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I LO MÁS NUCLEAR DE LA ESPIRITUALIDAD: LA EXPERIENCIA DE<br />

JESÚS<br />

Bibliografía<br />

• DURRWEL, F. X., Nuestro Padre Dios en su misterio, Salamanca 1990.<br />

• JEREMIAS, J., Abba. El mensaje central del NT, Salamanca 1981.<br />

• PIKAZA, X., El camino del Padre. Nueve itinerarios para el encuentro con Dios,<br />

Estella (Navarra) 1998.<br />

• RATZINGER; Joseph (Benedicto XVI), Jesús de Nazaret. Primera parte. Desde<br />

Bautismo a la Transfiguración. Madrid, La Esfera de los libros, 2007.<br />

• SCHILLEBEECKX, E., Jesús. La historia de un viviente, Madrid 1981.<br />

• SCHLOSSER, J., EL Dios de Jesús, Salamanca 1995.<br />

• TORRES QUEIRUGA, A., Creo en Dios Padre. El Dios de Jesús como<br />

afirmación plena de hombre, Santander 1986.<br />

• GUERRA, S., La oscura cercanía del Dios de Jesús: "Revista de Espiritualidad"<br />

57 (1998) 315-397.<br />

• CASTRO, S., Evangelio de Juan. Comentarios a la nueva Biblia de Jerusalén.<br />

Bilbao, Desclée, 2008, 376 pp.<br />

A. El PADRE COMO EXPERIENCIA CENTRAL DE JESÚS<br />

Introducción<br />

Las palabras de Felipe a Jesús representan las ansias más profundas del corazón<br />

humano: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta". Le dice Jesús ¿´tanto tiempo hace que<br />

estoy con vosotros y no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre ´. . .<br />

El Padre que permanece en mí es el que realiza las obras" (Jn 14,8-9). Unos griegos que<br />

subieron a la fiesta, cuenta Juan, se acercaron a Felipe "y le rogaron: "Señor, queremos ver<br />

a Jesús" (Jn 12, 21).<br />

Jesús y Dios (el Padre) están tan estrechamente unidos que ya no se<br />

puede hablar del uno sin hacer referencia al otro.<br />

1. Este título - Jesús, revelador del Padre -, representa el pensamiento central de todo el<br />

NT.<br />

2. Pero mejor que Revelador, habría que decir revelación.<br />

3. Podíamos formular nuestro propósito de la siguiente manera:<br />

Jesucristo, palabra definitiva del Padre, revela en sí mismo, con su presencia y<br />

manifestación: por sus palabras y obras, signos y milagros, pero sobre todo por su muerte<br />

y resurrección. Con el envío del Espíritu de la verdad, confirma toda la revelación con<br />

testimonio divino y la lleva a plenitud. Desde aquí puede entenderse la unicidad y<br />

universalidad de Cristo en el contexto actual del pluralismo interreligioso.<br />

13


4. Anticipemos algunas ideas:<br />

- Dios es el todo de Jesús.<br />

- En su vida no hay nada añadido a la causa de Dios.<br />

- Jesús es un teocéntrico radical.<br />

- Toda su vida y doctrina nacen de ese teocentrismo y a él tornan.<br />

5. Cualquier definición o explicación de Jesús que no sitúe a Dios en el centro y en la<br />

periferia tergiversa su persona. Así definir a Jesús "El hombre para los demás", como hizo<br />

Bonhöffer, es inexacto.<br />

6. Antes de estudiar el sentido que Jesús ha dado a Dios, creo que hoy cualquier estudioso<br />

se ve obligado a afirmar que a partir de él, Dios ha aparecido con un rostro nuevo y<br />

7. que incluso la forma de revelarse en Jesús también ha sido nueva.<br />

8. La muerte en cruz de Jesús somete a un juicio profundo todos nuestros proyectos sobre<br />

Dios. La Cruz, por más que nos cueste aceptar a los hombres de este siglo, se ha<br />

convertido en ciencia. No se podrá hablar ni de teología de la gloria ni de teología de la<br />

cruz, sino teología de la cruz glorificada.<br />

II. El Dios con el que se encontró Jesús<br />

1. En Dt 4,7 se habla de un Dios vivo y cercano.<br />

2. En el posexilio esta cercanía se torna en casi inaccesible lejanía: "Pero ahora nos<br />

has abandonado y ya no sales, Señor, con nuestras tropas" (Sal 44,10).<br />

3. Israel en este tiempo gobernado por poderes extranjeros experimenta una especie<br />

de silencio de Dios. "Ya no hay profetas".<br />

4. La Shekinah de los Targumin es la expresión de un Dios silencioso e ilocalizable<br />

por su trascendencia.<br />

5. El israelita tiene prohibida la pronunciación del sagrado Tetragrammaton: YHWH..<br />

6. Poco a poco este Dios se va fosilizando en la Ley-estática en contra del<br />

pensamiento vivo de los profetas.<br />

7. También Dios queda bastante fosilizado en el templo y en el culto, que ya no se<br />

entiende como práctica de la justicia.<br />

8. Se admiten multitud de ángeles protectores, que sirven para salvar la distancia<br />

entre Dios y los hombres. Éstos sustituyen al antiguo ángel de Yahvéh,<br />

circunloquio, que significaba a Dios mismo. Nace de forma fuerte la apocalíptica<br />

como desahogo natural de la distancia de Dios, a quien ya un poco en contra del ser<br />

de Israel se le intenta buscar fuera de este mundo.<br />

9. En Israel se ha llamado Padre a Dios. Son bastantes los textos en que Dios aparece<br />

como Padre de Israel (Is 63,16; Jer 3,4; Ex 4,22; Os 11,1, etc).<br />

10. Dios también aparece como Padre del monarca y del Rey mesiánico (2Sam 7,12-<br />

16; Sal 89,27). La tradición sapiencial extendió ese título al justo. Dios es Padre<br />

del justo (Sab 2,16; Ecl 23, 1.4).<br />

11. Resumiendo, podemos decir que es cierto que, cuando Jesús entra en escena, el<br />

nombre de Padre dado a Dios era un hecho, pero era un nombre más. Veremos<br />

enseguida que Jesús va a reducir todos los nombres a éste.<br />

12. En el tiempo de Jesús el judaísmo palestinense hizo un uso muy parco de este<br />

nombre y nunca aparece como invocación en las oraciones judías.<br />

13. Tanto Orígenes como San Juan Crisóstomo y san Agustín corroboran que nunca<br />

se ha invocado a Dios como Padre en las oraciones veterotestamentarias. Esta<br />

misma tendencia siguió en el judaísmo de la época de Jesús, que raramente usa<br />

estas expresiones, si nos atenemos a los especialistas, aunque algunos lo<br />

contradicen, afirmando que en la época de Jesús esta invocación era frecuente.<br />

14


De hecho consta que en algunas oraciones se le invocaba como nuestro Padre y<br />

nuestro Rey. Así G. Dalmann llegará a afirmar como "un hecho histórico la gran<br />

inclinación de los judíos" a usar esa designación que "Jesús tomó del popular<br />

empleo de su tiempo" (Cf. S. SABUGAL, 376).<br />

14. Pero es un hecho cierto que no se ha registrado el que el invocativo-vocativo Abbá<br />

se haya utilizado para designar a Dios y menos en las oraciones. El exegeta J.<br />

Jeremías ha probado que no es posible encontrar en los escritos rabínicos<br />

anteriores, contemporáneos y posteriores en doce siglos a Jesús, ni un solo ejemplo<br />

de oración en que un individuo judío invoque a Dios como a su Abbá.<br />

15. De todas formas, si un día se descubriese que alguien había usado esta expresión,<br />

no restaría nada al sentido que Jesús le va a dar, ya que en la nueva visión de Jesús<br />

el término Abbá expresa maravillosamente su idea novedosa de Dios y el<br />

contenido esencial de su existencia y predicación.<br />

III. Dios como Padre en labios de Jesús<br />

1. Nos referimos en este apartado al uso del nombre de Dios como Padre.<br />

2. Los evangelistas ponen en labios de Jesús la palabra Padre 184 veces. 4 Marcos, 44<br />

Mateo, 17 Lucas y 119 Juan. Esto sin contar otros momentos en que Dios viene<br />

designado como Padre de forma implícita, v. g. cuando se habla de su amor o<br />

cercanía con respecto a los hombres.<br />

3. Está claro que se percibe un cierto progreso a medida que pasa el tiempo y la<br />

reflexión evangélica se va distanciando más del momento de la existencia terrena<br />

de Jesús.<br />

4. Pudiéramos estar tentados de pensar que en parte ha sido la comunidad quien ha<br />

introducido este nombre en el evangelio. Pero aun suponiendo que en muchos<br />

casos se elabore un discurso de Jesús por parte de la comunidad y se ponga en sus<br />

labios el nombre del Padre, se hace para interpretar su persona.<br />

5. De modo que la comunidad se ha visto obligada a utilizar este nombre para<br />

expresar el ser de Jesús. Con el método de la "historia de las formas" llegamos a la<br />

conclusión de que la comunidad comprende a Jesús como aquel que se ha sentido<br />

vinculado a Dios con tal afecto y cercanía como nunca se había dado en la historia.<br />

Esta cercanía se expresa en la línea de la filiación.<br />

6. Ahora bien, no sólo Jesús se ha manifestado y actuado como una persona de íntima<br />

e intensísima vinculación con Dios, sino que estamos seguros y podemos probarlo<br />

científicamente que ha llamado a Dios Padre.<br />

7. Pero no sólo lo llamó Padre, sino Abbá, que es el lenguaje más tierno posible para<br />

designarle. Abbá equivale al término papá, sin acento, de nuestros niños pequeños,<br />

aunque también podría ser empleado por los niños mayores para designar a sus<br />

padres, o los discípulos a sus maestros.<br />

8. En tres lugares del Nuevo Testamento se ha conservado la palabra Abbá Mc 14,36;<br />

Rom 8,15; Gál 4,6.<br />

9. El caso de Marcos es sorprendente. Cuando Jesús está sumido en un abandono<br />

total y ha llegado a tocar la nada, se dirige a Dios con esta invocación que expresa<br />

su absoluta confianza y abandono. El haber conservado la palabra aramea muestra<br />

dos cosas: que estamos ante un dicho auténtico de Jesús y que lo pronunció en ese<br />

momento.<br />

10. Esta experiencia de comunión queda claramente expresada en un texto sinóptico de<br />

honda conexión con Juan, Mt 11,25-27; Lc 10,21-22. Se trata de una especie de<br />

síntesis de quién es Jesús, que luego Juan (3,35;5,19-20;8,28-29) explicitaría.<br />

15


11. El texto sinóptico habla de una gran conciencia de unidad de Jesús con el Padre,<br />

que Lc en concreto vincula a la acción del Espíritu Santo. EL texto lucano se sitúa<br />

dentro de una órbita trinitaria.<br />

12. También dos textos paulinos nos hacen remontar a la experiencia original de Jesús.<br />

Rom 8,15-17; Gál 4,6-7.<br />

- Los críticos ven aquí una alusión a la costumbre de rezar el Padrenuestro por los<br />

recién convertidos o bautizados.<br />

- El que se haga solamente alusión, se puede deber a la doctrina del arcano. Esto se<br />

ha demostrado auténtico con relación a la celebración de la Eucaristía y muchos<br />

críticos lo suponen también para el Padrenuestro, parte integrante de la misma.<br />

13. Padre fue el término preferido por Jesús para referirse a Dios.<br />

14. Todas sus oraciones, excepto las de la cruz transmitidas por Mt 27,46 y Mc 15,34,<br />

comienzan con esta expresión. Los críticos descubren en la traducción griega de<br />

Padre el término arameo Abbá.<br />

15. Aunque parece que Jesús no pronunció esas palabras -las de la cruz-, comienzo del<br />

salmo 22, sino la expresión que se contiene en el mismo salmo "Mi Dios eres tú".<br />

(22,11). Lc 23,46 que cita el salmo 31,6 y el suponer de algunos de los allí<br />

presentes que llamaba a Elías nos hacen sospechar de esta posibilidad, Pudo ser<br />

una confusión de las posibles palabras "Eli atah" = mi Dios eres tú, por "Eliaj tha"<br />

= Elías, ven.<br />

16. Parece que sólo bien adentrado su ministerio Jesús comenzó a hablar de Dios como<br />

Padre.<br />

17. Jesús siempre habla de "mi Padre". Nunca se une a los discípulos para hablar de<br />

"nuestro Padre". En esos casos dirá “vuestro Padre”.<br />

18. Su vinculación a Dios es única e irrepetible (Jn 20,17).<br />

IV. La comprensión que Jesús tuvo de sí mismo<br />

EL SER DE JESÚS<br />

1. Para adentrarnos un poco en la experiencia de Jesús es necesario conocer un poco<br />

su antropología.<br />

2. Jesús es hombre y es Dios.<br />

3. La realidad divina que sustenta a Jesús es la segunda persona de la Santísima<br />

Trinidad.<br />

4. Pero Jesús es un hombre perfecto, con conciencia de hombre.<br />

5. Lo más significativo de esta conciencia es su abertura transcendental a Dios como<br />

Padre (madre), fuente de origen.<br />

6. La referencia a Dios es la esencia de Jesús.<br />

7. Esta referencia se va manifestando al ritmo de su crecimiento humano y al ritmo<br />

también de los acontecimientos de la vida.<br />

8. Mediante la ciencia profética y el sentimiento de esencial referencia al Padre Jesús<br />

va entendiendo su existencia.<br />

9. Esa comunión existencial con el Padre no tematizada plenamente en conocimiento<br />

especulativo le hace ir creciendo en comprensión de sí mismo y del proceso<br />

histórico.<br />

10. Aquí radica el que pueda haber oscuridad sobre los designios concretos del Padre,<br />

no sobre su proyecto esencial.<br />

11. Jesús está vitalmente asentado en el Padre.<br />

16


12. Sólo desde estos presupuestos es posible una relación real en Jesús, no ficticia o<br />

meramente ejemplarizante como han pensado algunos.<br />

LA EXPERIENCIA INFANTIL DE JESÚS<br />

1. No tenemos ningún dato.<br />

2. La Carta a los Hebreos nos dirá que al entrar en el mundo exclamó: "He aquí que<br />

vengo para hacer tu voluntad"(10,9).<br />

3. El pasaje quiere afirmar la esencial orientación a Dios de todo su ser.<br />

4. No es improbable que María sorprendiera no pocas veces a Jesús niño<br />

ensimismado en su propio misterio en virtud de una fuerza interior que le atraía<br />

hacia Dios.<br />

5. Quizás la frase de Lucas. "¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi<br />

Padre? (2,49) sea la respuesta.<br />

6. Esta atracción interna hacia Dios como Padre condicionaba por entero toda la<br />

configuración personal de Jesús. El percibirse imbuido, transcendido y envuelto<br />

por Dios como ternura, gracia, paternidad, fue, sin duda, el origen del Abbá.<br />

7. Lo cierto es que cuando Jesús alcanza la madurez frente a la Ley, a los doce años,<br />

hablará de Dios como "mi Padre"(Lc 2,49); la realidad que le fascina por completo.<br />

8. ¿ Hasta qué punto María desvelaba al niño sus orígenes ante cierta extrañeza de<br />

éste sobre lo que le pasaba?<br />

9. Y de ahí el reproche de Jesús: ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi<br />

Padre?" 2, 49).<br />

10. Y aquí cobrarían significado esas dos frases de Lc en las que dice que María<br />

meditaba continuamente todo lo que iba sucediendo en torno a Jesús (Lc 2,19).<br />

LOS AÑOS OSCUROS DE JESÚS<br />

1. Ignoramos todo.<br />

2. No podemos adentrarnos en su misterio por carencia expresa de datos.<br />

3. El configurarlo meramente como un judío piadoso no sería fiel a la realidad.<br />

4. La juventud de Jesús o su vida oculta es un secreto de Dios.<br />

5. Pertenece al misterio de que Dios no necesita un largo tiempo para hacer su obra.<br />

6. En torno a la idea de Dios como ternura todo fue tomando cuerpo en Jesús: su<br />

madurez humana, su afectividad, cada vez sentía más clara su identificación en todo<br />

con El; todos los movimientos de su ser le expresaban y hacia él tendían.<br />

7. Hasta que un día surge el último clamor del AT, el Bautista, que predica la<br />

inminencia del juicio de Dios: si el hombre no se arrepiente, la cólera de Dios<br />

vendrá inexorablemente sobre él.<br />

8. Aquella predicación no coincidía con lo que Jesús sentía por dentro, pero reconocía<br />

que Juan era un profeta.<br />

9. En los años oscuros Jesús debió sentir el amor gratuito de Dios; en el desierto como<br />

a la Amada el Padre le hablaba al corazón; desde ese amor se estaba configurando<br />

Jesús.<br />

10. Dios se estaba expresando de forma nueva.<br />

11. Jesús aparecía como un solitario en su ambiente y en la religiosidad de su tiempo.<br />

JESÚS ACUDE AL BAUTISMO DE JUAN<br />

1. Sólo Lucas dirá que Jesús recibió el bautismo, puesto en oración (3,21).<br />

17


2. Y entonces tiene lugar una teofanía. Conjuntando las diversas tradiciones<br />

evangélicas podemos concluir que Jesús es proclamado por el Padre como su<br />

predilecto.<br />

3. Y las cuatro narraciones evangélicas le presentan como lleno del Espíritu.<br />

4. Cuando en los Hechos de los Apóstoles el grupo de Jesús espera al Espíritu<br />

también están en oración; ¿No querrían imitar esta actitud del Señor?<br />

5. Estamos ante una oración iluminativa y vocacional; como la de Isaías, pero no en<br />

el Templo, sino en espacio abierto. Se ha producido un gran giro: Jesús, Expresión<br />

de Dios para el mundo entero.<br />

6. Dios queda concentrado en Jesús.<br />

7. Aquella intensísima comunión que había venido sintiendo es respaldada por Dios<br />

de un modo que hoy nosotros no podemos precisar; cuanto Jesús siente, Dios lo<br />

confirma.<br />

8. La oración del bautismo es la expresión de una comunión fuerte con Dios, que<br />

espera que el diga una palabra ante la contradicción que Jesús siente frente al<br />

ideario del Bautista, al que, por otra parte, él considera un profeta, el más grande de<br />

todos.<br />

9. Jesús siente que la nueva alianza ha irrumpido en su corazón.<br />

10. Con el Bautismo Jesús recibe el aviso del Padre de que comience a ejecutar lo que<br />

siente en su interior. Su experiencia de ese momento es experiencia de comunión.<br />

LA EXPERIENCIA DEL PADRE EN LA TENTACIÓN<br />

1. El Espíritu le arroja al desierto (Mc).<br />

2. Indudablemente Jesús aquí ha orado.<br />

3. Fue tentado. Para esos momentos él ha aconsejado a sus discípulos la oración. En<br />

el Padrenuestro es una de las peticiones fundamentales.<br />

4. Ignoramos la intensidad de la tentación.<br />

5. Seguramente iba dirigida a compaginar su amor único por el Padre con una<br />

realización de su proyecto de tipo humano.<br />

6. La comunidad ha explicado el hecho como el cumplimiento por parte de Jesús de<br />

las tentaciones de Israel en el desierto.<br />

7. En la oración ha comprendido claramente el designio del Padre a través de los<br />

textos de la Biblia.<br />

8. Los evangelistas no hablan en este caso de oración. Pero para ellos se halla<br />

implícita en la idea de desierto y de tentación.<br />

UN MOMENTO MUY SIGNIFICATIVO MC 1,35-39<br />

1. Se trata del primer éxito apostólico de Jesús.<br />

2. Jesús se levanta muy pronto y abandona la casa para salir en busca de un lugar<br />

solitario para orar.<br />

3. ¿Por qué necesita salir Jesús de la casa?<br />

4. Creo que por la necesidad que siente de estar con el Padre y por la incomprensión por<br />

parte de los discípulos que pretenden usufructuar en provecho propio el primer éxito<br />

apostólico de Jesús. Un texto muy similar de Lc 5,15-16 nos muestra que Jesús<br />

después de grandes éxitos apostólicos se retira a orar; así le acontece también después<br />

de la multiplicación de los panes (Mt 14,23 y Mc 6,46; Lc no tiene este lugar paralelo,<br />

pero dice inmediatamente que mientras él estaba orando a solas se produce la<br />

18


confesión de Cesarea. Juan no habla de oración. Explícitamente; dice que se retiró al<br />

monte él sólo.<br />

5. Quizás también para pedirle al Padre que haga comprender a los discípulos el sentido<br />

de la misión.<br />

6. Después de la oración Jesús se proclama "salido" para evangelizar a todos (cf. Mc<br />

1,38; nota de la Biblia de Jerusalén).<br />

LA ORACIÓN SOLITARIA DE JESÚS<br />

1. Parece que en la oración solitaria de Jesús pueden descubrirse dos sentidos:<br />

a. La necesidad del Padre.<br />

b. A pesar del éxito apostólico; Jesús no se siente satisfecho por ello. Busca<br />

otra realidad, que le reclama por dentro.<br />

c. En otros casos, la oración solitaria es previa a algún hecho importante para<br />

el Reino: elección de los discípulos y confesión de Cesarea; quizás en este<br />

caso estemos ante una oración de comunión-petición para acertar con el<br />

querer del Padre.<br />

2. De todas formas, los evangelistas, como hemos dicho, han guardado silencio sobre<br />

estos encuentros de Jesús con el Padre.<br />

3. Quizás algunos textos de Juan nos acerquen más a la realidad histórica de estos<br />

momentos: "El Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al<br />

Padre. Porque el Padre quiere al Hijo y le muestra todo lo que él hace"(5,19-20).<br />

4. ¿Cómo entender este texto? Se trata indudablemente de que en la teología joánica<br />

se ha identificado la obra de Jesús con el querer de Dios. Pero el texto va más<br />

allá; y las preguntas pueden seguir exigiendo clarificar de qué manera la<br />

inteligencia de Jesús capta el pensamiento de Dios. Creo que hay que acudir a la<br />

sintonía del ser que se manifiesta a través de una iluminación profético-mística.<br />

No parece que la raíz se halle en la visión beatífica como se entendía clásicamente.<br />

Esa comunión es la que le fuerza a Jesús a abandonar todo ruido y a buscarlo en la<br />

noche. Es su propio ser que siente que la divinidad que lo unge (el Verbo), lo<br />

desborda; su humanidad se siente estrecha y la gloria se derrama en ese rostro que<br />

es el mismo kenótico que contempla Marcos, pero que Juan se detiene<br />

preferentemente en la luz que lo sustenta desde dentro.<br />

Por eso puede proseguir: "Vosotros no habéis oído nunca su voz, ni habéis visto<br />

nunca su rostro, ni habita su palabra en vosotros, porque no creéis al que él ha<br />

enviado"(5,37-38). Tampoco aquí se trata de que hable el Verbo, es Jesús quien habla.<br />

Ver el rostro de Dios y oír su voz se refiere a esa comunicación inusitada que produce la<br />

persona del Verbo a la humanidad que sustenta; pero quien habla es la humanidad.<br />

En la mística la persona se siente unida a Dios, pero con la diferencia de que los<br />

místicos se siguen percibiendo pecadores y jamás dirán que ellos expresan plenamente la<br />

realidad de Dios; aunque san Juan de la Cruz llegue a afirmar que se sienten Dios por<br />

participación. Jesús, por el contrario, como hombre se siente la expresión plena de Dios;<br />

es su Hijo. La conciencia de Jesús ha madurado en la experiencia profético-mística. Este<br />

es el secreto de las noches de oración fundamentalmente.<br />

Su oración de intercesión y de súplica iba en conexión con ésta. La misma<br />

afirmación del Prólogo de Juan, de gran caladorevelador, creo que ha de entenderse del<br />

Jesús hombre: "A Dios nadie lo ha visto jamás, un Dios Hijo único que está en el seno del<br />

Padre, él lo ha contado"(1,18). El hombre Jesús de Nazaret ha sido desbordado por el<br />

misterio personal que lleva dentro.<br />

19


El Prólogo del cuarto evangelio nos expresa la unidad de Jesús con Dios, que<br />

manifiesta la comunión de que venimos hablando y que se identifica con lo que hoy<br />

denominamos oración de comunión; veámoslo:<br />

Juan hablará de Jesús; del mismo que los sinópticos. Pero quiere entrar más<br />

adentro, en la espesura, en lo más profundo de sus cavernas, como un día diría Juan de la<br />

Cruz (Cántico B,37). El sujeto del prólogo es Jesús. La realidad de Jesús no se puede<br />

originar por las fuerzas humanas; todo ha quedado desbordado en él. Él es superior a la<br />

misma Biblia, pues ella le tiene por objetivo; el AT, prefigurado por Juan Bautista, es una<br />

mera voz, que le anuncia, es el amigo del Esposo, la novia le pertenece a Jesús, como<br />

confiesa expresamente Juan en un texto de gran relieve (3,29).<br />

Jesús es la única explicación auténtica de Dios. "A Dios nadie le ha visto jamás, un<br />

Dios unigénito, que yace en el seno del Padre, es su explicación"(Jn l. l8). Pero Juan sigue<br />

sin salirse del hombre Jesús, en cuya realidad humana, sin romperla se oculta ese profundo<br />

misterio que intuyó Pilato: “¿de dónde eres tú?”(Jn 19,8). Este Jesús, siempre ha estado en<br />

la mente y en el corazón del Padre; expresa lo que él ha constituido como fundamento de<br />

todo lo existente, por lo que él ha creado el mundo; él es la realidad más profunda de su<br />

sabiduría. Aquella realidad, que siempre se refería a él, que se encontraba en su seno, que<br />

era como su propio cerebro, el proyecto de todo, que después creó el mundo e Israel, que<br />

dirigió a los profetas, que secretamente anidaba en el alma de los sabios, la fuerza<br />

creadora, la explicación de todo, eso que se daba en partes, es el fondo de Jesús, lo que<br />

constituye a Jesús en su realidad más íntima de hombre. El protagonista del Prólogo no es<br />

el Logos, es Jesús, expresión perfecta del proyecto del Padre.<br />

Juan nunca se sale de lo humano de Jesús, pero es evidente que al confesar su<br />

realidad humana, como desbordante de lo humano, plenitud de la historia, sentido del<br />

mundo y quicio de todo, se ve obligado a confesar que manifiesta en formas humanas una<br />

realidad de Dios, que más tarde los creyentes denominarían persona, el Hijo eterno, que al<br />

expresarse en el hombre Jesús de forma total, constituye a Jesús y lo define como<br />

esencialmente Hijo, esencialmente referido al Padre, el único auténtico hombre, la imagen<br />

perfecta de Dios en el tiempo. La fuerza interior de Jesús, su potencia, su gloria, que<br />

reverbera en un rostro humano, configurado como el de todos los hombres, nos ha hecho<br />

ascender hasta el fondo mismo de Dios, hasta su realidad trinitaria. Y ahora ya sí que<br />

podemos decir que la Sabiduría, el Logos de Dios, su Palabra eterna ha explotado en Jesús.<br />

LOS LEVANTES DE LA AURORA EN LA EXPERIENCIA DE JESÚS<br />

1. Mt y Lc nos revelan un momento oracional de Jesús lleno de ardor: "Yo te<br />

bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra. (Mt 11,25-30); "en aquel momento,<br />

se llenó Jesús de gozo en el Espíritu Santo y dijo. `Yo te bendigo, Padre, Señor del<br />

cielo y de la Tierra" ( Lc 10,21-22).<br />

2. Se trata de una oración gozosa y optimista.<br />

3. Jesús ve que el evangelio va prendiendo en los pequeños. Es una oración de unión<br />

y de acción de gracias.<br />

4. El ser humano de Jesús siente expandirse gozosamente por el amor del Padre.<br />

Todo se pone a vibrar; "la noche sosegada en par de los levantes de la aurora". Por<br />

su unión con Dios todo le parece ser Dios, dirá san Juan de la Cruz, hablando del<br />

hombre espiritual.<br />

5. Brota de los pequeños el rostro del Padre que él lleva en sus entrañas dibujado.<br />

Pero la Humanidad de Jesús, fuente de infinita santidad era un ser humano, necesitaba<br />

sentir la realidad de Dios como el Otro, el distinto del hombre. Juan de la Cruz funda la<br />

20


necesidad de la noche oscura en dos motivos: en el pecado y en la realidad misma de lo<br />

humano. Jesús era la fuente de la santidad; desde este punto de vista hablar de noche<br />

oscura para él, cuya tendencia constitutiva era el Padre, está fuera de propósito. Pero<br />

desde su realidad humana necesitaba esta percepción de Dios como el Otro para realizar<br />

en sí la experiencia plena de Dios en el hombre.<br />

LA NOCHE OSCURA DE JESUS<br />

1. Los sinópticos la recogen con diversos matices y a ella alude también Juan.<br />

2. Jesús comienza a sentir angustia y terror; tristeza de muerte.<br />

3. Ora según los distintos evangelistas o de rodillas (Lc 22,41), postrado (Mc 14,35),<br />

postrado tocando su cara con la tierra (Mt 26,39).<br />

4. Su relación con el Padre en este caso es muy íntima. Abbá (Mc), Padre mío (Mt),<br />

Padre (Lc). La confianza en el Padre es absoluta.<br />

5. Jesús siente tristezas de muerte.<br />

6. ¿Cómo explicar estas tristezas de muerte en alguien que percibía que el Padre era<br />

para él lo más hondo de su ser?<br />

7. No parece que esta agonía viniera producida por el horror a la muerte; La muerte<br />

era algo que Jesús tenía como un hecho que podría sobrevenirle a causa de su<br />

enfrentamiento con las autoridades.<br />

8. Tampoco porque Jesús sintiera la lejanía del Padre, pues le denomina Padre mío;<br />

Abbá.<br />

9. De todas formas el sufrimiento fue intensísimo; llegó hasta una verdadera agonía<br />

como dirá Lc; tristeza de muerte dirán los otros dos sinópticos, y Juan<br />

rememorando el acontecimiento afirmará que Jesús siente su alma turbada y pide<br />

al Padre que le libre de esa hora (12,26).<br />

10. Jesús se somete al designio del Padre.<br />

11. Posiblemente Jesús experimentó aquí el contenido del pecado.<br />

12. El pecado es rechazo del Padre. Y muy probablemente también experimentó la<br />

inutilidad de su muerte.<br />

13. Sintió en dimensiones muy profundas lo que un día Juan de la Cruz denominará<br />

"noche oscura".<br />

14. En esa tremenda noche, percibió un cierto consuelo. También lo dice Juan de la<br />

Cruz: "El inmenso amor del Verbo Cristo no permite penas de su amante sin<br />

acudirle"(C19,4).<br />

15. Las palabras de la Cruz testimonian cuanto venimos diciendo. Parece que la<br />

pregunta que Jesús formula al Padre en Mt y Mc con palabras del salmo 22 no<br />

habría que traducir ¿Por qué me has abandonado?, sino ¿para qué? El misterio<br />

de Dios sigue persistente sobre Jesús, pero Jesús lo hace suyo. Teresa de<br />

Lisieux, que sintió también la paternidad de Dios de forma vibrante, supo de los<br />

horrores de su distanciamiento. En esos momentos, diría "aunque me matara,<br />

aún creería en él". Pues bien, parece que cuando Jesús moría como un réprobo,<br />

ahora sí que de verdad no parecía que tenía rostro de hombre, pronunció la<br />

expresión "Elí atah"= Tú eres mi Dios, que los circunstantes, por un juego<br />

lingüístico, confundieron por "Eliaj tha"= Elías, ven.<br />

16. Oración de pura conformidad en plena noche oscura. "Con gran clamor y<br />

lágrimas", dirá la Carta a los hebreos (5,7). También aquí hay coincidencias muy<br />

preciosas con la noche oscura sanjuanista, donde se habla de esos clamores y<br />

gemidos.<br />

21


17. La noche oscura es, sin embargo, una noche de amores. Así Lucas pone en labios<br />

de Jesús en la cruz la palabra Padre. Y desde ese abandono filial pide que perdone<br />

a los que le crucifican porque ignoran lo que hacen.<br />

18. En Juan Jesús muere como un enamorado, que se le sepulta en un huerto, en una<br />

especie de lecho nupcial, como pondrá de relieve toda la narración pascual del<br />

encuentro con la Magdalena del capítulo 20, 1-18 1 .<br />

B. REVELACIÓN CON LOS GESTOS Y CON LAS PALABRAS<br />

I. El anuncio de la gracia<br />

1. Jesús experimentó en su bautismo la experiencia gratuita del Padre que le<br />

declaraba Hijo predilecto. La experiencia de filiación supuso para él ese día un<br />

rango especial.<br />

2. La tentación y el desierto en los que enseguida fue introducido significan que las<br />

fuerzas del mal le querían apartar de esa realidad de Hijo.<br />

3. Pero su adhesión al Padre se mantuvo intacta y se lanzó a predicarle hablando de<br />

inmediato de la gracia, del evangelio.<br />

4. Su primer y gran anuncio se refería a que Dios irrumpía en la humanidad como<br />

ternura.<br />

5. ¿Qué significa que Dios viene como gracia y buena nueva?<br />

- En primer lugar que Dios se presenta como amor que busca y quiere darse.<br />

- Ya no se trata de que sea el hombre el primero que se adelante.<br />

- No es algo que el hombre pueda conseguir: es una oferta de Dios por la que declara<br />

que el hombre le interesa.<br />

- El pasaje de Lc de la presentación de Jesús en la sinagoga de Nazaret refleja<br />

perfectamente este momento. Los oyentes parece que decían que Sólo hablaba de<br />

la gracia (4,16-30).<br />

- Por eso los ejemplos que ponía se referían exclusivamente a personajes gentiles<br />

que habían encontrado ese Dios que había salido en su búsqueda.<br />

- La Buena Noticia del evangelio se refería a un nuevo sentido de Dios con el que<br />

había que comportarse como hijos. Esta experiencia original cobraría en Juan<br />

dimensiones insospechadas: el hombre está destinado a vivir en el Padre (17,20-21.<br />

26).<br />

- El arrepentimiento que pide Jesús no es una condición previa, sino una invitación a<br />

dejarse impactar por ese reclamo. El acercarse ya producía el arrepentimiento. No<br />

estamos en la misma línea del arrepentimiento fijado por Juan Bautista.<br />

- Dios aparece como totalmente otro. Jesús ha quitado del rostro de Dios<br />

incontables velos que se habían ido superponiendo en las interpretaciones diversas<br />

del AT y además le adornaba con una luz nueva.<br />

1 Juan 20,1-18 ofrece numerosos paralelismos con algunos pasajes del cantar. Hay exegetas que desde esa<br />

clave ofrecen una lectura verdaderamente apasionante de esos versículos. Parece que Juan ha<br />

contemplado en el huerto, en el que fue sepultado Cristo, el Huerto del Génesis y el del Cantar; la nueva<br />

pareja humana del Génesis y los novios del Cantar. El sepulcro se convierte en un lecho nupcial, cuyas<br />

sábanas empapadas de mirra y áloe recuerdan al Rey Esposo del salmo 45. La Magdalena estaría<br />

simbolizando a la Iglesia que se dirige al sepulcro en busca de un muerto, porque lo hace cuando todavía<br />

estaba oscuro (había tinieblas).<br />

-Como es sabido, en Juan las tinieblas siempre dan a entender ausencia de Cristo- y se encuentra con el<br />

Esposo de la Alianza... Juan ha leído en clave de alianza nupcial la resurrección de Cristo.<br />

22


- La palabra gracia o buena noticia que es lo mismo, le obligaba al hombre a<br />

valorarse a sí mismo. Era objeto de la predilección de Dios.<br />

- El evangelio comenzaba anunciando un cambio esencial de perspectivas.<br />

- Hoy, nos es prácticamente imposible calibrar la vibración que las primeas palabras<br />

que Jesús pronunció como predicador produjeron en su entorno. "Cambiad de<br />

manera de pensar y confiaos a la Buena noticia". Era una voz que pronto iba a<br />

recorrer el mundo entero.<br />

6. Los milagros<br />

- La crítica ha demostrado que las narraciones de los milagros de Jesús responden a<br />

hechos históricos, aunque tal como vienen configurados en los evangelios son<br />

frutos de una elaboración teológica.<br />

- Los milagros no son contemplados por el Nuevo Testamento como la irrupción de<br />

Jesús en la historia para resolver sus problemas. Jesús no vino a resolver los<br />

problemas sociales de este mundo. Siempre desligó su misión de un proyecto<br />

meramente político-social-económico-sanitario.<br />

- Los milagros para él significan que a Dios no le agrada esta historia o, mejor<br />

todavía, que algunas realidades de ésta no tienen carácter definitivo: la muerte, el<br />

hambre, la enfermedad.<br />

- Ya veremos que Jesús va a padecer una muerte horrenda. Dios en su caso no<br />

rompió la situación presente. También Jesús tuvo que sufrir la crisis del Padre.<br />

La interrupción de las leyes ordinarias de la naturaleza como hechos adversos al<br />

hombre pone de relieve que Dios interviene en la historia para hacernos ver que<br />

vigila sobre nosotros con amor. Es como quien abre un resquicio para dejarse ver,<br />

pero no quiere cambiar la situación. Es solamente un guiño de su presencia<br />

amorosa; que nos dice: "no temáis, yo no os olvido"<br />

- El milagro quiere conducir la naturaleza al misterio.<br />

- El milagro es presencia del Abbá y tragedia del Abbá.<br />

- Los milagros apuntan a que Dios invita a cambiar todo desde la fe y el amor.<br />

- Los milagros de Jesús son el abrazo del Padre a la humanidad.<br />

- Los milagros dejan traslucir su presencia benigna, pero sin aclararla.<br />

7. El banquete de los pecadores.<br />

- Juan Bautista había anunciado que se cernía sobre la humanidad un juicio severo<br />

de Dios.<br />

- Jesús anunciará que ese juicio es una oferta de amor.<br />

- El amor del Padre queda reflejado en el banquete de Jesús a los pecadores.<br />

- El acto de comer significa comunión.<br />

- Jesús invita a los pecadores sin que antes se hayan arrepentido.<br />

- Estábamos habituados a un Dios que ponía condiciones previas al hombre. El de<br />

Jesús es un diálogo sin condiciones. Una preciosa parábola refleja esta realidad Mt<br />

22,1-10; Lc 14,16-23.<br />

- Con Jesús Dios actúa de forma creadora sobre el pecador; le recrea de nuevo, le<br />

engendra (Padre), surge un niño.<br />

- Ahora se explica por qué se le llamaba comedor y bebedor, amigo de publicanos y<br />

pecadores.<br />

- Jesús no comprende al pecador y le perdona sólo por ignorancia, le ama en cuanto<br />

pecador, al igual que la madre ama al niño enfermo en cuanto enfermo.<br />

23


- El banquete de Jesús a los pecadores es el banquete del Padre. En la parábola del<br />

Padre (hijo pródigo) Jesús dejó reflejado para siempre su pensamiento o, mejor, su<br />

experiencia del Padre.<br />

8. Jesús y los marginados.<br />

- Jesús vivió una existencia de marginado.<br />

- Y murió como un proscrito.<br />

- El conocido exegeta J. Jeremías afirma que la pretensión de Jesús no se resuelve en<br />

la frase siguiente: "El reinado o la salvación de Dios ya ha llegado, sino: la<br />

salvación ya ha llegado a los pobres".<br />

- Al igual que con los pecadores come con este tipo de gentes.<br />

- Cuando Jesús quiere ofrecer a Juan las señas de su identidad entre otros signos le<br />

dirá que se anuncia a los pobre la Buena Nueva (Mt 11,2-6).<br />

- Lo mismo hará al presentar su misión en la sinagoga de Nazaret (Lc 4,17-19).<br />

Téngase en cuenta que aquí suprime el último inciso del profeta Isaías en el que se<br />

habla de la venganza de nuestro Dios.<br />

- Jesús desmitologiza todos los valores que no sean el hombre o la acogida de la<br />

gracia expresada en el servicio total.<br />

- Jesús, el Hijo predilecto de Dios, se acerca a los que se hallan abandonados y se<br />

pudieran creer olvidados de Dios.<br />

9. El rostro del Padre brilla en el de los niños.<br />

- Juan Bautista interpretará al hombre como adulto.<br />

- Jesús hablará de un nuevo nacimiento.<br />

- En varios lugares de los evangelios aparecen los niños. Mc 10,13-16; Mt 19,13-15;<br />

Lc 18,15-17.<br />

- En otros, más que de un niño, se trata de un niño criadito Mc 9,36-37; Mt 18,1-5;<br />

Lc 9, 46-48.<br />

- El evangelio no entiende al niño como inocente, sino como el que no tiene<br />

consistencia en sí mismo. A esta idea se le añade el concepto de servicio del<br />

segundo grupo de textos.<br />

- Jesús dirá expresamente que no se puede entrar en el Reino de Dios sino se nace<br />

de arriba (Jn 3,1-8).<br />

- El pasaje de los niños expresa el sentido del Reino que es pura gratuidad.<br />

- Jesús no les exige nada. Les traen las madres (¿cómo cuando les llevan al<br />

bautismo?).<br />

- Para Mateo volverse niño es convertirse.<br />

- El niño en sus raíces últimas es un necesitado.<br />

- Hacerse niño y recibir al niño son la expresión más luminosa de lo que es el<br />

evangelio.<br />

- El primer niño, es el adulto Jesús. Jesús nació en la cruz; su gran grito fue su<br />

primer vagido. Cuando no tenía nada se reclinó en el regazo del Padre: "kaì klínas<br />

tèn kephalèn parédoken tò pneuma" (Jn 19,30). Los exegetas sugieren que Juan ha<br />

querido insinuar en ese inclinar la cabeza que Jesús se dispone a dormir.<br />

- Todas estas expresiones nos remiten a la experiencia que Jesús tenía del Padre.<br />

10. Algunos rasgos elementales de Dios Padre.<br />

24


- Jesús asume el Dios del A. T. , pero desde un dimensión afectiva.<br />

- Toda su realidad queda trasvasada por su experiencia filial. El Padrenuestro, uno<br />

de los regalos de Jesús a los suyos tiene muchos parecidos con la oración judía del<br />

"Qadis", inspirada en la tradición bíblica.<br />

- Es absolutamente trascendente. Jesús que en Juan dirá que ha visto su rostro, nunca<br />

describirá su persona.<br />

- El Padre es Señor del cielo y de la Tierra. Por tanto, Dios de todos.<br />

- Es un Dios que está atento a las cosas más sencillas.<br />

En Jesús pervive un sentimiento muy hondo donde todo se traba: El Padre. Dios<br />

como ternura, mirando siempre al hombre. Este sentimiento es una luz, una fascinación<br />

que tiende un hilo de unión entre las realidades más sencillas y el Padre; el alimenta los<br />

pajarillos 2 , no cae un cabello de la cabeza del hombre sin su consentimiento, viste los lirios<br />

del campo, escuche al hombre que le reza en secreto.<br />

Ya sabemos que en las culturas primitivas todas estas realidades se le atribuían a Dios,<br />

pero ha sido la originalidad de Jesús quien le ha dado esa cercana presencia 3 . Ha puesto en<br />

Dios corazón. En cierto sentido la realidad de Dios para Jesús se expresa en esa forma<br />

secreta de contacto con los seres humanos.<br />

El Yahvéh trascendente, cuyo nombre no se podía pronunciar sin caer en la<br />

irreverencia, ahora se deja traslucir en las cosas más sencillas. Un día Juan, recordando a<br />

Jesús, dirá: "Hemos contemplado su gloria" 4 . Eso mismo podía afirmar Jesús del Padre, al<br />

que veía trasparentarse en el entorno de los hombres sencillos.<br />

Desde esa trasparencia de ojos se contempla ahora lo bello, y se difunde una<br />

película de luz sobre la belleza del sentido común que anida en cada hombre: la<br />

majestuosidad del firmamento o la belleza del templo. Con estos ojos es posible<br />

contemplar lo hercúleo y lo apolíneo también. Pero un artista que haya comprendido a<br />

Jesús y viva de él, indudablemente percibirá en esos rasgos de fuerza una majestad<br />

superior: la del Padre que muestra su omnipotencia no sólo en ser el origen de todo, sino<br />

también en ser capaz de entregar a la cruz a su Hijo.<br />

Porque la última realidad es amor, todo tiene que confluir en él 5 , también el arte. Si<br />

éste no queda abierto a aquél, no expresa la fuerza de trascendencia y de fascinación que le<br />

definen. En este mismo sentido, hemos de decir que todo arte tiene como función<br />

irrevocable al hombre: realidad suprema de la creación.<br />

Jesús, el profeta escatológico, que anuncia un mundo nuevo, no predica el<br />

aniquilamiento de éste, sino el cambio de los corazones. Desde ese cambio se percibirá<br />

mejor la presencia del Padres en la realidad. Se dispondrá de una nueva capacidad para la<br />

belleza. Se ha dicho que esta penetración de Dios en las cosas más sencillas de la<br />

naturaleza no es una novedad aportada por Jesús y es cierto. Lo novedoso es el timbre que<br />

ha dado a esta afirmación.<br />

- Lo propio de Jesús es haber cambiado a Dios el nombre. Dios es Padre, es decir,<br />

amor.<br />

- ¿Qué significa que Dios es amor?<br />

a. Esta expresión de Juan refleja admirablemente el pensamiento de Jesús.<br />

2 Cf. Mt 6,26; l0,30; 6,28-29; 6,5-6.<br />

3 "Esta visión bipolar de Dios como Abbá, y del hombre a partir de esa experiencia de Dios, nos da la<br />

razón última de la pretensión del Jesús histórico: de la invitación a ser perfectos como el Padre, de la<br />

sustitución del templo de Dios por una humanidad nueva"(J. I. GONZALEZ FAUS, La humanidad nueva,<br />

Sal Terrae, Santander l974, vol I., l2l).<br />

4 Jn l, l4.<br />

5 Decía Van Gogh: "El sentimiento, incluso un sentimiento puro, delicado, por la belleza de la naturaleza,<br />

no es lo mismo que el sentimiento religioso, aunque creo que hay entre ellos una especie de<br />

inteligencia"(citado por J. PLAZAOLA, Introducción a la estética, BAC, Madrid 1973, 623).<br />

25


. Son muchas las definiciones que se han dado del amor.<br />

c. Pero en cualquiera de ellas prevalece la idea de que en la raíz del amor se<br />

halla la autodonación.<br />

d. Esta expresión de Juan referida a Dios presupone la existencia de la<br />

Trinidad porque el amor perfecto exige entrega total y respuesta total. Eso<br />

en Dios sólo tiene lugar en la Trinidad.<br />

e. Pero Jesús y todo el NT presenta a Dios como amor hacia fuera.<br />

f. Que Dios es amor hacia fuera significa la exigencia intrínseca que Dios<br />

tiene de darse. Exigencia que no va en contra de su libertad, porque esta<br />

exigencia se satisface en la donación trinitaria.<br />

g. En la entrega de Cristo, como Hijo, a la existencia y a la muerte, el NT ha<br />

descubierto que Dios es amor.<br />

h. Dios se da al hombre y le hace su familiar, su hijo, le introduce en su<br />

ámbito existencial, en su familia. Creó al hombre para recrearlo después.<br />

i. En la entrega del Hijo, nos hace hijos.<br />

j. La pasión de Dios es que todo hombre sea uno en Jesús.<br />

k. Así se explica que Jesús en la última cena, pida al Padre que sean uno y que<br />

donde él esté, estén también todos los suyos.<br />

l. El misterio del Padre ya no podrá desentenderse de la kénosis del Hijo.<br />

m. La pregunta es ¿Por qué esta kénosis?<br />

11. El Padre y la tragedia del mundo.<br />

- Cómo decir que Dios es amor ante tantas tragedias.<br />

- Como se ha puesto de relieve Israel en el momento del exilio, cuando padeció su<br />

mayor abandono, experimentó que Dios le castigaba porque le quería.<br />

- Se suele decir que la asignatura pendiente de la religión es su no solución al<br />

enigma del dolor humano.<br />

- Jesús, que le confesó Abbá fue sometido a la tragedia y no le negó.<br />

- Parece que el dolor es problema sólo con respecto a Dios para el que no lo padece.<br />

- El proceso que se produce frente al dolor suele ser el siguiente: al que se halla<br />

distante de la religión le sirve para negar a Dios; para el practicante medio es un<br />

problema de conformidad y de crisis acerca del proceder de Dios y para el místico<br />

es el lugar de comprensión del misterio en profundidad.<br />

- El dolor produce la crisis del Padre y su tragedia; se comprende que nos ama en<br />

una dimensión no inmanente. Dios aparece en su profundo misterio, pero cercano a<br />

nosotros. Sólo en la cruz del Hijo el dolor deja de ser nefasto.<br />

12. La experiencia del Padre de Jesús.<br />

- La experiencia humana de Jesús es tan profunda, que de ella surge o se percibe la<br />

vivencia trinitaria.<br />

- En la última cena Jesús revela su misterio de persona como ser que está abierto<br />

plenamente al Padre y en relación permanente con él.<br />

- De esta relación surge el Espíritu, que está estrechamente vinculado a los hombres<br />

a los que es enviado.<br />

- Sólo desde el misterio trinitario, que es un misterio de ternura es comprensible el<br />

hombre.<br />

- El hombre habrá conocido al Padre cuando sea conformado trinitariamente, es<br />

decir, entre en relación con la Trinidad, relacionándose con el Padre como hijo en<br />

26


unidad con Jesús, bajo la acción del Espíritu Santo y sea para los hombres un<br />

trasunto del Abbá. Cuando el hombre es Abbá para su hermano, comenzamos a<br />

descubrir el rostro de Dios que es esencialmente ternura.<br />

13. La muerte de Dios y el resurgimiento del Padre.<br />

- Ante la pregunta del escriba que le interroga cuál es el primer mandamiento, Jesús<br />

afirma que Dios es el único Señor al que hay que amar con todo el corazón, con<br />

toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas, y el segundo consiste en<br />

amar al prójimo como a uno mismo (Mc 12,19-31).<br />

- Cuando el escriba aprobó gozoso este razonamiento, Jesús le dijo: "No estás lejos<br />

del Reino de Dios" (Mc 12,34).<br />

- Con estas palabras Jesús daba a entender que para estar cerca del Reino, no sólo<br />

hay que tener teoría sobre el mismo, sino que es necesaria la práctica.<br />

- En otras dos ocasiones cuando Jesús habla de los mandamientos no menciona a<br />

Dios, sólo tiene presente al prójimo.<br />

1. Cuando al joven rico le recuerda los mandamientos sólo se refiere a los que hacen<br />

alusión al prójimo (Mt 19,16-22). Esto da a entender que sólo se ama a Dios<br />

cuando se cumple con el hermano.<br />

2. También el mandamiento nuevo se refiere sólo al prójimo (Jn 13,34).<br />

- Estos dos textos nos dan a entender que se puede llamar a Dios Padre, pero no<br />

comprender su profundo significado hasta que no se es ternura para el hermano,<br />

como ya dijimos.<br />

- Así en el concepto de Dios Padre queda íntimamente vinculado el hombre, y la<br />

praxis del amor; no es un problema de conocimiento. En esto tenía razón Kant.<br />

- Con Jesús muere un tanto el Dios clásico para surgir el Padre, es decir el Dios que<br />

es amor en cuanto vincula su suerte a la del hombre.<br />

- Pero en algún sentido también el padre queda desmitologizado en este mundo. En<br />

este sentido Jesús le responde a Felipe: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre".<br />

- Con esta afirmación se conecta un dicho de Jesús, que no recogen los evangelios y<br />

que nos ha sido transmitido por algunos Padres de la Iglesia: "Has visto a tu<br />

hermano, has visto a Dios".<br />

14. La experiencia del Padre.<br />

a. El primer momento viene constituido por el acercamiento a Jesús: "Nadie<br />

puede venir a mí si el Padre no lo atrae".<br />

b. El descubrimiento del Padre se va haciendo al ritmo del descubrimiento de<br />

Jesús.<br />

c. Se descubre en seguida que Dios no hace acepción de personas. Ya no hay<br />

distinción entre judíos y gentiles ni entre otras clases de personas.<br />

d. La religiosidad se sitúa en el interior de la persona.<br />

e. Desde ahí se comprende el sentido de la gracia.<br />

f. En este momento nos hallamos capacitados ya para rezar de verdad el<br />

Padrenuestro.<br />

g. La primera experiencia que produce el Padrenuestro es el sentido de<br />

fraternidad. El discípulo de Jesús comprende que el otro es en el que debe<br />

caer su afecto si quiere que el Padre se sienta amado por él.<br />

27


h. La experiencia del Padre es inseparable del otro.<br />

i. Éstos son a los que el Padre revela sus secretos, los que constituyen la<br />

alegría de Jesús.<br />

j. Por sus ojos comienza a difundirse una luz especial por la que contemplan<br />

todo trabado en el amor del Padre: la naturaleza y la fe.<br />

k. Desde ahí están capacitados para escuchar los discursos de la última cena.<br />

- Si permanecen unidos a Jesús, un día gozarán de la unidad y fruición que él tiene<br />

con el Padre.<br />

- Ese deseo que tienen de conocer al Padre, que se trasparenta a través de Jesús un<br />

día será colmado.<br />

- Mientras, el Paráclito que es otro Jesús, llenará ese vacío de ansias por el rostro del<br />

Padre y les conducirá a la guarda del precepto del amor, que es la garantía de la<br />

permanencia en Jesús y de unión con el Padre.<br />

- Hay algunos exegetas que piensan que, aunque aparentemente el evangelio de Juan<br />

tiene a Jesús por su objeto central, en realidad quien lo es el Padre.<br />

- De modo que el grito de Felipe, es el de todo hombre: "Muéstranos al Padre y nos<br />

basta".<br />

- El discípulo de Jesús no logra apagar este grito. Sólo se amortigua en la<br />

contemplación del rostro de Jesús en que se adivina al Padre en la luz que en él ha<br />

depositado el Espíritu Santo.<br />

- Pero el rostro de Jesús sólo se puede contemplar cuando se hace el mismo camino<br />

que él. Aquí radica el criterio central de discernimiento de la experiencia del<br />

Padre.<br />

- La experiencia mística de que tanto se habla hoy, tiene que reducirse a la praxis de<br />

Jesús y sólo se desviste de la mundanidad, que puede camuflarse de altísima<br />

religiosidad, en el vaciamiento total del yo en la entrega sin medida al otro.<br />

- El Padre nos ha conducido al hombre y éste al Padre.<br />

- En este proceso el Padre pierde ese nombre para definitivamente llamarse AMOR,<br />

como lo hizo Jesús al denominarlo ABBÁ.<br />

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