notas para una lectura del evangelio de marcos - Selecciones
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JOSÉ MIRALLES<br />
como <strong>una</strong> manifestación (revelación) <strong>de</strong> la condición cristiana: libre ante Dios y<br />
fraternal con el hombre.<br />
CATEGORÍAS DE REVELACIÓN<br />
La "gloria" anticipada <strong>de</strong> Jesús<br />
Trataremos, pues, <strong>de</strong> ver cómo se configura la revelación <strong>de</strong> Dios en Jesús. Convendrá,<br />
inicialmente, recordar alg<strong>una</strong>s i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Otto en su análisis fenomenológico <strong>de</strong> la<br />
experiencia religiosa. Para Otto, el Dios que senos revela en lo que él llama experiencia<br />
"numinosa" es in<strong>de</strong>signable, pero po<strong>de</strong>mos evocar por sintonía los efectos que la<br />
revelación <strong><strong>de</strong>l</strong> "numen" produce en el sujeto, cosa que permite llegar a <strong>una</strong> mejor<br />
comprensión <strong>de</strong> la experiencia. Sin embargo, hay que notar que aunque la experiencia<br />
"numinosa" encuentre resonancia en el sujeto en forma <strong>de</strong> sentimientos <strong>de</strong> temor,<br />
admiración, etc, estos sentimientos son <strong>de</strong> otro or<strong>de</strong>n que no correspon<strong>de</strong> al significado<br />
<strong>de</strong> estos mismos nombres en las experiencias cotidianas <strong>de</strong> la vida, porque se han<br />
manifestado en la presencia <strong><strong>de</strong>l</strong> "radicalmente otro".<br />
Esto permite compren<strong>de</strong>r la importancia programática <strong><strong>de</strong>l</strong> anuncio <strong>de</strong> Jesús: "El tiempo<br />
se ha cumplido y el Reino está cerca; convertíos v creed en la Buena Nueva" (Mc 1, 15).<br />
Lo anunciado por Jesús es el Reino <strong>de</strong> Dios, es <strong>de</strong>cir, la novedad escatológica, lo<br />
"totalmente otro" porque es obra <strong>de</strong> Dios mismo. Por esto cuando Marcos ve que en las<br />
palabras y en las obras .<strong>de</strong> Jesús se realiza el Reino, dirá que provocan sentimientos <strong>de</strong><br />
maravilla, espanto, interrogación, etc. Pero estos sentimientos <strong>de</strong>berán enten<strong>de</strong>rse como<br />
la expresión <strong>de</strong> <strong>una</strong> experiencia <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n específicamente religioso (lo cual no quiere<br />
<strong>de</strong>cir "<strong>de</strong>sencarnado", sino todo lo contrario). Por ello hay que superar el peligro <strong>de</strong><br />
reducir esta experiencia al nivel <strong>de</strong> la cotidianidad meramente pragmática, ya que con<br />
ello bloquearíamos toda comprensión profunda <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>evangelio</strong>.<br />
De un modo semejante, la revelación <strong>de</strong> la filiación divina en el Bautismo <strong>de</strong> Jesús, es<br />
también programática; manifiesta al lector que en Jesús es Dios mismo el que se revele<br />
(MC1, 9-11).<br />
Por tanto, la intención <strong>de</strong> Marcos, al manifestar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio la verda<strong>de</strong>ra<br />
naturaleza <strong>de</strong> este Jesús, cuyos hechos y palabras proclamará, es advertir <strong><strong>de</strong>l</strong> carácter<br />
específico <strong>de</strong> la experiencia que los discípulos realizaron en el seguimiento <strong>de</strong> Jesús, en<br />
su continuada pregunta acerca <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> este hombre (cfr Mc 1, 27; 4, 41; 6, 14;<br />
8, 27-28).<br />
La "llamada"<br />
El Dios auténtico que se manifiesta en la experiencia religiosa no es el estático<br />
Arquitecto Supremo <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>ísmo. Incluso con el inevitable peligro <strong>de</strong> antropomorfismo,<br />
Dios ha <strong>de</strong> ser afirmado como Dios "viviente", "activo". Este aspecto queda formulado a<br />
través <strong>de</strong> toda la actividad <strong>de</strong> Jesús, puesto que, <strong>para</strong> Marcos, es Dios mismo el que sale<br />
al encuentro <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre en Jesús, según hemos visto en el apartado anterior.