Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
En una de las crónicas de la época, se comentó: “Pocas veces el entusiasmo rebasó límites<br />
de mayor fervor y pocas veces la sociedad de una población hizo tan cálidas demostraciones<br />
de afecto y adhesión como las que el pueblo malagueño rindiera a esta reina, ídolo entonces<br />
de los corazones españoles y merecedora, sin embargo, poco más tarde, por sus infortunios<br />
y desgracias, de que la historia la nombrase como<br />
la de los tristes destinos”.<br />
Esto es así ya que seis años más tarde, tras la revolución<br />
de septiembre de 1868, la reina se vio forzada<br />
a partir hacia su destierro en París.<br />
Desde que la reina llegó al límite de nuestra provincia,<br />
procedente de Granada, fue recibida por los<br />
malagueños con festejos populares, vítores, aclamaciones<br />
y arcos de triunfo: el primero de ellos situado a dos<br />
leguas y media de Archidona, realizado por Emilio<br />
Díaz y sufragado por la Diputación Malagueña.<br />
A las cinco de la tarde llegó la comitiva real a la<br />
hacienda de Teatinos, preparada especialmente para<br />
esta visita por su propietario Eduardo Delius. Sobre las<br />
seis menos cuarto, la carroza real pasaba por el arco<br />
que había levantado el Ayuntamiento en el camino de<br />
Antequera, diseñado por el arquitecto José Triguero,<br />
continuando su entrada a la ciudad por la acera del<br />
Campillo, atravesó el callejón de Florida, la Calzada de la Trinidad, el Callejón de las Huertas a<br />
su salida a Martiricos, el Huerto de los Claveles, la<br />
Alameda baja de Capuchinos, Olletas y plaza de la Victoria,<br />
hasta pasar bajo el arco erigido por la Diputación<br />
Provincial, creación del pintor malagueño y escenógrafo<br />
Manuel Montesinos.<br />
Al decir de los cronistas de la época, el encuentro<br />
de la reina y su familia con el pueblo congregado en<br />
la plaza de la Merced, fue apoteósico. En esa plaza no<br />
se había instalado ningún arco, pero se había efectuado<br />
una total transformación con surtidores de agua, arcos<br />
vegetales y florales, estatuas de mármol, elegante cerramiento<br />
de forja y cientos de tulipas de luz de gas<br />
sobre la arboleda, ofrecían una imagen de ciudad festiva.<br />
Los arcos embellecieron las calles que recorrerían<br />
los ilustres huéspedes de la ciudad, estando situado<br />
en la calle Álamos el construido por el Instituto Provincial<br />
de Segunda Enseñanza, obra del arquitecto Cirilo<br />
Salinas; el costeado por el Liceo y construido por el<br />
Arco ubicado al límite provincia .1862<br />
Arco del Camino de Antequera. 1862<br />
arquitecto Rafael Moreno en calle Carretería, habiéndose proyectado otro en el muelle, por<br />
Joaquín García Toledo y Vicente Moreno Espinosa, a costa del Circulo Malagueño de Bellas<br />
Artes. Los bellos arcos no lucieron solamente en las calles, sino que se instalaron también en<br />
lugares importantes como la Estación de Ferrocarriles, la Industria Malagueña, la Constancia,<br />
- 31 -