La sabidurÃa de ganar almas - Believers Chapel
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BOLETÍN DE LOS<br />
CREYENTES<br />
DE LA BIBLIA<br />
<strong>Believers</strong> <strong>Chapel</strong> * 6420 Churchill Way * Dallas, Texas 75230<br />
EL EVANGELIO DE JUAN<br />
Lección 20<br />
Abril 11, 1982<br />
Juan 4:27-42<br />
<strong>La</strong> sabiduría <strong>de</strong> <strong>ganar</strong> <strong>almas</strong><br />
S. Lewis Johnson, Jr.<br />
Introducción<br />
¿A quién no le gustaría ser sabio En la vida física hay muchas formas<br />
<strong>de</strong> alcanzar la meta. Una se pue<strong>de</strong> encontrar a menudo en la<br />
educación o estudios superiores. Otros adquieren la sabiduría a través<br />
<strong>de</strong> una excelente respuesta a las experiencias <strong>de</strong> la vida. Aún otros<br />
logran la sabiduría por herencia, o sea, son <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> padres y<br />
abuelos sabios, y la sabiduría se les pega a sus hijos. Uno pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir<br />
mucho acerca <strong>de</strong> los padres por la clase <strong>de</strong> comportamiento y<br />
pensamiento que los caracteriza.<br />
El ser sabio espiritualmente proviene también <strong>de</strong> muchas fuentes. Uno<br />
se pue<strong>de</strong> convertir en sabio a través <strong>de</strong>l estudio cuidadoso y reverente<br />
<strong>de</strong> la Santa Escritura y la obediencia a sus mandatos y enseñanzas.<br />
A<strong>de</strong>más, uno se pue<strong>de</strong> convertir en sabio espiritualmente por largos<br />
años <strong>de</strong> experiencia cristiana. Es notable lo que Dios es capaz <strong>de</strong><br />
enseñar al más recalcitrante por las experiencias <strong>de</strong> la vida. Y,<br />
finalmente, uno se pue<strong>de</strong> convertir en sabio al nacer y ser criado en un<br />
hogar cristiano, o sea, por la herencia cristiana. En muchos años <strong>de</strong><br />
enseñar a jóvenes varones y mujeres en seminarios teológicos he<br />
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llegado a apreciar la ventaja que viene <strong>de</strong>l ser nutrido en un hogar<br />
cristiano. Tales hombres y mujeres casi siempre han avanzado más allá<br />
que sus compañeros en las cosas cristianas, y generalmente se<br />
caracterizan por una mayor madurez tanto en la vida como en las<br />
cosas cristianas.<br />
Una <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong>satendidas <strong>de</strong> convertirse en sabio es tema <strong>de</strong><br />
comentarios por ese rey sabio <strong>de</strong> Israel, Salomón, en sus Proverbios. Él<br />
dijo: “El fruto <strong>de</strong>l justo es árbol <strong>de</strong> vida, y el que gana <strong>almas</strong> es sabio”<br />
(11:30). Después <strong>de</strong> matar a su hermano, el Señor confrontó a Caín y<br />
le preguntó: “¿Dón<strong>de</strong> está tu hermano Abel”. Caín respondió<br />
impru<strong>de</strong>ntemente: “No sé. ¿Soy yo acaso guardián <strong>de</strong> mi hermano”<br />
(ver Gén. 4:9). Bueno, la pregunta <strong>de</strong> Caín <strong>de</strong>manda una respuesta<br />
afirmativa. Somos los guardianes <strong>de</strong> las <strong>almas</strong> <strong>de</strong> otros, en vista <strong>de</strong><br />
que hemos sido tan ben<strong>de</strong>cidos con el conocimiento <strong>de</strong> la palabra <strong>de</strong><br />
Dios en el evangelio. Pablo hubiera estado <strong>de</strong> acuerdo porque escribió:<br />
“Tengo obligación tanto para con los griegos como para con los<br />
bárbaros, para con los sabios como para con los ignorantes. Así que,<br />
por mi parte, ansioso estoy <strong>de</strong> anunciar el evangelio también a<br />
vosotros que estáis en Roma” (Rom. 1:14, 15).<br />
Sería maravilloso tener el anhelo <strong>de</strong>l poeta por la salvación <strong>de</strong> otros:<br />
"Oh, por una pasión apasionada por las <strong>almas</strong>.<br />
Oh, por una lástima que anhela.<br />
Oh, por un amor que ama hasta la muerte.<br />
Oh, por un fuego que quema".<br />
Qué a<strong>de</strong>cuado es que Dios haga que Salomón nos diga lo que significa<br />
<strong>ganar</strong> <strong>almas</strong>. Arnot lo dice bien: “Cuando Salomón <strong>de</strong>lineaba los<br />
esfuerzos ansiosos <strong>de</strong> los hombres en busca <strong>de</strong> la felicidad, y la<br />
<strong>de</strong>silusión que acaeció, pudo <strong>de</strong>cir como Bunyan, <strong>de</strong> la feroz e<br />
infructífera guerra: ‘Yo estuve ahí’. <strong>La</strong>s alturas <strong>de</strong> la prosperidad<br />
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humana que había alcanzado, los caminos <strong>de</strong>l aprendizaje humano que<br />
había pisado, más allá que cualquiera <strong>de</strong> su día; los placeres <strong>de</strong> la<br />
riqueza y <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r y la pompa que había probado, en toda su<br />
variedad. Ninguna fuente <strong>de</strong> <strong>de</strong>leite mundanal se podría nombrar <strong>de</strong><br />
cuyas aguas no había bebido profundamente. Este es el hombre que<br />
Dios había escogido como maestro para enseñarnos la vanidad <strong>de</strong>l<br />
mundo cuando éste se hace la porción <strong>de</strong> un alma, y Él ha hecho todas<br />
las cosas bien. El hombre que ha agotado la copa <strong>de</strong>l placer es quien<br />
con más propiedad pue<strong>de</strong> hablar acerca <strong>de</strong>l sabor <strong>de</strong> sus escorias 1 ”.<br />
¿Cuál es la causa básica, o causas, <strong>de</strong> nuestras frecuentes apatías<br />
sobre la condición <strong>de</strong> los perdidos Sugeriría tres cosas para nuestra<br />
meditación. Primero, a veces es sencillamente una ausencia <strong>de</strong><br />
convicción <strong>de</strong> que los hombres están perdidos sin el Evangelio <strong>de</strong><br />
Jesucristo (ver 1 Cor. 1:18; 2 Cor. 2:15; 4:3). Hay una historia que<br />
ilustra esto. Cuando James M. Gray era un joven oyó que George<br />
Mingins, un pastor-evangelista en la iglesia Presbiteriana, relatar esta<br />
experiencia: Había sido un infiel en su juventud y se había asociado<br />
con compañeros infieles en Fila<strong>de</strong>lfia. Algún tiempo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su<br />
conversión estaba visitando a uno <strong>de</strong> ellos, que dijo:<br />
“George, oigo que eres cristiano ahora. ¿Es cierto”<br />
“Sí, es cierto”. Dijo George.<br />
“Y, George, ¿crees en Dios<br />
“Sí. Creo”.<br />
“Y George, ¿crees en el infierno, y que todos los que no creen en Dios<br />
y en Jesucristo en última instancia van al infierno<br />
“Lo creo muy solemnemente”.<br />
“Bueno, George, dijo, ¿la cristiandad seca toda la leche <strong>de</strong> la<br />
humanidad en un cuerpo como lo ha hecho en el tuyo”.<br />
“¿Por qué” Dijo el Señor Mingins. “¿Qué quieres <strong>de</strong>cir”.<br />
“Quiero <strong>de</strong>cir esto”. Respondió. “Que has estado tres días y tres<br />
noches bajo mi techo, sabiendo y creyendo todo esto, y sin embargo<br />
3
nunca me has puesto tu mano sobre mi hombro, o me has dicho una<br />
palabra para salvarme”. <strong>La</strong> lección es clara.<br />
Segundo, los creyentes frecuentemente indican una ausencia <strong>de</strong><br />
preocupación por los perdidos. <strong>La</strong> experiencia <strong>de</strong>l Señor Migins también<br />
ilustra esto. ¿Cuántos <strong>de</strong> nosotros que somos creyentes tenemos la<br />
preocupación <strong>de</strong> un Jeremías (ver Jer. 14:17; <strong>La</strong>m. 2:11), <strong>de</strong> un Pablo<br />
(Hech. 20:19, 31) y <strong>de</strong>l Señor (Luc. 19:41)<br />
Y, finalmente, hay se fracasa en compren<strong>de</strong>r el valor <strong>de</strong> un alma (ver Mar.<br />
8:36-37; Mat. 17:1-8: ¡Jesús <strong>de</strong>jó la gloria dos veces por las <strong>almas</strong> <strong>de</strong> los<br />
hombres! “Pues, ¿<strong>de</strong> qué le sirve a un hombre <strong>ganar</strong> el mundo entero y<br />
per<strong>de</strong>r su alma Pues ¿qué dará un hombre a cambio <strong>de</strong> su alma”.<br />
Preguntó Jesús, y sus preguntas indican el valor que se le <strong>de</strong>be dar al alma<br />
<strong>de</strong> uno. El evangelista que sea efectivo tendrá este conocimiento y esta<br />
preocupación por las <strong>almas</strong> <strong>de</strong> otros también.<br />
Pero volvamos <strong>de</strong> nuevo a Juan cuatro y al encuentro que el Señor<br />
tuvo con la mujer samaritana y con los samaritanos. El Señor le acaba<br />
<strong>de</strong> confesar a ella que Él es el Mesías, y con eso la mujer <strong>de</strong>jó la vasija<br />
y se fue a la ciudad a <strong>de</strong>cirles a otros <strong>de</strong> su conversación con el judío<br />
en el pozo <strong>de</strong> Jacob. Al irse los discípulos regresaban, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
haber ido a la ciudad para comprar alimentos.<br />
I. EL VIAJE MISIONERO DE LA MUJER<br />
Su misión (Juan 4:28, 29).<br />
El Señor ha concluido su discurso con la mujer samaritana acerca <strong>de</strong>l<br />
agua y <strong>de</strong> la adoración, y el tópico en este punto cambia al testimonio.<br />
Cornelio a <strong>La</strong>pi<strong>de</strong>, el famoso exégeta católico escribió acerca <strong>de</strong> las<br />
invenciones <strong>de</strong> la iglesia en lo concerniente a la mujer. Se supone que<br />
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su nombre fue Fotina, y se supone que fue martirizada posteriormente.<br />
Su cabeza se conservó en la Basílica <strong>de</strong> San Pablo en Roma, y <strong>La</strong>pi<strong>de</strong><br />
dice que realmente se la mostraron. (Él vivió en los siglos dieciséis y<br />
diecisiete).<br />
<strong>La</strong>s acciones <strong>de</strong>l Señor y <strong>de</strong> la mujer ilustran principios <strong>de</strong> dar<br />
testimonio. Ella ilustra la necesidad <strong>de</strong> dar el testimonio y quizás<br />
también su carácter espontáneo, mientras que Él ilustra la metodología<br />
apropiada en la cura <strong>de</strong> las <strong>almas</strong>.<br />
De todos modos, mientras los discípulos llegan, ella <strong>de</strong>ja la vasija y va<br />
a la ciudad a <strong>de</strong>cirles a los hombres lo que había visto y oído. El por<br />
qué <strong>de</strong>jó la vasija <strong>de</strong>l agua no lo sabemos. Algunos han dicho que ella<br />
<strong>de</strong>liberadamente la <strong>de</strong>jó para Él, ya que ahora era una creyente.<br />
Realmente no sabemos si ella era creyente, aunque esa parece ser la<br />
posición más segura. Su pregunta a los hombres <strong>de</strong> la ciudad: “¿No<br />
será éste el Cristo” es un ejemplo tentativo <strong>de</strong> pregunta, enmarcada<br />
en la expectativa <strong>de</strong> una respuesta negativa, pero que espera una<br />
respuesta positiva. <strong>La</strong> Nueva Versión Internacional la interpreta <strong>de</strong> esta<br />
manera: “¿No será éste el Cristo”. Yo sugeriría algo así: ¿Quizás,<br />
podría ser este el Cristo Otros han dicho que ella había <strong>de</strong>jado la<br />
vasija en su emoción, lo que parece algo más natural. Es difícil estar<br />
seguros, pero algo que sí sabemos, se ha dicho, es que ¡ella vino con<br />
la vasija y se llevó el pozo con ella!<br />
Su mensaje (Juan 4:29).<br />
"Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho. ¿No<br />
será éste el Cristo” es el mensaje sorpren<strong>de</strong>nte que llevó a la ciudad. Ella<br />
habló en el espíritu <strong>de</strong>l Salmo 116:10: “Yo creía, aun cuando <strong>de</strong>cía: Estoy<br />
muy afligido”. Uno <strong>de</strong>be notar el contraste en sus palabras entre “un<br />
hombre” y “me ha dicho todo lo que yo he hecho”. Aquí está implícita la<br />
doctrina <strong>de</strong> las dos naturalezas <strong>de</strong> Cristo, aunque en este punto ella no<br />
tenía mucho entendimiento <strong>de</strong> eso.<br />
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<strong>La</strong> respuesta <strong>de</strong> ellos (Juan 4:30).<br />
Los samaritanos inmediatamente salieron a verlo y se mantuvieron<br />
haciendo eso (el segundo verbo expresa una acción durativa, al ser<br />
vívidamente <strong>de</strong>scriptivo 2 ”). También se <strong>de</strong>be notar otro contraste aquí.<br />
Los discípulos que lo conocían traían <strong>de</strong> la ciudad solamente pan, pero<br />
ella, que lo conocía tan ligeramente traía una corriente <strong>de</strong> hombres<br />
para que lo vieran y lo escucharan. <strong>La</strong>s criaturas recién nacidas en<br />
Cristo frecuentemente son más celosas y más exitosas en el<br />
evangelismo que los santos ¿maduros<br />
II. LA CONVERSACIÓN CON LOS DISCÍPULOS<br />
Su retorno (Juan 4:27).<br />
<strong>La</strong> traída <strong>de</strong>l alimento es la ocasión para una lección <strong>de</strong> nuestro Señor<br />
sobre las priorida<strong>de</strong>s.<br />
Los discípulos expresan una sorpresa incrédula sobre su conversación<br />
con una mujer. Uno pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r esto a la luz <strong>de</strong> la famosa oración<br />
rabínica: “¡Oh Dios, te doy gracias porque no me has hecho ni esclavo,<br />
ni gentil ni mujer! Ningún rabino hubiera llevado a cabo una<br />
conversación con una mujer. No creían apropiado estar solos con una<br />
mujer en una hostería o fonda, ni aun con la hija o hermana <strong>de</strong> uno, ni<br />
una conversación <strong>de</strong>sarrollada con la mujer <strong>de</strong> uno en la calle.<br />
El diálogo resultante (Juan 4:31-38).<br />
Cuando los discípulos regresaron, le dijeron: “Rabí, come”. Eso<br />
introduce las palabras <strong>de</strong> nuestro Señor sobre la comida <strong>de</strong>l Hijo, un<br />
discurso en el que compara el comer alimento con hacer la voluntad <strong>de</strong><br />
Dios. Él dice: “Yo tengo para comer una comida que vosotros no<br />
sabéis” (ver v. 32).<br />
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Los discípulos están <strong>de</strong>sconcertados por esto, volviéndose unos a los<br />
otros y preguntando: “¿Le habrá traído alguien <strong>de</strong> comer”.<br />
Le siguen sus importantes palabras: “Mi comida es hacer la voluntad <strong>de</strong>l<br />
que me envió y llevar a cabo su obra (ver v. 34). <strong>La</strong>s palabras expresan un<br />
sentido <strong>de</strong> omisión y <strong>de</strong>voción a la voluntad <strong>de</strong> Dios que me recuerdan las<br />
palabras <strong>de</strong>l salmista en el Salmo 40:8 “Me <strong>de</strong>leito en hacer tu voluntad,<br />
Dios mío; tu ley está <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mi corazón”, palabras que en última<br />
instancia solo se pue<strong>de</strong>n referir al divino Mesías, como el escritor <strong>de</strong> los<br />
Hebreos sabe (ver Heb. 10:5-10 y Mat. 4:4.). Hay a<strong>de</strong>más una expresión<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>voción a la obra <strong>de</strong> Dios, que anticipan las palabras <strong>de</strong> Juan 17:4 y<br />
19:30.<br />
Él no tenía necesidad <strong>de</strong> la emoción ni <strong>de</strong> los placeres mundanales<br />
porque había encontrado la postrera emoción, el hacer la voluntad <strong>de</strong><br />
Dios. Nada pue<strong>de</strong> igualar el placer <strong>de</strong> eso. Los yates, los segundos<br />
hogares, carros <strong>de</strong>portivos y todo el resto no se pue<strong>de</strong> comparar con<br />
eso, al pertenecer estrictamente a la liga menor, el dominio <strong>de</strong> la<br />
carne.<br />
Se dice que los espartanos cantaban al ir a la batalla, mientras los<br />
persas venían con los rugidos <strong>de</strong> los látigos llevándoles hacia la<br />
refriega. No es <strong>de</strong> sorpren<strong>de</strong>rse que unos pocos espartanos<br />
representaban un digno oponente para miles <strong>de</strong> persas.<br />
El motivo <strong>de</strong>l Hijo se establece en el versículo treinta y cinco. Él dice:<br />
“¿No <strong>de</strong>cís vosotros: ‘Todavía faltan cuatro meses, y <strong>de</strong>spués viene la<br />
siega’ He aquí, yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos que<br />
ya están blancos para la siega’” (v. 35). Hay un dicho proverbial que<br />
dice: “Roma no se construyó en un día”, pero nuestro Señor estaba<br />
ansioso <strong>de</strong> que los discípulos vieran la posibilidad <strong>de</strong> la cosecha ante<br />
sus mismos ojos. Se ha sugerido que la referencia a los campos al<br />
estar “blancos para la siega” es una referencia a los hombres<br />
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samaritanos que salían a raudales <strong>de</strong> la ciudad. Ellos usaban largas<br />
túnicas blancas. Si es así, Él se refiere a los hombres como los sujetos<br />
<strong>de</strong>l evangelismo. Uno pue<strong>de</strong> ver que para nuestro Señor no hay<br />
conflicto entre la fuerte doctrina <strong>de</strong> la elección incondicional, a la que<br />
Él se aferró (ver 6:37, 44, 65), y el celoso y urgente evangelismo.<br />
<strong>La</strong>s palabras finales <strong>de</strong> la sección contienen un mensaje para los<br />
discípulos (vv. 36-38), que enfatizan que en la obra <strong>de</strong> evangelismo<br />
existen tanto la siembra como la cosecha. Hay un uso interesante <strong>de</strong><br />
las palabras “otros hombres” en el versículo treinta y ocho, que pue<strong>de</strong><br />
referirse primariamente a Juan el Bautista, pero a<strong>de</strong>más pue<strong>de</strong> incluir a<br />
los profetas y al mismo Señor. Los discípulos serán los segadores en el<br />
futuro.<br />
El pasaje completo es muy instructivo por la actitud <strong>de</strong> nuestro Señor<br />
al evangelismo. H. A. Ironsi<strong>de</strong> solía <strong>de</strong>cir: “<strong>La</strong> gente a veces dice:<br />
‘bueno, yo no creo en misiones extranjeras’”. ¡Usted pue<strong>de</strong> estar muy<br />
agra<strong>de</strong>cido <strong>de</strong> que hay otros que sí lo están!<br />
III. LA RESPUESTA DE LOS SAMARITANOS<br />
<strong>La</strong> narración se redon<strong>de</strong>a con un magnífico clímax. Los samaritanos<br />
creen por la razón tanto <strong>de</strong>l testimonio <strong>de</strong> la mujer como la <strong>de</strong><br />
escucharlo ellos mismos a Él. Y ofrecen un testimonio contun<strong>de</strong>nte <strong>de</strong><br />
que Él es, ciertamente, “el Cristo, el salvador <strong>de</strong>l mundo”. Cuando uno<br />
recuerda la fuente <strong>de</strong>l testimonio, está claro que la expresión:<br />
“Salvador <strong>de</strong>l mundo”, es otra referencia al Señor como el salvador, no<br />
solamente <strong>de</strong> los judíos, sino <strong>de</strong> otros también, ¡aun <strong>de</strong> los<br />
samaritanos! De esa manera, una vez más, a Él se le ve como el<br />
salvador <strong>de</strong> toda clase <strong>de</strong> personas, <strong>de</strong> hecho, como más a<strong>de</strong>lante la<br />
Escritura lo hace claro, <strong>de</strong> toda tribu, familia, lengua y nación.<br />
Conclusión<br />
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Al mirar atrás en el capítulo vemos una vez más una imagen notable <strong>de</strong><br />
nuestro Señor como el incomparable obrero a favor <strong>de</strong> las <strong>almas</strong> <strong>de</strong> los<br />
hombres. Hay un número <strong>de</strong> aspectos que uno pue<strong>de</strong> ver en su obra.<br />
1. Primero, Él obró diariamente en medio <strong>de</strong>l círculo <strong>de</strong> la vida. No era<br />
algo especial para Él, sino que caracterizaba toda su vida. Esa es<br />
una lección para nosotros, porque el tiempo <strong>de</strong> evangelismo es<br />
cuando estamos en compañía <strong>de</strong> otros cada vez que eso suceda, en<br />
las tiendas, en el avión, en la escuela o en el trabajo.<br />
2. Segundo, con tacto, Él comenzó en el plano <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> ella (ver v.<br />
7, “Dame <strong>de</strong> beber”). Ver v. 9.<br />
2. Tercero, Él se movió <strong>de</strong> las cosas mundanales a las celestiales en la<br />
conversación, porque generalmente hay similitu<strong>de</strong>s entre las dos<br />
esferas. Estaban hablando <strong>de</strong> agua, pero no mucho antes <strong>de</strong> que<br />
comenzara a hablar <strong>de</strong>l pozo <strong>de</strong> agua que brota para vida eterna.<br />
Uno <strong>de</strong>be buscar convertirse en experto al <strong>de</strong>sviar las<br />
conversaciones a las cosas espirituales. Oswald San<strong>de</strong>rs habla <strong>de</strong> un<br />
estudiante que estaba tomando una fotografía <strong>de</strong> un bote que<br />
estaba a lo largo <strong>de</strong>l muelle. Otro joven que estaba a su lado<br />
ofreció el comentario: “Supongo que está tan seguro como el<br />
infierno”. El fotógrafo inmediatamente le preguntó si el infierno era<br />
seguro, y la conversación se volvió a cosas espirituales.<br />
Un hombre estaba esforzándose en ven<strong>de</strong>rle un quitamanchas a un<br />
ama <strong>de</strong> casa cristiana. Después <strong>de</strong> comprarlo (algunos consi<strong>de</strong>ran que<br />
esto es un elemento importante en la aproximación, pero yo no creo<br />
que sea necesario), ella dijo: “Conozco algo que pue<strong>de</strong> quitar manchas<br />
también”. “¿Qué es” él inquirió. Ahora la puerta estaba abierta, y ella<br />
respondió: “<strong>La</strong> sangre <strong>de</strong> Cristo”.<br />
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4. Cuarto, Él creó el <strong>de</strong>seo por las cosas celestiales (ver vv. 11-15).<br />
5. Quinto, Él trajo convicción a su consciencia al apuntarle a ella<br />
directamente su pecado en conexión con sus anteriores esposos (vv.<br />
16-19), y recibió la respuesta <strong>de</strong> ella: “Señor, me parece que tú eres<br />
profeta”. No estaba ofendida porque la conversación se había roto, lo<br />
que era una señal <strong>de</strong> que la obra <strong>de</strong> Dios estaba en marcha en su<br />
corazón. Si no es así, entonces no hay esperanza bajo ninguna<br />
circunstancia.<br />
6. Sexto, Él respondió a las dificulta<strong>de</strong>s que la mujer tenía (ver vv. 20-<br />
24). Algunos años atrás mientras estaba ocupado en reuniones en<br />
California, una mujer me pidió que hablara con su esposo, quien<br />
estaba <strong>de</strong>seoso <strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> cosas espirituales. Sus dificulta<strong>de</strong>s tenían<br />
que ver en última instancia con la razón <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong>l pecado y<br />
la razón <strong>de</strong> la cruz <strong>de</strong> Cristo. Tuvimos una larga conversación sobre el<br />
asunto, y en la última reunión, que se estaba celebrando en Riversi<strong>de</strong>,<br />
California, se apareció con una Biblia Scofield gran<strong>de</strong> y cara bajo su<br />
brazo. Su esposa Betty hizo notar que: “Jack Benny Burkes (ese era su<br />
apellido) ¡se había quebrantado y la había traído!”. Posteriormente dijo<br />
que eso significaba algo, y que finalmente lo llevaría a su conversión.<br />
7. Séptimo, Él mismo se reveló a ella como la respuesta <strong>de</strong> su<br />
búsqueda <strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro objeto <strong>de</strong> la adoración (ver vv. 25, 26). Todo<br />
evangelismo <strong>de</strong>be llevar a eso.<br />
Permítanme concluir refiriéndome una vez más al tema <strong>de</strong> la sabiduría,<br />
con el que comenzó el mensaje. ¿Queremos ser sabios en el mejor y<br />
verda<strong>de</strong>ro sentido El consejo <strong>de</strong> Salomón está aún ahí para nosotros:<br />
“El fruto <strong>de</strong>l justo es árbol <strong>de</strong> vida, y el que gana <strong>almas</strong> es sabio”. Y el<br />
consejo <strong>de</strong> Pablo es similar: “Andad sabiamente para con los <strong>de</strong> afuera,<br />
APROVECHANDO BIEN EL TIEMPO” (ver Col 4:5).<br />
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Hay una historia que contiene una lección para todos nosotros. Hudson<br />
Taylor en Ning-po en China llevó a Cristo a un joven lí<strong>de</strong>r budista, un<br />
traficante <strong>de</strong> algodón. Después <strong>de</strong> oír un mensaje sobre Juan 3:14, 15,<br />
se levantó, y dijo: “He estado buscando la verdad por largo tiempo,<br />
como lo hizo mi padre antes que yo, pero sin encontrarla. He viajado<br />
lejos y cerca, pero nunca la he tratado <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir. En el<br />
confusionismo, budismo, taoísmo no he encontrado reposo; pero sí<br />
encuentro <strong>de</strong>scanso en lo que he escuchado esta noche. De ahora en<br />
a<strong>de</strong>lante soy un creyente en Jesús”. Y se convirtió en un lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong> cosas<br />
espirituales en la ciudad.<br />
Luego, al hablar con Taylor, él hizo la pregunta que no se olvida<br />
fácilmente: “¿Cuánto tiempo han contado las buenas nuevas en<br />
Inglaterra”. Taylor, avergonzado, dijo vagamente que por algunos<br />
cientos <strong>de</strong> años. “¿Cómo”, exclamó Nyi asombrado, ¡varios cientos <strong>de</strong><br />
años! ¿Es posible que hayan conocido a Jesús por tanto tiempo y solo<br />
ahora han venido a <strong>de</strong>círnoslo Mi padre buscó la verdad por más <strong>de</strong><br />
veinte años”, continuó tristemente, “y murió sin encontrarla. Oh, ¿por<br />
qué no vinieron antes<br />
Notas<br />
1 William Arnot, Illustrations of the Book of Proverbs, [Ilustraciones <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> los<br />
Proverbios] (London, 1858), p. 10, 11.<br />
2 Westcott, p. 75.<br />
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