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maYo<br />
<strong><strong>20</strong>11</strong><br />
reconoce que el cubano es el dueño.<br />
Cuando suena una orquesta cubana,<br />
todo el mundo la respeta. Incluso<br />
agrupaciones <strong>de</strong> fama mundial,<br />
cuando se enfrentan con un grupo<br />
importante <strong>de</strong> Cuba, a veces no<br />
quieren cerrar el concierto, porque<br />
cuando terminan <strong>de</strong> tocar los cubanos,<br />
ya no hay más nada que hacer. Y<br />
ese respeto se siente hasta con músicos<br />
<strong>de</strong> talla mundial. Gilberto Santa<br />
Rosa estuvo tres horas sentado en un<br />
cabaret esperando a Son 14. Quería<br />
conocernos, compartir su arte con<br />
nosotros. Nos llena <strong>de</strong> regocijo ver<br />
que un artista como Gilberto haga<br />
eso. Compartimos también con<br />
Andy Montañez, Oscar D’ León<br />
–nuestro hermano– y tantos gran<strong>de</strong>s<br />
cantantes que no caben en esta<br />
entrevista. Esa es la música cubana:<br />
una presencia viva en el mundo.<br />
Me <strong>de</strong>cía hace un rato que no<br />
siempre quiso ser músico...<br />
Yo era pelotero y músico a la vez.<br />
Mi hermano tenía un conjunto y yo<br />
cantaba ahí. Él me permitía que lo dirigiera<br />
también, y así me fui formando<br />
como músico, pero me gustaba<br />
más el beisbol. Lo que pasa es que la<br />
vida es así: te pone al frente oportunida<strong>de</strong>s<br />
únicas, es como el <strong>de</strong>stino.<br />
Y eso pasó cuando los Álvarez me<br />
acogieron, y luego cuando integré<br />
Son 14 con Adalberto. Entonces fue<br />
como si el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong>cidiera que yo<br />
tenía que partir hacia la música, y lo<br />
hice.<br />
¿Qué recuerda <strong>de</strong> sus inicios?<br />
Cuando tenía 23 años vivía en<br />
el central Amancio y a cada rato<br />
cantaba e improvisaba. En<br />
una ocasión estuve<br />
improvisando la<br />
Guantanamera<br />
como treinta<br />
minutos, alternando<br />
con Pío Leyva y su grupo.<br />
Al terminar, Pío me dice: “Si tú haces<br />
esto en la música, obtendrás el<br />
éxito seguro, porque tienes la rima<br />
e incluso el alma <strong>de</strong> poeta para ser<br />
compositor”. No le hice caso en ese<br />
momento, pero con el tiempo sus<br />
palabras se hicieron realidad. A mí<br />
no me gustaba componer, pero al<br />
apartarme <strong>de</strong> Adalberto, que era el<br />
compositor, tuve que hacerlo.<br />
Otro momento que recuerdo<br />
con mucho cariño, quizás el más<br />
alegre <strong>de</strong> mi vida como artista, ocurrió<br />
en mi pueblo, alternando con<br />
Benny Moré y su banda. El Benny,<br />
sentado con una latica, tomaba<br />
ron. Me llamó, me dio un trago y<br />
me dijo que cuando fuera a La<br />
Habana lo buscara en el Palacio<br />
En la fila inferior, al centro, Adalberto Álvarez y Tiburón Morales.<br />
Foto: Meysis Carmenati<br />
<strong>de</strong> los Músicos, en la calle Prado.<br />
Pero cuando fui a Prado, iba como<br />
pelotero <strong>de</strong> los Granjeros, y nunca<br />
entré. Siempre voy a recordar ese<br />
momento.<br />
A Tiburón se le conoce por el<br />
timbre particular <strong>de</strong> su voz.<br />
Ha sido mi propio sonido. Tuvo<br />
mucho que ver la época en que estudié<br />
música en Camagüey, con el<br />
Maestro Cortina. También tomé<br />
clases con un cantante <strong>de</strong> coro y<br />
profesor <strong>de</strong> voz llamado Joaquín,<br />
que con el piano me educó el timbre<br />
y buscó el color <strong>de</strong> mi voz.<br />
Siempre me <strong>de</strong>cía: “Tú tienes que<br />
cantar así” o “Tu voz tiene que oírse<br />
<strong>de</strong> esta forma”. Y hasta ahora.<br />
Todo eso gracias a la exigencia<br />
<strong>de</strong>l padre <strong>de</strong> Adalberto Álvarez.<br />
Recuerdo que una vez me aconsejó:<br />
“Esto no es cantar y ganar<br />
dinero, esto es cantar y<br />
estudiar para saber<br />
qué es lo que estás<br />
haciendo, y<br />
así ganar el<br />
sustento<br />
para tu<br />
vida”.<br />
¿Cómo empiezan a llamarlo<br />
“Tiburón”?<br />
En el antiguo central Francisco,<br />
hoy Amancio Rodríguez. Des<strong>de</strong><br />
niño me sabía todos los números<br />
<strong>de</strong> Barbarito Diez. Como soy <strong>de</strong> un<br />
puerto, acostumbraba bañarme <strong>de</strong>snudito<br />
en el mar, con la boca abierta,<br />
siempre cantando. Entonces la<br />
gente empezó a <strong>de</strong>cirme “tiburoncito”.<br />
Ha pasado el tiempo, y si no me<br />
dicen Tiburón, no están llamando<br />
a Eduardo Morales. Yo al principio<br />
no quería que me llamaran así en la<br />
música, pero el Maestro Álvarez me<br />
<strong>de</strong>cía que Eduardo era un nombre<br />
sin efectividad, que cuando el artista<br />
no tiene un nombre llamativo, tiene<br />
que buscarlo. Que no me pusiera<br />
bravo, que hay otros, como León.<br />
En esa época, yo no me imaginaba<br />
que mi vida tomaría este camino y<br />
me traería tanto orgullo ser Tiburón<br />
Morales, <strong>de</strong> Son 14. Ni siquiera me<br />
creía cantante, y es parte <strong>de</strong> cómo<br />
soy. Siempre voy a creer que nunca<br />
es tar<strong>de</strong> para apren<strong>de</strong>r, y que en el<br />
más simple artista y en el más simple<br />
habitante <strong>de</strong>l pueblo se pue<strong>de</strong> encontrar<br />
una crítica constructiva, que<br />
mejore mi trabajo y mi persona.<br />
¿Qué consejo les daría a los jóvenes<br />
soneros?<br />
Para ser cantante <strong>de</strong> son hay que<br />
empezar por oír a aquellos cantantes<br />
que, cada cual con estructura distinta,<br />
han establecido el son. Hay que<br />
dar espacio a las inspiraciones, las<br />
improvisaciones, la imaginación. Se<br />
tiene que estar abierto, y al mismo<br />
tiempo atento a cada sílaba, que no<br />
haya ninguna sin i<strong>de</strong>ntidad, porque<br />
sin i<strong>de</strong>ntidad no hay son, sin rima<br />
tampoco: es la diferencia entre ser<br />
sonero y cantor. El texto <strong>de</strong> la canción<br />
tiene que estudiarse para que se<br />
viva sobre el escenario, porque la expresión<br />
es muy importante. A<strong>de</strong>más,<br />
un sonero tiene que ser hacha y machete,<br />
porque lo oyen don<strong>de</strong>quiera.<br />
Si un sonero cubano no hace las cosas<br />
bien, ¿a quién pue<strong>de</strong> enseñar en<br />
el mundo? Yo quisiera que el futuro<br />
<strong>de</strong> la música cubana pueda combatir<br />
la chabacanería, que no sea buscar<br />
un estribillo y ya eso es la obra. En<br />
el mundo, incluso, se está utilizando<br />
la letra como antes, dándosele importancia.<br />
No se trata <strong>de</strong> la famosa<br />
diferencia entre el son y la salsa, o<br />
con cualquier otro género. De lo que<br />
se trata es <strong>de</strong> reconocer entre música<br />
buena y música mala, y <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r la<br />
primera. En eso nosotros los artistas<br />
tenemos la palabra.