LA VERDAD SOBRE LA INDUSTRIA FARMACEUTICA M ANGELL
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Claritin®<br />
Este producto de Schering-Plough llegó a generar unos ventas de 2.700 millones de dólares al<br />
año. Su patente iba a caducar en 1998, pero acogiéndose a la ley Hatch-Waxman se prolongó<br />
dos años en compensación por el retraso en su aprobación, veintidós meses en aplicación del<br />
acuerdo internacional sobre extensión en la duración de patente y seis meses más por realizar<br />
ensayos clínicos en niños. Con todas estas medidas el primer genérico no vio el mercado hasta<br />
finales de 2002, momento en el que Schering-Plough pasó todas las presentaciones de<br />
Claritin® a productos de mostrador y para sustituirlo en el mercado de prescripción lanzó<br />
Clarinex®<br />
(desloratadina).<br />
Prozac®<br />
El caso de este producto de Lilly ha sido uno de los más ejemplificadores. Sus derechos de<br />
exclusividad expiraban en 1997, pero la compañía fabricante consiguió que no se comercializara<br />
el primer genérico de fluoxetina hasta agosto de 2001. Se utilizaron diferentes estratagemas,<br />
como el registro de nuevas patentes para el producto (algunas incluso duplicadas), la<br />
comercialización de la misma molécula con un nombre comercial distinto (Sarafem®) pero<br />
indicada sólo para la “disforia premenstrual” (1997), la comercialización<br />
de Prozac semanal®<br />
(1999)<br />
y la realización de ensayos clínicos en niños (febrero de 2001).<br />
Paxil®<br />
Este medicamento de GlaxoSmithKline fue aprobado por la FDA en 1992, pero su patente<br />
caducaba en 1998, momento en el que la compañía demandó a la primera compañía que<br />
solicitó comercializar un genérico, lo cual conllevó, siempre según la ley Hatch-Waxman, la<br />
prolongación automática de los derechos de exclusividad durante treinta meses, pero a los<br />
diecisiete meses planteó cuatro nuevas demandas a la misma compañía de genéricos por<br />
infringir sendas patentes activas del “Orange Book”. Con toda esta estrategia el primer genérico<br />
de<br />
Paxil® no vio la luz hasta mitad de 2003.<br />
Todas estas prácticas monopolistas han motivado que la Comisión Federal del Comercio de los<br />
EUA propusiera en 2002 una serie de<br />
reformas legislativas, que desafortunadamente en su<br />
mayoría<br />
aún no han sido aprobadas.<br />
11. La compra de influencias<br />
La larga mano del Big Pharma llega a todos los niveles de la administración de los EUA. El caso<br />
del Medicare es quizás el mejor ejemplo de su influencia. En 2003 el Congreso Americano<br />
prohibió que Medicare utilizase su poder de compra para negociar rebajas en los precios de los<br />
medicamentos con las compañías farmacéuticas, a pesar de que esta práctica es común en<br />
otros grandes proveedores sanitarios, como la “Veterans Affaire”, Aetna o General Motors. Tan<br />
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