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Cristales temblorosos<br />
Se detienen dormidas las luces nocturnas<br />
sobre los cristales temblorosos de las farolas<br />
donde las suaves gotas del rocío de invierno<br />
resbalan como lágrimas, sobre el hierro inerte.<br />
Noches solitarias en que el insomnio anida<br />
en un alma errante que se cobija en recuerdos<br />
de tiempos efímeros, cuando la vida era sueño.<br />
Tal vez no haya un rincón libre de recuerdos<br />
donde no vislumbrar la agonía de sentimientos,<br />
en el que las ansias de nuevos atardeceres<br />
revelen inquietud en las miradas de deseo.<br />
Quisiera recostar mi cabeza sobre la luna<br />
con el alma desnuda, soñando primaveras,<br />
tibieza de esperanzas entre sábanas nuevas<br />
donde el amor perfume madrugadas sombrías.<br />
Isabel Mª Subires Lobato<br />
(España)<br />
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El recuerdo<br />
Nunca yo podre olvidar<br />
El recuerdo de aquel día<br />
Que creyendo que quería<br />
Me pude yo enamorar<br />
No sé si fue amor real<br />
Lo que por ella sentía<br />
Mas yo sé que aquel día<br />
Nunca lo podre olvidar<br />
Era un día caluroso<br />
Con el sol bien estrellan te<br />
En la playa cual diamante<br />
Yo la pude encontrar<br />
Y en ese sol matinal<br />
Nuestros cuerpos se encontraron<br />
En la playa se besaron<br />
Con ternura sin igual<br />
Y hoy tú vienes a mí<br />
Después de querernos tanto<br />
Con horrendo desencanto<br />
Hoy vamos a terminar<br />
Me rompiste el corazón<br />
Lo partiste en mil pedazos<br />
Hoy yo se que en tus brazos<br />
Nunca me supiste amar<br />
Parece que no me habías visto<br />
Y que hoy me conociste<br />
Esto parece ya un chiste<br />
Del cual me quiero reír<br />
Como quieres competir<br />
Si de amor no sabes nada<br />
Si en tu mísera jugada<br />
No supiste ni mentir<br />
Brayner Gómez<br />
(Santo Domingo)<br />
Eufemia<br />
Te esforzaste para alcanzar tus metas,<br />
superaste la adversidad, los obstáculos<br />
y a personas con capacidades diferentes;<br />
decías que eso es daño colateral.<br />
A tus relaciones aplicabas métodos prácticos,<br />
si no podías vislumbrar un porvenir,<br />
los persuadías en querer la soledad;<br />
liberabas corazones invadidos.<br />
Nadie ponía en duda tus palabras,<br />
apuntabas siempre a la modernización,<br />
creías que traería bienestar a largo plazo,<br />
aún si lo tenías que hacer con la mano abajo.<br />
Hacías el amor de todas maneras,<br />
metías bajo tus sábanas a cualquiera<br />
y aunque fueran encuentros casuales,<br />
no te sentías una dama de compañía.<br />
No creías en regalar tus recursos,<br />
tantos desfavorecidos en lo económico,<br />
invidentes que no se quieren acomodar,<br />
se deberían de ganar el acenso de clase.<br />
Huías a las cargas de la tercera edad,<br />
no ibas a padecer lo que esas personas<br />
que ya descansaban en paz;<br />
tenías miedo de ser víctima de la vida.<br />
Nunca quisiste ser la madre soltera,<br />
a nadie le harías el favor de crear un retoño,<br />
creías que todo tenía un contenido de adultos<br />
y toda niñez ya jugaba en un campo santo.<br />
Eufemia, tan bondadosa y afortunada,<br />
no sospechabas todo lo que escondías;<br />
portabas un vestido blanco de inocencia<br />
y te manejabas con suavidad y decoro.<br />
Gerardo Quiroz<br />
(México)<br />
“La poesía no quiere adeptos,<br />
quiere amantes.”<br />
(Federico García Lorca)<br />
La rosa y el clavel<br />
Un día lejano en un jardín andaluz<br />
una rosa y un clavel se enamoraron<br />
se juraron amor eterno y se casaron<br />
llegaron los hijos en plena juventud<br />
Muchos años han vivido en felicidad<br />
disfrutando de la belleza de Sevilla<br />
rodeado de sus hijos, ¡qué maravilla!<br />
el amor llenaba cada rincón del hogar<br />
Más de pronto el cielo se derrumbó<br />
la rosa no puede llegar a comprender<br />
porqué Dios se ha llevado a su clavel<br />
el ser dulce y tierno que tanto amó<br />
Ya no brilla la rosa en el jardín<br />
sus pétalos tristes buscan la sombra<br />
añora su clavel, lo llama, le nombra<br />
ella le busca más allá del confín<br />
Recluida cual monja de clausura<br />
dedicando los días a meditación<br />
sumida en una honda depresión<br />
Un dolor que nada ni nadie cura.<br />
El verano ha llegado, brilla Sevilla<br />
la ciudad bulle, se llena de turistas<br />
huele a fiesta y se escuchan risas...<br />
La voz del clavel al oído la maravilla:<br />
“No quiero verte así, mi vida<br />
alegra esa cara, sal a la calle<br />
sonríe, sé feliz, deseo que vivas<br />
no te falte ni un sólo detalle<br />
La vida es lo mejor que te han dado<br />
aprovéchala, vívela intensamente<br />
que yo estaré siempre a tu lado<br />
apoyándote, cuidándote eternamente”<br />
Juan Pan Garcia<br />
(España)