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La Caracas iletrada: a partir del Diario de Ángel Rama - Estudios ...

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Ese¿r¡. Reoúu ¿¿ l¡oes.¡¡taoirH Li¡ewiü \ Cutúarat¿s2]n3 QAA3,?OA4J : 2A9.2tALA CARACAS ILETRADA: A PARTIR DEL DIARIO DE ÁNGEL RAMA]Vcente kcunaUniversidad Gnnal <strong>de</strong> VenearelaCitizen <strong>Rama</strong>Cda.as, CaEcas, el Ávih, et Guaire,el Pulpo, la A¡aña, su Sabma Gan<strong>de</strong>,y¡ la siento mla, ya la sienro hla,PieroEste trabajo está inspirado por unr sospecha: loque <strong>Rama</strong> registró sobre los inielectuales y elmedio académico ca¡aqueño en su Dnmr (2001)podría contribuir a iluminar algunas áreas oscuras,o más bien negadas, <strong><strong>de</strong>l</strong> prffeso <strong>de</strong> masiffcación <strong>de</strong>Ia alta cultura que el Estado venezolano impulsó apatir <strong>de</strong> los años sesenta a t¡avés <strong>de</strong> diversasinstiÍrciones nacionales, y que ya en los setentamosÍaba sus primeros liutos, como se pue<strong>de</strong>constatar en la Cronologúr (1987) <strong>de</strong> la BibliotecaAyacucho y en el Dccion lno d.e Histo¡ia <strong>de</strong>Vere¡uela (199?) <strong>de</strong> la Fundación Polar, enrre orrasobras. Asl mismo, quisiera introducir, <strong>de</strong> la mano<strong>de</strong> <strong>Rama</strong>, un mariz parricularmente gris en medio,o al lado, <strong>de</strong> dos polos opuestos: la leyenda doradasobre la "C¡an Venezuela", <strong>de</strong>mmrática, mo<strong>de</strong>ma,con sus b¡azos abiertos a la inmigración latinoamericana,y la leyenda negra sobre la Venezuelaxenófoba, provinciana, corrupta, nueva ñca, quehabría rechazado esa inmlg¡ación, particularmentedurante la década <strong>de</strong> los setenta- Aunque algunas<strong>de</strong> las entradas <strong><strong>de</strong>l</strong> Düno se refieren a oüasciuda<strong>de</strong>s venezolanas, como Maracaibo, y muy <strong>de</strong>pasada Barquisimero y Mérida, quiero concenrrar-ElD@rt <strong>de</strong> Ángel R ha,!úblicado en Montevi<strong>de</strong>o yCa¡ac¡s por T.ile y <strong>La</strong>Nave Va, sine coho purodc pa¡tida pa.a cvaiud lak¡sibilid¡d <strong>de</strong>i he,iiocuhuraL cúaqueño en¡elación @n ia i¡hisración[egaron <strong><strong>de</strong>l</strong> Co¡o Surdurúte los años serenta,.especrivas dic¡aduras. Elbalance <strong>de</strong> Rma anojadatos qüe, en priftipio,venezolam sob¡e el rma,asÍ coho sobrc los lihites<strong><strong>de</strong>l</strong> proyecro mo<strong>de</strong>hiado!let.ado, paúdi¡ado co¡enusiasmo por eL Estado.El D¡rio imbién pue<strong>de</strong>docúhen¡o <strong>de</strong> <strong>de</strong>nú¡ciacondición colonial <strong>de</strong> losP¿]¿bra .hk: <strong>Caracas</strong>,innisación, década <strong><strong>de</strong>l</strong>la¡inomencanos, pollticas


me €n los registros sobre la ciudad <strong>de</strong> <strong>Caracas</strong> y lasextensiones a un posible "carácter nacional" <strong><strong>de</strong>l</strong>momento, que nota <strong>Rama</strong> a <strong>partir</strong> <strong>de</strong> su experienciapa¡ticülx¡ con Ia capital durante sus añosvenezolanos, que van, a gran<strong>de</strong>s rasgos, <strong>de</strong> 1972 a1978, con algunas üsitas posteriores. Esta selecciónse basa en el hecho <strong>de</strong> que durante lamayor pa¡te <strong>de</strong> este pe¡iodo <strong>Rama</strong> vive en Caracds.con ex(epcidn <strong>de</strong> penódrcos. üaje. alexreriury a alguna que otra cludad venezolana.En principio, entonces, éste no es un trabajosobre la obra <strong>de</strong> Angel <strong>Rama</strong>, aunque a ratospueda parecerlo, o sob¡e su Dano (que va <strong>de</strong> 1974a 1983) que por cierto "coinci<strong>de</strong> con su etapa másfermental" (Pelrou en <strong>Rama</strong>, 2001: 5). Su obra,como dice Romin <strong>de</strong> l: Campa. "no requrereintloducciones protocolares" (1999: 117). Parto <strong><strong>de</strong>l</strong>a premioa <strong>de</strong> que su legado comu crftico liter¿no ycultural, editor, profeso¡, g)lemista y agitador intelectual,es, entre muchas ot¡as cosas, uno <strong>de</strong> losme¡res testimonios sobre el <strong>de</strong>sigualmente transitadotema <strong>de</strong> la "ladnoame¡icanidad" y sus respectivaslimitaciones, probablemente un canto <strong>de</strong>cisne en estos riempos <strong>de</strong> disolución y <strong>de</strong> centralismoglobalizador Rolena Adomo, Mario VargasLlosa, Tomás Eloy Martínez, Jorge Romero, JulioRamos, John Beverle¡ Mabel Moraña, SaúlSosnowski, Josaphat Kubayanda, Carlos Alorso ymuchos otros ya han evaluado la enorme contribuciónJe R¿ma ¿l dr.curv cultur al la¡no¡mencano,y seguramente necesitemos más estudios <strong>de</strong> esteupo, dadc lr rmporrdncra dclca'o. El Dunb. en mropinión, oÍ;ece nuevas persp€ctivas <strong>de</strong> análisis:psicoanallticas, historicistas, cultu¡alistas, lilerarias,y seguramente muchas más. En todo caso, loque me interesa es la mirada <strong>de</strong> un intelectual, unLúN¿CúM: AbrutrAePubLshed bry liilce dd <strong>La</strong>Nave Va in Montevi<strong>de</strong>oand <strong>Caracas</strong>, the Doo ofÁrgeL Ráma lends uself asan analys¡ of Cd¿cas'cultural sensitiqry as antellectlals, ex ed nomdicraroGhips i¡ thc i970s.Ind.ed, Ramts evaLuationconfiadicts convenrionalwisdon a¡d the wi<strong><strong>de</strong>l</strong>yVenezüela w* open tosúch iImigIationi it aLsoiilustrates the limits of thep¡oject that was sponsore<strong>de</strong>ñthurasrically by theVene¿uela¡ S¡¡ie. Fi.allrúe D¿n¿ coúld be read aa repo¡r on lhe ¡cristenrcolonial co¡dition ol <strong>La</strong>ri¡Americm inreLlec¡uals.lmie¡a.ion, lhe 70t,Xe¡ophobia, Provincialsñ,Intellectuals, Cuhut¡l210


A pariir <strong><strong>de</strong>l</strong> Diaiociudadano <strong>de</strong> la república <strong>de</strong> las lenas, que se siente, y que algunos <strong>de</strong> suscolegas leúados locales lo hacen senti! extranjero (y <strong>de</strong>monizado por esto), <strong>de</strong>acuerdo con lo que <strong>Rama</strong> registra, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo que él mismo supone como suárea cultural <strong>de</strong> influencia: <strong>La</strong>tinoamérica, y pafticularmenre Ca¡:rcas. Piensoque la contradicción que implica esta incomodidad, esta perspectir.a alterada,también pue<strong>de</strong> cont¡ibuir a sabotear los imaginarios binarios, elemen¡ales,maniqueos, aunque políticamente efectivos, sob¡e <strong>Caracas</strong> y el país, muy <strong>de</strong>moda en Venezuela (y en el medio académico local) mierinas escribo estaslíneas, y que apelan a la misma época <strong><strong>de</strong>l</strong> Düno como epicentro <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sastreo una maravilla, según el p¡oyecto político que se susc¡iba. Ona forma <strong>de</strong>ponerlo sería la siguiente: la pa¡ticular experiencia <strong>de</strong> "subaltemidad" suÍiidapo¡ <strong>Rama</strong> pue<strong>de</strong> anojar tanta luz sobre la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> intelectual en sí, comosobre la ciudad que lo habrla colocado en esa posición. Me interesa, sobretodo, la segunda posibilidad.No me preocupa el catálogo <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s que <strong>Rama</strong> encontró enVenezuela, y que matizan cualquier perspectiva absolutamente negativa sobresu experiencia en el país. Támpoco quisie¡a que los regist¡os fuerres e incisivosque <strong>Rama</strong> refiere sobre el medio intelectual y académico venezolano, enparticular el ca¡aqueño, fueran simplemente irnaginados por el lector comorcprcsentativos <strong>de</strong> una leyenda negra que recoge una posición común a todoslos intelectuales que llegaron al país durante los setenta, expulsados <strong>de</strong> suspaíses por sus respectivas dictaduras, ni mucho menos <strong>de</strong> los inmigrantes engeneral. El espacio <strong>de</strong> la ambigiiedad sobre este tema es enorme. Por ahoraconviene <strong>de</strong>cir, por ejemplo, que Juan Carlos Gené, dramaturgo argentino queresidió en <strong>Caracas</strong> <strong>de</strong> 1977 a 1993, y que nos dio una <strong>de</strong> las mejores y másprofundas ofertas teatrales <strong>de</strong> la éprxa, registra su exp€riencia venezolana apa¡ti¡ <strong>de</strong> la fertilidad <strong>de</strong> su trabajo durante esos aios. Sus obras <strong>de</strong> teatro,según lo que él mismo dice: "le <strong>de</strong>ben a Venezuela su libertad creaova, suvariada concepción estilísticay hasta, una <strong>de</strong> ellas, su realidad, sus personajes,su lenguaje [...]. Esta prescindible estadística, sólo aparece aquí para testificarel estimulanre clima venezolano <strong>de</strong> libertad para la creación" (1994: 8).Así mismo,los estudiantesy colegas <strong>de</strong> <strong>Rama</strong> que pu<strong>de</strong> consultar para estetrabajo recuerdan su magisterio como uno <strong>de</strong> los más importantes <strong>de</strong> suscarreras. Por lo <strong>de</strong>más, solamente el hecho <strong>de</strong> que <strong>Rama</strong> nos haya <strong>de</strong>jado enestas tierras la Biblíoteca Ayacucho <strong>de</strong>berla bastar para colocarlo en un lugarmuy importante <strong>de</strong> la vida cultural nacional. De hecho, este proyecto ha sido211


tan i¡fluyente que la UNESCO lo ha copiado, en su Colección Archivos,diricida por Amos Segala y apoyadr por varias edironales. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> esto,quiero <strong>de</strong>iar constancia <strong>de</strong> que en este trabajo no se cotejan las impresiones <strong>de</strong><strong>Rama</strong> con las <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>tractores. En realidad no m€ interesa quién tenía larazón. Solamente quisiera proponer una versión problemática sobre "la ciudadlenada" <strong>de</strong> la ép()ca, sobre los intelectuales caraqueños en medio <strong>de</strong> laexpa¡sión mo<strong>de</strong>mi2ánte <strong>de</strong> la cultura <strong>de</strong> ese momento,l¡ cnú.ol inasíbbEn la entrada que conespon<strong>de</strong> al I <strong>de</strong> noliembre <strong>de</strong> 1977, hacia el6nal <strong>de</strong>su est¡día en Venezuela. <strong>Rama</strong> refiere un <strong>de</strong>salentador comenta¡io <strong>de</strong> unaamiga uruguaya, que <strong>de</strong>spúés <strong>de</strong> üvir en el país durante un tiempo <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>volver a Montevi<strong>de</strong>o, porque <strong>Caracas</strong>: "Es una ciudad invisible. Montevi<strong>de</strong>oes¡á mue¡to pero es una ciudad, tiene calles, aceras, transpct¡tes, colectjvos,cines or<strong>de</strong>nados, gente que se comunica a pesar <strong>de</strong> las diiiculta<strong>de</strong>s, valoresintelectuales lirmes, sentimiento <strong>de</strong> responsabilidad. <strong>de</strong> trabajo y empeño"(2001, 79)l- De seguido, <strong>Rama</strong>, que precisamente durante ese año se sintióparticularmente incómodo en <strong>Caracas</strong>, comenta esta <strong>de</strong>cla¡ación, querespalda en uD plano emocional, como es norable en múltiF,les enüadas <strong><strong>de</strong>l</strong>propio Dt1ru¡ en las que se refiere a la ciudad y a los intelectuales locales e¡términos simjlares a los <strong>de</strong> su amiga, como veremos ñás a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante; pero que, ala vez, Ie preocupa en uD pl¡no racional. Esta clásica dicotonúa, señalada enelprólogo (Pelrou en <strong>Rama</strong>, 2001: 22), se completa <strong>de</strong> esta manera:f...1 sigo resistiéndome a es¿ v¡ión que nre par€ce simplista y p.ovinci:na.1...1 en el peor <strong>de</strong> los casos sólo <strong>de</strong>Éne una situación histórica, no unanatu¡aleza, que en este país está especialmente üciadá por la repentinanqueza, el <strong>de</strong>spilfsno generalizado y la rapacida.l cruda <strong>de</strong> la burguesla quese effiqlrece con esta coyuntura y nada hace para la educación <strong><strong>de</strong>l</strong> puebloen otros valores (79-80).<strong>La</strong> enume¡ación <strong>de</strong> cualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Monteü<strong>de</strong>o muestra que <strong>Caracas</strong>, poroposición, carece <strong>de</strong> todas ellas, y precisamente por eso Ia amiga <strong>de</strong> <strong>Rama</strong>welve a Uruguay. Según esco, la capital <strong>de</strong> Venezuela, pdmero que nada, nosefa una ciudad, no tendía calles, ni acerás, ni úanspoftes, ni autobuses, ni112


A ¡dír¡ l¿l Da¡iocines or<strong>de</strong>nados, ni gente que se comunica, ni valo¡es fi¡mes, ni sentimiento<strong>de</strong> responsabilidad, <strong>de</strong> trabajo, ni ningún empeño. Aunque dice resistirse a esaüsión, €n su comentario <strong>Rama</strong> no disiente drásticamente, sino que trata d€explica¡se por qué, en el peor <strong>de</strong> los casos, una ciudad pue<strong>de</strong> llega¡ a ser asf.En ese esfuerzo recune a la historia, elu<strong>de</strong> una respuesta esencialista, señala larepentina riqueza, el <strong>de</strong>spilfarro, y acusa a la burguesía. Esta forma <strong>de</strong> vet lascosas ¡o pasa¡ía <strong>de</strong> ser mucho más que un comenta¡io razonable, casi <strong>de</strong>sentido comrin, si no ftrera porque quien lo susc¡ibe se había <strong>de</strong>dicado,durante mucho tiempo, a estudiar la cultura latinoamericana, y su litemturaen pa¡ticular. En 1984, un año <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su rnuerte, aparecería sü libroinacabado l¡ cíudad l¿¡raia (1984), en el clral <strong>Rama</strong> reúne una serie <strong>de</strong>reflexiones, en forma <strong>de</strong> historia, sob¡e la relación entre las ciuda<strong>de</strong>s, losintelectuales y el po<strong>de</strong>r (corona, iglesia, estado, partido, erc.) en <strong>La</strong>tinoamérica,mostrando una estrecha convivencia ent¡e éstos, que va <strong>de</strong> la coloniaal siglo yü, con algunos importantes rnatices. ¿Po¡ qué para Rarna, y su amiga,entonces, <strong>Caracas</strong> parece andar <strong>de</strong> su cuenta? ¿Es que durante los años setentano había en la capitaL venezolana intelectuales, ni po<strong>de</strong>res, y por tantorampoco había ciudad (ni ace¡as, ni valores li¡mes, ni nada)? ¿El sueño <strong><strong>de</strong>l</strong>or<strong>de</strong>n no habría conseguido lugar en <strong>Caracas</strong>, a pesar <strong>de</strong> todo el entusiasmomo<strong>de</strong>rnizador <strong><strong>de</strong>l</strong> Estado?<strong>La</strong> ciurl¿d btrada, entre otras cosast pue<strong>de</strong> ser leída como un estudiominucioso <strong>de</strong> la vinculación enrre el escntor, o el intelecrual, y el ü<strong>de</strong>¡azgopolítico, o moral, en Amé¡ica <strong>La</strong>tina, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la colonia hasta nuestros días.Como dice John Beverley: 'As Ángel <strong>Rama</strong> a¡gued, a republic of letters(ciudad letrada) and the consequent role of the wúter as a political-morallea<strong>de</strong>¡ are among the basic forms ol institutional continlrity between coloñaland contemporary <strong>La</strong>tin America" (1991: 2).A <strong>partir</strong> <strong>de</strong> esto, uno podría suponer que esa posición <strong>de</strong> privil€gio rebatela forma <strong>de</strong> pensar al esc¡ito¡ o al intelectual latinoamericano, como revolucionarlo-visionarioque habla en nombre <strong>de</strong> los que no tienen voz aomoNeruda, según Beverely , y más bien Io coloca como "parte <strong><strong>de</strong>l</strong> problema".Esta forma "negativa' <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>¡ al intelectual, y su labor, ha generado ciertapolémica. Román <strong>de</strong> la Campa, por ejemplo, señala que: "Otro aspecto centraly problerrlítico 1...1 <strong>de</strong> <strong>La</strong> ciu¿a¿ l€¡rdla, es su ren<strong>de</strong>ncia a menoscabar elcoeficiente subversivo <strong><strong>de</strong>l</strong> texto literario y su capacidad <strong>de</strong> alte¡ar o<strong>de</strong>signilicar el or<strong>de</strong>n lenado hegemónico" (1999¡ 128). De manera que cada2t3


vez que <strong>Rama</strong> en su Di¿r¡o introduce perspectivas negativas sobre el ambienteintelectual y académico venezolano habría que tomar en cuenta que suscomentarios no son solamente meras anécdotas emocionales, emotivas,i¡reflexivas sobre <strong>de</strong>sencuent¡os profesionales, sino anotaciones sobre unproblema crucial para él: el tema <strong><strong>de</strong>l</strong> intelectual y el po<strong>de</strong>r. En 1() que üene,veremos que Rarna mismo, consciente <strong>de</strong> este problema, estaría todavía sujetoa é1, aunque p¡obablemente en el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la salida. Todavía en los setenta,quiero <strong>de</strong>cir con Beve¡ley: "The problem is that <strong>La</strong>tin Ame¡ica left culüralpolitics is still foun<strong>de</strong>d on a mo<strong><strong>de</strong>l</strong> of cultu¡al authonry and pedagogy inwhich, [...] lite¡atu¡e is positioned as the discourse that is crucially formativeof <strong>La</strong>tin Ame¡ica i<strong>de</strong>ntity and possibility" (1991: 5).En una <strong>de</strong> las primeras páginas <strong><strong>de</strong>l</strong> Dürüc, por ejemplo, <strong>Rama</strong> comenta, en1974: "Va siendo un alo duro para Mana y para ml y es difícil precisar lascausas. lDiñculta<strong>de</strong>s con el medio intelectual <strong>de</strong> aquí, en muchos aspectostodaúa proünciano?" (36). Durante el ¡esto <strong><strong>de</strong>l</strong> diario las razones <strong>de</strong> esasdiffculta<strong>de</strong>s van siendo <strong>de</strong>sentrañadas por <strong>Rama</strong>, hasta que en el año 1977 seproduce un la¡go discurso que justilica su partida <strong>de</strong> Venezuela, por estas yotras razones negativas, como ve¡emos más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante. Otro ejemploparticularmente ilusnatrvo es el siguiente. Al comentar los problemas queenlienta su esposa, la importante c¡ltico <strong>de</strong> arte Marta liaba, con la Escuela<strong>de</strong> Arte <strong>de</strong> la Universidad Cent¡al <strong>de</strong> Venezuela (UCV) y con el medioartfstico en gene¡al, <strong>Rama</strong> anota: "el país carece <strong>de</strong> una vigilancia cítica,documentada y austera [...]. De lo sano pueblerino que hacla fondo <strong>de</strong> todoesto, solo va quedando lo puebledno co¡rompido" (80).Como éste, hay muchos otros comenbrios que colocan a los miemb¡os <strong><strong>de</strong>l</strong>a directiva <strong>de</strong> la Biblioteca Ayacucho, algunos profesores <strong>de</strong> la Faculr:d <strong>de</strong>Humanida<strong>de</strong>s y Educación <strong>de</strong> la UC-V y a los intelectuales en general, comorepresentantes <strong>de</strong> ese mundo provincíano, pueblerino y corrompido, Es comosi en Ca¡acas no hubiera encontrado una ciudad letrada como tal. como él l¡<strong>de</strong>scribiera <strong>de</strong>spus en su famoso libro, y que a ratos parece una elabo¡ación untanto i<strong>de</strong>alista, sino que hubie¡a chrxado con lo que él mismo llamó "la ciudadreal", esa que la ciudad let¡ada quiere controlar. Para <strong>Rama</strong>, el mediointelectual caraqueño no serfa propiamente el <strong>de</strong> la ciudad letrada. A lo mejorera el <strong>de</strong> un pueblo letrado, una villa, con presupuesro <strong>de</strong> metrópoli,rnalgastado. Esta conr¡adicción es percibida po¡ <strong>Rama</strong>, pero solo reconoce 1()que podríamos llamar el "lado oscuro" <strong><strong>de</strong>l</strong> problema. Si bien es cierto que el2\4


A bdtti ¿.1 Diano<strong>de</strong>rroche <strong>de</strong> ¡ecursos <strong>de</strong> la época es generalmente reconocido en la recientehistoria venezolana, éste fue acompañado po¡ uno <strong>de</strong> los esfue¡zos másnotables <strong><strong>de</strong>l</strong> Estado venezolano po¡ promover un proyecto cultural<strong>de</strong>moc¡ático en vanas á¡eai: se inauguran bibliotecas y museos priblicos, se<strong>de</strong>sarrollan edito¡iales <strong><strong>de</strong>l</strong> Estado, se c¡ean orquestas subsidiadas, se continúacon la masiÉcación <strong>de</strong> la educación, en un proceso vertiginoso. E¡a unaciudad, quie¡o <strong>de</strong>cir, que hacía un esfue¡zo extraordinario por "letmrse", porconseguir un o¡<strong>de</strong>n mo<strong>de</strong>mo, <strong>de</strong> la mano <strong><strong>de</strong>l</strong> Esrado, bajo una i¡rspiración<strong>de</strong>mocrática, como pue<strong>de</strong> consrata¡se en la Cwnfuía \ el Dircimatil <strong>de</strong>hisr!Íia ¿e Venez el4.It que <strong>Rama</strong> señala en su Düno sobre las limiraciones <strong>de</strong>este esiuerzo <strong>de</strong>bería servir para estudiar las contradicciones <strong>de</strong> lo quepodríamos llama¡ "el prmeso <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rni2ación cultural" <strong>de</strong> la época, a cargo<strong>de</strong>, en buena medida, lo que AlÍiedo Chacón llamó "la izquierda cukural". Esprobable, por ejemplo, que la velmidad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>sanollos no co¡respondie¡a aun cambio generacional, produciendo la contradicción <strong>de</strong> una política culturalcon recu¡sos mo<strong>de</strong>mos, fi€¡o comandada por i<strong>de</strong>as viejas. Es posible tambiénque <strong>Rama</strong>, quien contribuyó con ese crecimiento <strong>de</strong> <strong>Caracas</strong>, en tanto ciudadletrada, notara los problemas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ese gesto, que él compartía. Todo estorerrlta sumamente curioso po¡que luego, en <strong>La</strong> ciu.d.1¿ letrala, c:¡.ticaíaprecisamente esos esfuerzos <strong><strong>de</strong>l</strong> or<strong>de</strong>n y, <strong>de</strong> alguna mane¡a, trataía <strong>de</strong> tomarla posición <strong>de</strong> la ciudad real. ¿No será qlre su perspectiva sobre el tema, queaparece también en otros <strong>de</strong> sus texios, como "lrs contestatarios <strong><strong>de</strong>l</strong> po<strong>de</strong>r" y"El Boom en pe¡sp€ctivar', se reconfiguró a la sazón <strong>de</strong> st¡s diffculta<strong>de</strong>s en<strong>Caracas</strong>, con los intelecluales locales¡ ¡O no será, más bien, que el mo<strong><strong>de</strong>l</strong>oproyectado en <strong>La</strong> ciuüd le¡rada adolece <strong>de</strong> se¡ias dificulta<strong>de</strong>s, comopropusieron los profeso¡es Alberto Rodíguez Carucci y Jaüe¡ <strong>La</strong>sarte en lasjomadas sobre Angel <strong>Rama</strong> ¡ealizadas en la Unive¡sidad <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s, enMénda, en noüembre <strong>de</strong> 2003?Los oleajes <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rnización, como diría el mismo <strong>Rama</strong>. no suelen sersistemáticos sino sincopados, contradictorios, un movimiento <strong>de</strong> ida y vuelta,que crea coredores entre tradición y mo<strong>de</strong>midad, que no aplaza 1r: uno alinstaurar lo ot¡o, como dice Jorge Romero en ".Iies lecturas <strong>de</strong> la culturamo<strong>de</strong>ma latinoamericana" (2000). Me gustaría pensar que gracias a <strong>Rama</strong>,ent¡e otros, po<strong>de</strong>mos ver claramente que durante los años setenta el esfuerm<strong><strong>de</strong>l</strong> Estado venezolano por <strong>de</strong>mocratiza¡ la alm culúra trajo consigo su propioenemigo: su némesis, Mientras el Estado inaugurabr museos <strong>de</strong> arte contem-115


VICENT! ItcuNAporáneo, orquestas, bibliotecas, la ciudad <strong>de</strong> <strong>Caracas</strong> se hacía también máspobre, más peligrosa, más miselable. l-os llrnites <strong><strong>de</strong>l</strong> sueño mo<strong>de</strong>mo eranperfectamente üsibles en los años setenta en Ca¡acas, y Rarna da tesrimonio<strong>de</strong> ello en su Dr¿rio. Estas limitaciones no indican, pienso, que rengamos queabandonar el esfue¡zo mo<strong>de</strong>mizado¡ Sin embargo, sugieren que <strong>de</strong>bemosrecon5i<strong>de</strong>rar e(e proyecr,'. a la luz <strong>de</strong> su. intonvenienres.El mismo problema podfa ser visro <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otro ángulo. Como <strong>de</strong>cfamos, enel Dür¡o <strong>Rama</strong> renere constantemente sus tropiezos con los p¡ofeso¡esunive¡sitarios, con los burócratas <strong>de</strong> lacultura, con los intelectuales en gene¡al<strong><strong>de</strong>l</strong> país. De acuerdo a lo que anota, casi todos son "tnrrachos", "xenófobos","pseudointelectuales", "flojos", no leen sino el pe¡iódico, "mediocres","<strong>de</strong>sactualizados", están <strong>de</strong>sconectados <strong>de</strong> la realidad <strong><strong>de</strong>l</strong> país, "proüncianos"y muchos adjetivos más, como veremos. Podíamos comenzar con la siguientecita: "Percibo cuánto me falta aquí en Venezuela esa soltura <strong><strong>de</strong>l</strong> inre¡cambiointelectual (que supone el mutuo conocimiento <strong>de</strong> un código, una gramárica,un sistema mental) y cuánto me he comprimido para a<strong>de</strong>cua¡me a lairsuúciencia que colegas y estudiantes proponen día a día" (57).iPor qué un intelectual que venía <strong>de</strong> una ciudad pequeña, <strong>de</strong>scrib€ aVenezuela, y en particular a <strong>Caracas</strong>, üna ciudad mucho más g¡an<strong>de</strong> yaparentemente más mo<strong>de</strong>ma que Montevi<strong>de</strong>o, como ptovincianas? ¿Por quéla empren<strong>de</strong> contra los intelectuales locales, más allá <strong>de</strong> las parricula¡ida<strong>de</strong>s?l¡ que ¡esulta interesante <strong>de</strong> esta cita, ap€nas una entre muchas por el esdlo,es que aqul <strong>Rama</strong> ¡acionaliza lo que en otras partes parece una <strong>de</strong>scargaemocional, muy propia <strong>de</strong> un diario, por lo <strong>de</strong>más. Me reÉero, en particula¡ alparénlesis que apa¡ece en la mitad <strong>de</strong> la ñase, y que supone la ausencia <strong>de</strong> unplano común, <strong>de</strong> lo que pod¡lamos llamar, para ¡esumif un lenguaje, que sirva<strong>de</strong> lugar <strong>de</strong> encuentro: una lengua lianca, No sería el caso, entonces, <strong>de</strong> queCa¡acas fuera una ciudad sin intelectuales, aunque alguna lectura <strong><strong>de</strong>l</strong> Dr¿ntrsin duda pueda suscitar esa persp€ctiva, sino que el cdigo, la g¡amática y loque él llama el sistema mental, simplemente e¡an ot¡os. Con esto no quieroexcusar las críticas <strong>de</strong> <strong>Rama</strong> a los intelecruales, la ciudad y el país. De seguromuchas <strong>de</strong> ellas <strong>de</strong>ben, más bien, se¡ muy tomadas en cuenta a la ho¡a <strong>de</strong>historiar el periodo correspondiente. Solamenre quiero indicar que <strong>Rama</strong> <strong>de</strong>jóconstancia <strong>de</strong> un p¡oblema mucho mayor en su diario: la persistenteincomunicación e¡Ee los intelectuales latinoamericanos. otao transitado tema<strong>de</strong> la latinoamericanidad. En la persistencia <strong>de</strong> este problema se pue<strong>de</strong> nota!también, un componente colonial.216


A ldúr d"l DiúioA<strong>de</strong>más <strong>de</strong> lo dicho en el párrafo anterio¡ una <strong>de</strong> las cosas que habría queconsi<strong>de</strong>¡ar es que Montevi<strong>de</strong>o no sería precisamente p¡oünciana, por máspequeña que sea, o digamos más bien que su provincialismo es muy disdnio al<strong>de</strong> Ca¡acas. Su vecindad con Buenos Aires, la gran metrópoli latinoame¡icanapor excelencia, y su larga tradición <strong>de</strong>mocrática, la colocan en un lugarmo<strong>de</strong>mo en muchos sentidos; o, en todo caso, en sentidos distintos a los qu€podrían <strong>de</strong>sc¡ibir a <strong>Caracas</strong> como una ciudad mo<strong>de</strong>rna. los colegas uruguayos<strong>de</strong> Rrma. aquello' penenecienres a ¡o que el mismo lJamri la generacióncrftica' estaban, probablemenre, varios pasos más a<strong><strong>de</strong>l</strong>anre que susequivalentes caraqueños en lo que se refiere a su relación con las ren<strong>de</strong>nciasintelectuales europeas <strong><strong>de</strong>l</strong> momenro, con lo que pod¡íamos llamar "la ciudadletrada <strong>de</strong> verdad", o, cuando menos, Rarna lo p€rcibe <strong>de</strong> esa mane¡a.Pero me inclino a pensar que en el fondo ésre no es el problerna que azotaa <strong>Rama</strong>. Es discutible que Montevi<strong>de</strong>o haya sido, o sea, más mo<strong>de</strong>ma que<strong>Caracas</strong>, pero estaría mucho m.ás claro que ambas son provincianas, separadas,coloniales <strong>de</strong> alguna manera. Por eso sospecho que el problema que <strong>Rama</strong><strong>de</strong>scribe en este caso gira más bien en tomo a la incomunicación enire losintelectuales larinoamericanos, como dije antes. Buena parte <strong><strong>de</strong>l</strong> trabajointelectual <strong>de</strong> <strong>Rama</strong> fi:e realizado para ren<strong>de</strong>r puentes, a t¡avés <strong>de</strong> revistas,congresos y la misma emp¡esa <strong>de</strong> la Biblioteca Ayacucho, entre losintelectuales larinoamericanos, pa¡a construir, podúa uno <strong>de</strong>ci! una especie<strong>de</strong> ciudad letrada conrinental, rnás allá <strong>de</strong> los provincianismos locales. <strong>La</strong>Biblioteca Ayacucho, proyecto que le <strong>de</strong>bemos a <strong>Rama</strong> y a Leopoldo Zea, aslcomo al apoyo <strong><strong>de</strong>l</strong> estado venezolano y <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> intelecúales locales ylatinoamericanos pue<strong>de</strong> ser üsta, <strong>de</strong> hecho, como el intento <strong>de</strong> conslruir es€código, esa gramática, ese sistema mental¡ que siña para el encuentro. Estoúitimo supone algunas interesantes conüadicciones pa¡a un intelectual como<strong>Rama</strong>, porque con la Biblioteca Ayacucho estaía consrruyendo un sistemacontinental <strong>de</strong> autoridad letrada, algo que él mismo criticaía en slr libro Itciudad letr¡tfut.<strong>Caracas</strong>, ya para la é¡nca en que <strong>Rama</strong> la conoce, había abandonado casitoda referencia urbaDlstica a la colonia y a Europa, y por en<strong>de</strong>, supuestamente,había cruzado, hacía mucho trempo, lo que podríamos ll¿ñar "la raya <strong><strong>de</strong>l</strong>[...] la explosiva metrópoli <strong><strong>de</strong>l</strong> país petrolero abandonó el mo<strong>de</strong>rado<strong>de</strong>sanollo <strong>de</strong> la sociedad colonial y burguesa [...]. Al calor <strong>de</strong> la bonanza?11


VICENTE LECLNApetrole¡a, y con la complicidad <strong>de</strong> la política populista, la <strong>Caracas</strong>met¡opolitana rápidamente perdió el connol <strong>de</strong> la escala, estilo y armonía<strong>de</strong> su <strong>de</strong>sa¡rollo urbano, mientras la inmigración incontrolada la hizoregresar al estado semibarbárico <strong>de</strong> la ciudad preguanancista (Alrnandoz,t997 23).El sueño <strong><strong>de</strong>l</strong> or<strong>de</strong>n, po¡ lo menos <strong><strong>de</strong>l</strong> que conocla <strong>Rama</strong>, no pertenecla alimaginario caraqueño <strong><strong>de</strong>l</strong> momento, y la "culpa" <strong>de</strong> la inmigración sefíaevi<strong>de</strong>nte. De hecho, una <strong>de</strong> sus entradas da fe <strong>de</strong> la angustia que le produceel <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n: "Viür en Ia inseguridad, al día, sin sabe¡ qué será <strong>de</strong> unornañana, como en incesante <strong>de</strong>¡¡umbamiento. No consigo acostumbrarme.'Ibda la cultura uruguaya <strong>de</strong> mis años se ediffcó conÍa esa situación,construyendo un entramado ügoroso y planificado <strong>de</strong>stinado a instau¡ar lasegu¡idad" (38).Eso es <strong>Caracas</strong> en los setenta, un incesante <strong>de</strong>rrumbamiento, o como dijoJosé Ignacio Cabrujas, algunos años <strong>de</strong>spués: "Mvo en una ciudad nueva,siempre nueva, siempre reciente..." (1988: 9). No hay seguridad, nientramado, ni planificación en una ciudad siempre nueva. Tampoco entre susintelectuales, sus académicos, apenas recién o¡ganizados <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ladictadura <strong>de</strong> Marcos PérezJiménez, a <strong>partir</strong> <strong>de</strong> 1958. Se podúa <strong>de</strong>cir que, paraece momento. casi rodrs las rr¡rrrucrones eran nuev¿s. precária¡, aunque conmuchos ¡ecursos. El cortoci¡coito <strong>de</strong> <strong>Rama</strong> con esta villa que trataba <strong>de</strong>"letrarse", a través <strong>de</strong> múltiples esfue¡zos <strong>de</strong>smedidos, como el <strong>de</strong> la mismaBiblioteca Ayacucho, no podla ser más gran<strong>de</strong>. Curiosa contradicción, sobretodo si viene <strong>de</strong> <strong>Rama</strong>, que <strong>de</strong>dicó buena pa¡te <strong>de</strong> la ciu¿a¿ letto.¿a a citic rel esfuerzo <strong><strong>de</strong>l</strong> o¡<strong>de</strong>n como un instrumento <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, no <strong>de</strong> liberación.Thmbién se podría agregar que su inconformidad, su f;ustración, por otro lado,son muy ca¡aqueñas: quiero <strong>de</strong>ci¡ que la queja <strong>de</strong> <strong>Rama</strong> es tan caraqueñacomo la <strong>de</strong> Cabrujas.Gmbién hab¡ía que <strong>de</strong>cir que el abandono <strong><strong>de</strong>l</strong> urbanismo colonial yeuropeo no supone, pafa nada, el abandono <strong>de</strong> la condición colonial, oposcolonial, escondida <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> cualquier modiÉcación aparente, como unaespecie <strong>de</strong> subconsciente <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>midad, como se ha notado, sob¡e todo enuna ciudad como <strong>Caracas</strong>, que nunca tuvo la importancia <strong>de</strong> otras du¡ante lacolonia. Según esto, los ¡ecursos económicos que habrla aportado Iaexplotación petrolera apenas habúan "bamizado" esa condición, con una<strong><strong>de</strong>l</strong>gada, aunque preciosa, capa <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>mi?ación.218


A Par¡t Jel DarioI-t bgión extranjeruEl t¡atamiento más o menos convencional sobre el asunto <strong>de</strong> lainmkración hacía <strong>Caracas</strong> <strong>Rama</strong> suele proponerlo como un problema, y engeneral se limita a Ia llamada inmigr3ción intema, <strong><strong>de</strong>l</strong> campo venezolano a laciudad. Me refi€ro, por ejemplo, ¡ ia perspectiva <strong>de</strong> Emilia Troconis en suexcelente libro C,¿rdccr (1991), ya clásico. Aunque Tioconis también habla <strong><strong>de</strong>l</strong>a inmigración que vino <strong><strong>de</strong>l</strong> ext¡anjero entre 1940 y 1950, no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> referirsea ella peyorativamente: "c¡eó un auge <strong>de</strong>mográñco que a su vez causó [...]serios problemas a la ciudad caraqueña' (1993: 2.13). <strong>La</strong> inmigración <strong>de</strong> losaños cincuenra, primordialmenre italianos, españoles y po¡tugueses, esreferida por la autora, sin caliiica¡la. Sin ernb¿rgo, en las páginas que <strong>de</strong>dica alos años setenta no toca el tema, o se reffe¡e a él <strong>de</strong> manera muy tangencial,sólo pa¡a señalar, por ejemplo, que la costumbre <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedirse con un beso enla mejilla üno <strong>de</strong> la inmi$ación <strong><strong>de</strong>l</strong> Cono Sur (1993: 2ó4). <strong>La</strong> palabraColombia, pa¡a más señas, sólo aparece en el índice toponímico <strong>de</strong> su libro,<strong>de</strong>spués <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo xx, para referirse al G¡upo <strong><strong>de</strong>l</strong> los Ocho- Resulta curioso queno haya ¡nayores comenta¡ios al respecto, porque durante esa década lainmigración a <strong>Caracas</strong>, <strong>de</strong> todo tipo, contin¡ia, atraída, primordialmente, po¡las supuestas ventajas que oliecía una ciudad enpleno <strong>de</strong>sanollo, como señalael Ditcicnaria <strong>de</strong> hisnria d.e Ye¡ezuel¿, e¡ urfc <strong>de</strong> los pocos pañes <strong>de</strong>mocráticos<strong><strong>de</strong>l</strong>continente, ¡ico y plural, para elmomento. tmbién resulta curioso que nose haga una ¡evisión <strong>de</strong> l(x apo¡tes positivos <strong>de</strong> estas oleadas <strong>de</strong> inmigración,en muchas áreas. <strong>La</strong> perspectiva <strong><strong>de</strong>l</strong> Di.cilnario, que también podríamosconsi<strong>de</strong>¡ar canónica, no es muy distinta, aunque sl ofrece mayo¡es <strong>de</strong>talles alrespecto.En lo que viene no voy a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r una leyenda do¡ada <strong>de</strong> la inmigración.Solamente quisiera apunrar, a pa¡ri¡ <strong><strong>de</strong>l</strong> Ddr¡o <strong>de</strong> <strong>Rama</strong>, que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> losproblemas que se suelen indicar, la inmigración venezolana y latinoamericana<strong>de</strong> los setenta, que tuvo como <strong>de</strong>stino a Ca¡acas, también contribuyó en buenamedida a co¡formar una s€rie <strong>de</strong> instituciones nacionales mo<strong>de</strong>mas, y hastabuena parte <strong><strong>de</strong>l</strong> carácter urbano <strong>de</strong> una ciudad rehecha du¡ante la mitad <strong><strong>de</strong>l</strong>siglo /ü en buena medida por inmigrantes. A<strong>de</strong>más, quisiera mostra! <strong>de</strong> lamano <strong>de</strong> <strong>Rama</strong>, algunos datos que más bien apuntan hacia una perspecrivanegativa <strong>de</strong> la "receptividad" venezolana hacia esta inmi$ación.71.9


<strong>La</strong> p¡imera ent¡ada <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Diario</strong> conespon<strong>de</strong> al 1" <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1974.Menos <strong>de</strong> un mes <strong>de</strong>spués aparece la pnmera teferencia que correspon<strong>de</strong> alambiente xenófobo que <strong>Rama</strong> encont¡a¡fa en <strong>Caracas</strong>, Se t¡ata <strong>de</strong> uncomentario sobre los ataques <strong>de</strong> Sofa Imber y Carlos Rangel (42) contra elantropólogo brasileño Da¡cy Ribeiro, uno <strong>de</strong> los especialistas reunidos por<strong>Rama</strong> y Leopoldo Zea para conformar el equipo asesor <strong>de</strong> <strong>La</strong> BibliotecaAyacucho. El a¡gumento <strong>de</strong> lmber y Rangel es que fubero sólo üene aVenezuela a cazar "petrodólarel'. Apunta <strong>Rama</strong> que <strong>de</strong> esta manera tien<strong>de</strong>na <strong>de</strong>sprestigiar a todos los intelectuales latinoamericanos <strong>de</strong> izquierda. Según<strong>Rama</strong>, lmber y Rangel también parecen estar irritados porque estosintelectuales extranjeros, así como algunos militantes <strong><strong>de</strong>l</strong> parldo Movimientoal Socialismo (MAS), ap¡ueban "algunos actos claves <strong><strong>de</strong>l</strong> gobiemo <strong>de</strong> Ca¡losAnd¡és Pérez, como la <strong>de</strong>fensa <strong><strong>de</strong>l</strong> petróleo y el enÍientamiento a Estadosunidos" (41).De acuerdo con lo que aparece en el Dirno, en Venezuela existla el temor<strong>de</strong> que el Gobiemo <strong><strong>de</strong>l</strong> Presi<strong>de</strong>nte Pé¡ez se inclinara <strong>de</strong>masiado hacia laizquierda, y que los inmigmntes su¡eños contribuyeran en ese prcreso. A parrir<strong>de</strong> este momento, y con pafticular insistencia en 1977, las entradas ¡eferidas ala xenolobia, sobre todo contr¿ los intelectuales <strong>de</strong> izql¡ierda, su esposa MartaJiaba y él mismo, se multiplican a lo largo <strong><strong>de</strong>l</strong> Dano, llegando a convertirse,hacia el final, en una <strong>de</strong> las causas <strong>de</strong> que <strong>Rama</strong> y Tiaba abandonenVenezuela, De esta manera <strong>Rama</strong> "jusrifica" que tenga que irse. Pero estosataques xenófotms no correspon<strong>de</strong>n solamente al sectol que representabanImber y Rangel (la Embajada Americana o Fe<strong>de</strong>cámaras, según apunta <strong>Rama</strong>),sino que proüenen también <strong><strong>de</strong>l</strong> sector inverso: <strong>de</strong> la i4uierda. <strong>Rama</strong> reliere,por ejemplo, una polémica entre Ludovico Silva y Fe<strong>de</strong>rico Riu, en la cual elsegundo sorpren<strong>de</strong> al primero al <strong>de</strong>mostrarle que había plagiado el dicciona¡ioBompiani en uno <strong>de</strong> sus artículos <strong>de</strong> prensa (80). Lo curioso <strong><strong>de</strong>l</strong> caso, según<strong>Rama</strong>, es que los intelectuales <strong>de</strong> izquie¡da, Orlando Arauio entre ellos, ytambién los que graütaban alre<strong>de</strong>dor <strong><strong>de</strong>l</strong> diario Ei Ndcion¿l <strong>de</strong> la época, noparecen tomar en serio esta aftenta intelectual y más bien se solidarizan conSilva. Este mismo sector <strong>de</strong>spués ataca, según el Drario, a lo que se conociócomo la "legión extranjera", un g¡upo <strong>de</strong> profeso¡es <strong><strong>de</strong>l</strong> C-ono Sur que, segúnA¡aujo, por ejemplo, estarfa invadiendo la Facultad <strong>de</strong> Humanida<strong>de</strong>s yEducación <strong>de</strong> la UCV en <strong>de</strong>smedro <strong>de</strong> su calidad. En la "legrón extranjera"estarlan profesorcs como Ángel Rosenblat y el mismo <strong>Rama</strong>. Estos ataques,2ZA


A Fanir M DraA.según <strong>Rama</strong>, también encuent¡an eco en la Revrst¿, Itu¡ger, que c¡itlca surevista EJcrlhrrd con argumentos similates (119). Otra ¡efe¡encia impo¡tanteal respecto constituye un breve análisis <strong>de</strong> las razones <strong>de</strong> la xenofobiavenezolana: "la exasperación que al pals le provcrca la presencia <strong>de</strong> losextranieros, exacerbada frcr la propuesta <strong>de</strong> enrnienda <strong>de</strong> Acción Democráticapara conce<strong>de</strong>rles <strong>de</strong>rechos políricos a los naturalizados J...1 que ha<strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nado, incluso en las filas <strong>de</strong> izquierda, las <strong>de</strong>claraciones másinsólitas y enconadas" (9J).De todos estos ataques, por supuesto, el más insólito es el <strong>de</strong> la izquierda,"Nunca preví que los marxistas (o seudo) <strong>de</strong> la izquierda venezolana, nosatacaran po¡ foráneos, aunque al parecer no por marxistas (para ellos Ma¡x<strong>de</strong>be ser hijo putativo <strong>de</strong> Guaicaipu¡o)" (119). Aunque el tema <strong>de</strong> laxenofobi¿ continúa más allá <strong>de</strong> 1978 se mitiga bastante a pa¡tir <strong>de</strong> esta últimaentrada, que <strong>de</strong> seguida culmina, como dije, justiffcando su parrida ysugi¡iendo, con pru<strong>de</strong>ncia, que la xenofobra pueda ser una caracteísticacaraqueña centena¡ia, y un rnal presagio: "Otro lndice <strong>de</strong> lo que está pasandoen el pals y <strong>de</strong> que la pru<strong>de</strong>ncia aconseja alejarse <strong>de</strong> estas costas que ñreron,pero otrora, hospitalarias. Debo ¡eÍienar la i<strong>de</strong>¿ <strong>de</strong> que esto iambién le eurrió¡ Mártí hace casi un siglo, porque me entristeceía sobre el pafs y su <strong>de</strong>stino"(120).Paralelamente a esos ataques <strong>de</strong> la izquierda o <strong>de</strong> la <strong>de</strong>¡echa, el Estadovenezolano aprovechó, en gran medida, el talento que estos inmigrantestrajeron al paG, no solo para materiaiizar la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la Biblioteca Ayacucho,sino también para conformar equipos <strong>de</strong> trabajo en instituciones como laBiblioteca Naiional, el Banco <strong><strong>de</strong>l</strong> Lib¡o, Monte Ávila Edito¡es, EdicionesEkaré, DELAL, Rajatabla, Grupo Actoral 80 y va¡ias universida<strong>de</strong>snacionales, entre otras. Por otro lado, la inmigración que suele conocersecomo "no calificada' también contribuyó con creces al <strong>de</strong>sarrollo <strong><strong>de</strong>l</strong> país envarias áreas. Es muy interesante, en todo caso, que Acción Democrática hayapropuesto conce<strong>de</strong>rles <strong>de</strong>recho políticos a los natu¡alizados, porque ¡esulta,hoy en dla, una política que uno reconocería como progresista. Y másinteresante aún: que esta iniciativa haya sido resistida por algunos sectores <strong>de</strong>izquierda. ¿Es que los a<strong>de</strong>cos y algunos masistas <strong>de</strong> la época eran acaso másp¡og¡esistas que alguna pa¡te <strong>de</strong> la izquierda t¡adicional, la académica y iaintelectual, por lo menos en este tema¡ El problema no em Marx, sino elhecho, simple y llano, <strong>de</strong> que e¡an extranjeros. Lo ct¡al no <strong>de</strong>ja muy bien221


VrcENm LECLNAparada a esa izquierda, y a esa ciudadletrada. Según lo anterior,la hospitalidadvenezolana tampoco quedaúa bien pa¡ada. Pero esta visión es sin dudaincompleta. Por eso quisiela tocar úes temas más, que creo pue<strong>de</strong>n mostrarotras perspectivas.Angel BovaryEntre todas las formas más o menos negativas que emplea <strong>Rama</strong> para<strong>de</strong>scribir la ciudad <strong>de</strong> <strong>Caracas</strong> y su respectiva ciudad letrada (susintelectuales), la que más se repite es la <strong>de</strong> uproünciana", y otros términosrelativos. Apenas diez días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> comenzar su D¡¡rio, apunta, comoseñalé antes: "Va siendo un año duro para Marta y para mí y es difícil precisarlas causas. iDliculta<strong>de</strong>s con el medio inielectual <strong>de</strong> aquí, en muchos aspectostodavía provinciano?" (36). Esta temática, <strong>de</strong> hecho, se ¡epite a lo largo <strong><strong>de</strong>l</strong>dia¡io con mayor insistencia que la <strong>de</strong> la xenofobia. <strong>Rama</strong>, po¡ ejemplo, dicesob¡e un encuentro qüe él organiza con Julio Cortázar y un grupo <strong>de</strong>intelectuales venezolanos' "chapuzamos todos en la alberca p¡oünciana, congestos, gritos, morisquetas y frases hechas" (57). Al comenta¡ unaconve$ación con el cubano Enrique <strong>La</strong>brador Ruiz, <strong>Rama</strong> dice: "el habitualcllma <strong>de</strong> la vida cubana recorrida <strong>de</strong> chismes y ¡umores como no he conocidoen otro pais; un mundo pueblerino llevado repenonamente bajo los focosunive¡sales. Parecido a Venezuela" (75). <strong>Rama</strong> también se reflere a lageneración <strong>de</strong> escrito¡es ven€zolanos posterior a la <strong>de</strong> Picón Salas, Uslar Piet¡,Meneses y Liscano, como "rnás pueblennos" que sus pre<strong>de</strong>cesores (82). Losintelectuales que podrlan ser conocidos como "europeizantes" tampoco sesalvan: "Incluso enelpequeño grupo <strong>de</strong> los pretendidamente universalistas, surcpertorio <strong>de</strong> referencias pertenece a la vanguardia eu¡opea <strong>de</strong> entre ambasguerras (Joyce, Kafka, Proust, Rilke) y es rarísima la percepción <strong>de</strong> lavangua¡dia actual. tmbién ellos üven en el pasado" (83).A algunos profesores universiiarios <strong>de</strong> la Facultad <strong>de</strong> Humanida<strong>de</strong>s yEducación <strong>de</strong> la UCV que lo <strong>de</strong>jan marcharse sin lamentarlo, no les va mejor.<strong>Rama</strong> plantea que esto obe<strong>de</strong>ce a "ignorancia <strong>de</strong> los valorcs, a falta <strong>de</strong> respetopara la cultura, a un horizonte tan esúecho, simplista e interesado, que pareceimposible que pueda existir. Otra vez con la proyincia hemos dado, Sancho"(l l4). Como éstas hay todavía muchas más, y por ahora bastaría con las quetenemos para mostrar una parte <strong>de</strong> la percepción <strong>de</strong> <strong>Rama</strong> sobre el tema,z2z


A ¡ft¡ d¿l Difioirnplacable, dura, intolerante, visceral, hasta pretenciosa y exagerada, si nofuera por lo que sigue. Hay una entrada <strong><strong>de</strong>l</strong> dia¡io co¡respondiente al 19 <strong>de</strong>crctubre <strong>de</strong> 1974 que dice lo siguientelSiempre he <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñado la proüncia, como corespon<strong>de</strong> a un proünciano ycomo tales posible que siempre me haya imaginado (bova¡lsticamente) porencima <strong>de</strong> ese <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñable nivel, pero cuando he c¡eído salir <strong>de</strong> ella no hehechootra cosaque cambia¡ <strong>de</strong> nombre, <strong>de</strong> luga¡ no <strong>de</strong> jera¡quía. Pero, poresa misma posición dual no p€rcibo que sea comprendido ni querido en laprovincia, sino más bien temido o apenas tolerado como un indiscretolesrigu, por lo (omún rncomprendtdo pues mi¡ proposicionec no se ajusrana las posibilida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> los prcüncianos que las reciben (58).Según esto,la molestia <strong>de</strong> Rana con Camcas, constr medio intelectual, noes exactamente la <strong>de</strong> un representante metropolitano que <strong>de</strong>sprecia laprovincia, que la mira <strong>de</strong> arriba abajo, con aires <strong>de</strong> superioridad, o que sei¡nagina a sí mismo en esa posición. De hecho, uno podía imaginarse que elciudadano <strong>de</strong> una urbe a pleno <strong>de</strong>recho, digamos Buenos Aires o Nueva York,más bien podúa quedar encantado con una ciudad <strong>de</strong> provincia como<strong>Caracas</strong>, por \u\ rnegülrrld¡<strong>de</strong>s exóricai y su' pinrorescos encanro., quccontradicen, en buena rnedida, cualquier forma <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n ¡econmido comometropolitano. Pero un intelectual que viene <strong>de</strong> Montevi<strong>de</strong>o seguramentepue<strong>de</strong> resistirse a esos e¡cantos con más cuidado, y ser mucho más cítico <strong><strong>de</strong>l</strong>o que uno se esperaía. De hecho, en uno <strong>de</strong> sus viajes a Ca¡acas en 1978, yacuando su relación con la ciudad es más distante, dice <strong><strong>de</strong>l</strong> Aeropuerto <strong>de</strong>Maiquetía: "El pintoresquismo ya no me compensa el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n' (116). <strong>La</strong>posición <strong>de</strong> <strong>Rama</strong>, entonces, no tiene, aunque parezca a ¡atos, uncomponente"met¡opolitanista". <strong>La</strong> suya es la posición <strong><strong>de</strong>l</strong> intelectual que sale <strong>de</strong> unaciudad <strong>de</strong> proüncia con cualida<strong>de</strong>s mo<strong>de</strong>mas (Montevi<strong>de</strong>o) para encontrarsecon otra ciudad <strong>de</strong> provincia (Camcas), también con cualida<strong>de</strong>s mo<strong>de</strong>mas,pero distintas, que rechaza y lo rechaza, en parte, Con esto se muest¡a no sólola sobreüvencia, en la supuestamente mo<strong>de</strong>ma <strong>Caracas</strong> <strong>de</strong> los setenta, <strong>de</strong> losvalores provincianos <strong>de</strong> la pequeña villa que había sido, sino que se revela elcarácter Í;aciurado que todavía en esa época podía <strong>de</strong>scribir, y seguramenteaún <strong>de</strong>scribe, Ias relaciones entre las ciuda<strong>de</strong>s y los ciudadanos <strong>de</strong> lasrepúblicas ladnoame¡icanas, reales o <strong>de</strong> papel. <strong>La</strong> Biblioteca Ayacucho pue<strong>de</strong>223


ser consi<strong>de</strong>rada como la contribución <strong>de</strong> <strong>Rama</strong> para "enmenilar" elp¡ovincianismo intelectual (localista, nacionalista) generali;ado en la región.De hecho. las acüsaciones sobre el provincianismo en su diario no serestringen solamente aL caso vene2olano. Támbién, <strong>de</strong> pasada, se reliere aCuba, como ümos, y a otros países. a través <strong>de</strong> sus obse¡vaciones sobre los<strong><strong>de</strong>l</strong>egados larinoamerica¡os <strong>de</strong> la Biblioteca Ayacucho, por ejemplo, en loscuales <strong>Rama</strong> nota qrje resaltan las perspectivas nacionaies por encima <strong>de</strong> lascontinentales, las limitaciones por aniba <strong>de</strong> las ü¡tl¡<strong>de</strong>s.En el Dü¡io Ra¡¡a a<strong><strong>de</strong>l</strong>anta una especie <strong>de</strong> fórmula para resolver el dilemaenrre lo provinciano y lo metropolitano, la tradición y la mo<strong>de</strong>midad, elpresente y el pasado, lo nacional y Lo extranlero, que r€cuerda su noción,tomada <strong>de</strong> Femando Ortiz, <strong>de</strong> la Íansculturación, aplicada a un ámbitocultural mayo¡ al <strong>de</strong> la literatura: "Só1o un <strong>de</strong>sa¡rollo armonioso y va|ente <strong>de</strong>ambas coor<strong>de</strong>nadas, con lo que ello implica <strong>de</strong> tenaz esfues.- pa¡a dominar lacukura <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo presente, perrnrtirá integrar [a nacionalidad, <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rla<strong><strong>de</strong>l</strong> proüncianismo, sin por ello per<strong>de</strong>r la i<strong>de</strong>ntidad fundamental. t <strong>de</strong> paso,disolver la ¡esrstencia al elemento extranjero, reconociéndole su calidad <strong>de</strong>heraltlos <strong>de</strong> ese nrundo presente y dotándolos <strong>de</strong> una luerte y sabrosaímpregnación local" (8J).Su posición no resulra <strong>de</strong>masiado distinia a la <strong>de</strong> José Martí, hace m,ás <strong>de</strong>cien años, y a la que propone Néstor Gatcía Canclini en Culauas híLrridas(1989). A mitad <strong>de</strong> camino <strong>de</strong> todo, <strong>Rama</strong> muestra su claro linaje.or¡ lo queFndríamos ll¿mar la re{exión sobre la latinoamericañdad. <strong>Caracas</strong>, segrinesto, no seía mejor ni peol que ot¡a capital latinoame¡icana, simplementedistinta, con Drr3 gmmática, con otros cóligos <strong><strong>de</strong>l</strong> intercambio. Lá dificultad<strong>de</strong> <strong>Rama</strong>, entonces, más allá <strong>de</strong> algunos casos anecdóticos que realmentemuest¡an una eü<strong>de</strong>nte carencia ca¡aqueña en el campo intelectual <strong>de</strong> algr:nospolemistas, tiene que ve¡ con la dificultad <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r un lenguajeprovinciano pa¡ticular que, como lodos, es simplemente disúnto al <strong><strong>de</strong>l</strong> ¡esto<strong>de</strong> las provincias.Des<strong>de</strong> esta perspectiva también pod¡íamos compren<strong>de</strong>r que en <strong>Caracas</strong>,como en otras ciuda<strong>de</strong>s latinoamedcanas, algunas cualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la coloniaaún esra.ían actuando conro vanables importantes, sobre todo las que se¡effe¡en a la separación cultural, y por supuesto administrativas <strong>de</strong> cada área,país o ciudad latinoamericana.1.24


I¿ cíudaiar,l¿ d¿ l¿u l¿trasComo señalé más arriba. la mane¡a <strong>de</strong> <strong>Rama</strong> <strong>de</strong> referirse en el Didno a losintelectuales locales es, en gene¡al, peyo¡ativa. A algunos les reconoce suamistad, su afabilidad y hasta su solida¡idad, pe¡o no menciona ningunacapacidad intelectual propiamente dicha. Sobre la Comisión Editora <strong>de</strong> laBiblioteca Ayacucho dice, po¡ ejemplo, "habla preüsto mi <strong>de</strong>cepción, peroella es muchomayor <strong>de</strong> lacuota calculada. Salvo a Tiejo, sienio que a ningunole importa <strong>de</strong>masiadoi una comisión más, una tareamásque cumplir, <strong>de</strong>spacio,rutina¡iamente, sacándole alg¡ín provecho" (42) . Habría que recordar que esracomisión estaba confo¡mada por José Ramón Medina, Ramón Escovar Salom,Mrguel Orero Srlva. Os.ar S¿mbrano Urdanet¿, Ramc;n J. Velásquez v Ángel<strong>Rama</strong>, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> Oswaldo 'liejo. Al escribir un artículo <strong>de</strong> prensa sobre ungrupo <strong>de</strong> escritores <strong>de</strong> Maracaibo, se da cuenta <strong>de</strong> que el periódico es larefe¡encia fundamental <strong>de</strong> la cultt¡¡a venezolana: "la dominante periodlstica<strong>de</strong> un medio que ven<strong>de</strong> diarios pero no libros y <strong>de</strong> un público culto que sóloatien<strong>de</strong> también a los textos <strong><strong>de</strong>l</strong> periódico". Y a continuación agrega: "<strong>La</strong>escasa consistencia intelectual <strong><strong>de</strong>l</strong> medio, incluso <strong>de</strong> su élite, queda <strong>de</strong>ñnidapor este comportamiento" (61). Cuando comenta sobre su insomnio, Ranadice que le asahan imágenes que ''se transforrnan en una angustiosa <strong>de</strong>fensa yofensa contra la persecución por parte <strong>de</strong> los seudointelectuales (borrachos yxenófobos, incapaces <strong>de</strong> toda digna tarea intelectual) que han dominado yprostituido la vida cultural <strong><strong>de</strong>l</strong> país y se han ensañado contra nosotros" (79).De día, dice, pue<strong>de</strong> combatir el <strong><strong>de</strong>l</strong>irio <strong>de</strong> persecución, p€ro no <strong>de</strong> noche.Ona más:No hay üda intelectual. Chismografía, pequeños intereses, exhibicionismopuebleinos. Pero nada <strong>de</strong> auténtica pasión por la tarea intelectlral, nidiálogo sobre sus posicion€s. Uslar Pietri contesta (mal) un a¡tlculo <strong>de</strong> Paz,y ninguna reacción a ese intento <strong>de</strong> diálogo. Comidos por la vida trivial yla pueblerina imitación <strong>de</strong> lo que creen las maneras <strong>de</strong> los esc¡itores.Repiten gestos a falta <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r asumir los signiffcados intelectuales que¡igen esos gestos (113).<strong>La</strong> primera cita mencionada podría guardar alguna relación con una <strong>de</strong> laslíneas <strong>de</strong> p€nsamiento más controve$iales <strong>de</strong> su l¡bto ILt crudotJ letada: "larelación entre los intelectuales y la burocracia, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la consolidación <strong><strong>de</strong>l</strong>225


imperio español en América hasta el siglo xt. Dicho <strong>de</strong> otro modo, el letradoes un intelectual orgánico a la üda pública dominada, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la colonia, por unculto ciego a la auto¡idad <strong>de</strong> la letra" (Ramos, 1996: 69). Esta É\€rspectiva tanabarcado¡a, que <strong>de</strong>sgraciadamente <strong>Rama</strong> no logra <strong>de</strong>sarrollar hastasus últimasconsecuencias porque lo sorpren<strong>de</strong> la mue¡te, es habitualmente criticada, porel mismo Ramos, por cie¡to. <strong>La</strong> ¡elación entre inielectuales y po<strong>de</strong>r no supone,oecesa¡iam€nte, según Ramos, que estos dos carnpos no puedan tener áreasdistintas <strong>de</strong> eje¡cicio, en algunos casos. También se podrla anotar al respectouna <strong>de</strong> las tesis <strong>de</strong> <strong>Rama</strong> e¡ <strong>La</strong> ciuM bttatla: la relación entre los letradoscoloniales y el po<strong>de</strong>r se habría pe¡petuado hasta nlrestros dlas, gracias a sucapacidad <strong>de</strong> adaptación, como regisaa Mabel Mo¡aña. En todo caso, sucomentario sobrc la Crmisión Ayacucho parece ser una muestra <strong>de</strong> un temaque, según Pel'rou, venía preocupando a <strong>Rama</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los años sesenta. En estecaso se t¡ata <strong>de</strong> la rclación di¡ecta entre burocracia e intelectuales. o másespecíffcamente: intelectuales ocupando puestos blrroc¡áticos, <strong>Rama</strong> mismoentre ellos. Según lo que anota en el D¡¿rio, esta función <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r supone unproblema. Y no solamente en el caso <strong>de</strong> los lntelectuales venezolanos. Sobrelos intelectuales latinoame¡icanos que apoyan la conffguración <strong>de</strong> laBiblioteca Ayacucho <strong>Rama</strong> anota observaciones similares. Uno podrla asumi!entonces, que la posición <strong>de</strong> <strong>Rama</strong> en tomo a la función <strong><strong>de</strong>l</strong> intelectualmo<strong>de</strong>mo es parecida a la que indica Edward Said en REramatian of theIntelbcllal \1991),la <strong>de</strong> tr atwteur, no susc¡ito al po<strong>de</strong>¡. ¿Fr posiblel Escu¡ioso que la misma crltica al intelectual bu¡ócrata podría aplicarse tambiénal trabaio <strong>de</strong> Rarna, por lo menos a la que se refiere a su labor en la Biblioteca<strong>La</strong> segunda cita que mencioné simplemente c¡eo que muest¡a lo que pa¡a<strong>Rama</strong> era unnivelbajo <strong>de</strong> lectura (el periódico) que, a su vez, indicaba unbajonivel cultural. De nuevo es menester <strong>de</strong>cir que esta íiase, como las <strong>de</strong>nís,<strong>de</strong>be ser evalt¡ada <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> quien la enuncia- <strong>Rama</strong> no e¡a simplementeun intelectual, o simplemente un burócrata cultural, también era un erudito,con un entusiasmo nada común, en ningún pals. Elcomentario <strong>de</strong> Tomás EloyMartfnez sobre <strong>Rama</strong> quizá sea una buena muestra <strong>de</strong> este caráct$ especial:[...] los malabarismos <strong>de</strong> su inteligencia se las arreglaban para no <strong>de</strong>soír alos amigos mientras escribla una par <strong>de</strong> b¡illantes ensayos al mes,concertaba las ediciones <strong>de</strong> la Biblioteca Ayacucho, salla y entraba <strong>de</strong> susconferencias en Pue¡to Rico, preparaba las clases-inolvidablesclases, metz6


A P¿r¡r d¿l Dariohan dicho- para la Universidad Central <strong>de</strong> Venezuela, organizaba larevisB Escntlrrd y te¡minaba enzarzándose en polémicas feroces sobre lacultu¡a venezolarla" (1985: XXIX).Si Rarna se cornparaba a sus pares, como parece ser el caso, no es dilicilootar por qué se sentía fuera <strong>de</strong> lugar. En realidad yo creo que <strong>Rama</strong>petenecla, cont¡adictoriamente, a lo que po<strong>de</strong>mos llamar el grupo <strong>de</strong> losintelectuales profesionales, <strong>de</strong> carrera, mientras que muchos <strong>de</strong> losintelectuales que <strong>Rama</strong> critica, venezolanos o latinoamericanos en general,eran esc¡itores p¡estados a la burocracia, intelectuales también, pero en unsentido distinto. En esto consiste, pienso, el problema <strong>de</strong> <strong>Rama</strong> con losintelectuales locales. De maneta que la severidad <strong>de</strong> su ataque a la relaciónentre burocracia y po<strong>de</strong>¡ <strong>de</strong> la que él mismo participó, es contradictoria,po¡que una <strong>de</strong> las críticas áe L¡t ciudad btraAa es precisamente esta ¡elaciónentre intelectuales y po<strong>de</strong>r, a lo largo <strong>de</strong> la historia. En reaMad ambos grupos,p¡ofesionales y burocráticos, y todas las mezclas posibles entre ellos, güa¡danrelaciones con las formas <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, ambos pue<strong>de</strong>n conseguir sus oígenes en lassocieda<strong>de</strong>s coloniales. Uno podría poner en duda esta <strong>de</strong>cla¡ación <strong>de</strong>masiadogeneral, pero digamos que sl po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rla <strong>de</strong> lo que el mismo <strong>Rama</strong>dice en el Dürio, y <strong>de</strong> iguai manera podríamos aplicá¡sela a él mismo. Pa¡ate¡minar con este comenta¡io, al indicar sü <strong>de</strong>cepción cuando se reencuentr¿con Roberto Femán<strong>de</strong>z Retama! <strong>Rama</strong> comenta: "Ot¡a vez el mismo asunto:el intelectual y el po<strong>de</strong>r" (37). Es cla¡o, a pa¡ti¡ <strong>de</strong> entradas como ésta, que elterna estaba en la mente <strong>de</strong> <strong>Rama</strong>, y que la experiencia caraquela <strong>de</strong>be haberagregado una perspectiva distinta, cruda, b¡utal.<strong>La</strong> te¡cera cita menciona la in<strong>de</strong>fensión <strong>de</strong> <strong>Rama</strong> íiente al tormentonoctumo <strong><strong>de</strong>l</strong> insomnio, ¡epleto <strong>de</strong> imágenes sob¡e sus <strong>de</strong>tracto¡es venezolanos(Sofía Imbe¡, Carlos Rangel, Oswaldo Barreto, Orlando A¡aujo, po¡ ejemplo)a los que llama seudoíntelectuales, entre otras cosas No estamosacostumbrados a sr¡poner el ambiente intelectual y académico venezolanocomo xenófobo, ni tampoco como seudointelectual, ni el <strong>de</strong> esa época ni el <strong>de</strong>aho¡a. Que Ram¡ lo diga, entonces, quizá <strong>de</strong>t€rla movemos a una reflexiónmás cuidadosa sobre lo que sufDnemos en torno a estos temas, a sospecha¡ <strong>de</strong>nuestra propia percepción. Más allá <strong>de</strong> la cuestión anecdótica (por ejemplo,que uno pueda suponer que esos alaques no estaban dirig'ldos especialmente a<strong>Rama</strong> o a Rosenblat, sino a otros profesores o intelectuales, menos calificadot217


so¡pren<strong>de</strong> mucho Ia visión <strong>de</strong> Rarna, en la que lo cuestionado sobre lasupuesta "legión extranjera" es precisamente su o¡igen nacional, y no sucalidad intelectual. En todo caso. esta tensión muestra también las fisuras <strong><strong>de</strong>l</strong>a ciudad letrada ladnoame¡icana, <strong>de</strong>Énitivamente aé¡ea, separada encuadrículas nacionales. Sob¡e la cuarta cita no c¡eo que haga falta ningúnEn medio <strong>de</strong> esta <strong>de</strong>solación, el esfue¡zo <strong>de</strong> los intelectuales por "letrar" laciudad, así como el probable esfue¡zo <strong>de</strong> la ciudad por no <strong>de</strong>jarse "letrar", sonfirerzas que se anulan, así como la queja sobr€ los intelectuales extranjeros y laaceptación <strong>de</strong> ellos en varias áreas profesionales y académicas, también songestos que no lograron vencerse. Es notable esa tensión en el dia¡io <strong>de</strong> <strong>Rama</strong>,en su ejercicio profesional en la Biblioteca Ayacucho que, como dijimos,pue<strong>de</strong> se¡ vista como el mayor esfuerzo por sentar las bases <strong>de</strong> un humanismolatinoame¡icano sin duda libe¡ado¡ pero a la vez, domesticador, como diúaPeter Sloterdi¡k (2001), y la reüsta Escri¿r¿td y su trabajo <strong>de</strong> docente en laUCV como un esftrerzo por criticar y reconstruir una tradición humanística.<strong>Rama</strong> tiene un pie en cada lado, todo el tiempo, a lo largo <strong><strong>de</strong>l</strong> Dano.Rarld, el cma4ueno"Mvi¡ en Ca¡acas me ha enseñado, entre tantas maravillas, que todoinrento <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubri¡ sus espacios es un íiacaso. Vivo en una ciudad imposible,y si bien ¡ecue¡do sus rutas y direcciones, <strong>de</strong>splazarme en ella no es más que<strong>partir</strong> <strong>de</strong> un sitio y llegar a otro, sin que el trayecto me <strong>de</strong>vuelva un signficado,o po¡ lo menos, una mo<strong>de</strong>sta memo¡ia"... Y agrega: '<strong>Caracas</strong> no es unaconsecuencia <strong>de</strong> los caraqueños" (10). Esto escribió José lgnacio Cabrujas en1988, y me sirve para tratar <strong>de</strong> mostrar qlre tanto Cabrujas, un intelectualquenació en <strong>Caracas</strong>, como <strong>Rama</strong>, que vivió en esta ciudad unos seis o siete años,comparten Ia misma perspectiva <strong>de</strong>sasosegada sobre la capital. <strong>Rama</strong> escdbióen su <strong>Diario</strong>, más que nada, sob¡e la ciudad <strong>de</strong> papel, la ciudad <strong>de</strong> losintelectuales y académicos. Cabrujas escribió, entre otras cosas, <strong>de</strong> la teal, <strong><strong>de</strong>l</strong>a que se reconstruía todos los dlas, y <strong>de</strong> la "letrada', er Acto cultural, potejemplo. Ambas, la <strong>de</strong> <strong>Rama</strong> y la <strong>de</strong> Cabrujas, eran improüsadas, limitadas,oscuras, ¡ra¡avillosas, antiguas y mo<strong>de</strong>mas: proyincianas, a pesar <strong>de</strong> losesfuerzos <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>mización y <strong>de</strong>moc¡ati?ación. Ambas casi coloniales.228


A porir d¿l Diúio<strong>La</strong> <strong>Caracas</strong> <strong>de</strong> <strong>Rama</strong>, y la <strong>de</strong> Cabrujas unos años <strong>de</strong>spués, parece un nobleesfue¡zo iiusi¡ado: la mo<strong>de</strong>mización, a rravés <strong>de</strong> las letras, las artes, la cultura"cultf', el urbanismo renovado, acabó po¡ genera¡ su némesis: su CentroSimón Bollva¡ mo<strong>de</strong>mísimo, invadido por la economía informal, por ejemplo.Es como si a más <strong>de</strong>sarrollo acelemdo conespondiera, a su vez¡ mássub<strong>de</strong>sa¡rollo también acele¡ado. sob¡e todo cuando se ¡edoblan los esfueEosen una sola dirección, en Ia <strong><strong>de</strong>l</strong> populismo o en la <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnización.No quisiera conclui¡ con una nota negativa soll¡e estos gran<strong>de</strong>s eduevos,porque sin duda ellos hacen falta, sobre todo en un paG que carece todavía,<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tantas iniciativas, <strong>de</strong> una inf¡aestructura <strong>de</strong>mocrática y legal, <strong>de</strong>acuerdo con sus necesida<strong>de</strong>s. Lo que sí quisiera es indicar que estos esfuerzosresultan contradictorios cuando son realizados en "una sola" dirección, en la<strong>de</strong> la alta cultura, por ejemplo, o en la <strong><strong>de</strong>l</strong> urbanismo <strong>de</strong>sarrollista. Creo quela experiencia mo<strong>de</strong>rna caraqueña muestra, <strong>de</strong> acuerdo con el Dari¿ <strong>de</strong> <strong>Rama</strong>,que una sola dirección, una sola, es simplemente una mala dirección.A <strong>partir</strong> <strong>de</strong> todo lo anterio! c¡eo que <strong>Rama</strong> extraña en <strong>Caracas</strong> unambiente intelectual p¡opiamente profesional, mo<strong>de</strong>mo, culto, ilustrado, enun sentido clásico, eu¡opeo, civilizado: extraña p¡ecisamente a la ciudadletrada propiamente dicha, o más precisamente a la ciudad <strong><strong>de</strong>l</strong> or<strong>de</strong>n, aquellaque üene <strong>de</strong> la escritura, <strong>de</strong> la importancia <strong>de</strong> la escritura eü la conligu¡ación<strong><strong>de</strong>l</strong> or<strong>de</strong>n. Lo curioso <strong>de</strong> todo esto es que, como dijimos, en su libro Iz od¿dI¿¡raúl¡ c¡itica precisamente este sueño <strong><strong>de</strong>l</strong> or<strong>de</strong>n, que alfrnal resulta impuesto,aéreo, falso y hasta totaliorio. Ca¡acas, según el diario, y su "villa letrada", noparece estar gobernada por la paiabra escíta sino por la oralidad (el chisme, elcomentado). Debería, entonces, ser consi<strong>de</strong>¡ada como un espacio <strong>de</strong> libe¡tad,á pesar <strong>de</strong> sus notables carencias. En medio <strong>de</strong> esa ciudad ¡eal, o¡al, Ios gestos<strong>de</strong> la palabra escrita parecen diluirse en comisiones burocráticas <strong>de</strong> trabajo,que lambién <strong>Rama</strong> lamenta. En su Ddrio, esta ciudad que rambién amó, segunTomás Eloy Martíne?, es inüsible para sus ojos, es incomprensible. Comocualquie¡ caraqueño, <strong>Rama</strong> lamenta nuestra ciudad, nuestros intelectuales,nuestros po<strong>de</strong>res. Una historia <strong>de</strong> la ciudad estaría incompleta sin esta y ot¡asüsiones <strong>de</strong> los extranjeros que la cotuxie¡on o la conocen, y que también lahicieron, la amaron y la odiaron; y fueron hechos, amados y odiados por ella.r Una vereión preliminar dc cstc Íabajo está por ap¡recer en la revisra ConctautlAct¡v¿ 21.1 (2004).22e


¿ lid¡s las citas <strong><strong>de</strong>l</strong> Dnrb conespon<strong>de</strong>n a esta ediciónBibWafí¡jAdorno,Rolena."<strong>La</strong>ciudadler¡adaylosdircursoscolonialei'H¡sp¿¡né¡¡a48(198?),3.24.Almandoz Marte, Anuro 11997) Urbansno ewopeo e Cara.as 1870.194A. <strong>Caracas</strong>lFun- da¡te,Equinc,ccio.Beverle¡ John (1991) Ag¿inr¿ L,t€r¿¡"re. Minneapolis/l-ondres, University ofMümesota Press.Cabnjas, José lgnacio (1988) C-drd.dr. Ca¡acas: Fundación Poláloscar ]iütmannEdirores.Campa, Román <strong>de</strong> la (1999) A'1n¿ica ladna t sus canuniü<strong>de</strong>s dscu¡sisas.CaracalQuro: CElARcrunive¡sidad A¡dina Simón Bolívar.Cronolostu (198?) <strong>Caracas</strong>: Bibiioreca AyacuchoDi.cionaria d. histori.t üVe e¡¿¿h (1997) <strong>Caracas</strong>: Fundación Pola¡Cia¡cía Canclini, Néstor Í9t39) CukuÍL\ lrlÍi¿at Es¡rdtes<strong>La</strong>s púa e tar J sdlir <strong>de</strong> laMéxicoi Grilalbo.'md¿mi.l¿d.Ccnc, luan Carl,F (loq4r 'li¿¡rn L Bueno. Á¡re.: Edicinnes <strong>de</strong> la llor.MJrdne-, tom¿. Eloy (lo8q) Ansel Rams o el pla(er <strong>de</strong> la , rídcd en Ansel R¿mala críIi.d <strong>de</strong> lL1 cul¡u en AIÍ'AX¿ Id¡¡¿. Ca¡acas: Biblioleca Ayacucho.Moraña, Mabel (1994) "De la ciuúad letrada :1 imaginario nacionalista:con buc ones <strong>de</strong> Ángel <strong>Rama</strong> a la invenclón <strong>de</strong> Ané¡ica' en Beatriz Gorvález eral. ed.. F.¡lmd,ri' r m¡ena. dd vglo f¡.\. C¿ra.a.: Monre Ávrl¿EditoresEqui¡occio.<strong>Rama</strong>, Áneel (1984) I¿ ctud¡rd laÍada.Hanover: Ediciones <strong><strong>de</strong>l</strong> Norte_(2001) Düü. <strong>Caracas</strong>: T¡ilce/<strong>La</strong> Nave Va.Ranos, lulio 11996) P/ttd¿a¡e\ d¿ ld ¡e¡rd. Ca¡acayQdiro, eXculturatr)niversidadA¡dina Simón Bolíva¡Ronero, lo¡ge (2000) "'Iies lectu¡as <strong>de</strong> la cultüe rno<strong>de</strong>ma en América <strong>La</strong>tina" enMo<strong>de</strong>midad y posm<strong>de</strong>mitat <strong>Caracas</strong>: Museo Alejandro OteroSáid, Edward (1994) R4t6 ¿ítli¡io1ü ol ¡h! I^tell¿ctv&l New York: Panüeon.Slore¡dijk, Peter (2001) Nonnas ¡an eI parqre hnan Madrid: Edlciones SiruelaSosnowLi, Saril (i985) 'Áneel <strong>Rama</strong>' un sen<strong>de</strong>ro en el bosque <strong>de</strong> las palabraí'enÁngel <strong>Rama</strong>. ILt ctxica <strong>de</strong> Ia crl¡wa en Aolerta lariia. <strong>Caracas</strong>: Biblioreca-lroconis, Emilia (1993) <strong>Caracas</strong>. Cxras: Grijalbo.BA

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