El nacionalismo de la vanguardia brasileña (1922-1930) - Estudios ...

ESTUDIOS. Revist¡ de Investigaciones Liter¿rias. Año 4, Ne 7. Caracas, ene-jun, 1996, pp' 155'174EL NACIONALISMO DE LA VANGUARDIA BRASILEÑA(re22-1934)Fnexcrsco JosÉ LópBz ALFoNsoUniversidad de ValenciaSe ha escrito, quién sabe si con razón, que la Semana de Arte Modemo de SéoPaulo, celebrada en febrero de 1922, fue largamente ignorada aquel aflo fuera de lacapital pauüsla, del mismo modo que pasó desapercibida para la opinión pública lafundación del Partido Comunista Brasilei¡o un mes despuést. Y que, en realidad, fuela retadora conferencia de Graga A¡anha sobre O espiritu moderno, pronunciada enlos polvorientos salones de la Academia Brasileña de letras en Río en junio de 1924,la que tomó nacional la revolución literaria'?.Sin embargo, la ambición nacional y la vocación nacionalista de la Semana estáfuera de toda duda En 1920 los jóvenes escritores y artistas estrán decididos a laconquista del poder y preparan el combate sistemático contra los Mestres DoPassafu como Mário de Andrade ütuló la serie de estudios en que analiza elparnasianismo en la obra de Francisca Júlia, Raimundo Correia, Alberto de Oliveira,Olavo Bilac y Vicente Carvalho, a los que acepta como maestlos, cierúo, pero comomaestros del pasado, como difuntos, poetas de misión cumplida que nada tienen queofrecer a las nuevas generaciones.El 16 de mayo del mismo año, Oswald de Andrade criticando el programa de losfestejos preparados para conmemorar en 1922 el Centenario de la Independencia deBrasil amenazaba desde las páginas del Jornal do Comércio:Cuidado, señores de camelot, la verdadera cultu¡a y el verdadero arte vencensiempre. Un púgil pequeño, pero fuerte, se prepara para hacer valer nuestroCentenaricP.1. Vi¿ Wilson Martins, Históría da inteligencia brasileira, vol. 6, Sao Paulo, Cultrix./USP,1978, pp. 240 y 270.2. Ibi¿, p. 319.3. Citado por Mário de Silva Brito en "A Revolugao Modernista", en La literatura no Brasil,di¡ecc. de Afranio Coutinho, vol. IIL p.441.155

libre, sobre mi ciudad6."[.o europeo, lo extranjero, si se quiere, no constituyó por tanto uno de los polosde la oposición nacionaVintemacional, idea ficticia que traza el mapa de la realidady a menudo prog¡ama y decide el sentido de la historia. Por el conf¡ario, lointemacional animó a releer, a reinterpretar el Brasil bajo nueva perspectiva, unnuevo Brasil. Mário de Andrade reflexionó lúcidamente sobre ello al considera¡ elimposible, en pleno siglo XX, de un país cerrado de modo férreo sobre sí mismo,como el mítico imperio chino imaginado por Kafka, tan vastio que resultabaimposible alcanzar sus fronteras:Consecuencia de la elecficidad, telégrafo, cable submarino, T.S.H., ferrocarril,transatlánúco, automóvil, aeroplano.Estamos en todas pafles por la inteligencia y por la sensación?.El fenómeno responüa a la tendencia universalizadora que, merced al rápidoperfeccionamiento de los insfumentos de producción y al constante progreso de losmedios de comunicación, experimentaba el mundo de forma cadavez más acelerada.Por ciefto, la universalización era uno de los nombres de la modemidad y "seguirel estado espiritual universal de la época era, al decir de Mário de And¡ade, másnecesidad que simple monería"s. Sin embargo, sería erróneo pens¿u que estamodemización se desarrolló con el mismo ritmo a uno y a ono lado del Atl¡ánticoy de modo coherente y uniforme en cada una ds estas orillas. Sin duda ent¡e el finaldel siglo XIX y 1922,pero fundamentalmente desde la segunda dé*adade este siglo,acontece un largo e intenso proceso de urbanización e industrialización del país yel cuadro social se enriquece con elementos nuevos y perturbadores: ascensión deuna clase media urbana al lado de las primeras concentraciones fabriles considerábles,inmigración vertiginosa, euforia desanollista y otros índices entre los que no fueronmenos importantes la promulgación del Código Civil, que anunciaba la prontamudanza del cuad¡o de valores, y la tarea educativa en este sentido del cineprocedente de los Estados Unidos; acontecimientos lodos que rompían el equilibriode la sociedad feudo-colonial.ó.7.Ibid., p.183Má¡io de An&ade, "A escrava que nao é Isaura (La esclava que no es Isaura)", e¡ Obraimattua, Sao Paulo, Ma¡tins, 1960, pp. 195-275; citamos por la traducción española enJorge Schwartz. Las vangturüas tatinoanericanas, Madri4 Cáted¡a, l99l' pp. l?5-134,p.132.Mário de Andrade, Modcrnismo y accióv entortul do conúrc¡a (241511925)' reproducidoen Schwartz, op. cit., 506-509, p. 506.157

Pero no todos los estados experimentaron una metamorfosis tan acusada comoSao Paulo e incluso éste era un extraño y heterogéneo "compuesto"'en el queconvivían sin nansición y en discordancia la modernidad más desarrollada y elatraso más brut¿I. Y ello sucedia hasta en los mismos individuos. Las contradiccionesde la nueva realidad de este Brasil plural y con diversos niveles de conciencia, sereflejaron en el embrollo sin igual que constituyó la mitificada Semana de ArteModerno en la que hubo mucho de auténtico, pero también mucho de imitaciónpueril, mucho de pose.Esta fue en síntesis la experiencia

Mas cada ingeniero utilizará los materiales que le convengan. Esto significaque los escritores de Klaxon responderiin sólo por las ideas que firmen.A estas disenciones hay que añadi¡ los revoltijos especulativos en que sedebatían algunos -la mayoría- de los jóvenes autores de la revista. Es el casoOswald de And¡ade quien, en su alículo "Escola Ideias & Idé" (Klaxon, to 2),exalbba el subjeüvismo radical de Rimbaud y de Lautréamont' antecedentesreconocidos del subrealismo, al úempo que rechazaba la presencia del "yoinstrumento" en la poesía moderna, principio compartido por el objetivismo decubistas y futurislas.Desde su mismo tíiJlo, Klaxan subrayaba su vínculo con la modemidad de lasegunda revolución industrial, con la modernidad de la que el futurismo fue vibrantecantor. ¿Acaso no postuló Marinetti que un auOmóvil en movimien¡o es más belloque la Victoria de Samotracia? Y efectivament€ fue este ismo el que sirvió demodelo inicial -aunque no único- a los integrantes del mensual, por más que en elmencionado manihesto se leYera:Klaxon no es futurista Klaxon es KlaxisaAl margen del juego de palabras, el recelo nacía del afán autónomo y delsenúmiento nacionalista y hasta patriotero que anidaba en el seno de una publicaciónconfesarnente cosmopolitaKlaxan sabe que la humanidad existe. Por eso es internacionalista. Lo que noimpide que, por la integridad de la patria, Klaxon muera y sus miembrosbrasileños mueran'2.Posiblemente como otros ismos, el Modemismo creció sobre estas inconsecuenciasmás que sobre celezas arquitectónicirmente trazadas. Y ya en 1927 Menotti DelPicchia, PlÍnio Salgado y Cassiano Ricardo eran conscientes de las tres tendencias--almenOs tres- en que se había quebrado el cristal de la armonfu "futurista".En tres corrientes se dividió el gran río: la de Má¡io de Andrade con losextremistas; la de importada de Francia por Villegaignon ylabrada por Oswald de Andrade y la nuestra Verde-amarilla que quierecontener, vivos, el alma y el paisaje de la patriar3.12.Klaxon, en Schwartz, op. cit,.p.236.13. PlÍnio Salgado, "A revolugao da Anta (l,a revolución del Tapir)" en VVAA, O Curupirae o Carao, p. 9l-97.Citamos por la uaducción española en Schwa¡tz, op. cit., 523-526,p.523.159

IEl primer momento de esta "crisis de conciencia modernisla"ra tuvo lugar con lapublicación del polémico Manifesto da Poesia Pau-Brasil en la edición del 18 demarzo del Coneio da Manlw. Escrito en un estilo conciso, casi telegráfico, elmanifiesto incide en una serie de motivos recurentes en la retórica programática delas vanguardias: la lucha contra el viejo arte hecho a base de recetas -"Sólo no seinventó una máquina de hacer versos ya existía el poeta parnasiano"- y la obra deuna nueva estética guiada por la destrucción de lo obsoleto -'Como la época esmilagrosa, las leyes nacieron de la propia rotación dinámica de los factoresdestructivos"-. Más importante que este doble desideratum era el convencimiento deque el trabajo de la llamada generación 'fun¡risüa' -"Ajustar el reloj imperio de laliteratura nacional"- estaba acabado: Realizada esúa etafn, el problema es otro. Serregional y puro en su épocat5.¿Pero exactamente qué significaba ser regional y puro en su época?. Larespuesta se hallaba en la reinterpretación que Oswald de Andrade hacía del Brasil.Para él resultaba incuestionable que Brasil había accedido a la modemidad tanansiada por los escritores y artistas de la Semana. Sin embargo, ésta no habíalogrado sustituir de forma definitiva lo antiguo. El país adquiría así una condiciónmixta:Tenemos la sustentación doble y presente la floresta y la escuela. La razacrédula y dualista y la geomería, el algebra y la química después de lamamadera y el té de anís. Una mezcla de 'duérmete mi niño que ya viene elcuco' y de ecuaciones¡6.Lo novedoso consistía en que, sin renunciar al cosmopolitismo primordial deKlaxon, Pau-Brasil valorizaba la tradición. Pero no se afirmaba oda la nadición,pues la cultura europeizada del siglo XIX era rechazada en favor de la inserción másprofunda de lo indígena, lo negro y lo mestizo. Con esta actitud, Oswald de And¡adesistematizaba la tendencia primitivista que, existente en Klaxon, quedó marginada.Por desgracia, la evaluación de las raíces brasileñas se realizó de manera acrítica.Y en ello tuvo mucho que ver la vertiente exotista culúvada por la vanguardiaeuropea. Apollinaire, Picasso y Paul Guillaume fueron de los primeros en lanzarsetras las esculturas, las máscaras y los feúches, la música y los cuentos de los nativosde Yoruba, del CamenÍn, de Dahomey, de Sudán, de Beni.14. Vid. Martins, op. cit., 317.15. Oswald de Andrade, "Manifesto da Poesia Pau-Brasil (Manifiesto de la Poesía Palo-Brasil)", eri Schwartz, op. cit.,l37-141.16. Ibid., en Schwafz, op. cit., p. 140.160

En la capital francesa Oswald conoció al célebre poeta Blaise Cendrars--+xplícitamente citado en el "Manifis51s"-, que en l92l ya habia publicado laimportante Antología negra. Y acompañado de él y de la pintora Tarsila de Amaralregresó a Brasil en 1924. Juntos y en compañía de otros modemistas tuvieron laoportunidad de sorprenderse ante el pasado colonial de Minas Gerais y ante lariqueza popular del Camaval de Río. Oswald descubrió que aquello que fascinabade Africa a los vanguardistas europeos era, en esencia, parte de la cotidianeidad enBrasil. La suya no fue una mirada distinra a la del moderno viajero europeo.El Camaval en Río es el acontecimiento religioso de la raza. Pau-Brasil.Wagner se reclina ante las comparsas del Boufogo. Bá¡ba¡o y nuestro. Laformación étnica rica. Riqueza vegetal. El mineral. La cocina. El vatapá, eloro, la dar:z t7.Para el nacionalismo de Pau-Brasil el país se convirtió en una dádiva del cielo.Como en las pinturas de Ta¡sila do Amaral, que precedieron en uno o dos años alManiftestott y que se multiplicaron a lo largo de l924,las favelas no encerrabanproblemas sino que consútuían preciosas casitas rosas, naranjas, roj¿¡s, rodeadas deuna vegetación exuberante y de un bullicioso gentío, junO a cÍureteras, fenoca¡riles,tendidos eléctricos; todo con trazos muy naif, como si se tratara de un mundo desueños infantiles.I-a poesía existe en los hechos. L¿s casuchas de azafrán y de ocre en losverdes de la Favela, bajo el azul cabralino, son hechos estéticoste.Bárbaro y nu¿stro,para el nacionalismo de Pau-Brasil lo bórbaro era reivindicadosustancialmente por su condición de nueslro2oy porque en su calidad disúnúva, eralo que los "otros" no tenían y podían apetecer: "Una única lucha -la lucha por elcamino-. Dividamos: Poesia de importación. Y la poesía Pau-Brasil, de exportación'2I.Una poesía nacionalista, por t¿nto, volcada al exterior y ajena al destinatariointerno, como parece confirmar que Oswald publicase su übro de poesias Pau-Brasil17. Ibi¿, en Schwartz, op. cir, p. 13718. Vid. Tssila do "Amaral, Pintr¡ra Pau-Brasil e Anropofagia", en R*ista Anual do Salodo Mab, Sao Par¡lo, 1939.19. Oswald de Andrade, "Manifiesto de Poesía Pau-Brasil", e¡r Schwartz, op. cir, p' 137-20. Vid" Andrés de Blas Guerrero, "Nacionalismo" enHistoria de la teorta polttba,FenanbValle.spín ed., vol. 3, Madrid, Alianza , 1991, pp. 486-532,p.49521. Oswald de Andrade 'iManifiesto de Poesía Pau-Brasil", en Schwa¡tz, op. cit-, p. 138.l6l

Brasil (1925) en París, "souvenir" o promesa para turistas ávidos de lo típicoz.Bórbaro y nuestro, porque desde la índole de élite privilegiada, que vive unaexistencia cosmopolita y viaja tanto a Europa como a provincias, es fácil identificarsecon el Viejo Mundo, civilizado y moderno, y asumir para lo otro nuestro -pero,atención distino de nosotros- la imagen propuesta desde la ot¡a orilla. "La poesíaPau-Brasil. Agil y cándida. como un niño. Buenos salvajes. Bá¡baros, crédulos,pintorescos y tiemos'¿3.Pau-Brasil ma¡có la orientación crecientemente nacionalisu del Modernismo.Como Mário de And¡ade afirmara en 1925, un año después de publicarse elmanifiesto de oswald había hambre de Patria21. En cl mismo 1925 y desde BeloHorizonte, Ca¡los Drummond de And¡ade exponÍa en el número I de A Revista:l,¿Será necesario decir que tenemos un ideal?. Él se apoya en el más francoy decidido nacionalismo. La confesión de este nacionalismo constituye elmayor orgullo de nuestra generación que no practica la xenofobia ni elchauvinismo y que, lejos de repudiar las corrientes civilizadoras de Europatrafa de someter aI Brasil cada vez más a su influjo, sin quiebra de nuestraoriginalidad nacionaF.Este ideal nacionalista que Carlos Drummond suponía consistente y único parasu generación no era sin embargo más que una inevitable versión subjetiva de unfenómeno tan cambiante y sujeto a interpretaciones como la nube con la que Flamtetburló a Polonicf6. La propuesta modernizadora y hasta progresista del escritor deMinas Gerais planteaba implícitamente una pregunta en absolufo baladí, puesto querevelaba la imaginaria condición del nacionalismo cultural en el devenir de lahistoria: ¿hasta qué punto podía Brasil sometene al influjo civilizador europeo sinquiebra de su originalidad nacional?.I-a respuesta no se hizo espenu y en el editorial del segundo número de Al22. Peto al menos poesía que preter¡de que Ia circulación artística entre Europa y América notenga un único sentido.23. Oswald de Andrade, 'Manfiesto de Poesía Pau-Brasil", en Schwa¡tz, op. cit., p. l4l24.Mário de Andrade, "Modemismo y acción", en Jortal do Comércio (24t5fi925),reproducido en Schwart¿ op. cir., 50ó-509, p. 509.25. ca¡los Drummond de Andrade, "Para os céricos (A los escépticos)", en A Revista, ner,julio 1925, pp. ll-13, p.13, ed. facsimilar, Sao Paulo, Me¡al leve, 1978. Ciramos por lataducción española en Schwa¡tz, op. cir, 243-244, p. 244.26. René Remond "El movimienro de las nacionalidades", en Sigto XIX, Barcelona, VicensVives" 1982, ha dicho que el "hecho nacional no es más que rir molde vacío que necesit¿una ideología para ser llenado", p.174.t62

Revista, Martins de Almeida mostrando otro de los mil rostros del nacionalismo,decía:Presentimos el peligro enorme del cosmopolitismo. Y la amenaza de disoluciónde nuestro espíritu en las reacciones del transplante exótico. No podemosofrecer ninguna permeabilidad a los productos y detritus de las civilizacionesextranjerast.Almeida no estaba proponiendo una ilusoria autarquía, sino un esfuerzo paratransformar en suslancia propia lo que nos viene de afuera; cosa que si, de un lado,rechazaba con inteligencia cualquier tipo de transplante mecánico, de ou'o, asumíael fantasma de una identidad: "Ahí está otro movimiento nacionalista que t¡aetambién sus frutos: el primitivismo'a.El silencioso diálogo entre los dos miembros fundadores de A Revista parecesugerir que en el tránsito del Modernismo la pregunta de cómo moderniza¡ el Brasil--o de modo más inocente, la voluntariosa insistencia en modemiza¡le- se habíaido transformando gradualmente en ¿qué es el Brasil?. Al menos esto parecíacorroborar en 1926 el periódico paulista y órgano de Pau-Brasil Terra Roxa...eoutras terras en Cuya'?resentación" sus dfuectores indicaban: "LoS úabajos publicadosobedecerán a una línea general llamada del espíritu moderno, que no sabemos bienqué es, pero que está patentemente delineado por sus exclusiones'ze.Fingieran o no la pérdida del rumbo de la modernidad,la afirmación nacionalista,apen¿¡s atemperada por el contenido cosmopolita que emanaba de las ouftas terras,era recalcada ya desde el título al nombrar el color de la üerra brasileña. La campañaabierta en el primer número desünada a recaudar fondos para la compra de una ca¡tadel padre Anchieta, fundador de la ciudad de Sao Paulo, constituía tal vez el Índicemás llamativo del nacionalismo militante de este periódico quincenal. Como señalaCecflia de l¿ra en el prólogo a la edición facsimilar, se percibe en Terra Roxa laintención de poner de reüeve, no sólo en las manifestaciones, sino en los hechos, enlos comportamientos ---en el presente y en el pasado- los indicios de un

"cantar simplemente a la tierra brasileña'tr. [¿ revista publicada en la pequeñaciudad de caaguases, en el estado de Minas Guerais, lanzó con el número 3 elManifesto do Grupo verde, una hoja suelta de este mismo color. precisamente,buena parte de su contenido remitía a los odios e indiferencias que la revista habíasuscitado en una ciudad pa€ta y provinciana; asunto impensable a finales de lad&adr de los veinte en sao Paulo, Río de Janeiro o, dentro del mismo estado deMinas, en Belo Horizonte. [-os presupuestos estéticos se limitaban a la afirmaciónde que los miembros de Verde eran todos 'bbjetivistas y sus procesos literarios,perfectamente definidos't(apenas retórica ufana del significante), y el nacionalismo,mixturado con localismo chauvinista, insistía ingenua e irracionalmente en laindependencia del grupo no sólo respecto al extranjero -"Nosof¡os no sufriremos lainfluencia directa extranjera. Todos nos propusimos olvida¡ el francés"- sinotambién respecto a los equipos más fuertes del Brasil: "Acompañamos a sao pauloy Río en todas sus innovaciones y renovaciones estéticas, sea en literarura como entodas las bellas artes, pero no fuimos ni somos influidos como quierer alguns5"'.Tan decisivo como este dogma de autarquía, por lo que revelaba de crecesnacionaüsta (aunque en honor a la verdad y a pesar de lo sostenido verde se abrióa colaboraciones de todo Brasil y del exterior), era el velado rechazo de Pau-Brasil,imposnra parisina del verdadero país.No tenemos paües espirituales. Mienras otros grupos, a pesar de gritos yprotestas y el acabóse en el sentido del abrasileñamiento de nuestros motivosy nuest¡a lengua andan por ahí pastichando el modus bárbaro del señorCendras y otros franceses relamidos y pacatísimosx.Tampoco Mário de Andrade estaría nunca convencido de la validez del modelode brasilidad propuesúo por oswald y ya en el mismo año de la publicación delManiJíesto se apresuraba a anteponer una "Advertencia" a su libro de poesíaLosango caqui (1926), escrito en 1922, según se leía, "con un sentimientoposiblemente pau-brasil y romántico". En el momenúo de redacta¡ la "Advertencia",lvfário estaba convencido de que "la Poesía no [podÍa] quedar en eso", pues "lefaltalba] aquella característica de universalidad que debe ser de los principales30. cecflia de l,a¡a, "Terra Roxa...e outras terrras. un periódico pau Brasil, op. cit., p. viii.31. Henrique de Resende, Ascanio Lopes et atia, "Manifiesto del Crupo Verde de Cataguazes",_ _ Yo¿o ncl (septiembre, 1927), reproducido Schwartz, op. cit., pp. 25g-261, p. iOO.32. Ibid, p.261.33. Ibid", p.259.34. Ibid", p.259.t&

aspectos de la obra-de-arte'55.Similar demanda de lo universal, esto es, de la inevitable y necesariamodemización había hecho en A Escrava que nrc é Isaura, escrita en el veinüdóspero publicada sólo en 1925. N nacionalismo de Mário le parecía absurda y hastaodiosa cualquier actitud que fuese en detrimento de la modernidad internacionalx.Y esto precisamente era lo que observaba en Pau-Brasil. Su primitivismo, atento alcolor local, le parecía "bizco e insincero", como sentenció en el Prefaciointeresantísirto previendo la fácil tentación que ame¡uutba al naciente modernismo,convencido de que "el pasado es lección para meditar no para reproducir"r.El planteamiento no había cambiado en 1927, confesaba en caía a AlceuAmoroso Lima:Yo sé perfectamente que soy un primitivo pero ya dije en qué sentido lo soy.Soy primitivo porque soy protagonista de una etapa que empieza. Esto noquiere decir falsa ingenuidad ni ignorancia ni abandono de cultura. Soyprimitivo como se puede hablar y se dice que los trovadores provenzalesfueron primitivos, como la escuela siciliana fue primitiva como Giotto fueprimitivo, toda gente que se cultivabaa.No obstante el rechazo, en los meses inmediatos a la aparición del ManifíestoPau-Brasil, Mário de And¡ade lo acogió -públicamentecondiscreta reservaporque eran tiempos de riesgos y dudas: "Tenemos el espíritu compleüamente vueltohacia el Brasil. Y cada uno realiza el Brasil según su propia observación. (...) Es enla variabilidad admirable de nuestras reacciones psicológicas que tratamos dedescubrir al brasileño. Y aparecerá. En la lengua, en el amor, en la sociedad, en latradición, en el arte, nosotros realiza¡emos al brasileño. Todo sacrificio por ese ideales hermoso y no será vano"!e.I¿ declaración resultaba altamente reveladora. Por un lado, la brasilidad

social. A mis compatrioúas les cuento de esta manera la historia del Tapir:(...).,.Opuesto a la corriente Pau-Brasil, Anta ofrecía una visión más crítica de larealidad. En lugar de la satisfacción cínica, actitud conservadora en última instancia,los escritores-políticos de Anta percibieron el Brasil como un problema al que cabíadade solución: "L¿s consecuencias prácticas del Tapir, el totem nacional, soninnumerables y abarcan los dominios político, social, mora y estético"r."El gran himno de honor y gloria al Brasil" de Verdeamarelo habría de consistirjustamente en el esfuerzo por mantener la unidad de la República. Las profundasdiferencias y rivalidades enúe los distintos estados brasileflos, acentuadas con elmuy desigual ritmo de modernización de unos y otros, la masiva llegada deinmigrantes en pocos años con sus idiomas y hábios diversos, los conflictos entreclases sociales cada vez más definidas, eran hechos que en nada favorecfan laintegridad del Estado, como prueban los movimientos separatistas que culminaronen 1932 con la sublevación de Sao Paulo contra el gobiemo de Getulio Vargas,alzamiento que la enfrentó al resto del pals y causó más de quince mil vfctimas.Conscientes de la situación, la nación brasileña surge en el ideario deVerdeat¡urelocomo referencia ideológica que ayuda a hacer más fácil la vida del Esrado; unEslado que, en lugar de ser consecuencia de una realidad nacional preexistente, essu condición previa y, tal vez, hasta su r.azón úlümaar.Somos un país de inmigración -se afi¡maba en el manifiest¡o Nhengagu verdeamarelo, publicado en el Correio Paulistarc el 17 de mayo de 1929- yseguiremos siendo refugio de la humanidad por motivos geográficos yeconómicos suficientemente conocidos. (...). Debemos construir esa gnrnnación integrando en la Patria Común todas nuestras expresiones históricas,étnicas, sociales, religiosas y políticaS6.I-a acertada convicción de un orden estatal como precipitado de la historia fue,no obstante, recubierta hasta el afrogo por la mitologÍa verdeamarela de la singularidadétnica. Primero una comunidad'popular: "(...) desaparecidas del Nuevo Mundo lasincompatibilidades nacionales del Viejo Mundo, todo quedaría reducido a un andaruniforme hacia la realización de un tipo futuro americano, (la quinta raza> como l¿43. Plínio Salgado, "La revolución del Tapir", en Schwartz, op. cit., p. 523.44. Ibi¿, p.525.45. Vid. Blas Guerrero, op. cit.,499-500.46. Meno¡ti del Picchia, Plinio Salgado, Alfrdo Elis, Cassiano Rica¡do y Cándido MoaaFilho, "Nhengagu verde ama¡elo", reproducido en Schwa¡tz, op. cit., pp. 153-158, p.156r67

llamó José Vasconcelos" a?. Y ello gracias a la "fuerza centrípeta del elementotupf' {, étnia indígena desaparecida pero cuya sangre simbólicamente diluida en lanueva población "evita el florecer de nacionalismo exóúcos"{e.Y luego, un destino:" la creencia en la predestinación del Brasil en la humanidad'5o,que torna innecesario el explícito consentimiento de los ciudadanos en la formaciónde un Estado, cuya concepción totalitaria empezaba a dejarse entrever.Contra las ingenuas pretensiones de un nacionalismo cultural, resulta evidenteque eran las necesidades esüatales (esto es jurídico-políticas) y no la fuer¿a de lasrealidades étnicas las impulsoras de la nación verdeamarela. Inseguro de ligarjurídicamente al poder establecido a hombres de l,an diversas derras e intereses tancontrarios, el discurso nacionalista de Anta se propone fascina¡los, es decir, someterlos,mediante la profecía de un destino mesiánico. El nuevo nacionalismo es planteadocomo un desafío, como un llamado violento a la revisión del orden de las cosas5t.Y este senúmiento herido pasa a convertirse en el motor nacionalista:Indiscuüblemente, desde nuestra independencia política hemos vivido comomiserables esclavos de la cultura europea. Peor que esclavos: como unanación hembra, gestando maravillosamente el Pensamiento exEanjero.Pero eso es simplemente humillantd2.Nada agrupa más que un enemigo externo. En un momento en que la lucha declases comenzaba, a agudizarse, la nación una nación obstaculizada para-yalcanzat su destino por la dependencia cultural respecto a Europa- se conviele enel marco y fin de toda actividad. Contribuir a las l.a¡eas que impliquen un beneficiopara la nación es pues, un deber de odos. La nación esuí por encima y engloba atodas las clases sociales, convirtiéndose en el ámbito donde pueden ser resueltostodos los conflictos sin poner en peligro el orden existente. Por eso el movimientoAnta se define como redentor del Brasile y entabla una "guerra contra todo lo queirrculcándose como brasileño sea esencialmente extranjero't'El repliegue interior propuesúo por Anta estrba en las antípodas del cosmopolitismoinicial del Modemismd', aunque quizá no fuera sino un ardid que permitiese47. Plínio Salgado, "La revolución del Tapir, en Schwartz", op. cit., p. 5É.48, "Nhengaqu verde amarelo", reproducido en Schwartz, op. cit., p.156.49. Ibid., 155.50. Ibi¿, 158.51. Vid. Michel Foucault, Genealogla del racísmo, Montevideo, Altami¡a/It{ordu 1992,principalmente 56 y ss.52. Plúnio Salgado, "La revolución del Tapü", en Schwa¡tz, op. cit., p. 525168

movilizar esfuerzos en favor de una compleja modernización. Y ésta pasaba pordeshacerse de los ídolos extranjeros, de la admiración boba e incomprensiva de "lonuevo" -asumidocomo moda y no como modernidad- que revelaba en launiforme producción de poetas y prosistas "un estado de espÍritu cultural que no secorresponde con la realidad nacional y sí con una buena porción de la europea'56.I¿ alusión nominal da Oswald de Andrade, líder de la tendencia Pau-Brasil, y lascaídas en los figurines literarios europeos no era casual.El irracionalismo atribuido a Ant¿ no radicó, como se acostumbra a pensar, ensus apelaciones al espiritu rudo del Sertón, a la Raza o a un destino mesiánico-en último término empleo consciente y deliberado de recursos psicológicos sobre lasmasas-5? sino en su incapacidad para alcanzar ese exigido ajuste mental y prácúcoa una realidad que mostraba "un remanente de pasatismo en los problemas sociales,administrativos y políticos'5t.El Tapir no sistematiza: actúa.El Tapir es el espíritu salvaje de América.El Tapir es un grito de independencia. Es el incendio de las bibliotecas. Esla candidez virginal y la estúpida violencia de los seres y de los que nacende nuevo en función de querefe.Este volunta¡ismo enérgico y pragmático que hacía especial hincapié cn laeficienciao-'T-l psiquis de la masa popular"- escribía Hitler en Mi lucha -"¡6es sensible a nada que tenga sabor a debilidad ni reacciona ante paños tibios"- ysu rechazo a formula¡ explicitamente un sistema ideológico contenía in nuce elproyecto fascista que posteriormente, bajo el liderazgo de Plínio Salgado, tomaríacuerpo en el movimieno integralista.No muy lejos de Anta emergía la antropofagia oswaldiana. A pesar de la53. , en Plínio Salgado, "El significado del Tapir", en Schwartz, op. cit., p.52954. Plínio Salgado, "La revolución del Tapir", en Schwa¡tz, op. cit., p. 526.55. Vid. Martir¡s, op. ciu, p.374.56. Plínio Salgado, "La revolución del Tapir", en Schwartz, op. cit., p. 52657. Cuestión distinta es que aspirase a provoc¿¡r este irracionalismo.58. PlÍnio Salgado, "La revolución del Tapir", en Schwartz, op. cit., p. 53159. Ibid., p. 533.60. Por eso insiste en su rechazo de , Plínio Salgado,Menotti del Picchia et alii, "Nhengagu verde amarelo", reproducido en Schwartz, op. cit.,p.156.t69

polémica enEe ambos grupos los puntos de contacto existían. A Anta e o Curupira,la conferencia que Plinio Salgado dictara en los salones del Correio Paulistano enL926, en un manifiesto anti Pau-Brasil. Pero el texto de Plinio Salgado teníatambién algo de pro-Pau-Brasil: Por un lado su insistencia en la eficacia apolíticarecordaba la propuesta modernizadora del Oswald de 1924 que sentenciaba lanecesidad de Ingenieros en vez de jurisconsultos; por otro, tampoco conseguíadesüncularse plenamente de la candidez ürginal por más que incorporaú laestúpida violencia.De hecho, los presupuesos de la antropofagia estaban vagamente en la atmósferade la época y así Tristao y Athayde protestaba de la prioridad cronológica de suNeoindigenismo sobre la bajada antropofágica de Oswaldót. Incluso es asumible laafirmación de que el germen de su propuesta se encontrase ya en Pau-Brasil: "Lonecesario de química, de mecánica, de economía y de balística. Todo digerido. Sinmiting cultu¡al. Prácticos. Experimentales. Poetas'e.Pero no es menos cierto el efecto catalizador provocado por Anta en sudesarrollo. El Manifiesto antropófago aparecido en el número I de la Revista doAntropofagia, dirigida por Alcántara Machado y Raul Bopp, compartía conVerdeama¡elo el sentimiento humillante de dependencia cultural -

comunismo. Ya teníamos la lengua surrealista. I¿ edad de 010"6 El rechazo de unadependencia y dominación, confusamente captada, terminaba desapareciendo bajo lamitificación compensatoria que hacía del Brasil del pasado (¿sería más exacto decir'el pasado del Brasil'?) el "genuino" Brasil.Cont¡adicoriamente, este pasatismo reaccionario que aspiraba a la independenciase apoyaba en autores europeos; principalmente en el Conde de Keyserling queanteponía la

defensa de su nueva estética, a la que intentaba presügiar adhiriéndose la recienteproducción ma¡ioandradiana. Allí recomendaba a Tristao de Attrayde :

comp¿¡rtía con él la preocupación por la inl€gddad de la República. No era otra cosasu terca lucha con el regionalismo que, en su opinión, consútuía una plagaantinacional tan nefasta como la imitación de lo extranjeroTo. Consciente de loshondos desequilibrios entre los distintos estados del país, generados o agravados porel ritmo impar de la modenización, M¿í¡io de And¡ade temía que el regionalismoartísúco llegara a cristaliza¡ en regionalismo políúco y que radicalizado diese enseparaüsmo o que, en el menos malo de los casos, quebrase con su aEaso lanecesaria homogeneidad de un Estado moderno, concebido como amplio mercado.Uno de mis intereses --escribía en la fallida tentaúva de un prólogo paraMacunqíma- fue faltarle el respeto legendariamente a la geografía y a lafauna y a la flora geográficas. Así desregionalizaba, en lo posible, la creacióny al mismo tiempo conseguía el mérito de concebir literariamente al Brasilcomo entidad lamogénea, en un concepto étnico nacional y geogróficdt,l¿ misma intención expresaban las palabras escritas unos meses antes de lapublicación de Macunaíma: "En arte como en política, el regionalismo jamássignificó un nacionalismo, en el único concepto moral del término, es decir, realidadnacional'%.Este mismo espíritu integrador había animado las poesías de Clan del Jabotí(1927) donde cantólas "22 orquídeas desiguales" que forman juntas "este asombrode miserias y grandezas, ¡Brasil, nombre de vegetal!" ("Noturno de Belo Horizonte")y donde el poeta del sur afirma su hermandad con un seringueiro de Acre("Acalanto do Seringueiro"). No obstante, entre este libro y Macunaíma había unaquiebra que, a pesar de la común preocupación por la integridad de la nación,distanciaba arin más la posición de M¡ário de Ia ocupada por Anta.Si en el'Noctumo de Belo Horizonte" el poeta todavía conhaba en el mesianismode las juvenilidades (ahora, 'brasileiros') auriverdes, Macunaíma era una"desconcertante utJopía antiufanista'43. La vieja fantasía de descubrir, de realizar albrasileño acababa en la insistente decepción de la incoherencia de ese carócter, quede tan plural resultaba ser ninguno. El optimismo desbarraba en la constataciónmelancólica de que no existía médula ni proyectoTa.70. Mário de Andrade, "Regionalismo", Diario Nacional (19211928), reproducido en Amaral,op. cir, p. 16471. Mário de Andrade, "Prefacio para Macunaíma", reco¡iido en Schwartz, pp. 587-589, 589.72.Máno de Andrade, "Regionalismo", reproducido en Ama¡al, op. cit., p. ló473.Darcy Ribei¡o, op. cit., p. XVItr.t73

A la praxis políüca de Anta, absu¡damente mantenida sobre el delirio de unmesianismo desajustado a la realidad, oponía el reflexivo Má¡io de Andrade lanecesidad de reformular la situación a través de una escritura que asumiese larealidad sin idealismos, como paso previo e inevitable a una transformación que noestá predestinada ni es inmediatañ.El ñnal de Macunaíma, dolorosamente huido al fumamento y metamorfoseadoen la Osa Mayor, confería a la rapsqdia el significado de fin de una etapa. I-aafirmación, hecha a propósito de un camino individual, vale también para elmovimiento de ideas y formas literarias brasileflas posterior al clímax del Modernismopauüsta. El llamado romance del 30, aprovechando la desilusionada lección imparüdapor Mário de Andrade en Macunaí¡na, enraizí fuertemente sus historias y personajesen espacios y tiempos bien circunscritos, clamando su protesta y reivindicandosoluciones.74. Vid. Alfredo Bosi, "situagao de Macunaíma", en Mário de Andr¿de, Macwnftin, op. cit.,pp. l7l-181, p. 178.75. Vid. Antelo, op. cit., p. 50174