LA VERDAD SOBRE LA INDUSTRIA FARMACEUTICA M ANGELL
LA VERDAD SOBRE LA INDUSTRIA FARMACEUTICA M ANGELL
LA VERDAD SOBRE LA INDUSTRIA FARMACEUTICA M ANGELL
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
9. Haciendo pasar el marketing como investigación<br />
¿Cómo conseguir convertir un medicamento aprobado para una entidad poco frecuente en un<br />
“blockbuster”?. En primer lugar realizando ensayos clínicos en indicaciones distintas a las<br />
autorizadas y en segundo lugar intentando que se prescriba para indicaciones no autorizadas.<br />
El caso de Neurontín®<br />
Parke-Davis, una filial de Pfizer, se decidió por la segunda estrategia con su medicamento para<br />
la epilepsia Neurontín®. En 1996 un visitador médico presentó una denuncia contra su propia<br />
compañía por defraudar a la administración sanitaria. Poseía cientos de documentos internos<br />
que demostraban la existencia de un vasto plan desarrollado por la compañía para promocionar<br />
Neurontin® en indicaciones no autorizadas.<br />
Neurontin® fue autorizado en 1994 por la FDA para una indicación muy restringida: el<br />
tratamiento de segunda elección de la epilepsia cuando otros tratamientos habían resultado<br />
ineficaces. Posteriormente se aprobó su indicación en el tratamiento de la neuralgia herpética.<br />
Ambas indicaciones generaban escasos ingresos a la compañía, por lo cual se decidió diseñar<br />
una campaña para aumentar sus ventas a base de convencer a los médicos de que existían<br />
nuevas indicaciones (no autorizadas) para su uso. En primer lugar se definió una “estrategia de<br />
publicación” y mediante ella financiaron ensayos clínicos y pagaron a diferentes investigadores<br />
académicos para que firmasen los artículos resultantes. Todos los ensayos resultaron favorables<br />
a Neurontin®, pero eran de tamaño tan reducido y de tan escasa calidad metodológica que no<br />
permitían extraer conclusión alguna. Su diseño fue encargado a una “empresa de comunicación<br />
y educación médica”, que cobró 12.000$ por cada uno de los 12 artículos que preparó, la cual a<br />
su vez pagaba unos 1.000$ a cada investigador académico que accedía a figurar como firmante<br />
del estudio.<br />
Posteriormente se planificó la difusión entre los médicos los resultados de estos estudios a<br />
través de visitadores médicos especializados, los denominados “medical liason”, que en<br />
realidad no son más que visitadores médicos dedicados aparentemente a fomentar la docencia.<br />
Por otra parte se financiaron encuentros y jornadas de formación continuada, con comida<br />
incluida (“dinner-meeting”) en todo los EUA, en los que los “autores” de los estudios y otros<br />
“expertos” describían los éxitos obtenidos por el producto en estos ensayos clínicos. Estos<br />
expertos, denominados consultores, recibieron elevadas sumas por hablar a otros médicos que,<br />
en ocasiones también recibieron dinero por asistir. Muchos de estos encuentros no eran más<br />
que vacaciones pagadas para grandes prescriptores potenciales. De hecho la compañía siguió la<br />
evolución de su perfil de prescripción para comprobar el éxito de estas reuniones y pudo<br />
constatar un incremento medio del 70% en la prescripción de Neurontin® tras estos “dinnermeting”.<br />
Toda la estrategia fue tan eficaz que Neurontin® acabó por convertirse en un “blockbuster” con<br />
ventas de 2.700 millones de dólares en 2003. El 80% de las ventas de ese año lo fueron para<br />
indicaciones no autorizadas, tales como el trastorno bipolar, el síndrome de estrés<br />
17