aquà - El Dulce Nombre

Septiembre 2011
La Bofetá
Caramelos y nazarenos
Juan Pedro Recio Lamata
U
na joven empresa sevillana,
-de la que forma
parte nuestro hermano
José Antonio Rodríguez Benítez
junto a otros jóvenes periodistas-,
dedicada a la comercialización de
caramelos para nazarenos centró
la pasada Cuaresma el impulso
a esta popular costumbre, caracterizando
los envoltorios con los
colores representativos de las hermandades
y mostrando su escudo
o elementos heráldicos de las
mismas. La vistosidad exterior ha
potenciado la demanda del producto.
En el caso de nuestra Hermandad,
en el envoltorio de color
blanco, resalta la inconfundible
Cruz trinitaria como elemento
identificativo.
Esta iniciativa de caramelos personalizados
o representativos de
hermandades no es nueva. Cuenta
con un lejano antecedente. Hemos
reunido una pequeña colección de
14 envoltorios de caramelos, de
otras tantas cofradías sevillanas,
que son en si mismos unas diminutas
obras de arte. Podríamos datarlos
en la segunda mitad de los
años 20 del pasado siglo, y varias
razones sustentan esta afirmación.
Entre estas representaciones pictóricas
de nazarenos, figura uno de
nuestra Hermandad y éste cuenta
con algunas particularidades
dignas de mención.
Los argumentos que
nos inducen a fecharlos
en la segunda mitad de
la década de los años 20,
son diversos. La similitud
de estas peculiares
y curiosas piezas de colección,
con los famosos
“nazarenos de Hohenleiter”
es patente. Siguen el
mismo estilo de las series
de láminas que el pintor
Francisco Hohenleiter
de Castro -Cádiz, 1889 .
Sevilla, 1968- creó entre
1924 y 1928 y que representaban
a nazarenos de
las cofradías sevillanas
que hacían estación de
penitencia en aquellos
años. Estas vistosas pinturas
fueron publicadas
en la revista Sevilla y
sus fiestas, editada entre
1921 y 1931 por Enrique Gómez
Millán 1 .
Los primeros “nazarenos de
Hohenleiter” resaltan a todo color
sobre un fondo difuminado, pintado
a plumilla, y de sutil precisión
a pesar de la simpleza de los trazos
en los que se adivina uno de
los pasos de su cofradía. En la última
serie de láminas, los nazarenos
protagonistas, al igual que el paso
de su cofradía, vienen representados
a todo color, y se encuentran
enmarcados en un paisaje urbano,
concreto o idealizado, de su recorrido.
El nazareno de La Bofetá representado
en el curioso envoltorio
-aunque insistimos que no podemos
certificar su autoría-, sí sigue
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