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2 viene de la página 17<br />

Estados Unidos como decorador de<br />

cine. Falleció en México el año 1967.<br />

3 Antoni Clavé comenzó como ilustrador<br />

y cartelista en el mundo del<br />

cine y de la prensa barcelonesa. Afiliado<br />

al SDP desde su fundación, durante<br />

la guerra civil trabajó como decorador<br />

de escenografías para el Teatre<br />

de la Guerra. Comprometido con la<br />

causa republicana, vivió el conflicto<br />

desde una visión personal más cercana<br />

al anarquismo que a las izquierdas<br />

estalinistas. Al finalizar la guerra se<br />

exilió en Perpiñán, donde realizó su<br />

primera exposición el año 1939. Afincado<br />

definitivamente en Francia inició<br />

su carrera como pintor de vanguardia,<br />

con influencias de Eduard Vuillard y<br />

Pierre Bonnard. La obra de Clavé se<br />

inscribe en la Escuela de París, junto<br />

a la de Picasso, Miró, Juan Gris y Antonio<br />

Saura.<br />

Un humorista gráfico<br />

y dos pintores<br />

3 Luis García Gallo, que falleció<br />

en Barcelona el año 2002, aprendió a<br />

leer en los tebeos de la infancia. Zamorano<br />

de nacimiento, estudió dibujo<br />

en la escuela de Artes y Oficios de<br />

Achuri. Se inició como dibujante publicitario<br />

y posteriormente, durante<br />

la guerra civil se pasó al humorismo<br />

gráfico. Anarquista vocacional, trabajó<br />

para la prensa libertaria, Tierra<br />

y Libertad, Solidaridad Obrera y<br />

Fragua Social. Autor de aleluyas satíricas,<br />

carteles y caricaturas en 1938<br />

se trasladó a Barcelona, donde siguió<br />

dibujando para la causa republicana.<br />

Exiliado en París, se hizo célebre con<br />

lConocieron penurias,<br />

escisiones políticas, muerte<br />

en los frentes y años de<br />

exilio y olvido junto a los<br />

perdedores de la diáspora<br />

republicana<br />

las historietas que publicaba en Jours<br />

de France, con el seudónimo de<br />

“Coq” (gallo, en francés)<br />

3 Ramón Calsina nació en la barriada<br />

industrial de Poblenou. Compañero<br />

del dibujante Picarol, dibujó en las<br />

revistas L’Esquella, La Campana y en<br />

Patufet. Fue amigo de García Lorca y<br />

viajó a Roma, Londres y París, donde<br />

alternó el cartelismo con la pintura de<br />

caballete. Durante la guerra civil, colaboró<br />

en el montaje de La fam, del poeta<br />

libertario Joan Oliver, ejerciendo como<br />

decorador, cartelista y diseñador de<br />

vestuario. Superadas las experiencias<br />

del exilio, regresó a Barcelona y a la<br />

pintura, siempre con una carga social<br />

y satírica inspirada en escritores como<br />

Cervantes, Dickens y Poe.<br />

3 Miguel García Vivancos es otro<br />

de los pintores anarquistas cuya<br />

obra forma parte de la historia grande<br />

de la CNT. Natural de Mazarrón<br />

(Murcia) pero educado en Barcelona,<br />

fue uno de los activistas enfrentados<br />

a los pistoleros de la Patronal<br />

catalana. Amigo de Durruti, Ascaso<br />

y García Oliver, durante la guerra<br />

civil mandó la columna Los Aguiluchos,<br />

destacada en Huesca. Durante<br />

su exilio en Francia luchó en la resistencia<br />

contra el nazismo. Interesado<br />

desde su juventud por el arte comenzó<br />

a pintar escenas y paisajes de París,<br />

que Pablo Picasso aplaudió con<br />

entusiasmo. Con la ayuda del malagueño<br />

conoció a Maria Cuttoli, que<br />

se encargó de su primera exposición<br />

el la galería Mirador el año 1948. Miguel<br />

Vivancos, que falleció en Córdoba<br />

en 1972, fue para André Bretón<br />

un pintor naturalista que “tenía el<br />

don virginal de descubrir el arte por<br />

sí mismo”.<br />

CARRER119 JULIOL 2011 DOSSIER 18<br />

Aleluyas o ‘auques’,<br />

los periódicos de los pobres<br />

antonina rodrigo<br />

Escritora<br />

as “auques” (aleluyas), fueron<br />

L las precursoras de los cómics.<br />

En un principio eran mudas,<br />

sin texto alguno, por estar dirigidas a<br />

auditorios analfabetos. La fuerza de la<br />

imagen ilustraba la historieta. Más tarde,<br />

los dibujos tuvieron al pie un texto<br />

que los ciegos rezadores, narradores de<br />

placeta (herederos de la juglaría medieval),<br />

declamaban en pareados, versos<br />

octosílabos rimados. Por su musicalidad<br />

y cadencia los aprendía el público por<br />

tradición oral (los textos también podía<br />

ser tercetas o cuartetas, e incluso prosa).<br />

La aleluya Voz de júbilo tuvo su origen<br />

en las estampas que la iglesia repartía<br />

entre sus fieles, por Pascua y otras solemnidades.<br />

Después abarcó todos los<br />

géneros, reales o ficticios: históricos, satíricos,<br />

costumbristas, tremendistas (crímenes<br />

de tipo sexual, de incesto, de agresión<br />

brutal a la infancia, sacamantecas<br />

o mantequeros), de reyes, de políticos,<br />

de bandidos, de toreros: “…muchachos<br />

desarrapados rompían las oleadas del<br />

gentío, ofreciendo la vida de Lagartijo<br />

en aleluyas”, escribió Blasco Ibáñez. Las<br />

aleluyas divulgaban las guerras y los<br />

sucesos notorios. En el siglo XIX fueron<br />

cantados los héroes y mártires liberales,<br />

como José María Torrijos, Rafael Riego<br />

y Mariana de Pineda, y que estremecían<br />

los auditorios: “¡Oh, qué día tan triste en<br />

Granada/ Que a las piedras hacía llorar.<br />

Al ver que Marianita moría. En cadalso<br />

La tradición de la aleluya era tan fuerte que a través de los<br />

siglos continuó arraigada en el imaginario popular. Durante<br />

la guerra civil las “auques” tuvieron gran predicamento,<br />

editadas por el Comissariat de Propaganda de la Generalitat de<br />

Catalunya, que dirigía Jaime Miravitlles “Met”. Por los títulos de<br />

las aucas, podemos colegir el talante y el compromiso del autor<br />

y sus temas:<br />

3 Auca de la lluita i la milícia.<br />

3 Auca del Treball a Catalunya. Xirinius (Jaume Juez).<br />

3 Aleluyas de los debates religiosos. Javier Bueno (texto) y<br />

Robledano (dibujos).<br />

3 Aleluyas de la defensa de Madrid. Gastón Rey.<br />

3 Aleluyas de la defensa de Euzkadi. Gastón Rey, aunque<br />

también podría ser Antequera Azpiri.<br />

3 De com el Pep i la Rosa… No identificado.<br />

por la Libertad!”. Tras el convenio de<br />

Vergara, los escritores de aleluyas expresaban<br />

las esperanzas del pueblo: “España<br />

su dicha funda/ en doña Isabel Segunda”.<br />

La revolución de 1854, como la<br />

del 68, fue cantada en aleluyas, como las<br />

campañas coloniales de Cuba, Filipinas,<br />

África, eran el periódico de los pobres.<br />

Con frecuencia, los pareados eran de ingenua<br />

comicidad, como la que contaba la<br />

Historia de Pablo y Virginia, uno de sus<br />

dípticos decía: “Pablo con tierno interés/<br />

cura a Virginia los pies”.<br />

Pertenecen las aleluyas al género<br />

lDirigida a un público<br />

analfabeto, la “literatura<br />

de cordel” era recitada y<br />

aprendida de memoria por<br />

tradición oral<br />

Auca sobre la República publicada en l’Esquella de la Torratxa en 1932<br />

clasificado como “Literatura de cordel”.<br />

Los aleluyeros ataban una cuerda de<br />

columna a columna en las plaza donde<br />

colgaban sus mercancía. Esta clase de literatura<br />

influyó también en los grandes<br />

escritores de la generación del 98 y del<br />

27. Pío Baroja, cuenta su sobrino Julio<br />

Caro Baroja, en Ensayo sobre la literatura<br />

del cordel, que su tío se interesó más:<br />

“…por los cultivadores y vendedores de<br />

la literatura del cordel que por los géneros<br />

existentes dentro de ella. Era el<br />

hombre popular recitando solemnemente<br />

a un público de soldados, criadas de<br />

servir, cesantes, hampones y vagabundos<br />

los que le producían mayor interés.<br />

También el fondo de los relatos mucho<br />

más que la forma”. Valle Inclán refleja<br />

ese mundo en Los cuernos de don Friolera.<br />

Para el autor de las Sonatas esta<br />

clase de literatura fue determinante,<br />

pues de “la materia prima del romance<br />

de ciego” sacó el esperpento. García Lorca<br />

se inspiró en la antigua tradición de<br />

ese teatro callejero, para sus personajes<br />

decimonónicos, como Don Perlimplín con<br />

Belisa en su jardín, que subtituló “Aleluya<br />

erótica”. También en La zapatera<br />

prodigiosa saca a relucir las aleluyas y<br />

el cartelón de ciego, y su primer drama<br />

dedicado a Mariana de Pineda, heroína<br />

de la libertad, lo subtituló “Romance popular<br />

en tres estampas”. Rafael Alberti,<br />

en su Arboleda perdida cuenta que en su<br />

obra política Fermín Galán, protomártir<br />

de la Segunda República, su propósito<br />

“…era conseguir un romance de ciego,<br />

un gran chafarrinón de colores subidos<br />

como los que en las fiestas pueblerinas<br />

explicaban el crimen del día”.<br />

La Generación del 27 publicó en Huelva,<br />

Papel de Aleluyas. Hojillas del calendario<br />

de la nueva estética, julio de 1927.<br />

El primer artículo titulado “Procesión”,<br />

empezaba: “Toda la ciudad lanza su maquinismo<br />

contra la procesión. Pero a la<br />

procesión la defienden los chicos vendiendo<br />

aleluyas. Aleluyas finas. Aleluyas”.<br />

Crímenes y historias truculentas<br />

El sabio Josep María Cadena ilustra de<br />

la supervivencia de las<br />

“auques” en Catalunya.<br />

Prestaron también<br />

servicio a las loterías<br />

que se llevaban a cabo<br />

en puestos ambulantes<br />

en los mercados y ferias.<br />

Para la identificación<br />

de los públicos iletrados,<br />

los dibujos eran<br />

de animales. Las “auques”<br />

también sirvieron<br />

para que las gentes<br />

aprendieran el catecismo,<br />

las bienaventuranzas,<br />

los mandamientos.<br />

Tuvieron mucho<br />

éxito las historias truculentas<br />

de crímenes<br />

horrorosos y sus ejecuciones.<br />

Una cofradía de<br />

ciegos de Madrid tenía<br />

el privilegio de recibir<br />

una corta descripción<br />

de la vida de los condenados<br />

a muerte, que<br />

luego divulgaban, convertida<br />

en aleluyas y<br />

romances, por plazas,<br />

pueblos y villorrios,<br />

ante aterrorizados auditorios.<br />

Propaganda y compromiso durante la guerra civil<br />

3 Auca moguda i ben vista. Joan Loba, “Quelus”.<br />

3 De la taverna dels “son”. Antoni Roca.<br />

3 Auca del noi català, antifeixista i humà. Josep Obiols.<br />

3 Auca del moro feixista.<br />

3 Auca de Queipo de llano.<br />

3 Cómo el fascio se derrumbra frente al valor español. O de la<br />

cuna a la tumba. Anónimo.<br />

3 Auca del Refugiat.<br />

Aunque las “auques” las escribían los populares aleluyeros,<br />

también se atrevieron con este género de literatura de cordel<br />

escritores, poetas y dibujantes conocidos. Durante la guerra civil,<br />

dada la carga política y denuncia satírica de alto voltaje de los<br />

dibujos y pareados, en ocasiones los autores las firmaban con<br />

seudónimo. No era un temor gratuito. Un número considerable de<br />

los identificados, a pesar del anonimato, fueron fusilados.

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