La sabiduría de ganar almas - Believers Chapel

samaritanos que salían a raudales de la ciudad. Ellos usaban largas
túnicas blancas. Si es así, Él se refiere a los hombres como los sujetos
del evangelismo. Uno puede ver que para nuestro Señor no hay
conflicto entre la fuerte doctrina de la elección incondicional, a la que
Él se aferró (ver 6:37, 44, 65), y el celoso y urgente evangelismo.
Las palabras finales de la sección contienen un mensaje para los
discípulos (vv. 36-38), que enfatizan que en la obra de evangelismo
existen tanto la siembra como la cosecha. Hay un uso interesante de
las palabras “otros hombres” en el versículo treinta y ocho, que puede
referirse primariamente a Juan el Bautista, pero además puede incluir a
los profetas y al mismo Señor. Los discípulos serán los segadores en el
futuro.
El pasaje completo es muy instructivo por la actitud de nuestro Señor
al evangelismo. H. A. Ironside solía decir: “La gente a veces dice:
‘bueno, yo no creo en misiones extranjeras’”. ¡Usted puede estar muy
agradecido de que hay otros que sí lo están!
III. LA RESPUESTA DE LOS SAMARITANOS
La narración se redondea con un magnífico clímax. Los samaritanos
creen por la razón tanto del testimonio de la mujer como la de
escucharlo ellos mismos a Él. Y ofrecen un testimonio contundente de
que Él es, ciertamente, “el Cristo, el salvador del mundo”. Cuando uno
recuerda la fuente del testimonio, está claro que la expresión:
“Salvador del mundo”, es otra referencia al Señor como el salvador, no
solamente de los judíos, sino de otros también, ¡aun de los
samaritanos! De esa manera, una vez más, a Él se le ve como el
salvador de toda clase de personas, de hecho, como más adelante la
Escritura lo hace claro, de toda tribu, familia, lengua y nación.
Conclusión
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