37 la hermeneutica critica - Cedum
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Los intentos de síntesis:<br />
3.7 La hermenéutica crítica de Paul Ricoeur:<br />
Ricoeur (1913-2005) e<strong>la</strong>bora su propuesta a partir de una discusión con <strong>la</strong><br />
fenomenología de Husserl, el problema de <strong>la</strong> existencia en Heidegger y <strong>la</strong><br />
hermenéutica de <strong>la</strong>s tradiciones en Gadamer. De otra parte, entra en diálogo<br />
con <strong>la</strong> teoría crítica de Habermas y Apel en los temas de <strong>la</strong> comunicación. Tuvo<br />
gran influencia en su problema crítico-interpretativo (el texto como elemento<br />
mediático) de los l<strong>la</strong>mados pensadores de <strong>la</strong> sospecha: Marx, Freud y<br />
Nietszche. El primero es retomado junto con Habermas para tratar el problema<br />
de <strong>la</strong>s ideologías, el segundo aporta herramientas sicoanalíticas para esc<strong>la</strong>recer<br />
<strong>la</strong> hermenéutica en lo re<strong>la</strong>tivo a los problemas del ser como esfuerzo y deseo y,<br />
el último, aporta elementos sobre el asunto del poder.<br />
Ricoeur inscribe su propuesta, igual que Gadamer, en <strong>la</strong> hermenéutica como<br />
parte de <strong>la</strong> ontología, donde <strong>la</strong> cuestión fundamental se desp<strong>la</strong>za de <strong>la</strong><br />
pregunta por <strong>la</strong> forma del conocer en cuanto a <strong>la</strong> interpretación, a <strong>la</strong> forma del<br />
ser en cuanto a <strong>la</strong> comprensión, y donde busca dar cuenta de cómo el ser se<br />
produce, mediado por una serie de procesos (grados) en el conocer. Para<br />
Ricoeur el texto es el eje sobre el cual gira y se proyecta el problema de <strong>la</strong><br />
hermenéutica. Seña<strong>la</strong> que <strong>la</strong>s acciones sociales son en tanto se expresan, y que<br />
por lo tanto, el texto es fundamentalmente una inscripción de <strong>la</strong> acción social.<br />
La dialéctica permite entender el texto como mediación.<br />
Paul Ricoeur propone una ciencia social hermenéutica y crítica a <strong>la</strong> vez, capaz<br />
de dar cuenta tanto del sentido de los textos y <strong>la</strong>s acciones como de <strong>la</strong><br />
materialidad que, revistiendo <strong>la</strong>s máscaras del poder, lo transfiguran.<br />
Teoría crítica y positivismo: Albretch Wellmer
Wellmer (1933) centra su interés en los aspectos metodológicos y<br />
epistemológicos de <strong>la</strong> reconstrucción de <strong>la</strong>s ciencias sociales y de <strong>la</strong> teoría<br />
crítica. Su síntesis busca rescatar los elementos que conservan vigencia en <strong>la</strong>s<br />
teorías positivistas y marxistas, busca resolver <strong>la</strong> dicotomía entre los<br />
fundamentos de <strong>la</strong> razón empírico-positiva y los principios histórico-dialécticos.<br />
Destaca <strong>la</strong> necesidad de reconstruir un tipo de razón que no se edifique en<br />
antagonismo con <strong>la</strong> técnica y <strong>la</strong> ciencia y por extensión, <strong>la</strong> necesidad de mediar<br />
entre <strong>la</strong>s ciencias nomológicas –de <strong>la</strong> naturaleza- y <strong>la</strong>s ciencias ideográficas –<br />
históricas- en una revisión radical del tema de <strong>la</strong> praxis y de <strong>la</strong> praxis<br />
transformadora, esto es, el imperativo de <strong>la</strong> incorporación del conocimiento<br />
científico-positivo en el proceso histórico de cambio de una sociedad cuyo<br />
principio de intercambio actúa en todas <strong>la</strong>s esferas sociales.<br />
Síntesis:<br />
Fruto del debate entre positivismo y hermenéutica, se ha registrado una<br />
recomposición del campo epistémico que se condensa en dos intentos de<br />
síntesis. El postempirismo de Thomas Kuhn pone en cuestión los<br />
p<strong>la</strong>nteamientos del positivismo y el racionalismo crítico resaltando el papel de <strong>la</strong><br />
hermenéutica en <strong>la</strong> construcción del paradigma científico, derrumbando <strong>la</strong> idea<br />
de ciencia como saber objetivo y racional, abriendo el camino a <strong>la</strong><br />
intersubjetividad como requerimiento para <strong>la</strong> validez científica.<br />
Habermas por su parte reconoce <strong>la</strong> especificidad de <strong>la</strong>s ciencias empíricas y<br />
hermenéuticas por <strong>la</strong> vía del interés que <strong>la</strong>s orienta, técnico y práctico, a <strong>la</strong> vez<br />
que recalca <strong>la</strong> importancia de <strong>la</strong>s ciencias críticas como autorreflexiones que <strong>la</strong>s<br />
ciencias hacen dentro de el<strong>la</strong>s mismas haciéndo<strong>la</strong>s concientes del interés que<br />
<strong>la</strong>s orienta, el emancipatorio. Con ello supera <strong>la</strong> clásica subordinación de una
ciencia sobre otra y advierte el horizonte emancipatorio en el que ambas deben<br />
inscribirse.<br />
Ricoeur supera <strong>la</strong> oposición entre positivismo y hermenéutica considerando un<br />
elemento metodológico para <strong>la</strong>s ciencias sociales que describe un movimiento<br />
permanente entre explicar y comprender. Hace igualmente una síntesis entre<br />
crítica y hermenéutica como elementos indisociables en <strong>la</strong> ciencia social.<br />
Por último, Wellmer retoma <strong>la</strong> discusión positivismo hermenéutica seña<strong>la</strong>ndo<br />
puntos de encuentro entre ambos enfoques, logrando una ree<strong>la</strong>boración del<br />
estatuto epistemológico de <strong>la</strong>s ciencias sociales.<br />
En <strong>la</strong> recomposición del campo epistémico de <strong>la</strong>s ciencias sociales se visualizan<br />
dos grandes bloques recíprocamente influenciados: el positivismo perneado por<br />
<strong>la</strong> hermenéutica, es decir, el postempirismo y el bloque crítico-hermenéutico<br />
con dos tendencias, <strong>la</strong> estructuralista de origen francés y <strong>la</strong> de <strong>la</strong> teoría crítica<br />
de raíces alemanas. En este orden de ideas, <strong>la</strong>s formu<strong>la</strong>ciones de Paul Ricoeur<br />
se convierten en el más audaz intento de síntesis entre hermenéutica y crítica<br />
de <strong>la</strong>s ideologías como <strong>la</strong> apuesta alternativa de carácter teórico y metodológico<br />
más consistente sobre <strong>la</strong> cual fundamentar el estatuto epistemológico de <strong>la</strong>s<br />
ciencias sociales.<br />
La sociología y <strong>la</strong> filosofía políticas en el debate de <strong>la</strong>s ciencias<br />
sociales:<br />
Por <strong>la</strong> importancia del aporte dado desde estas disciplinas al tema del DS y el<br />
Medio Ambiente, se destaca a continuación <strong>la</strong> contribución hecha por tres<br />
corrientes: <strong>la</strong> de los enfoques funcional-conductistas (Talcott Parsons y David
Easton), <strong>la</strong> postestructuralista (Deleuze, Guattari, Lipovetsky y Lyotard) y <strong>la</strong><br />
segunda teoría crítica encabezada por Habermas.<br />
El estructural-funcionalismo:<br />
Hacia <strong>la</strong> mitad del siglo XX el desarrollo de <strong>la</strong>s ciencias sociales como<br />
disciplinas con status científico miraba a <strong>la</strong> sociedad como un sistema. Destaca<br />
el aporte del sociólogo norteamericano Talcott Parsons (1902-1979) con su<br />
enfoque estructural-funcionalista para <strong>la</strong>s ciencias sociales. Busca superar <strong>la</strong>s<br />
determinaciones y limitaciones que impedían a este tipo de ciencias mayores<br />
niveles de utilidad práctica. En este sentido, reivindica <strong>la</strong> importancia del<br />
método comparativo (ais<strong>la</strong>miento de variables y re<strong>la</strong>ciones causales) para<br />
construir teoría a través de validación empírica.<br />
Su aporte se circunscribe en el desarrollo de una teoría sistémica establecida<br />
como un esquema conceptual generalizado, en el cual se integran de manera<br />
lógica los diferentes elementos que lo constituyen. En el sistema, los<br />
fenómenos se encuentran intrínsecamente interre<strong>la</strong>cionados a nivel estructural<br />
y, desde un punto de vista estructural, un sistema se compone de unidades, de<br />
susbsistemas que potencialmente existen de modo independiente, y de sus<br />
mutuas re<strong>la</strong>ciones estructurales. Se mantiene un interés por <strong>la</strong> sociología con<br />
status de ciencia empírica, método riguroso y pautas de validez. Se tratan<br />
problemas de análisis e interpretación de <strong>la</strong>s estructuras institucionales del<br />
mundo moderno y los procesos de cambio social que se dan.<br />
El postestructuralismo:<br />
Más que una corriente o propuesta teórica, el postestructuralismo es más bien<br />
un criterio para ubicar a un grupo de autores entre finales de <strong>la</strong> década de los
sesenta y durante los setenta del siglo inmediatamente anterior: Jean F.<br />
Lyotard, Gilles Deleuze, Félix Guattari y Gilles Lipovetsky, unidos por un<br />
lenguaje y antecedentes teóricos comunes alrededor de pliegos de<br />
observaciones que los conectan entre sí. Comparten una posición ontológica<br />
vitalista, una lógica antidialéctica y el uso de una narrativa adversa a <strong>la</strong><br />
racionalidad y argumentación moderna y una noción de emancipación fundada<br />
en <strong>la</strong> búsqueda de un conocimiento y un sujeto que hagan posible <strong>la</strong> liberación<br />
de los conceptos y prácticas lingüísticas, y a partir de ello unos nuevos modos<br />
de vivir y pensar.<br />
A <strong>la</strong> sensibilidad estético-literaria y a <strong>la</strong> desconfianza por <strong>la</strong> racionalidad se<br />
suma un contexto social caracterizado por el desarrollo de una profunda<br />
revolución de <strong>la</strong>s tradiciones y valores culturales sin una significativa<br />
transformación de <strong>la</strong> estructura económica. El postestructuralismo hace una<br />
crítica a <strong>la</strong> noción positivista de <strong>la</strong> ciencia, cuestionando <strong>la</strong> posibilidad de<br />
generalizar a partir de <strong>la</strong> observación de repeticiones comunes sacrificando <strong>la</strong><br />
particu<strong>la</strong>ridad y <strong>la</strong> diferencia, contraponiendo a ello una concepción del universo<br />
como pluralidad desobjetivizada.<br />
Se hace un particu<strong>la</strong>r abordaje de lo político en este movimiento, mediante una<br />
propuesta de emancipación de carácter ontológico, que busca <strong>la</strong> liberación de<br />
todas aquel<strong>la</strong>s fuerzas vitales hasta ahora reprimidas y canalizadas por <strong>la</strong> matriz<br />
cartesiana, el logos occidental y sus consecuentes re<strong>la</strong>ciones de poder.<br />
Capitalismo y esquizofrenia: Gilles Deleuze y Félix Guattari:
La corriente postestructuralista ubica en su núcleo al filósofo Deleuze (1925-<br />
1995) y al sicoanalista Guattari (1930-1992). El primero profundizó <strong>la</strong> crítica de<br />
<strong>la</strong> dialéctica y <strong>la</strong> representación occidental que rodeará el ambiente filosófico<br />
francés de <strong>la</strong> época, concluyendo <strong>la</strong> necesidad de reivindicar los modos de vivir<br />
y pensar distintos; esto le conduce junto a Guattari a preguntarse por el papel<br />
normalizador del sicoanálisis, oponiendo una práctica sobre <strong>la</strong> comprensión del<br />
hombre y <strong>la</strong> naturaleza como un única e indiferenciada realidad.<br />
El postindividualismo: Gilles Lipovetsky<br />
Lipovetsky (1944) identifica en <strong>la</strong> sociedad contemporánea un nuevo modo de<br />
socialización e individualización, un proceso de personalización. Los valores<br />
universales, moral-disciplinarios e ideológico-normativos fundadores de una<br />
modernidad que se pensaba a sí misma en términos de actores colectivos y<br />
utopías, se han difuminado en <strong>la</strong> multiplicación y diversificación de <strong>la</strong> oferta<br />
dando paso a una atomización social motivada en <strong>la</strong> sobrevaloración de <strong>la</strong><br />
intimidad, en el hedonismo, en el desenvolvimiento del tiempo libre, el disfrute<br />
del sexo y <strong>la</strong> expresión libre, <strong>la</strong> superación personal, y el respeto de <strong>la</strong>s<br />
diferencias y particu<strong>la</strong>ridades personales. La contemporaneidad se configura<br />
como un nuevo tipo de organización flexible en <strong>la</strong> que se supera el carácter<br />
limitado del individualismo moderno de sujeción uniforme, competitivo<br />
económicamente y revolucionario política y artísticamente, para dar paso a uno<br />
total, narcisista y egocéntrico, uniforme, monótono, desinteresado por el<br />
pasado o el futuro, de libre elección y realización de deseos.<br />
La práctica de <strong>la</strong> seducción es el fundamento de <strong>la</strong> mayor parte de re<strong>la</strong>ciones,<br />
entre el<strong>la</strong>s <strong>la</strong> política. Se pasa a una personalización y sicologización del poder,<br />
de forma que <strong>la</strong> figura del líder se legitima en el compartimiento de su<br />
intimidad con un sociedad que añora el contacto humano, lo que se re<strong>la</strong>ciona<br />
con una descentralización administrativa del Estado respondiendo <strong>la</strong>s demandas
identitarias de diversos grupos, minimizando <strong>la</strong> distancia dirigente-ejecutante,<br />
reduciéndose el poder de <strong>la</strong> burocracia y formando una red informatizada de<br />
comunicación en <strong>la</strong> que cada segmento actúa autónoma y funcionalmente, lo<br />
que finalmente alimenta <strong>la</strong> supresión del ideal revolucionario, de los<br />
metadiscursos y proyectos político-teleológicos, tras<strong>la</strong>dándose <strong>la</strong> idea de<br />
emancipación a una cuestión de naturaleza identitaria, de pura seducción y/o<br />
conciencia epistemológica.<br />
La consecuencia directa es <strong>la</strong> indiferencia, se desdibujan los valores e ideales<br />
correspondientes a un espacio público como el trabajo o <strong>la</strong> familia, de manera<br />
que el sistema social es casi un cuerpo vacío de significado común, que se<br />
reproduce por inercia concentrado en <strong>la</strong> realización de los intereses privados,<br />
haciendo del rec<strong>la</strong>mo de una responsabilidad indiferente una tecnología de<br />
control más flexible y económica que socializa desocializando 1 .<br />
La libertad se diversifica aplicándose a espacios individuales comercializables: el<br />
vestido, el baile, el sexo, etc. La institucionalidad democrática alberga con ello<br />
una gama de movimientos ajenos a <strong>la</strong> emocionalidad de profundos referentes<br />
ligados a <strong>la</strong> defensa de <strong>la</strong>s ideas, haciendo banal el espacio político pero<br />
estabilizando su práctica. En el contemporáneo total individualismo se hacen<br />
tolerables los contrastes, de manera que conviven el desenfreno y <strong>la</strong><br />
responsabilidad, el materialismo y el misticismo, al tiempo que a <strong>la</strong>s<br />
desigualdades materiales se <strong>la</strong>s atiende personalizadamente a través de<br />
incentivos selectivos abandonándose así los grandes discursos del desarrollo 2 .<br />
La dinámica de los mass media, de <strong>la</strong> misma forma que involucra <strong>la</strong> seducción<br />
en <strong>la</strong> arena política, acerca los debates a <strong>la</strong> sociedad civil y los integra a su<br />
cotidianidad. Según Lipovetsky, se trata de una forma ligera (Light) de <strong>la</strong><br />
1 Véase, LIPOVETSKY, Gilles. La era del vacío: ensayos sobre el individualismo contemporáneo, trad.<br />
Esp. Barcelona: Ed. Anagrama, 1983.<br />
2 ídem
política que bien o mal se caracteriza por <strong>la</strong> completa interiorización de <strong>la</strong><br />
democracia, de manera que enfrenta pasiones individualistas mucho más<br />
tranqui<strong>la</strong>s haciéndose incompatible con el extremismo y/o <strong>la</strong> violencia.<br />
Lipovetsky identifica a <strong>la</strong> moda como el elemento decisivo de <strong>la</strong> temporalidad<br />
del individuo contemporáneo. Esta en cuanto forma de re<strong>la</strong>ción ligada a <strong>la</strong><br />
realización del hedonismo y <strong>la</strong> materialización del deseo, genera <strong>la</strong> pertenencia<br />
a grupos simbólicos utilizando como referente <strong>la</strong> apropiación de <strong>la</strong>s novedades,<br />
aplicando a nuestro caso de manera tal que ha dominado y subvertido el papel<br />
del pasado y <strong>la</strong> tradición cuando no sea por el<strong>la</strong> funcionarizada, haciendo de <strong>la</strong><br />
contemporaneidad una época que se piensa sólo como presente 3 .<br />
La ética moderna de los deberes, de <strong>la</strong> abnegación y <strong>la</strong>s prohibiciones ha dado<br />
lugar a <strong>la</strong> secu<strong>la</strong>rización de <strong>la</strong> ética, con lo cual los individuos contrastan<br />
diversos y encontrados criterios, pero como una gama de normas individualistas<br />
de manera que ninguno forma mayorías peligrosas. La caída de <strong>la</strong>s<br />
fundamentaciones metafísicas no ha conllevado a <strong>la</strong> desaparición de <strong>la</strong> moral,<br />
más bien ha conducido a <strong>la</strong> afirmación de un núcleo estable de valores<br />
compartidos: los derechos humanos. Un mejor futuro se vislumbra por parte de<br />
este autor en <strong>la</strong> construcción, a partir de dicho consenso básico, de una<br />
individualidad consagrada al desarrollo y el cumplimiento de sus deseos<br />
responsablemente en contra de una individualidad irresponsable. Alcanzar el<br />
justo medio aristotélico, se trataría de un postdeber que habría liberado al<br />
individuo de <strong>la</strong> obligación de “consagrarse a los demás”, al mismo tiempo que<br />
encontraría en <strong>la</strong> “piedad” rousseauniana <strong>la</strong> incapacidad de ignorar o causar el<br />
sufrimiento de un prójimo 4 .<br />
3 Véase, LIPOVETSKY, Gilles. El imperio de lo efímero: <strong>la</strong> moda y su destino en <strong>la</strong>s sociedades<br />
modernas, trad. esp. Barcelona: Ed. Anagrama, 1990.<br />
4 Véase LIPOVETSKY, Gilles. El crepúsculo del Deber: <strong>la</strong> ética indolora de los nuevos tiempos<br />
democráticos, trad. esp. Barcelona: Ed. Anagrama, 1994.
Economía libidinal y Mundo Postmoderno: Jean-Francois Lyotard<br />
En sus comienzos Lyotard (1924-1988), originario de <strong>la</strong> militancia de <strong>la</strong> revista<br />
Socialisme ou barbarie, rec<strong>la</strong>ma una relectura afirmativa de Marx y Freud<br />
fundada en <strong>la</strong> revaloración del nihilismo nietzscheano imprimiéndo<strong>la</strong>s en una<br />
programática de <strong>la</strong> emancipación que propendía <strong>la</strong> liberación y libre expresión<br />
de <strong>la</strong>s pulsiones. En el comportamiento humano no existe una jerarquía o<br />
contradicción entre pasiones, deseos y conocimientos que niegue su simultánea<br />
liberación, explicando los valores o profundidades asumidas entre estos como<br />
tensiones e intensidades en una superficie libidinal única e ininterrumpida que<br />
constituye al humano. Lo anterior, proyectado en su libro Economía libidinal<br />
(1980), se expresó en una praxis sociopolítica materialista y neopagana.<br />
Tiempo después este autor entiende que <strong>la</strong> forma del saber actual corresponde<br />
a una pluralidad de discursos carentes de razón centralizadora o régimen<br />
normativo, verdades parciales establecidas para tiempos, condiciones y<br />
características determinadas. Con <strong>la</strong> modificación y fragmentación del estatuto<br />
del conocimiento, el saber entra a ser parte de una comercialización y<br />
utilización política.<br />
La segunda teoría crítica. Habermas: capitalismo tardío y legitimidad<br />
Los dos objetivos centrales del programa de investigación desarrol<strong>la</strong>do por<br />
Habermas son: <strong>la</strong> refundamentación epistemológica del materialismo histórico<br />
y, unido a ello, <strong>la</strong> reconstrucción normativa de <strong>la</strong> legitimidad en <strong>la</strong>s sociedades<br />
complejas. A estos propósitos responden su Teoría de <strong>la</strong> acción comunicativa,<br />
en donde se inscribe su ética discursiva y el giro hacia <strong>la</strong> reconsideración<br />
normativa del estado democrático de derecho desde <strong>la</strong> perspectiva de una
democracia radical. Ciencia y política se entrecruzan y suponen recíprocamente<br />
en <strong>la</strong> propuesta de su filosofía.<br />
Habermas desarrol<strong>la</strong> en sus discusiones y reflexiones una teoría del derecho y<br />
<strong>la</strong> democracia que, de una parte, profundiza sus reflexiones tempranas sobre <strong>la</strong><br />
legitimación en el capitalismo tardío que le permite rep<strong>la</strong>ntear y complementar<br />
su propia teoría de <strong>la</strong> acción comunicativa y, de otra, en diálogo con <strong>la</strong>s<br />
principales corrientes iusfilosóficas, socio-jurídicas, teórico-jurídicas y filosóficopolíticas<br />
contemporáneas, proponer un nuevo paradigma jurídico-político, el<br />
discursivo-procedimental, cuyo objetivo es superar <strong>la</strong> crisis de <strong>la</strong>s sociedades<br />
contemporáneas a través de <strong>la</strong> reconstrucción normativa de <strong>la</strong> legitimidad<br />
fracturada, conciliando <strong>la</strong> dicotomía entre el mundo de <strong>la</strong> vida y los subsistemas<br />
económico y político-administrativo a través de un modelo de democracia<br />
deliberativa como expresión del poder comunicativo de <strong>la</strong> sociedad civil y <strong>la</strong><br />
opinión pública.