01.02.2015 Views

edicion29

edicion29

edicion29

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Se ha dicho que Dios creó al hombre para que éste contara<br />

historias. Esta parábola se relaciona con la necesidad<br />

humana de inventar mitos, sin cuya presencia sólo tendríamos<br />

la inercia de la imaginación y el vacío aterrador<br />

de la existencia. Los mitos dan coherencia a la realidad,<br />

indican una armonía entre el pensamiento interno del individuo<br />

y la estructura del mundo exterior.<br />

Cada vez que nos encerramos en la certeza de lo dado,<br />

quedamos en el oscuro hondón de lo concreto y concluido,<br />

y ello nos enfrenta a la sensación de finitud de la que el<br />

hombre quiere escapar. El arte consiste en mantener abiertas<br />

las infinitas puertas de la posibilidad, la aprehensión de<br />

lo absoluto. Eso hace el arte literario: abrir con la magia de<br />

la palabra la alternancia de situaciones nunca definidas,<br />

inconclusas siempre porque son imaginadas.<br />

“El Verbo se hizo carne”, dice el Cuarto Evangelio, y parece<br />

expresar con esa frase que la voz “verbo” tiene doble<br />

significado: el de “palabra” y el de “Logos”, término griego<br />

que expresa el concepto de sustancia. Verbo como palabra,<br />

¿Es poesía el cuento,<br />

“La literatura como actividad artística es<br />

creación con la palabra y, mediante ella,<br />

productora de imágenes con las que hace<br />

la representación del mundo”.<br />

verbo como sustancia. ¿Quién<br />

sino el hombre tiene el don de<br />

la palabra que lo hace creador y<br />

lo asemeja a Dios ¿Será el hombre<br />

la sustancia o “logos” divino,<br />

por ser el único en poseer la facultad<br />

del hablar articulado y<br />

significativo<br />

Antes del hombre nada existía como mundo de representación,<br />

es decir aquellas impresiones sensoriales del sujeto<br />

corpóreo a las que el intelecto añade las categorías de<br />

tiempo, espacio y causalidad para hacerlas comprensibles,<br />

para representarlas en su propio e intransferible mundo y<br />

comunicarlas mediante la palabra. Tampoco se concebía<br />

la voluntad como consciencia de vivir y desear perdurar<br />

como inmortalidad. Todo ello privilegio y fragilidad del<br />

ser humano.<br />

La literatura como actividad artística es creación con<br />

la palabra y, mediante ella, productora de imágenes con<br />

las que hace la representación del mundo. Es imaginación<br />

-espiritual y sensual— y lenguaje para comunicar algo que<br />

sólo de esa manera puede comunicarse. Las herramientas<br />

del lenguaje son las palabras, trátese de una carta comercial<br />

o de una narración literaria. Lo mismo ocurre con los<br />

elementos que componen la música: están en el ambiente<br />

como sonidos, y los utiliza toda persona que quiere expresar<br />

algo con tales signos sonoros: la advertencia de una<br />

sirena de bomberos o una sinfonía de Mozart. Con esos<br />

instrumentos: la palabra y la música, el hombre construye<br />

el producto que llamamos Arte, que posee una finalidad<br />

contingente y por ello no necesaria como es la de la ciencia.<br />

Lo dicho, sin mencionar otras creaciones artísticas.<br />

Hay arte intencional y arte intuitivo. Ya conocemos los<br />

géneros literarios: Poesía, narrativa, teatro y ensayo, cada<br />

uno con características propias. Sin embargo, la poesía,<br />

que es hechura de la intuición no deliberada, aun cuando<br />

luego el poeta labre y labre la forma, puede estar en todos<br />

los demás sin desfigurar en cada uno su carácter propio.<br />

Donde mejor se observa esta participación activa entre géneros<br />

es en el cuento, que siendo narrativa se acerca en sus<br />

fundamentos a la poesía como acto de origen infuso, y se<br />

disipa en el halo de niebla que deja, igual que el poema.<br />

El cuento tiene un propósito poético. Así como la poesía<br />

es un desbordamiento espontáneo de emociones en<br />

torno a una situación única que cierra su ciclo dentro del<br />

texto, así también en el cuento prevalece la emoción que<br />

subyace en la situación. Es decir: la emoción confiere importancia<br />

a la situación.<br />

Los temas de toda creación son los del hombre como<br />

universo: la muerte, el amor, la pasión de vivir desplegada<br />

en líneas geométricas que<br />

se cruzan y dirigen hacia el<br />

infinito:“Que la materia de la narración<br />

se presente dentro o fuera<br />

de un personaje, que la peripecia<br />

sea descrita como vivida por un<br />

hombre o que éste sirva de mundo<br />

a una peripecia (…)” Estas palabras de Guillermo Meneses<br />

ratifican lo que él mismo ha demostrado en su cuento “La<br />

mano junto al muro”, en el que el tiempo es el personaje<br />

de la narración, o también el propio narrador. ¿Y qué nos<br />

narra este cuento de Meneses Parece decirnos de lo efímero<br />

de la vida humana frente a la perdurabilidad de la<br />

piedra, el muro en el que se apoya la mano para caer en la<br />

duración del relato, hacia la muerte. “La diferencia entre la<br />

piedra y la vida no es la muerte sino el dolor de estar vivo,<br />

el grito puro”, como bien lo dijo nuestro Orlando Araujo<br />

al analizar este cuento. Y nosotros concluimos: La piedra<br />

es materia esencialmente inmutable, mientras que la palabra<br />

nombra la idea y está hecha de sustancia inmaterial,<br />

semejante al aire; se desvanece apenas la pronunciamos.<br />

Igual que la vida, lo mismo que el poema. En este cuento<br />

magistral, lo narrado se hace y se deshace continuamente,<br />

más allá de lo que quiso expresar el autor y de lo que percibimos<br />

como lectores.<br />

Si el cuento perdurable quiere ser expresión redonda de<br />

un momento de quien narra, ha de dejar que fluya desde la<br />

profundidad del pozo la luz que dará sentido al texto. Sin<br />

decirlo todo, ha de ser amplio para que todo pueda estar<br />

contenido en sus límites.<br />

Lo narrado en un cuento guarda su tensión interior y<br />

Pág. 54<br />

no expresa del todo las pasiones o emociones unidas por<br />

Pág. 55<br />

texto del cuento. Sin embargo, no es necesario que en el<br />

lazos invisibles en el ámbito espiritual del autor: “El hombre<br />

cuento se utilice la dicción poética para que se produzca<br />

interior es uno” (Coleridge). Es un decir infuso dentro el efecto de poesía, y la palabra de la tribu sirve en el pro-<br />

de un espacio preciso, la sugerencia de la intención que la<br />

palabra quiere delimitar pero que hasta al autor escapa. “Al igual que en la poesía, en el cuento el<br />

Lo narrado en el cuento remite siempre a referencias que autor ha querido decir algo más que tal<br />

están fuera del texto, a lo inexpresable que también quiere<br />

vez ignora porque está en sus profundidades<br />

y nace de motivaciones oscuras.”<br />

decir el poema. Por el contrario, en la novela todo suceso<br />

o peripecia -exterior o no a la conciencia de los personajes-<br />

quedan siempre dentro de su ámbito. El terreno en el<br />

que se desarrolla la novela, y que ella debe descubrir, es la pósito. Las catedrales están hechas con las mismas piedras<br />

vida misma en su carácter concreto, corporal. La novela se que pisamos en el camino.<br />

dice en prosa, que no es sólo el lado penoso o vulgar de la “La pequeña inmaculada”, de Julio Garmendia, es prueba<br />

existencia, es decir lo cotidiano; es también la belleza de<br />

de cuanto hemos dicho. Tenemos aquí símbolos poéti-<br />

lo sentimientos modestos. Nos recuerda Milan Kundera, y cos representados por la niña devota que reza en el templo<br />

cito textualmente, que “a Homero no se le ocurre preguntarse<br />

y que significa la vida, frente a la mujer “larga y seca”, que<br />

si Aquiles o Áyax, después de sus muchos comba-<br />

oculta en un pañolón estampas y velas para vender. La seca<br />

tes cuerpo a cuerpo, aún conservan los dientes. Para Don y larga mujer acecha a la niña en un día de oración y recogimiento,<br />

Quijote y Sancho, por el contrario, los dientes son una<br />

mientras realiza su labor de matar los insectos<br />

constante preocupación, dientes que duelen, dientes que que se ocultan en floreros y altares. La mujer es la muerte<br />

faltan. “Porque te hago saber, Sancho, que la boca sin muelas de los insectos, y es también la Muerte simbolizada en esa<br />

es como molino sin piedra, y mucho más se ha de estimar un beata lúgubre que persigue a la niña más allá del templo,<br />

diente que un diamante”<br />

sin que sepamos qué ocurrirá luego, porque el cuento sólo<br />

Al igual que en la poesía, en el cuento el autor ha querido<br />

sugiere y no nos dice el término de la peripecia de la narra-<br />

decir algo más que tal vez ignora porque está en sus ción. El lenguaje es apropiado para expresar la vaguedad<br />

profundidades y nace de motivaciones oscuras. La crítica del episodio: “De las claraboyas mismas – horadadas en el<br />

ha afirmado que el hecho literario es la actitud consciente techo de sombríos rincones y silentes capillas – desciende o<br />

y las consecuencias que resultan de la intencionada utilización<br />

filtra, hasta acá abajo, antes que luz, una lívida forma de la<br />

estética del lenguaje. La poesía y el cuento no tienen oscuridad que ya se ha ido enseñoreando del ámbito del tem-<br />

intencionalidad y parece que nacieran de un estado “otro”, plo”. Hay en este cuento rasgos que recuerdan a Poe, por<br />

más allá de la voluntad deliberada de hacer estética del la difusa descripción del lugar que luego trasladará a los<br />

lenguaje: están emparentados con la fantasía y el inconsciente.<br />

personajes, por la semejanza entre ambiente y personas.<br />

El cuento así concebido permanece en los márge-<br />

Es poesía abierta a la interpretación, como todo poema<br />

nes de la literatura porque nace del deseo y el impulso desconocido<br />

logrado.<br />

de la conciencia, como el sueño.<br />

En la cuentística venezolana del siglo XX no puede fal-<br />

Novalis identifica de modo expreso el cuento con el tar Gustavo Díaz Solís, autor de una obra no muy extensa<br />

sueño, y nos dice: “En el fondo, un cuento es semejante a un pero de largo alcance en la creación literaria del cuento.<br />

sueño – sin coherencia, un conjunto de sucesos y cosas maravillosas…”<br />

Se le rinde un homenaje al traer aquí uno de sus cuentos<br />

Es la exploración de lo que no es conscien-<br />

más notables: “El Niño y el Mar”. Con una gran econo-<br />

cia del narrador, la búsqueda del impulso alienante con el mía de recursos, Díaz Solís nos narra una historia sencilla,<br />

uso del lenguaje analógico. Nuestro gran narrador, Antonio<br />

natural, pero con un significado apenas insinuado en la<br />

Márquez Salas, puede dar fe de lo que hemos dicho. literalidad de la narración. El niño solitario llega a la orilla<br />

En su cuento: “El hombre y su verde caballo”, con un lenguaje<br />

del mar con simples utensilios de pesca: una lata alargada<br />

que va más allá de la intención dirigida mediante con un asa de alambre, desprevenido en su inocencia. Sin<br />

la escritura, dibuja una actividad onírica. El indio Genaro darse cuenta, lo va envolviendo la pleamar mientras está<br />

madura la muerte “con su sangre de lenta corrupción”, y en atento a su acción de pescar algo que no sabe qué es. En<br />

el delirio pide que cabalguen en la tierra los pájaros y las esa pequeña lucha con el animal que no ha visto lo acecha<br />

flores, “con la hierba alta mecida por los vientos tristes de la muerte de la alta marea, y cuando ve el cangrejo, enorme,<br />

junio”. Genaro tuvo su caballo para la tarea cotidiana, y<br />

rojizo con sombras azules, sintió el miedo: “Entonces<br />

ahora Domitila, su mujer, ante la inminencia de la muerte advirtió que estaba pisando en agua, que el mar asaltaba el<br />

del marido, cabalga en el verde caballo que es la tierra de terraplén de las algas y avanzaba espumoso y vivo por todos<br />

todos y que a todos pertenece: sus hijos y los que padecen lados, recobrando piedras y rocas y plantas marinas que vivían<br />

pobreza. Una traslación de símbolos se produce en forma<br />

de nuevo en el ritmo del agua. El niño vio lejos la playa<br />

poética cuando el caballo de faena tenga ahora el verde y la duna y el cielo detrás de la duna. Envuelto en el ruido<br />

pelaje de la tierra.<br />

del repunte corrió hacia la playa saltando y chapoteando en<br />

El narrador utiliza el lenguaje común: la palabra de la el agua tibia y clara del mar…” El desenlace nos descubre<br />

tribu, pero desplaza ese lenguaje hacia significados análogos<br />

que al niño en el mar lo salvó de morir el cangrejo alzado<br />

y distintos que sugieren vivencias que no están en el en sus largas patas espinosas. El tema de este cuento<br />

pue-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!