cartelera_cultural_junio_2015web-final.pdf
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la Colonia: el pasado que verdaderamente nos<br />
debía importar era el de las altas culturas desarrolladas<br />
en nuestro suelo con anterioridad<br />
a la colonización española. Pocos mexicanos<br />
estuvieron tan atentos a esta revolución en<br />
la percepción de lo mexicano como Altamirano,<br />
advirtiendo la posibilidad de cimentar un<br />
nacionalismo <strong>cultural</strong> sobre la base, profundamente<br />
cosmopolita porque estuvo a cargo<br />
básicamente de extranjeros no españoles, de<br />
la revaloración del pasado propio de México.<br />
Pero si bien la consolidación de esta nueva<br />
visión, que podríamos llamar “nacionalismo<br />
cosmopolita” mexicano, tuvo que esperar a la<br />
década de 1920, Altamirano hizo importantes<br />
adelantos hacia esta meta tanto en su obra literaria<br />
como periodística.<br />
Un excelente ejemplo de esto se encuentra<br />
en su novela póstuma: El Zarco está cortado<br />
sobre el patrón de Madame Bovary, de Gustave<br />
Flaubert, y no hace falta enfatizar que Altamirano<br />
era un gran conocedor de la literatura<br />
europea de su tiempo, particularmente la francesa<br />
y la alemana, que leía en sus lenguas originales.<br />
Pero El Zarco, además de incorporar a<br />
nuestra tradición la mejor –por adelantada, por<br />
exigente– novela francesa del siglo XIX (eso es<br />
la de Flaubert), se permite una reflexión histórica<br />
siguiendo la línea de los estudiosos extranjeros<br />
que revaloraban radicalmente los vestigios<br />
documentales, escultóricos y arquitectónicos<br />
de nuestras culturas originarias. Hay en El Zarco,<br />
en el capítulo dedicado a Xochimancas, una<br />
evocación del esplendor que habría alcanzado<br />
Xochicalco [sitio que Altamirano conoció personalmente],<br />
aunque oculto bajo el nombre de<br />
una hacienda más de las que se distribuían por<br />
Morelos desde la época colonial y después. No<br />
sería remoto que este pasaje de El Zarco constituyese<br />
el primer paso, en las letras mexicanas,<br />
hacia la incorporación del México antiguo<br />
a los temas del debate nacional. Las novelas de<br />
ambientación colonial no eran escasas (a veces<br />
en el tono de la “novela gótica”), pero aún no<br />
había en México nada que reivindicase el pasado<br />
verdaderamente nacional en la narrativa.<br />
Hay aquí una postura, y esto es lo peculiar en<br />
él, que no podemos explicarnos sin la formación<br />
cosmopolita de Altamirano.<br />
Hay mucho escrito sobre Altamirano, como<br />
ya señalé. Pese a ello, aún restan ángulos poco<br />
explorados sobre su visión de la historia y la<br />
cultura de México, que podrían atraer a nuevas<br />
generaciones de estudiosos.<br />
Translation · p. 165<br />
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