ENERGIA Y GEOESTRATEGIA 2015

El acceso universal a la electricidad y su papel en la lucha...
Como se menciona en el documento «The fortune at the Bottom of the Pyramid»
74 las empresas podrían obtener rentabilidad en sus inversiones si suministraran
a las personas en la base de la pirámide, con servicios y productos
económicamente asumibles, adaptados a su capacidad de pago y a su «Willingness
to pay», y complementados por las ayudas iniciales a la inversión y por los
subsidios que se puedan determinar como necesarios por las Administraciones
Públicas. Los pequeños márgenes de beneficio obtenidos se verían compensados
por el gran número de personas existentes en ese mercado.
Las tarifas finales de electricidad deben cubrir los costes de suministro (para
atraer las inversiones en la fase inicial y para permitir la operación, mantenimiento
y reposición de equipos en la fase operativa) y a la vez mantener unos
precios que sean asumibles por los consumidores. Estos objetivos son en muchas
ocasiones difíciles de conseguir, pero ya existen experiencias interesantes.
Gran parte de los proyectos de electrificación, exitosos en la fase de inversión
(se captan capitales para la misma en muchos caso con ayuda oficial al desarrollo
o incluso por filantropía), fracasan a los pocos años por no disponer de un
buen modelo de negocio para la fase operativa.
Por ello es muy relevante dedicar atención no solo a la fase de implantación del
proyecto, sino a atender también el carácter de sostenibilidad en el tiempo de
los mismos. Hay que trascender la fase de «trabajo hecho» cuando se inauguran
las instalaciones y diseñar adecuadamente los mecanismos de sostenibilidad
(cómo y quién va a dar mantenimiento a las instalaciones, cómo se repondrán,
y cómo se financiará la operación y mantenimiento de las instalaciones y,
con posterioridad, la reposición de los equipos). Y la experiencia ha demostrado
que es una labor complicada y compleja.
En la figura siguiente se puede ver cómo se puede romper el modelo de doble
discriminación que sufren quienes no tienen suministro y, además no reciben
los subsidios que sí reciben los clientes que sí están conectados a la red, diseñando
tarifas sostenibles en el tiempo. Para ello, se utilizaría la capacidad de
pago que ya han declarado implícitamente los consumidores rurales con sus
compras de leña, velas, keroseno etc., estableciendo unas tarifas para ellos que
estuviesen «un poco» por debajo de dicha capacidad de pago, de manera que
les haga atractiva la apuesta por la electrificación. El coste total operativo (O&M
y reposición) que garantiza la sostenibilidad, se recuperaría complementando
los pagos de los consumidores con subsidios similares a los que reciben los
consumidores ya electrificados. Adicionalmente, la electrificación irá creando
nuevas oportunidades de negocios en la colectividad, que va generando nuevas
necesidades de electrificación que se irán abordando, pero ya desde costes unitarios
menores que, no solo irán mejorando el bienestar de los consumidores,
sino que disminuirán la necesidad de subsidios y aumentarán los márgenes en
los negocios de electrificación que se irán creando en la base de la pirámide.
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Prahalad, y otros, 2002.
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