EL MISTERI DE LA SELVA - Tinet

ESCENAS
MOMENTO ESCÉNICO XI. Mientras Jesús vuelve al Paraíso con el alma de María, los Apóstoles
entonan, llorosos, un breve cántico de súplica con el que piden a la Virgen que se acuerde de
ellos y los proteja “en est món dolent qui és ple de tan gran turment” (en este mundo de
maldad que está lleno de gran tormento). Todo el Cielo se alegra de la llegada de la Virgen, que
es saludada como esposa de Jesús. Los que acompañan a Jesús les responden alabando la
belleza de María y la “caritat e amor” (caridad y amor) que la han hecho tan placentera al
Salvador.
MOMENTO ESCÉNICO XII. Diálogo entre Juan y Pedro sobre quién tiene que llevar la palma en
el entierro de la Virgen. San Pablo cierra la escena alentando a los otros dos Apóstoles a llevar
el sepulcro del cuerpo de “nostra Dona” (nuestra Señora).
MOMENTO ESCÉNICO XIII I XV. Los Apóstoles preparan el entierro del cuerpo de María, mientras Pedro y Juan entonan una antífona de alabanza a Dios.
Empieza la procesión del entierro, interrumpida por la acometida fallida de los judíos. Los discípulos cantan un himno que proclama como toda la creación
participa del júbilo y el ensalzamiento de María. Hoy es el gran día en el que la Virgen será glorificada.
MOMENTO ESCÉNICO XIV. Cuando la procesión pasa por delante del lugar donde los judíos yacen adormecidos, éstos se despiertan y se disponen a tomar
las armas. El Rabino se precipita hacia el lecho donde yace el cuerpo de la Virgen y permanece inmovilizado y ciego, como los demás judíos. El Rabino pide
ayuda a Pedro, que le hace besar el lecho y lo exhorta a hacer una profesión de fe. Cuando el Rabino besa el lecho, recupera la vista. Entonces, Pedro toma
la palma de la mano de Juan y se la da al Rabino para que toque con ella a sus compañeros. Apenas los toca con ella, algunos de ellos recobran la vista,
mientras que otros (los que no se convierten), permanecen ciegos.
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