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Página14
Reporte Macroeconómico Nº 108 10/05/2011
mejorar la competitividad a partir de un proceso deflacionario, que es un proceso
lento y de largo plazo.
Según nuestra visión, la solución a la crisis europea tendría que venir desde la política
monetaria, no desde la política fiscal. Un euro más débil dotaría rápidamente de
competitividad a los PIGS, mejorando su nivel de actividad y el resultado de la cuenta
corriente. A su vez se incrementaría la recaudación, reduciendo el déficit fiscal y (por
ende) el endeudamiento.
No obstante, el problema es que Alemania -por el momento- parecería estar lejos de
admitir una política monetaria y cambiaria con este perfil, dado que su sector externo
no necesita competitividad precio y se prioriza tener una moneda fuerte como
instrumento anti inflacionario. Con lo cual, lo más probable es que la crisis europea se
perpetúe en el mediano y largo plazo.
En este escenario de perpetuación de la crisis, la probabilidad de que otros países
(además de Grecia, Portugal e Irlanda) se vean involucrados en serios problemas
económicos y financieros se incrementa. En efecto, España podría seguir los pasos de
Grecia, Portugal e Irlanda en el mediano plazo.
La caída de España sería el único canal a través del cual la crisis europea podría tener
impacto en América Latina y Argentina, ya que los lazos económicos y financieros del
país ibérico con la región son fuertes. En este sentido, sólo basta mencionar la
importancia que tienen el Santander y el BBV Bizcaya en Brasil, y en toda la región.
De acuerdo con nuestro punto de vista, una crisis española podría resultar en un
aumento de la aversión al riesgo y en una fuerte reducción del flujo del ahorro
internacional hacia América Latina en general y Brasil en particular. Luego, una crisis
española repercutiría negativamente en Argentina a través de Brasil, que depreciaría
su moneda para corregir el déficit de cuenta corriente, que ya no podría ser
financiado con el mismo nivel de capitales extranjeros.
En definitiva, una crisis en España podría generar una caída del nivel de actividad
doméstico, que se materializaría por medio de una depreciación cambiaria en Brasil.
Por lo tanto, es muy importante seguir de cerca la cotización del euro frente a las
principales divisas mundiales. Una apreciación de la moneda europea acrecentaría la
probabilidad de ocurrencia de una crisis en España y viceversa.
Sin embargo, una profundización de la crisis europea tendría un impacto reducido
sobre el precio mundial de la soja, con lo cual el impacto directo sobre la economía
argentina quedaría acotado. La soja es mucho más sensible al poder adquisitivo del
dólar y a sus condiciones de oferta y demanda, que al euro y la política monetaria de
Europa. En este marco, para Argentina es mucho más relevante seguir la política
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