaluación. Por un lado, se distingue entre la formativa, que analiza el proceso de<br />

aprendizaje, y la sumativa que tiene en cuenta los resultados y que se realiza al<br />

finalizar la tarea de formación. Por otro lado, se diferencia entre la<br />

autoevaluación, llevada a cabo por el propio sujeto que aprende, y la<br />

heteroevaluación en la que intervienen otras personas diferentes al estudiante.<br />

Uno de los elementos que más debería adaptarse al nuevo modelo de<br />

enseñanza universitaria es precisamente el de la evaluación. De hecho, ahora<br />

deberíamos tener en cuenta como dato fundamental lo que ha aprendido el alumno<br />

y no tanto lo que sabe (Delgado 2006: 53). Sin embargo, de mi experiencia en el<br />

mundo académico y de las conversaciones con compañeros de facultad observo que<br />

se trata de un aspecto en el que el profesorado no ha cambiado muchos de sus<br />

hábitos pasados. Es decir, en buena medida, se sigue concibiendo la evaluación<br />

como una tarea desligada del proceso de aprendizaje, que debe analizar sólo los<br />

conceptos o contenidos que saben los alumnos y en la que el examen continúa<br />

siendo la herramienta básica sobre la que sostener la metodología evaluadora.<br />

Sobre el primer aspecto, se ha puesto de relieve la necesidad de concebir la<br />

evaluación como un elemento incluido dentro de la actividad general de formación,<br />

modificando la concepción anterior de considerarla como una actividad final<br />

desligada del aprendizaje ( Brown et alii 2003: 23-25, Delgado 2006: 55). Es más,<br />

para Brown, que pone de relieve la experiencia anglosajona en este campo, una<br />

buena evaluación conlleva una motivación del estudiante y facilita el aprendizaje<br />

(Brown et alii 2003: 24). En cuanto a qué es lo que se evalúa seguimos, al menos en<br />

las facultades de derecho, preocupados únicamente por los contenidos que<br />

adquieren los estudiantes. No seré yo quien los infravalore ni quien señale que no<br />

son importantes, pero considero que ya es el momento de evaluar por<br />

competencias, teniendo en cuenta las destrezas y habilidades de nuestros alumnos.<br />

Esta tarea, al menos como yo la concibo, no va desligada del saber. Se puede<br />

evaluar lo que sabe el alumno de una determinada materia de conocimiento<br />

mediante mecanismos que también nos permitan valorar, por ejemplo, su<br />

liderazgo, su capacidad de trabajar en equipo o de resolver problemas, o nos<br />

pongan de relieve su expresión oral y escrita, es decir acciones orientadas hacia el<br />

proceso de aprendizaje del alumno 1 . Por último, sin rechazar el examen, muy útil,<br />

creo que éste no debe considerarse el único medio de evaluación. Junto a él<br />

existen multitud de actividades que se pueden encargar a los estudiantes y que<br />

deben ser evaluadas: debates, trabajos individuales o en grupo, casos prácticos,<br />

lecturas comentadas, etc. Si cambiamos nuestra forma de enseñar no podemos<br />

seguir manteniendo el examen como única fórmula para superar una materia.<br />

Habrá que establecer una serie de porcentajes, conocidos desde el inicio de curso<br />

1 Para evaluar todo este grupo de competencias que señalo empleo la elaboración y defensa de<br />

trabajos en grupo.


por los alumnos gracias a la guía docente de la asignatura, en los que se señale el<br />

peso de cada uno de los mecanismos de evaluación en la nota final.<br />

Debemos meditar más sobre los métodos de evaluación. Preguntarnos por<br />

qué evaluamos, cómo lo hacemos y cuándo. Sólo así podremos contribuir a<br />

consolidar los cambios de metodología docente. En este sentido, tenemos que<br />

buscar, también en este campo, la innovación, abriendo el abanico de sistemas<br />

evaluadores y adaptándolos a las diferentes actividades que les propongamos a los<br />

estudiantes. Se hace necesario, asimismo, preocuparse por los procesos de<br />

evaluación, es decir, por fomentar la interacción alumno-profesor y conseguir lo<br />

que algunos han llamado un feedback virtual, dejando en un segundo plano tanto<br />

los instrumentos evaluadores como la calificación que reciben los aprendizajes<br />

(Rodríguez Conde 2005: 5-6, Barberà 2006: 10).<br />

La evaluación, por último, tiene una gran importancia porque es vista por los<br />

alumnos como algo esencial –a veces, lamentablemente, lo único importanteexistiendo<br />

un gran porcentaje de ellos preocupados por aprobar y no por aprender.<br />

Esta situación puede favorecer la tarea del docente si aplica estrategias de<br />

evaluación que se dirijan hacia un concreto fin de aprendizaje (Brown et alii 2003:<br />

61-63). No olvidemos que el mero hecho de ser evaluado implica una motivación y<br />

tensión en el estudiante que pueden y deben ser aprovechadas (Barberà 2006: 4).<br />

2. LO VIRTUAL EN <strong>LA</strong>S UNIVERSIDA<strong>DE</strong>S PRESENCIALES.<br />

Podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que la totalidad de las<br />

universidades presenciales de nuestro país cuentan con plataformas virtuales a<br />

disposición de sus estudiantes y profesores. No es el momento de analizar el por<br />

qué de este hecho, sólo constatarlo, afirmando que la mayoría de éstas cumplen la<br />

finalidad de complementar la enseñanza presencial a la que no sustituyen 2 .<br />

Lógicamente, muy distinto es el panorama de las universidades virtuales, como la<br />

UOC, donde todo el proceso enseñanza-aprendizaje se desarrolla en la red<br />

mediante unos materiales docentes adaptados a esta situación y con un sistema<br />

evaluador propio y desarrollado que promueve o anima a que el alumno siga la<br />

evaluación continua (Delgado 2006: 60-65). Las universidades tradicionales han<br />

visto en estas plataformas mecanismos de innovación que no siempre lo son y una<br />

marca con la que adaptarse a las nuevas tecnologías y presentar a la sociedad una<br />

idea de instituciones modernas y en constante evolución.<br />

Por lo que se refiere a las diferentes plataformas empleadas para esta<br />

docencia virtual, cada universidad ha escogido el soporte que le ha parecido más<br />

adecuado, si bien tiende a generalizarse algún software de carácter libre como el<br />

2 La excepción se cumple, cuando menos, en la Universidad Complutense de Madrid, donde desde el<br />

curso 2006-2007 se puede cursar on-line el viejo plan de 1953 de la licenciatura en Derecho y<br />

también desde este curso el nuevo grado en Derecho, vid. sobre el particular:<br />

http://www.ucm.es/centros/cont/descargas/documento18165.pdf


que se encuentra en Moodle 3 y que es el que se emplea en la actualidad en la<br />

Universidad de A Coruña en el llamado “Campus Virtual”.<br />

Además de las ventajas de un material elaborado con código abierto y fruto<br />

del trabajo colaborativo –y por ello en constante cambio y evolución- Moodle<br />

constituye una herramienta muy flexible y de fácil adaptación para cubrir el amplio<br />

abanico de necesidades de un cuerpo docente muy dispar como es el universitario.<br />

Además, la gran cantidad de recursos y actividades que se pueden preparar con<br />

esta herramienta la hacen muy completa. Quizás este hecho también se convierta<br />

en uno de los principales problemas si pretendemos emplear en un curso todas las<br />

potencialidades del software. En este sentido, me parece más positivo ir<br />

aumentando poco a poco las actividades y recursos partiendo, inicialmente, de<br />

aquéllos que nos parezcan más relevantes para nuestra metodología docente.<br />

3. <strong>LA</strong> EVALUACIÓN MEDIANTE TIC: <strong>MOODLE</strong>.<br />

Para comenzar este epígrafe conviene tener en cuenta los cambios que las<br />

nuevas tecnologías han implicado en la evaluación. Así, éstos se refieren a la<br />

evaluación automática, la enciclopédica y la colaborativa (Barberà 2006: 7-9). La<br />

primera es la más generalizada y conocida, puesto que se realiza a través de bases<br />

de datos que contienen bancos de preguntas que se presentan en diferentes<br />

formatos y que producen una rápida corrección de modo automático. La segunda<br />

descansa sobre la idea de trabajos específicos elaborados gracias a los contenidos<br />

que se pueden encontrar en Internet. Por último, la evaluación colaborativa tiene<br />

en cuenta el trabajo realizado con otras personas mediante foros, debates y grupos<br />

de trabajo.<br />

También es necesario conocer que algunos de los males de la evaluación<br />

tradicional se corrigen mediante la llevada a cabo a través de la web. Así, frente a<br />

la evaluación única del alumno, la realizada con nuevas tecnologías permite una<br />

evaluación más global –implicando a profesores, tutores, objetivos, contenidos,<br />

actividades, etc.-. Igualmente, el profesor deja de ser el único evaluador para<br />

presentarse las posibilidades de la autoevaluación o la evaluación entre pares.<br />

Además, dejan de valorarse sólo resultados y conocimientos para tenerse en cuenta<br />

tanto todo el proceso seguido como las actitudes y procedimientos (Fontán 2004:<br />

3).<br />

Una gran ventaja que posee la evaluación a través de Internet es que cuenta<br />

con innumerables fuentes de información para evaluar: resultados de pruebas<br />

objetivas, grado de cumplimiento de las actividades y tareas fijadas, actividad<br />

desarrollada en trabajos en grupo, en foros y debates, el uso y calidad de las webs<br />

que el alumno ha visitado, etc. (Fontán 2004: 6).<br />

Partiendo de la idea de complementariedad que se le otorga a la docencia<br />

virtual en las universidades presenciales, de la que hablaba más arriba,<br />

entenderemos mejor que la evaluación que se pueda llevar a cabo a través de la<br />

plataforma Moodle no abarque la totalidad de la misma, ya que existirán<br />

3 Sobre este proyecto vid. www.moodle.org. El hecho de tratarse, como digo, de un software libre<br />

ha resultado decisivo para su enorme auge y su implantación en buena parte de las universidades<br />

españolas.


mecanismos de valoración del aprendizaje que no se realizan en red, como sucede,<br />

por ejemplo, con la participación activa en las sesiones presenciales o las pruebas<br />

orales o escritas efectuadas en el aula. A lo sumo, la nota obtenida en éstas es<br />

colgada en Moodle empleando éste como tablón de información o noticias. Sin<br />

embargo, en rigor, podríamos llevar a cabo una evaluación completa a través de la<br />

plataforma, puesto que cuestionarios o exámenes se podrían realizar a través de la<br />

misma e, incluso, ser puntuados automáticamente en el caso de que no se trate de<br />

preguntas abiertas.<br />

En mi actividad docente uso la evaluación de Moodle para valorar las<br />

diferentes tareas-actividades que deben realizar los alumnos y que me presentan<br />

exclusivamente a través del Campus Virtual. También recibe calificación la<br />

participación activa y significativa en los debates y foros de discusión que se abren<br />

a lo largo del curso. De este modo, la pestaña de “calificaciones” cuenta con un<br />

campo para rellenar por cada uno de los encargos efectuados a lo largo del<br />

cuatrimestre. El propio programa puede ponderar como se quiera las puntuaciones<br />

y elaborar una calificación final para cada alumno. Éstos conocen con rapidez sus<br />

calificaciones y pueden elaborar estrategias de aprendizaje variadas en función de<br />

los resultados obtenidos. Sin embargo, uno de los inconvenientes del empleo de<br />

esta pestaña de calificaciones proviene de la complejidad de su manejo si se quiere<br />

aprovechar con éxito, por lo que es aconsejable una preparación específica a<br />

través de cursos o tutoriales.<br />

Además, aunque no se trata de una ventaja que se pueda obtener en<br />

exclusiva empleando este software, considero que puede convertirse en un buen<br />

mecanismo para favorecer la autoevaluación del alumno. La preparación de test a<br />

través de herramientas como Hot Potatoes o ExeLearning 4 , que luego son<br />

introducidos en Moodle mediante un scorm o un paquete de contenidos IMS,<br />

permiten al estudiante comprobar su grado de asimilación de conceptos y evaluar<br />

su aprendizaje, pudiendo tomar las medidas oportunas, si es el caso, para corregir<br />

fallos y mejorar. La inmediatez del conocimiento de las respuestas se convierte así<br />

en elemento pedagógico de gran importancia en este sistema de evaluación<br />

automática (Barberà 2006: 7). Asimismo, estos sistemas de prueba objetiva<br />

permiten una gran variedad de tipos de preguntas -verdadero o falso, respuesta<br />

simple, múltiple, puzzles, etc.- una flexibilidad en su diseño o la posibilidad de ir<br />

condicionando el avance en la prueba a la superación de determinadas partes<br />

(García-Beltrán et alii 2006: 5-6).<br />

CONCLUSIONES<br />

Evaluar constituye de por sí una tarea compleja. La nueva metodología<br />

implantada con el EEES conlleva aún una dificultad añadida, puesto que, frente al<br />

sistema tradicional que hacía descansar la evaluación casi sólo en el resultado de<br />

un examen o prueba a elaborar al finalizar el curso, ahora se tiende a poner en<br />

marcha una pluralidad de actividades repartidas a lo largo de todo el cuatrimestre<br />

y que deben ser valoradas de una forma continuada. En este sentido, las nuevas<br />

tecnologías pueden ayudarnos a la hora de aminorar las dificultades y la plataforma<br />

4 Para más información sobre los mismos vid. http://hotpot.uvic.ca y http://exelearning.org/wiki .


Moodle así lo hace. Sin embargo, creo que su utilidad es más relevante en las<br />

universidades virtuales que en las presenciales, donde se combinan ambos<br />

elementos. Esta dualidad complica la elaboración de una evaluación unitaria ya<br />

que, aunque no imposible, se tiende a valorar, por una parte, actividades llevadas<br />

a cabo de forma virtual y, por otra, las realizadas en el aula con los alumnos.<br />

En todo caso, no se puede negar la enorme ayuda que Moodle nos presta a la<br />

hora de gestionar no sólo la evaluación sino toda la actividad docente que llevamos<br />

a cabo, especialmente, cuantos más estudiantes tengamos. De todos modos,<br />

“exprimir” bien las potencialidades de esta herramienta constituye el gran reto<br />

que debemos afrontar los docentes. A menudo, llamamos innovación a lo que<br />

únicamente constituye un cambio de medio: las plataformas se convierten en un<br />

gran tablón donde ponemos a disposición de los alumnos los materiales que antes<br />

entregábamos fotocopiados o la información que se publicaba en los paneles de<br />

anuncios. Por ello, creo que el camino adecuado debe ir por la creación de<br />

contenidos que se basen en los hiperenlaces, el empleo de imágenes y vídeos para<br />

fomentar la didáctica y que favorezcan la retroalimentación con el estudiante. En<br />

definitiva, materiales interactivos, flexibles y no cerrados 5 .<br />

BIBLIOGRAFÍA CITADA<br />

BARBERÁ, E., “Aportaciones de la tecnología a la e-Evaluación”, en RED. Revista de<br />

Educación a Distancia, año V, monográfico VI, 2006, disponible en<br />

http://www.um.es/ead/red/M6/barbera.pdf [Fecha de consulta: 13-3-2011].<br />

BROWN, S., G<strong>LA</strong>SNER, A., (Eds.), Evaluar en la Universidad. Problemas y nuevos<br />

enfoques, (Madrid, 2003).<br />

<strong>DE</strong>LGADO GARCÍA, A.M. (Coord.), Evaluación de las competencias en el Espacio<br />

Europeo de Educación Superior. Una experiencia desde el Derecho y la Ciencia<br />

Política, (Barcelona, 2006).<br />

FONTÁN MONTESINOS, M.T., “Evaluar a través de Internet”, en Píxel-Bit. Revista<br />

de medios y Educación, 24, 2004, disponible en<br />

http://www.sav.us.es/pixelbit/pixelbit/articulos/n24/n24art/art2406.htm [Fecha<br />

de consulta: 15-3-2011].<br />

GARCÍA-BELTRÁN, A., MARTÍNEZ, R., JAÉN, J.A., TAPIA, S., “La autoevaluación<br />

como actividad docente en entornos virtuales de aprendizaje/enseñanza”, en RED.<br />

Revista de Educación a Distancia, año V, monográfico VI, 2006, disponible en<br />

http://www.um.es/ead/red/M6/garcia_beltran.pdf [Fecha de consulta: 17-3-<br />

2011].<br />

RODRÍGUEZ CON<strong>DE</strong>, M.J., “Aplicación de las TIC a la evaluación de alumnos<br />

universitarios”, en Teoría de la Educación: Educación y Cultura en la Sociedad de<br />

la Información, vol. 6, n.2, 2005, disponible en<br />

http://campus.usal.es/~teoriaeducacion/rev_numero_06_2/n6_02_art_rodriguez_c<br />

onde.htm [Fecha de consulta: 16-3-2011]<br />

5 http://www.slideshare.net/manarea/santiago-materiales-une2010


Eduardo Cebreiros Álvarez<br />

eduardo.cebreiros@udc.es<br />

Licenciado en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela y doctor en<br />

Derecho por la Universidad de A Coruña desde 1997 tras la defensa de la tesis<br />

doctoral: “El municipio de Santiago de Compostela a finales del Antiguo Régimen<br />

(1759-1812)”. Profesor Titular de Historia del Derecho y de las Instituciones en la<br />

institución coruñesa desde 2002. Consultor de la UOC en la asignatura Historia del<br />

Derecho Español. Vicedecano de la Facultad desde el año 2005 y hasta la<br />

actualidad.<br />

Líneas de investigación: Ius Commune, instituciones político-administrativas de la<br />

Edad Moderna, innovación docente.

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