revista iCruceros nº13

Los pinares y el sonido de las
cigarras es algo que nunca olvido.
Creo que es uno de los
lugares más bonitos de la tierra.
Y no exagero.
Vamos a empezar por el principio.
Llegamos a Eivissa, capital
de la Isla y Patrimonio de la
Humanidad desde 1999, recorriendo
su centro histórico
veremos un conjunto arquitectónico
de los más importantes
del mediterráneo occidental,
lleno de callejuelas
desiguales con rincones siempre
animados y llenos de vida.
Nos adentramos en el recinto
amurallado de Dalt Vila donde
el perfil de la Catedral de
Santa María de las Nieves, del
siglo Xlll, pero reconstruida en
el XVlll, es de estilo barroco
y su campanario aparecen en
todas las imágenes de la zona.
Desde lo alto de las murallas la
vista de la bahía se admira con
toda su belleza.
Como bella y destacada es la
Moda Adlib, que sigue siendo
tendencia. Este estilo de prendas,
siempre inmaculadamente
blancas, mezcla lo más tradicional,
con el espíritu hippy.
La princesa yugoslava Smilja
Mihailovitch fue su impulsora
a principios de los años 70.
Blanco y encaje. Sedas y algodones.
Ganchillo y bordado
Al llegar la noche y aún con
las tiendas abiertas, los cafés,
restaurantes, bares y pubs se
animan hasta límites insospechados.
Los mercadillos y
espectáculos callejeros, junto
a la variopinta fauna humana
que pasea sus cuerpos por la
ciudad, hacen sentir una libertad
que es difícil encontrar en
otras urbes.
Es el escenario perfecto para
prepararte y salir teniendo en
cuenta que allí todo vale, los
looks mas locos y atrevidos allí
pasarán desapercibidos. En las
afamadas discotecas ibicencas
como Pacha, Amnesia, Privilege,
etc. las juergas no tienen límite,
por algo su fama las sitúa
en el top mundial.
Cada una de las Salas cuenta
con fiestas específicas como
las famosas Flower Power, La
Troya o Supermartxé.
Es una experiencia que hay
que vivir al máximo.
Todo esto en la capital de la
Isla, pero esta Pitiusa aun nos
tiene mucho más que enseñar.
Vamos a ir hasta Santa Eulària
des Riu, mucho más relajada
que la capital es ideal
para el turismo más familiar y
de relax. Posee un bonito paseo
bordeando la playa que
siempre invita a recorrerlo
con paso tranquilo y una calle
frente al ayuntamiento alberga
todos los días puestos artesanos.
Es el municipio donde
desemboca el único río que
posee la isla, aunque yo siempre
lo he visto seco…
Una visita obligada es el casco
histórico de Puig de Missa.
Cerca también están los mercadillos
más genuinos de la
Isla, Las Dalias en Sant Carles,
que personalmente me parece
el más autentico, que abre los
sábados y Punta Arabí, en Es
Canar que abre los miércoles.
Sin duda hay que visitarlos y
dejarse llevar por el espíritu
hippy de los años 60 y 70 que
alguno de los artesanos y artistas
de los puestos aún conserva.
Cuero, ropa, bisutería pero
también mucha afluencia de
gente. Hay que ir pronto…o
tarde.