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CARRER119 JULIOL 2011 D’ENTRADA 6<br />
Detrás de nosotros<br />
estamos ustedes<br />
nacho murgui<br />
PRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN<br />
REGIONAL DE ASOCIACIONES<br />
DE VECINOS DE MADRID<br />
El proceso que se pone en marcha<br />
el 15 de mayo no es sólo<br />
una potente expresión de protesta<br />
de la ciudadanía. Inaugura<br />
también la construcción,<br />
desde abajo, de un amplio consenso<br />
a partir del cual plantear<br />
el conflicto en torno al cuestionamiento<br />
de los derechos<br />
sociales y democráticos que ha<br />
tenido lugar sin apenas contestación<br />
a lo largo de las últimas<br />
décadas.<br />
Supone, en este sentido, la<br />
construcción de un “nosotros”<br />
más amplio e inclusivo de lo<br />
que habíamos conocido, al menos,<br />
en los últimos 40 años. Un<br />
nosotros del que, sin duda, for-<br />
lEn la herencia<br />
del movimiento<br />
encontramos el<br />
reconocimiento<br />
al trabajo militante<br />
de décadas<br />
ción política donde reside la<br />
potencia expresada por el movimiento,<br />
es posible también<br />
hacer una genealogía del 15-M<br />
que visibilice una clara línea de<br />
continuidad con los movimientos<br />
sociales radicalmente democráticos<br />
de los últimos años.<br />
Buena parte de los contenidos<br />
que, a lo largo de las<br />
últimas décadas, se vienen defendiendo<br />
desde estos espacios<br />
están presentes en el reperto-<br />
mos de representación política<br />
incapaces de dar cuenta de la<br />
diversidad social. No se trata<br />
de que los representantes<br />
hagan más o menos bien “su<br />
trabajo”. Es la enorme complejidad<br />
de nuestras sociedades<br />
la que hace inviable la propia<br />
representación.<br />
El proceso se muestra como<br />
apartidista pero no es en absoluto<br />
apolítico. Los apolíticos<br />
son ellos. La desafección ciudadana<br />
no se da con respecto a<br />
la política. Muy al contrario, el<br />
proceso se construye en torno<br />
a la recuperación de la política<br />
como mecanismo de gobierno<br />
de lo común frente a la pretendida<br />
“gestión técnica de las leyes<br />
naturales del mercado”. Es<br />
decir, frente a unos representantes<br />
políticos elegidos para<br />
gobernar pero que se someten<br />
nueva emergencia social. Este<br />
se va construyendo a medida<br />
que avanza el proceso. No responde<br />
a una manera concreta<br />
de ver el mundo, sino que va<br />
construyendo una manera de<br />
habitarlo en común. Situar el<br />
lLa consolidación del<br />
movimiento pasa por<br />
generar ‘instituciones’<br />
y organismos propios<br />
para funciones y<br />
necesidades concretas<br />
movimiento fuera del las coordenadas<br />
“izquierda” y “derecha”,<br />
aunque a algunos nos<br />
resulte difícil de asumir, tiene<br />
la potencia de poner el foco<br />
sobre los contenidos concre-<br />
que ha mostrado para generar<br />
acontecimientos de gran repercusión<br />
y visibilidad.<br />
Este tránsito del acontecimiento<br />
al proceso se expresa<br />
de manera gráfica en el ciclo<br />
que va desde la convocatoria<br />
del 15-M a la acampada de Sol<br />
y de ésta a las asambleas de<br />
barrio y la constitución de los<br />
grupos de trabajo temáticos y<br />
su coordinación.<br />
Evidentemente, la efervescencia<br />
en medio de la cual se<br />
está desarrollando este proceso,<br />
la novedad, lo inesperado<br />
y lo necesariamente equívoco<br />
(en el sentido etimológico de<br />
múltiples voces que intervienen<br />
en un plano de igualdad,<br />
frente a la univocidad de los<br />
mercados) de este movimiento<br />
lo hacen también confuso.<br />
¡Todo esto es un lío tremen-<br />
Asambleas multitudinarias en la Puerta del Sol de Madrid<br />
CARLOS SÁNCHEZ<br />
lEl 15-M inaugura la<br />
construcción desde<br />
abajo de un amplio<br />
consenso desde donde<br />
contestar la pérdida de<br />
derechos democráticos<br />
man parte muchos de los planteamientos<br />
que hemos defendido<br />
durante décadas desde los<br />
movimientos sociales.<br />
Es obvio que los convocantes<br />
del 15-M y la enorme inteligencia<br />
colectiva que se expresó en<br />
las iniciativas políticas que le<br />
siguieron dieron con unas claves<br />
que durante años la izquierda<br />
organizada había (habíamos)<br />
sido incapaces de encontrar.<br />
Sin embargo y, poniendo por<br />
delante que es en esta innova-<br />
rio de “usos y costumbres” del<br />
movimiento. Es en esta herencia<br />
en la que encontramos el<br />
reconocimiento al trabajo militante<br />
de décadas. Una herencia<br />
que nos debe permitir, entre<br />
otras cosas, desechar recelos<br />
y sumarnos honestamente a la<br />
construcción colectiva de este<br />
nuevo marco de oportunidades.<br />
El movimiento vecinal, sin<br />
ir mas lejos, puede reconocerse<br />
en muchos de los elementos<br />
característicos del 15-M.<br />
Este movimiento se presenta<br />
como un movimiento asambleario.<br />
La asamblea se ha<br />
convertido en bandera del movimiento,<br />
en la forma y en el<br />
fondo. En el momento y en el<br />
lugar donde se expresa y toma<br />
cuerpo.<br />
También recoge la reivindicación<br />
de la democracia participativa<br />
frente a unos mecanis-<br />
lLa desafección<br />
ciudadana no se da con<br />
respecto a la política<br />
sino en los mecanismos<br />
de la democracia<br />
reprentativa<br />
sin rechistar a los mandatos de<br />
los mercados. La tan traída y<br />
llevada desafección política de<br />
la ciudadanía lo era con respecto<br />
a las concepciones de la<br />
política instaladas en los mecanismos<br />
de la democracia representativa<br />
y el gobierno “apolítico”<br />
de los mercados.<br />
El marco de referencia no es<br />
ideológico. No existe un gran<br />
relato, un proyecto de sociedad<br />
alternativo previamente<br />
definido al que obedezca esta<br />
tos y no sobre identidades y<br />
referencias manidas y cargadas<br />
de supuestos.<br />
El nuevo marco nos sitúa, en<br />
línea con lo anterior, en la larga<br />
tradición de los movimientos<br />
populares que no se plantean la<br />
toma del poder político como<br />
estrategia maestra para “cambiar<br />
el mundo”, sino la creación<br />
de unas instituciones propias<br />
desde las que ir construyendo<br />
una nueva hegemonía. Aunque<br />
se escuchan intervenciones<br />
que defienden la necesidad de<br />
“convertir el 15-M en un partido<br />
político”, esta posición no<br />
parece abrirse paso.<br />
Esto último entronca con la<br />
implantación del movimiento<br />
en el territorio y con su<br />
consolidación en una serie de<br />
organismos que le permitan<br />
ir construyéndose como proceso<br />
más allá de la capacidad<br />
do!, pero va tomando formas.<br />
No cabe, sin embargo, esperar<br />
un retorno a la dinámica de las<br />
organizaciones tal y como las<br />
entendemos. La consolidación<br />
del movimiento no pasa, entiendo,<br />
por su transformación<br />
en una organización, sino que<br />
irá generando un archipiélago<br />
de “instituciones” y organismos<br />
propios a partir de funciones y<br />
necesidades concretas: asambleas<br />
de barrio conectadas de<br />
distintas formas, plataformas<br />
específicas, iniciativas concretas<br />
y esporádicas, quizá nuevos<br />
colectivos y grupos o, incluso,<br />
la integración en este nuevo<br />
marco de muchas de las realidades<br />
organizadas de siempre<br />
en la medida en que sean<br />
capaces de asumir este nuevo<br />
marco de acción política y se<br />
impliquen honestamente en su<br />
desarrollo.