ENERGIA Y GEOESTRATEGIA 2015

Vicente López-Ibor Mayor
La difícil gobernanza ártica y la energía
En 1952, los cinco Estados árticos europeos, Noruega, Islandia, Finlandia, Suecia
y Dinamarca –con Groenlandia–, establecieron el primer consejo subpolar, el
Consejo Nórdico, y en 1971 se creó el Consejo Nórdico de Ministros. Por su parte,
la Unión Europea pasó a integrarse a principios de la década de los noventa
del pasado siglo en el Consejo de los Estados del Mar Báltico y en el Consejo
Euro-Atlántico, de Barents, respectivamente. En 1996 se creó formalmente el
Consejo Ártico, mediante la Declaración de Otawa, aunque se habían dado unos
primeros pasos en 1991, cuando ocho países árticos (los que actualmente integran
el Consejo) firmaron la Estrategia para la protección del medio ambiente
ártico. El Consejo se reúne aproximadamente cada seis meses en el país al que
corresponde la presidencia rotatoria de la Organización.
Desde el punto de vista formal en términos de gobernanza, actualmente los
países ribereños, o con mayor exactitud, aquellos que disponen de tierra y territorio
más allá del círculo ártico, constituyeron el denominado Consejo Ártico.
Estos países son Canadá, Dinamarca (por la soberanía que dicho país ejerce sobre
la isla de Groenlandia y sobre las Islas Feroe), Finlandia, Islandia, Noruega,
Rusia, Suecia y Estados Unidos.
Dichos países gobiernan en la actualidad el Ártico en sentido amplio, presidencia
rotatoria cada dos años, pero no son entidad jurídica de orden internacional,
sino un foro de intercambio de carácter intergubernamental 57 y, por tanto, se
enmarcan en el ámbito internacional de relaciones de cooperación y no de integración
entre sus miembros. Foro abierto, además, a otros países a los que
se reconoce estatuto de observadores, la mayoría de ellos países de la Unión
Europea, como Francia, Alemania, Polonia, Holanda, España o Reino Unido, y
entidades a quienes se reconoce el Estatuto de «Permanent Participants». 58
Otros países han presentado su candidatura a tal fin, como China, Singapur, Corea
del Sur o Italia, e incluso la UE aspira a adquirir el estatuto de observador
permanente. Hay que tener muy presente el alcance jurídico-político del Consejo
Ártico, limitado en sus objetivos a algo tan relevante, aunque determinado,
como asegurar la protección ambiental y el desarrollo sustentable, entendido
este concepto en sentido amplio, ya que abarcaría cuestiones relativas al orden
económico, sociales, relativas a la protección de la salud y a la defensa de los
valores culturales, pero su finalidad no alcanza los temas relativos a la seguridad
o las cuestiones militares. En el mismo orden de cosas, el Consejo Ártico
carece de estructura institucional específica, aunque sí dispone de un Secretariado
permanente al que se confía la vigilancia del cumplimiento de las misiones
antes referidas, el cuidado y ejecución de los proyectos comunes y procurar
57
Ver la Resolución del Parlamento Europeo sobre la Gobernanza del Ártico de 9 de octubre de
2008, como el paso más avanzado en este tema, desde la perspectiva institucional comunitaria.
58
Como el Arctic Athabaskan Council (AAC); International Association (AIE); Inuit Circumpolar
Council (ICC), Saami Council; Russian Association of Indigenous Peoples (RAIPON).
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