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Pág. 52 Pág. 53<br />

Cristales temblorosos<br />

Se detienen dormidas las luces nocturnas<br />

sobre los cristales temblorosos de las farolas<br />

donde las suaves gotas del rocío de invierno<br />

resbalan como lágrimas, sobre el hierro inerte.<br />

Noches solitarias en que el insomnio anida<br />

en un alma errante que se cobija en recuerdos<br />

de tiempos efímeros, cuando la vida era sueño.<br />

Tal vez no haya un rincón libre de recuerdos<br />

donde no vislumbrar la agonía de sentimientos,<br />

en el que las ansias de nuevos atardeceres<br />

revelen inquietud en las miradas de deseo.<br />

Quisiera recostar mi cabeza sobre la luna<br />

con el alma desnuda, soñando primaveras,<br />

tibieza de esperanzas entre sábanas nuevas<br />

donde el amor perfume madrugadas sombrías.<br />

Isabel Mª Subires Lobato<br />

(España)<br />

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RELATOS: Máx.4 folios<br />

ARTÍCULOS: Máx. 600 palabras<br />

Envíos:<br />

letrasdeparnaso@hotmail.com<br />

El recuerdo<br />

Nunca yo podre olvidar<br />

El recuerdo de aquel día<br />

Que creyendo que quería<br />

Me pude yo enamorar<br />

No sé si fue amor real<br />

Lo que por ella sentía<br />

Mas yo sé que aquel día<br />

Nunca lo podre olvidar<br />

Era un día caluroso<br />

Con el sol bien estrellan te<br />

En la playa cual diamante<br />

Yo la pude encontrar<br />

Y en ese sol matinal<br />

Nuestros cuerpos se encontraron<br />

En la playa se besaron<br />

Con ternura sin igual<br />

Y hoy tú vienes a mí<br />

Después de querernos tanto<br />

Con horrendo desencanto<br />

Hoy vamos a terminar<br />

Me rompiste el corazón<br />

Lo partiste en mil pedazos<br />

Hoy yo se que en tus brazos<br />

Nunca me supiste amar<br />

Parece que no me habías visto<br />

Y que hoy me conociste<br />

Esto parece ya un chiste<br />

Del cual me quiero reír<br />

Como quieres competir<br />

Si de amor no sabes nada<br />

Si en tu mísera jugada<br />

No supiste ni mentir<br />

Brayner Gómez<br />

(Santo Domingo)<br />

Eufemia<br />

Te esforzaste para alcanzar tus metas,<br />

superaste la adversidad, los obstáculos<br />

y a personas con capacidades diferentes;<br />

decías que eso es daño colateral.<br />

A tus relaciones aplicabas métodos prácticos,<br />

si no podías vislumbrar un porvenir,<br />

los persuadías en querer la soledad;<br />

liberabas corazones invadidos.<br />

Nadie ponía en duda tus palabras,<br />

apuntabas siempre a la modernización,<br />

creías que traería bienestar a largo plazo,<br />

aún si lo tenías que hacer con la mano abajo.<br />

Hacías el amor de todas maneras,<br />

metías bajo tus sábanas a cualquiera<br />

y aunque fueran encuentros casuales,<br />

no te sentías una dama de compañía.<br />

No creías en regalar tus recursos,<br />

tantos desfavorecidos en lo económico,<br />

invidentes que no se quieren acomodar,<br />

se deberían de ganar el acenso de clase.<br />

Huías a las cargas de la tercera edad,<br />

no ibas a padecer lo que esas personas<br />

que ya descansaban en paz;<br />

tenías miedo de ser víctima de la vida.<br />

Nunca quisiste ser la madre soltera,<br />

a nadie le harías el favor de crear un retoño,<br />

creías que todo tenía un contenido de adultos<br />

y toda niñez ya jugaba en un campo santo.<br />

Eufemia, tan bondadosa y afortunada,<br />

no sospechabas todo lo que escondías;<br />

portabas un vestido blanco de inocencia<br />

y te manejabas con suavidad y decoro.<br />

Gerardo Quiroz<br />

(México)<br />

“La poesía no quiere adeptos,<br />

quiere amantes.”<br />

(Federico García Lorca)<br />

La rosa y el clavel<br />

Un día lejano en un jardín andaluz<br />

una rosa y un clavel se enamoraron<br />

se juraron amor eterno y se casaron<br />

llegaron los hijos en plena juventud<br />

Muchos años han vivido en felicidad<br />

disfrutando de la belleza de Sevilla<br />

rodeado de sus hijos, ¡qué maravilla!<br />

el amor llenaba cada rincón del hogar<br />

Más de pronto el cielo se derrumbó<br />

la rosa no puede llegar a comprender<br />

porqué Dios se ha llevado a su clavel<br />

el ser dulce y tierno que tanto amó<br />

Ya no brilla la rosa en el jardín<br />

sus pétalos tristes buscan la sombra<br />

añora su clavel, lo llama, le nombra<br />

ella le busca más allá del confín<br />

Recluida cual monja de clausura<br />

dedicando los días a meditación<br />

sumida en una honda depresión<br />

Un dolor que nada ni nadie cura.<br />

El verano ha llegado, brilla Sevilla<br />

la ciudad bulle, se llena de turistas<br />

huele a fiesta y se escuchan risas...<br />

La voz del clavel al oído la maravilla:<br />

“No quiero verte así, mi vida<br />

alegra esa cara, sal a la calle<br />

sonríe, sé feliz, deseo que vivas<br />

no te falte ni un sólo detalle<br />

La vida es lo mejor que te han dado<br />

aprovéchala, vívela intensamente<br />

que yo estaré siempre a tu lado<br />

apoyándote, cuidándote eternamente”<br />

Juan Pan Garcia<br />

(España)

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