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Consenso, hegemonía e identidad - Estudios – Revista de ...

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ESTUDIOS. <strong>Revista</strong> <strong>de</strong> Investigaciones Literarias y Culturales. Año 9, N' 17. Caracas, ene-jun,2001, pp. 109 - 126CONSENSO, HEGEMONÍA E IDENTIDAD:SUJETOS Y ESPACIOS DE UN IMAGINARIO FRACTURADOR¡,euu, Rwes Ro¡¡,sUSB/King's College, LondresConcentrándose en la Venezuela <strong>de</strong> los años posteriores a la muerte <strong>de</strong> Juan Vicente Gómez, RaquelRivas Rojas estudia el proceso mediante el cual se construyó el imaginario <strong>de</strong> la nación, en cuantoespacio <strong>de</strong> lucha por la hegemonía. Rivas Rojas observa qué sujetos sociales entraron en esta contienday analiza los relatos a partir <strong>de</strong> los cuales se legitimó la pertenencia a los espacios <strong>de</strong> sentido queconstituyeron la <strong>i<strong>de</strong>ntidad</strong> nacional. Asimismo, ¡eflexiona sobre la manera como la élite letradamanejó las figuras <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n y el caos con el fin <strong>de</strong> restituir el consenso, hablando a nombre <strong>de</strong> una"nación" y un "pueblo". Finalmente, señala el papel fundamental que en este proceso jugaron lasdisputas por la dirección que <strong>de</strong>bían tomar las reformas <strong>de</strong>l sector educativo y la escritura <strong>de</strong> unahistoria nacional.Palabras clave: cultura en Venezuela, imaginario nacional, hegemonía, intelectuales y nación,cultura e <strong>i<strong>de</strong>ntidad</strong>.CONSENSUS. HEGEMONY AND IDENTITY: SUBJECTS AND SPACESOF A FRACTURED IMAGININGFocusing in Venezuela during the years after the <strong>de</strong>ath of Juan Vicente Gómez, Raquel Rivas Rojasstudies the process through which a nation's cultural imagining is constructed as the space of a fightfor hegemony. Rivas Rojas observes what social subjects enter this dispute and analyzes the tales thatestablish the legitimacy of beionging to those spaces of meaning in which a national i<strong>de</strong>ntity isconstructed. She also reflects on how the literate elite handled the figures of or<strong>de</strong>r and chaos, with thepurpose of restoring consensus, speaking in the name of a "nation" and a "people". Finally, shepoints to the fundamental role played in this process by the <strong>de</strong>bates over the direction to be followedby the educational reforms and the writing of a nation History.Key Words: culture in Venezuela, national imagining, hegemony, intellectuals and nation, cultureand i<strong>de</strong>ntity109


lI...en el círculo <strong>de</strong>jado en blanco <strong>de</strong> una región no cartografiada, el relato habíaalumbrado un espacio preciso, poblado, surcado por acontecimientos don<strong>de</strong> quienlos <strong>de</strong>scribía (alumbrándolos) se hallaba comprometido y como perdido.. .Michel Foucault¿Quién, si no el po<strong>de</strong>r, tiene la autoridad, en una sociedad heterogénea ycompleja, para imaginar los rasgos <strong>de</strong> la supuesta homogeneidad nacional?Julio RamosIEl proceso a partir <strong>de</strong>l cual se construye el imaginario <strong>de</strong> una nación es un espacio<strong>de</strong> lucha por la hegemonía. ¿Qué sujetos sociales entran en esta contienda? ¿quiénestienen voz para combatir en la disputa? ¿con qué armas combaten estos sujetos y enqué terrenos simbólicos se <strong>de</strong>splazan? ¿Cómo se construyen los relatos a partir <strong>de</strong> loscuales se legitiman los distintos discursos que combaten por la hegemonía? ¿Cómo senaffa la pertenencia a esos espacios <strong>de</strong>l sentido? ¿cuáles son los límites <strong>de</strong>l relato <strong>de</strong> la<strong>i<strong>de</strong>ntidad</strong>? Estas preguntas bien pue<strong>de</strong>n ser el punto <strong>de</strong> partida para hacer una revisión<strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> los temas por los que transitaron los textos publicados en la prensacaraqueñaen los años que van <strong>de</strong> 1936 a 1941.Se trata <strong>de</strong> interrogantes que nos permiten introducir el tema <strong>de</strong> la circulación <strong>de</strong>algunas imágenes <strong>de</strong> la <strong>i<strong>de</strong>ntidad</strong> en un período <strong>de</strong> tensión y cambio. Momento en elque las polémicas publicadas en los medios masivos <strong>de</strong> comunicación proporcionan unmapa <strong>de</strong> los temas claves y las imágenes representativas por las que se combatía en elcampo cultural. Un campo atravesado por tensiones producidas en medio <strong>de</strong> la luchapor una hegemonía cultural que permitiera la legitimación <strong>de</strong> unos sectores sobre otros,por la vía <strong>de</strong> la elaboración ficcional <strong>de</strong>l consensol. Tal consenso <strong>de</strong>bía articularse enun relato i<strong>de</strong>ntitario en el que fuera posible reubicar los sujetos y espacios <strong>de</strong> la comunidadimaginada <strong>de</strong> la nación2. A la rearticulación <strong>de</strong> los fragmentos <strong>de</strong> ese relatofracturado se <strong>de</strong>dicará con ahínco la prensa <strong>de</strong>l período.Agenciar el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n, conjurar el caosLa muerte <strong>de</strong>l General Juan Vicente Gómez, el 17 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1935, dio lugar a unaserie <strong>de</strong> revueltas, motines y saqueos que aterrorizó a la élite letrada. La imagen reiterada<strong>de</strong>l terror frente al caos, en este momento <strong>de</strong> presencia efectiva <strong>de</strong> las masas urbanasen las calles, se <strong>de</strong>bía a la novedad radical-paralas generaciones formadas en laI Paraelconcepto<strong>de</strong>hegemonía,verWilliams(1980:134);paralanoción<strong>de</strong>conflictos<strong>de</strong>legitimación,verHabermas ( 1979: 1 82- I 83).2 Utilizo la noción <strong>de</strong> sujeto elaborada por Poucault (1982: 208-212); así como su elaboración entérminos <strong>de</strong> "subject-positions" en Hall (1997:56). Sobre la noción <strong>de</strong> comunidad imaginaria. verAn<strong>de</strong>rson (1993: 86). Con respecto al papel que juega la "<strong>de</strong>scripción espacializante", verFoucault (1978:118) y Keith & Pile (1993:224).t10


dictadura- que implicaba la presencia <strong>de</strong> un movimiento popular que parecíagenerarse sin ninguna guía. Mucho tiempo <strong>de</strong>spués los historiadores han recogido elasombro <strong>de</strong> la élite frente a ese movimiento que les resultó inexplicable y que, por lomismo, calificaron <strong>de</strong> caótico (Pacheco, 1984: 107-109). Una imagen <strong>de</strong> anarquíatambién se <strong>de</strong>jó ver en los artículos <strong>de</strong> prensa <strong>de</strong> la época. La amenaza y el terrorinvadieron la imaginación letrada. Los llamados a la calma y al equilibrio se convirtieronen el discurso más reiterado <strong>de</strong>l quinquenio. El tono dramático <strong>de</strong> estos llamadosa la concordia y alapaz pue<strong>de</strong> notarse en este texto:En esta hora trascen<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong>bemos ser francos a toda costa. Nos <strong>de</strong>claramosenemigos <strong>de</strong> los puntos extremos, porque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los puntos extremos la visiónprescin<strong>de</strong> completamente <strong>de</strong>l conjunto, y es el conjunto lo que más <strong>de</strong>be interesarnos.En el caso concreto <strong>de</strong> la realidad política venezolana, tal como la vemosen los actuales instantes. opinamos que es extraordinariamente peligroso el noten<strong>de</strong>r al equilibrio3 (25: 38).Cuando este llamado al equilibrio por la vía <strong>de</strong> la persuasión no era suficiente,entonces se recurría al argumento legal, como en este editorial publicado en enero <strong>de</strong>1936:...Debemos tener en cuenta que, si las manifestaciones públicas se exageranhasta un grado tal <strong>de</strong> violencia que ponga en peligro la paz <strong>de</strong> la sociedadvenezolana, esto es, si se manchara con sangre lo que es necesario mantener enestricta expresión <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n, entonces podría llegar el caso <strong>de</strong> la aplicación, porparte <strong>de</strong>l Ejecutivo Fe<strong>de</strong>ral, <strong>de</strong>l artículo 36 <strong>de</strong> nuestra Constitución, el cual confierela facultad <strong>de</strong> suspen<strong>de</strong>r las garantías que la misma Constitución conce<strong>de</strong>.Hacemos, <strong>de</strong> la manera más cordial y bien intencionada, un llamamiento a nuestroscompatriotas, a fin <strong>de</strong> que, observando una conducta discreta y confiada enla acción <strong>de</strong>l Gobierno, evite, a toda costa, el caso extremo <strong>de</strong> la aplicación <strong>de</strong>aquel afículo (25:33).El llamado al equilibrio se mantuvo a lo largo <strong>de</strong> todo diciembre <strong>de</strong> 1935 y enero <strong>de</strong>1936. Sin embargo, la fragilidad <strong>de</strong> este discurso que se sostenía precariamente sobre laausencia <strong>de</strong> representatividad, se hizo evi<strong>de</strong>nte en los eventos <strong>de</strong>l l4 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong>1936. Ese día tuvo lugar en Caracas unajornada cívica en contra <strong>de</strong>l <strong>de</strong>creto emitido porel Gobierno que pretendía limitar la libertad <strong>de</strong> expresión. Una multitud se reunió frente3 Todas las citas <strong>de</strong> los textos <strong>de</strong> prensa quc se hacen a continuación se toman <strong>de</strong> Congreso <strong>de</strong> laRepública (1986) y se indicarán en cada caso con el número <strong>de</strong> página correspondiente a estaedición, precedido <strong>de</strong>l número <strong>de</strong>l volullrcn citado.ill


al edificio se<strong>de</strong> <strong>de</strong> la Gobernación, en el casco central <strong>de</strong> la ciudad, reclamando el<strong>de</strong>recho a la libre expresión. Las autorida<strong>de</strong>s, acostumbradas a las clásicas reaccionesrepresivas <strong>de</strong> la dictadura, or<strong>de</strong>naron disparar y nueve personas murieron. Entonces,<strong>de</strong>s<strong>de</strong> todos los puntos <strong>de</strong> la ciudad una manifestación nunca vista se reunió frente a lase<strong>de</strong> <strong>de</strong> la Universidad Central e inició una marcha hacia el <strong>de</strong>spacho presi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong>Miraflores. Esta movilización fue <strong>de</strong>scrita con gran asombro por la prensa <strong>de</strong>l período:...a las cuatro <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> las calles <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Municipal hasta la Universidadvieron llegar los grupos <strong>de</strong> venezolanos nuevos: hombres y mujeres, doctos eignorantes, todos, todos acudían a la llamada que pocas horas antes se les habíahecho por las Comisiones respectivas y por el anuncio radiado al mediodía. Entodos los labios florecía el sentimiento emocionado ante aquella realidad <strong>de</strong> lamo<strong>de</strong>rna Venezuela: 'Esto es nunca visto'. Y comenzó el <strong>de</strong>sfile (...)Cuarenta mil o más personas formaban el grupo <strong>de</strong> los manifestantes, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>los espectadores que materialmente se apiñaban en las aceras, ventanas, salientes<strong>de</strong> los muros parapresenciar el <strong>de</strong>sfile <strong>de</strong> la Venezuela Cívica(25:48, énfasis mío).La manifestación cívica finalizó, pero los ánimos no se aplacaron con la marcha y laaudiencia concedida por el Presi<strong>de</strong>nte. Una vez que lajornada fue <strong>de</strong>clarada oficialmentedisuelta se inició una nueva ola <strong>de</strong> saqueos y disturbios que renovó la sensación <strong>de</strong>caos y <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n que se había intentado conjurar con la manifestación pacífica. Eseretorno a lo que la élite ilustrada veía como anarquía fue percibido como una nuevaamenaza al consenso que se creía haber logrado (25: 56). Por esta razón, lajornada <strong>de</strong>l14 <strong>de</strong> febrero dio pie a una profunda polémica en la prensa alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los usosa<strong>de</strong>cuados <strong>de</strong> la protesta. El lugar en el que estos actos <strong>de</strong> protesta se <strong>de</strong>sarrollaron fueel espacio público urbano <strong>de</strong> las calles y las plazas, que adquirieron una especial importanciaen la configuración <strong>de</strong> los lugares simbólicos en el imaginario <strong>de</strong>l momento. Laimagen <strong>de</strong>l pueblo haciendo uso <strong>de</strong> estos espacios públicos adquirió rápidamente dossignos contrarios: el heroico y el bárbaro. En este texto, publicado enAhora, es posiblenotar estas dos marcas otorgadas al uso <strong>de</strong> los espacios públicos por parte <strong>de</strong>l pueblo:El pueblo venezolano no pue<strong>de</strong> alegar inexperiencias. Largay tristísima experienciatiene. Sabe que <strong>de</strong> sus irrazonados ímpetus ha nacido siempre la anarquía,y <strong>de</strong> la anarquía los caudillos militares y los gobiernos fuertes con suinmensa cohorte <strong>de</strong> injusticias, atropellos, crímenes y dolorosas víctimas. Sabeque las tiranías han probado excusarse alegando la incapacidad <strong>de</strong>l pueblopara gobernarse a sí mismo, proclamando su falta <strong>de</strong> espíritu <strong>de</strong>mocrático, suirrespeto por la majestad <strong>de</strong> las Leyes, su amor <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n y el caos. Estamosseguros <strong>de</strong> que todo ello es falso, y [es] solamente un sofisma interesadoforjado por los incondicionales sostenedores <strong>de</strong> la dictadura, pero no basta,IIIt2


no pue<strong>de</strong> bastar, con esa confiada y optimista convicción <strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>votos<strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra patria, es necesario que el pueblo lo <strong>de</strong>muestre con suconducta, ecuánime (2-5: 55).Or<strong>de</strong>n versus caos fue la oposición simbólica convocada con el propósito <strong>de</strong> restituirel consenso. La manifestación cívica, como contraria al saqueo y al motín, se convirtióen el símbolo <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong>mocrática que se enfrenta a la tiranía: en un contexto enel que el 'caos' y el '<strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n' son imaginados como el gerrnen y la justificación <strong>de</strong> lastiranías, tal como 1o habían argumentado por largos años los positivistas que sostuvieronel régirnen <strong>de</strong> Gómez. El consenso <strong>de</strong>bía, entonces, generarse alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a<strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n y es esa la unidad <strong>de</strong> criterio que se busca. La reiteración <strong>de</strong> este llamado alor<strong>de</strong>n muestra la necesidad <strong>de</strong>sesperada <strong>de</strong> un sector <strong>de</strong> la intelectualidad <strong>de</strong> ser escuchado.Es un índice, también, <strong>de</strong> una evi<strong>de</strong>nte ausencia <strong>de</strong> comunicación entre losintelectuales que tenían acceso a los medios masivos y el público al que pretendíandirigirse.Obviamente, el sector intelectual no hacía explícita esta íisura. Por el contrario, sehablaba en nombre <strong>de</strong> la nación, <strong>de</strong> una comunidad sin fracturas, y se excluía <strong>de</strong> talunidad imaginaria a todos aquellos que no entraban en los rnol<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l sentidoprestablecido para los sujetos <strong>de</strong> la nación, a los que calificaban <strong>de</strong> <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nados yanárquicos, consi<strong>de</strong>rándolos fuera <strong>de</strong> la ley. Así, las calles y las plazas se convirtierontambién en lugares <strong>de</strong> exclusión sometidos a un¿r fuerte regulación <strong>de</strong> sus flujos. En elmismo sentido, el ciudadano, el sujeto apropiado para ejercer los <strong>de</strong>rechos políticos, erasólo aquel que mantenía su participación política <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los no pocas veces arbitrarioscriterios <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n que el gobierno manejaba. Sobre esta i<strong>de</strong>a los intelectualesconstruyeron la base consensual <strong>de</strong> su discurso para elaborar una discusión en la quesólo entraban aquellos que compartían este acuerdo primordial.En busca <strong>de</strong> la unidad perdidaEn esta situación, el programa <strong>de</strong> gobierno-dadoa conocer por el Presi<strong>de</strong>nteLópez Contreras. en febrero <strong>de</strong> 1936- sirvió <strong>de</strong> base para construir un discursounificador alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> una tarea común que <strong>de</strong>bía realizarse. Cuando elprograma <strong>de</strong> gobierno fire dado a conocer luego <strong>de</strong>l largo período <strong>de</strong> manifestacionescallejeras -sintomáticamentese anunció por la radio-, los intelectuales másinfluyentes publicaron en la prensa sus impresiones. Uno <strong>de</strong> ellos, Mariano PicónSalas, miembro <strong>de</strong> las nuevas generaciones. con<strong>de</strong>nsa en este texto los puntos <strong>de</strong>acuerdo que la intelectualidad letrada tuvo con respecto al programa:Por primera vez en la historia política <strong>de</strong> Venezuela tenemos un programa <strong>de</strong>Gobierno. Las palabras <strong>de</strong>l General López Contreras (...) pue<strong>de</strong>n iniciar una113


etapa dinámica <strong>de</strong> la vida venezolana, abren el camino <strong>de</strong>l que fue un Estadopersonalista, al servicio <strong>de</strong> un clan bdrbaro y con prescin<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> toda i<strong>de</strong>anacional, hacia un Estado mo<strong>de</strong>tno (25 l0l, énfasis mío).El conflicto entre la mo<strong>de</strong>rnización y el atraso que se pone <strong>de</strong> relieve en este textofue la i<strong>de</strong>a principal esgrimida por la intelectualidad que permitió hacer <strong>de</strong> nuevo unllamado al pueblo a participar en la reconstrucción <strong>de</strong> la nación. Esta i<strong>de</strong>a -heredada<strong>de</strong>l positivismo <strong>de</strong>l siglo XIX- seguía siendo compartida por una gran mayoría <strong>de</strong> losintelectuales <strong>de</strong> la época. Sobre ella se construyó, también, el territorio <strong>de</strong> la exclusiónque marcó ----en la imaginación letrada- la diferencia y el límite entre los sujetos ciudadanosy aquellos que no pertenecían al proyecto diseñado por la élite:En esta cruzada política no <strong>de</strong>be haber indiferentes ni tardos. Cada venezolanoha <strong>de</strong> ser, en la disciplina, un soldado y, en el esfuerzo, un trabajador.Los indiferenl¿s, los <strong>de</strong>sconfiados y los enemigos serán arollados por el nuevoespíritu republicano, por la mística <strong>de</strong> un pueblo libre y laborioso que solicita elmol<strong>de</strong>, su mol<strong>de</strong>, <strong>de</strong>l nuevo Estado venezolano.Estas indiferencias y esas <strong>de</strong>sconfianzas tan frecuentes entre nosotros sóloencubren reblan<strong>de</strong>cimientos <strong>de</strong> carácter y pereza mental; pero en la Venezuelaque se <strong>de</strong>línea <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las directrices <strong>de</strong>l Programa f<strong>de</strong> Gobierno], no habrásitio para los débiles ni para los holgazanes, porque nuestra nueva vida ha <strong>de</strong>ser vigorosa en el empeño y la creación (25: I 10, énfasis mío).Aquí, el territorio <strong>de</strong> la exclusión se marca con los signos <strong>de</strong> la <strong>de</strong>bilidad, lapereza,la indiferencia y la <strong>de</strong>sconfianza. Según este relato <strong>de</strong> la <strong>i<strong>de</strong>ntidad</strong>, la ciudadanía serealiza en el espacio <strong>de</strong> la productividad y el or<strong>de</strong>n. Este territorio <strong>de</strong> pertenencia alespacio productivo <strong>de</strong> la nación es el escenario en el que la unión <strong>de</strong>l pueblo es posible.La nación es, en estos textos, imaginada como una máquina productiva sin fisuras nicontratiempos. La necesidad imperiosa <strong>de</strong> imaginar una nación unida provenía sin duda<strong>de</strong>l hecho evi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> que la disolución, la pérdida <strong>de</strong>l consenso, era la amenaza realque enfrentaba la élite en este momento <strong>de</strong> cambio. Esaamenaza tue conjurada con laconstrucción <strong>de</strong> distintas imágenes <strong>de</strong> unidad. En este sentido, el programa <strong>de</strong> gobiernosirvió <strong>de</strong> plataforma para hablar <strong>de</strong> este tipo particular <strong>de</strong> i<strong>de</strong>a unificadora yconsensual que es la <strong>i<strong>de</strong>ntidad</strong>. En los textos en los que se discutía el programa <strong>de</strong>gobierno había siempre un espacio para representar la supuesta unidad <strong>de</strong> la conciencianacional.Or<strong>de</strong>n, disciplina, preocupado espíritu <strong>de</strong> cooperación, he aquí los gran<strong>de</strong>sausentes en el <strong>de</strong>senvolvimiento <strong>de</strong> la actividad venezolana, pletórica <strong>de</strong> entusiasmoy valiente hasta saber refrendar el heroísmo con la muerte, cuando fuellegada la hora <strong>de</strong> la prueba <strong>de</strong>cisiva. [.. .]. Tenemos imaginación, brillo, agilidad,tt4


pero nos falta algo esencial: carácter, afirmación <strong>de</strong> una conciencia nacionalpor encima <strong>de</strong> un individualismo envidioso y <strong>de</strong> escasa competencia, arriba yabajo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los grupos más abstraídos <strong>de</strong> nuestra intelectualidad hasta el másatrasado trabajador <strong>de</strong> los campos (25: 142-143, énfasis mío).En este relato letrado <strong>de</strong> la <strong>i<strong>de</strong>ntidad</strong> la nación tiene un carácter fijo, <strong>de</strong>finitivo.Sobre esa base, cada grupo produjo sus propias imágenes para darle un perfil particulara este carácter, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong>l proyecto político que cada sector sostenía. La <strong>de</strong>finición<strong>de</strong> las diferencias entre los grupos se hizo más clara cuando la legitimidad <strong>de</strong>lCongreso fue puesta en duda, en abril <strong>de</strong> 1936-<strong>de</strong>bidoa que cl período legal <strong>de</strong> lascámaras se había vencido- y los intelectuales se enredaron en una larga polémicasobre el modo correcto <strong>de</strong> legitimar la representatividad <strong>de</strong>mocrática. Lo que estuvo enel centro <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate fue la capacidad <strong>de</strong>l pueblo para elegir a sus propios representantes.Estas polémicas, más allá <strong>de</strong> los primeros llamados a la unidad, presentaron conclaridad la división entre los intelectuales <strong>de</strong> izquierda y los <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechaa. El sectoragrupado convencionalmente bajo el nombre <strong>de</strong> "las <strong>de</strong>rechas", construyó su i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>pueblo alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong>l rebaño guiado siempre por un lí<strong>de</strong>r que, en el caso <strong>de</strong>estar equivocado, podía llevar a la nación entera al fracaso. En este sentido, el grupomás conservador <strong>de</strong> la intelectualidad construyó dos metáforas principales para representarel cuerpo <strong>de</strong> la nación: las metáfora familiar y la metáfbra médica. Ambas estánpresentes en este texto <strong>de</strong> Eduardo Porras Bello que se refiere a la posibilidad <strong>de</strong>disolución <strong>de</strong>l Congreso:Tales consi<strong>de</strong>raciones indican, pues, ni la oposición a la disolución ni la aceptación,sin reservas, <strong>de</strong> su continuación, como acaece en esos casos familiares enqlelos padres, obe<strong>de</strong>ciendo a leyes morales, nos vemos en el caso <strong>de</strong> salirnosun tanto <strong>de</strong> lo que ellas pautan y conciliar nuestro fallo a la cordura, a losmandatos <strong>de</strong>l corazón, a los llamados <strong>de</strong> la sangre, como se dice, a fin <strong>de</strong> nolesionar al reo ni <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> aplicar el castigo que merece por actos que se hanrebelado contra la disciplino hogureña y que <strong>de</strong>bemos salvar pata salvar nuestrorebaño sin menoscabo <strong>de</strong> la autoridad que hoy se quiere burlar en todaforma (25: 202, énfasis mío).4 Utitizo aquí los términos izquienlu y <strong>de</strong>rechtt para indicar la manera en la que los mismosintelectuales se referían a los sectores cn disputa. Al respecto Emilio Pacheco sostiene que"Todas las organizaciones políticas <strong>de</strong> la oposición (...) reclamaron para síel calificativo <strong>de</strong>'partidos <strong>de</strong> izquierda'. La profundidad i<strong>de</strong>ológica <strong>de</strong> tal término era muy escasa. La 'izquierda'cobijaba a grupos muy disímiles en lo i<strong>de</strong>ológico y en lo táctico, sin embargo la utilización <strong>de</strong>lapelativo proporcionaba un excelente rnedio, más que para <strong>de</strong>finir un bloque homogéneo, paradiferenciarse <strong>de</strong> los sectores sociales que apoyaban aLópez Contreras y al Gomecismo''(1984:125). Este sector'oficial', seríael <strong>de</strong>signado en forma genéricacomo la "<strong>de</strong>recha" en el espectropolítico <strong>de</strong>l momento.ll5


IIEn este mismo texto también es usada la metáfora médica:En tal sentido [...] lejos <strong>de</strong> mirar en su aporte [el <strong>de</strong>l Doctor Luis Borges] luz,robustecida por el Gobierno actual, encuentro en el mismo remedio <strong>de</strong>l mal,aconsejado por quien tiene perf'ectas cre<strong>de</strong>nciales para el récipe, un componenteque podríamos llamar activador <strong>de</strong>l ánimo, comprendido en la reforma <strong>de</strong> laConstitución [...]: el aniquilamiento santo <strong>de</strong> la personalidad o sea un sacrificiopoco prometedor mientras más anormalida<strong>de</strong>s se <strong>de</strong>signen en el put'ietúd o seael Congreso actual [...].El médico que ataque el virus <strong>de</strong>l momento no <strong>de</strong>be olvidar el factor medio endon<strong>de</strong> resi<strong>de</strong> el paciente, ya que Ias prescripciones varían ante tal circunstancia(204, énfasis mío).La familia guiada por el padre que corrige y protege, así como el cuerpo enf-ermo<strong>de</strong> la patria que es examinado, diagnosticado y curado por el médico que tiene Iasabiduría para sanar, son en este texto las imágenes a partir <strong>de</strong> las cuales el letradotradicional construye su i<strong>de</strong>a unitaria <strong>de</strong> nación. Al mismo tiempo, el ala <strong>de</strong> izquierda<strong>de</strong> la intelectualidad parecía estar construyendo una imagen diferente <strong>de</strong>l pueblo queya era apto para elegir y <strong>de</strong>cidir. Probablemente la representación más elocuente <strong>de</strong>las que se construyeron con respecto al pueblo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el sector opositor, está recogidaen este artículo <strong>de</strong> prensa <strong>de</strong> Antonio Arráiz:iIDe un lado está el pueblo venezolano, con su <strong>de</strong>sesperttda nece.sitlad <strong>de</strong>elección que le <strong>de</strong>vora las entrañas como una sed, como una asfixia, como unaurgencia orgánica, inaplazable ya. Es el ansia <strong>de</strong> ser! por fln, un pueblo; <strong>de</strong>gobernarse a sí mismo; <strong>de</strong> tener una expresión para sus esperanzas, una vozpara sus dolores, un instrumento fiel por don<strong>de</strong> modular sus <strong>de</strong>seos, susinquietu<strong>de</strong>s, sus imperativos irrecusables <strong>de</strong> libertad. Una angustia apremiante,succionadora, que le trasuda, a través <strong>de</strong> todos sus poros, en el anhelo <strong>de</strong>saberse, sin más dilación, dueño y señor <strong>de</strong> sus propios <strong>de</strong>stinos (25:210,énfasis mío).El pueblo es construido aquí <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la pulsión <strong>de</strong> un único <strong>de</strong>seo, el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> elegir.Esta necesidad <strong>de</strong> elección se representa a través <strong>de</strong> un sujeto que se <strong>de</strong>splaza en unescenario ficcional predominantemente rural y que muestra al pueblo en el lugar <strong>de</strong> lamarginalidad, el sufrimiento y la carencia:[Este anhelo] El [pueblo] lo ha tenido a lo largo <strong>de</strong> tantos años, a lo largo <strong>de</strong>tantas décadas <strong>de</strong> vida tr,¡rturadu ,v ntezquína, arrimado a lo más hondo <strong>de</strong> supecho, a lo más cálido y sangrante <strong>de</strong> su carne y <strong>de</strong> su espíritu. Él lo cobijaba enla envoltura sufrida <strong>de</strong> su paciencin, como una custodia. [...]ii116


Él lo tenía, muy suyo, muy <strong>de</strong> su más íntima fibra, arrinconado junto a la brasa<strong>de</strong> su hogar en el rant'ht¡ <strong>de</strong>.svencijttdo, [don<strong>de</strong>] cabe la orfandad <strong>de</strong> su melancolíay <strong>de</strong> su <strong>de</strong>solación; o lo echaba a volar en las noches calladas por sobrelas silenciosas extensiones <strong>de</strong> la Venezuela sin límites. ..(25:210, énfasis mío).Este personaje popular que encar-na al pueblo entero es caracterizado por la orfandad,la melancolía y la <strong>de</strong>solación. La perspectiva <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cual se observa dista mucho<strong>de</strong> ser la <strong>de</strong>scalificadora mirada <strong>de</strong> la intelectualidad tradicional, here<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l criollismoclecimonónico. Sin embargo, no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser una rnirada jerárquica, distante, paternalista,que ejerce su po<strong>de</strong>r en el misrno acto <strong>de</strong> asumir el dcrecho a representar los rasgosunificadores <strong>de</strong> la nacionalidad en un único personaje-síntesis. EI sujeto nacional estácon<strong>de</strong>nsado. en el texto <strong>de</strong> Arr'áiz, en la figura cle Juan Bimba. Este personaje ----creadoen abril <strong>de</strong> I 936 por Job Pim en una caricatura realizada para el periódico Ahora- fiieuna <strong>de</strong> las rnás populares representaciones <strong>de</strong>l pueblo que circuló en Venezuela en laprimera mitad <strong>de</strong>l siglo XX y ha servido para con<strong>de</strong>nsar gran cantidad <strong>de</strong> sentidos a lolargo <strong>de</strong> la historia contemporánea <strong>de</strong>l país. Arráiz realiza en su texto una <strong>de</strong> las rnástempranas caracterizaciones verbales <strong>de</strong> este personaje:Hombres circunstanciales, [...] recogieron a menudo este anhelo [<strong>de</strong> libreexpresiónl en sus rnanos sin lesponsabilidad, para volcarlo en la violencia <strong>de</strong>la guerra civil, <strong>de</strong> la asonada o <strong>de</strong>l motín. Juan Bimba regresaba <strong>de</strong> todas estasperipecias con el alrna llagada, pero con su anhelo más ardiente que nunca en elalma llagada. [...]. Nunca m¿is, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquellos días luminosos en que el grupo <strong>de</strong>los Libertadores lo hizo restallar <strong>de</strong> heroísrno por los catnpos <strong>de</strong> América, ¿:/¡tobre había sabido lo c¡ue significa pronLrnciar su palabra (25 2l I , énfasis mío).Siguiendo el ntismo punto <strong>de</strong> partida <strong>de</strong> la representación <strong>de</strong>l sector conservador,en este texto el pueblo ha sido engañado una y otra vez <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, cuytlslí<strong>de</strong>res se consi<strong>de</strong>ran los únicos auténticos que el pueblo ha tenido. Por otra parte, estcrelato también construye una <strong>i<strong>de</strong>ntidad</strong> cultural y social que muestra la profunda fisuraclue existe entre ese pLreblo sufrido y los sectores dominantes. entre los cuales scencuentran los letrados, scan estos <strong>de</strong> izquierda o <strong>de</strong> <strong>de</strong>recha. El puebio venezolatltl.caracterizado por este persona.je que <strong>de</strong>sea y espera la oportunidad <strong>de</strong> elegir, viene clcllargo camino recorrido e n todo un siglo <strong>de</strong> lucha y, siguiendo el relato <strong>de</strong> Anáiz:Ahora está aquí, <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> nost¡tros, con su ilusión, con su anhelo, c()11 supalabra que quiere pronunciar. Venezuela se le ha abierto. como una puerta: lavieia puerta enrnohecida <strong>de</strong> la vivienda ingrata, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> salió el intrttso que sela posesionó. ¿,Quién se atreve a oponérsele? ¿Quién encuentra ánimo sulicicntepara negarle la entrada, para taparle la boca, para pclnerle todavía tnclrclaza a esaboca que por más <strong>de</strong> cien años la latalidad amordazó? (25 210-21l, ónfirsis mío).l1


Este nosotros está marcando claramente una separación entre la imagen que enel campo intelectual se elabora <strong>de</strong> la noción <strong>de</strong> pueblo y la imagen que tiene <strong>de</strong> símismo el sector dominante. Ese nosotros está constituido por aquellos que tienenuna voz legitimada enla casa <strong>de</strong> Ia nación, aquellos que han pertenecido tradicionalmentea la ciudad letrada (Rama, 1984). Y es en esa ciudad letrada, simbolizada en laimagen <strong>de</strong> la casa cuya puerta se ha abierto, en la que se encuentran cara a cara lasrepresentaciones <strong>de</strong> nosotros y los otros. El cambio que pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>tectarse en estarepresentación no está en la figura <strong>de</strong>l pueblo, sino en la figura <strong>de</strong>esa casa que simboliza a la nación. En este relato <strong>de</strong> -justamenteheroísmotrágico, la casa <strong>de</strong> lanación ha sido ingrcúa con su pueblo y no ha escuchado la palabra que el sujetopopular ha querido pronunciar a lo largo <strong>de</strong> toda la historia republicana.Sin embargo, más allá <strong>de</strong> las diferencias y tensiones que esta última representaciónpone en escena, resulta claro que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha hasta la izquierda la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>pueblo fue construida a partir <strong>de</strong> una imagen <strong>de</strong> singularidad, <strong>de</strong> unidad. La izquierdase imaginó al pueblo como este Juan Bimba impregnado <strong>de</strong> un profundo <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>usar su propia voz, <strong>de</strong> romper el silencio al que ha sido con<strong>de</strong>nado por la historia. Losintelectuales <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha construyeron la imagen <strong>de</strong> un pueblo todavía atado aancestrales hábitos <strong>de</strong> seguir ciegamente a un lí<strong>de</strong>r que, en ese momento concreto,había equivocado el camino y llevado al pueblo fuera <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong>l padre que conocela verda<strong>de</strong>ra vía para salir a<strong>de</strong>lante. Estas dos imágenes fueron repetidas <strong>de</strong> manerapersistente cuando final <strong>de</strong>l primer año <strong>de</strong> mandato <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nteLópezContreras- tuvieron-allugar tres importantes huelgas, entre ellas una huelga generalque paralizó al país por una semana.La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la contaminación, <strong>de</strong> la posibilidad <strong>de</strong> contagio <strong>de</strong> las influencias negativas-siguiendola metáfora médica- se mantuvo presente en todos los textos que serefirieron a las huelgas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el ala conservadora <strong>de</strong> la intelectualidad (25: 303-304).Para este sector, el engaño era la fatalidad que pesaba sobre el pueblo y este engañoprovenía <strong>de</strong> un sector consi<strong>de</strong>rado enemigo. La influencia negativa que ejercen sobre elpueblo los lí<strong>de</strong>res equivocados es, para el ala conservadora, la explicación <strong>de</strong> todos lossucesos que consi<strong>de</strong>ra negativos (25: 297). Es <strong>de</strong> este modo como el pensamientoconservador localíza, fija en un lugar preciso, el peligro que <strong>de</strong>be enfrentar. Este peligrono está en el noble pueblo, sino en sus dirigentes; lo que en este argumento salva <strong>de</strong>algún modo a ese pueblo, ya que aún pue<strong>de</strong> ser conducido al camino <strong>de</strong> la correctaciudadanía. Por su parte, los escritores <strong>de</strong> la izquierda construyeron su propia i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> loque estaba enjuego insistiendo en las contradicciones que eran evi<strong>de</strong>ntes en el discurso<strong>de</strong> sus adversarios:Examinemos pues la verdad en el asunto que nos ocupa y para ello sigamos lashuellas <strong>de</strong> las contradicciones en que han caído los <strong>de</strong>rechistas. La huelga notuvo carácter <strong>de</strong> revolución contra el Estado y la prueba está en que, <strong>de</strong>cretado118


el paro, éste se limitó, en medio <strong>de</strong>l mayor or<strong>de</strong>n, a la exclusiva sesación <strong>de</strong>ltrabajo, y cuando fue acordada la suspensión <strong>de</strong>l paro, el trabajo se reanudócon una normalidad perfecta. [...]. La huelga ha sido un movimiento popular.llevado a cabo por un pueblo que instintivamente ha procurado organizarse encuadros gremiales. precisamente para no ser más rebaño a merced <strong>de</strong> quienespretendan arrearlo a don<strong>de</strong> les dé la gana (25: 307).La organización gremial que hizo posible las distintas huelgas <strong>de</strong> los años 36 y 37 esutilizada aquí como prueba <strong>de</strong> que el pueblo venezolano muy especialmente el-ypueblo <strong>de</strong> Caracas- había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser ese rebaño que podía ser conducido a ciegas.Sin embargo la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l pueblo visto como un rebaño sin voluntad ni conciencia no fuemás que la contraparle <strong>de</strong> la irnagen <strong>de</strong>l pueblo representado por un individuo ingenuoy sufrido que ha cargado su palabra y su anhelo <strong>de</strong> elegir a lo largo <strong>de</strong> toda una historia<strong>de</strong> <strong>de</strong>sengaños. Estas dos representaciones <strong>de</strong>l pueblo intentaron dar cuerpo a la posibilidad<strong>de</strong> un tipo <strong>de</strong> unidad ima-einaria que resolviera las contradicciones evi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>lmovimiento social en proceso. La <strong>i<strong>de</strong>ntidad</strong> fue construida como el tema central en unrnomento en el que las tisuras <strong>de</strong>l cuerpo social parecían tan profundas que resultabacasi imposible reconstruir la supuesta unidad pcrdida.Por esta razón. las imágencs <strong>de</strong> la familia que vive en una casa común así como lasimágenes <strong>de</strong>l pueblo representadas en un personaje singular resultaron complementarias.Resultaba tranquilizador irnaginar una casa y un personaje con nombre y apellido,como el espacio y el sujeto <strong>de</strong> la nación. Sin embargo, estos relatos <strong>de</strong>spliegan unargumento en el que el pueblo-esafigura perturbadora- está siempre afuera y elverda<strong>de</strong>ro conflicto se sitúa en ese límite en el que había que buscar el rnodo <strong>de</strong> <strong>de</strong>jarentrar al pueblo al espacio cenado <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> la nación cuya puerta había sidoabierta. Dado el hecho <strong>de</strong> que el pueblo estaba frente a esa puerta reclamando su<strong>de</strong>recho a entrar. <strong>de</strong> una manera o <strong>de</strong> otra. l¿rs historias en las cuales la nación había sidoimaginada como un lugar <strong>de</strong> unidad y paz-comola casa gran<strong>de</strong>- se fracturaron. Eneste momento <strong>de</strong> tensión dramática para el relato i<strong>de</strong>ntitario ese nosotros piensa en elotro paraconstruir un argumento que perrrrita otorgar el perrniso para entrar al espaciocerrado <strong>de</strong> la nación. Con este argulnento se construía también un <strong>de</strong>sarrollo complementario:cuáles serían en a<strong>de</strong>lante Ias razones para la exclusión.Educar y separarCuando -avanzadoya el quinquenio- se producen las discusiones acerca <strong>de</strong> lanueva Ley <strong>de</strong> Educación y las polómicas a propósito <strong>de</strong> la expulsión <strong>de</strong>l país <strong>de</strong> ungrupo <strong>de</strong> lí<strong>de</strong>res políticos acusad


iI<strong>de</strong> la <strong>i<strong>de</strong>ntidad</strong> nacional. Estas <strong>de</strong>finiciones i<strong>de</strong>ntitarias ya no sólo se construyeronsobre los sujetos y el espacio nacionales, como hemos visto, sino también sobredos tópicos relacionados entre sí y que revisten una particular importancia en loque se refiere al estudio <strong>de</strong> la construcción <strong>de</strong> los discursos <strong>de</strong> <strong>i<strong>de</strong>ntidad</strong>. Uno <strong>de</strong>estos tópicos es el referido al modo como se concibe la educación y, como partefundamental <strong>de</strong> ella, al modo como se acu<strong>de</strong> a la historia, a la tradición, para legitimarun campo discursivo dado.Las discusiones en torno a la nueva Ley <strong>de</strong> Educación se mezclaron, en no pocasoportunida<strong>de</strong>s, con las discusiones en torno a lo que en el momento se llamó "laamenaza comunista". Larazón por la que estos dos temas estaban tan relacionadosentre sí era el hecho <strong>de</strong> que algunos <strong>de</strong> los lí<strong>de</strong>res políticos que promovieron la nuevaLey eran consi<strong>de</strong>rados, por el sector más conservador <strong>de</strong>l país, como "infectados por elvirus comunista". El mismo senador Luis Beltrán Prieto Figueroa, que redactó y llevó alCongreso la reforma <strong>de</strong> la Ley, era consi<strong>de</strong>rado "peligroso" por los sectores <strong>de</strong> <strong>de</strong>recha,así como la organización en la que militaba, ORVE. Por esta razón, la corrienteanticomunista estuvo estrechamente vinculada a la campaña <strong>de</strong> opinión que logró,temporalmente, dos <strong>de</strong> sus objetivos: la reforma <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Educación fue "engavetada"en mayo <strong>de</strong> 1936 y los lí<strong>de</strong>res <strong>de</strong> las organizaciones progresistas fueron expulsados <strong>de</strong>lpaís en marzo <strong>de</strong> 193J .Más allá <strong>de</strong> los resultados momentáneos <strong>de</strong> esta campaña, es <strong>de</strong> una gran utilidadrevisar los textos en los que se argumentó a favor o en contra <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Educación y<strong>de</strong>l inciso constitucional que permitía la sanción a los lí<strong>de</strong>res políticos que hicieranpropaganda comunista. En estos textos se pue<strong>de</strong> observar cómo se construyeron sistemas<strong>de</strong> sentido en los que ficcionalmente se amalgamaron distintas herencias i<strong>de</strong>ológicaspara construir una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rnidad que, contradictoriamente, se basó en elrescate <strong>de</strong> ciertos valores <strong>de</strong> la tradición.Des<strong>de</strong> este punto <strong>de</strong> vista, pue<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>rse la compleja trama <strong>de</strong> viejos postuladossobreviviendo en los argumentos <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rnización y <strong>de</strong> progreso que sostuvieronlas élites ilustradas venezolanass. Incluso los escritores y periodistas <strong>de</strong> avanzadasostuvieron reiteradas oportunida<strong>de</strong>s- los mismos argumentos con respecto a"la-endoctrina comunista" a la que consi<strong>de</strong>raban "extranjerizante". Para ilustrar este puntopue<strong>de</strong>n observarse dos textos provenientes <strong>de</strong> las corrientes <strong>de</strong> pensamiento opuestasen el momento.El diario La Religión -elmás abiertamente conservador <strong>de</strong> la época por ser elórgano oficial <strong>de</strong> la Iglesia Católica- fue el que recogió en sus páginas los ataques más5 La proposíción <strong>de</strong> Raymond Williams acerca <strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong> los elementos arcaicos, residuales,dominantes y emergentes en una formación cultural especítica proporciona una clave importantepara enten<strong>de</strong>r este complejo proceso según el cual se construye el discurso hegemónico (Williams,1980:143-149).r20


eiterados contra "la amenaza comunista" y contra la l,ey <strong>de</strong> Educación. En el textoque a continuación citamos pue<strong>de</strong> notarse el razonamiento fundamental sostenido enrepetidas oportunida<strong>de</strong>s a lo largo <strong>de</strong> todo el proceso <strong>de</strong> discusión:[...] se ha consagrado como una conquista <strong>de</strong> la civilización y <strong>de</strong>l progreso elerror funesto <strong>de</strong> apartar a los pueblos <strong>de</strong> la fe religiosa y por lo tanto que setenga <strong>de</strong> la vida un concepto puramente materialista, y no son pocos los quejuzgan, <strong>de</strong> mala o <strong>de</strong> buena fe, que con tales doctrinas se pue<strong>de</strong>n alcanzar todoslos bienes <strong>de</strong> la vida y <strong>de</strong> aquí surge el grave peligro <strong>de</strong> que se inspiren en talesfunestas doctrinas los que hoy tienen en sus manos el estudio <strong>de</strong> las referidasleyes, y esto es preciso evitarlo a toda costa; porque si este error prevalece,todos los principios que ftmdamentan el or<strong>de</strong>n social quedarán heridos <strong>de</strong>muerte y mctñana tendremo,s que llorar .sobre las ruínas <strong>de</strong> la patria, como hasucedido en los pueblos que han pretendido se entronizara tan fatal i<strong>de</strong>ología(26: 193 - 19 4, énf-asis mío).En este texto se muestra el papel central que es otorgado a la educación en elproceso <strong>de</strong> constitución <strong>de</strong> la nación, al enfatizar que el porvenir <strong>de</strong> la patria <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>lo que se enseñe en las aulas. Esta íntima reiación educación-nación es quizás una <strong>de</strong>las i<strong>de</strong>as más arraigadas en la tradición letrada latinoamericana y pue<strong>de</strong> rastrearse en elpensamiento <strong>de</strong> casi todos los lí<strong>de</strong>res intelectuales <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los procesos <strong>de</strong> emancipaciónhasta el presente.Des<strong>de</strong> el otro frente i<strong>de</strong>ológico, los grupos que apoyaron la reforma <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong>Educación elaboraron también sus argumentos sobre la lelación entre la educación y laconstrucción <strong>de</strong> una nación integrada y sólida. Así pue<strong>de</strong> notarse en los distintosartículos que se publicaron en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Educación rechazada en el Congreso,<strong>de</strong> los cuales forma parte este texto publicado en E1 U¡tiversal:Nuestro país es un país <strong>de</strong> analfabetas. Justificada, por consiguiente, está yestará toda acción encarninada a reservar para el Estado la tutela <strong>de</strong> la educación<strong>de</strong> sus rniembros. Dejar a la propia iniciativa <strong>de</strong> los particulares, como lo preten<strong>de</strong>la vieja doctrina <strong>de</strong> cariz clerical, estafi.tnción mo<strong>de</strong>ladora <strong>de</strong>l pueblo, esatentar <strong>de</strong> manera alarmante contra uno <strong>de</strong> los problemas que reclama la más<strong>de</strong>cidida confrontación en nuestro medio (26: 201 , énf asis mío).La noción <strong>de</strong> analfabetismo generalizado, como uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s males heredados<strong>de</strong> la dictadura, se relacionó en estos textos con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> incapacidad <strong>de</strong>l pueblo<strong>de</strong> ejercer sus faculta<strong>de</strong>s políticas. A partir <strong>de</strong> esa i<strong>de</strong>a, los <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong>Educación consi<strong>de</strong>raron que la aprobación <strong>de</strong> esta ley constituía un paso esencial paragaranfizar "el progreso" <strong>de</strong> la patria (26::217-218). Así, tanto la visión conservadorat2t


icomo la perspectiva liberal frente a la educación se construyen a partir <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>la historia que <strong>de</strong>be ser leída y enseñada <strong>de</strong> un modo particular. De alguna manera, loque está en juego en esta discusión es la construcción misma <strong>de</strong> la tradición comobase para la elaboración <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> futuro que tenga un carácter consensual ylegitimador. Siguiendo la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> García Canclini, lo que estaba en disputa-apropósito <strong>de</strong>l tema <strong>de</strong> la educación- era un modo <strong>de</strong> agenciar las distintas herencias,las "diferentes temporalida<strong>de</strong>s históricas" que pugnaban en ese momento <strong>de</strong>fracturas e in<strong>de</strong>finiciones; para tratar <strong>de</strong> "elaborar con ellas un proyecto global"(García canclini, 1992:71)6. La disputa por la dirección <strong>de</strong>l sector educativo era,sin duda, una disputa ----entre las clases dirigentes- por la conducción <strong>de</strong> ese proyecto<strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rnidad, que poco tenía que ver con la situación <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rnización efectiva<strong>de</strong> la infraestructura nacional.La lectura <strong>de</strong> la tradición se convierte, <strong>de</strong> este modo, en un ejercicio <strong>de</strong> apropiaciónque pone en evi<strong>de</strong>ncia el carácter i<strong>de</strong>ológico <strong>de</strong> su configuración discursiva. La historiaes el fundamento <strong>de</strong> la legitimidad (An<strong>de</strong>rson, 1991 218-227) y como tal es usada porlos dos bandos en pugna. Des<strong>de</strong> el bando conservador se rescata la herencia históricapara mostrar a un pueblo que, por ignorancia, se <strong>de</strong>ja llevar por doctrinas "extrañas":Ha faltado quien se dirija al pueblo para hacerle conocer las verda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> nuestravida pública. Ha faltado quien examine la historia, la <strong>de</strong>pure y la ponga alalcance <strong>de</strong> los hombres <strong>de</strong> trabajo, no para hacerlos vibrar con las proezasmilitares en que es tan pródigo nuestro país, sino la exposición concreta <strong>de</strong> laacción y <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> los hombres que nos han precedido en los gran<strong>de</strong>strabajos nacionales.t.lDespertar esa conciencia [<strong>de</strong> patria] en la ciudad, en el campo y en el hogar, es laobra más eminente que tenemos ante nosotros. El pueblo, es <strong>de</strong>cir, la clasetrabajadora es sistemáticamente engañada por voces apasionadas que tergiversanla verdad y enturbian las orientaciones, para sumergirla en el conflicto yhacerla pa<strong>de</strong>cer en el error.t...1No es posible, ni tolerable qve unos cuantos <strong>de</strong>sarraigados <strong>de</strong> nuestra tradición,<strong>de</strong> nuestras glorias y <strong>de</strong> nuestra nacionalidad, puedan preten<strong>de</strong>r la <strong>de</strong>strucción<strong>de</strong> cuanto levantaron con sus propias manos ilustres los fundadores<strong>de</strong> la patria (27:69-11, énfasis mío).6 Me refiero a la <strong>de</strong>finición que García Canclini ofrece <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>mismo en el contexto <strong>de</strong> América Latina: "Elmo<strong>de</strong>mismo no es la expresión <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnización socioeconómica, sino el modo en que las élites sehacen cargo <strong>de</strong> la intersección <strong>de</strong> diferentes temporalida<strong>de</strong>s históricas y tratan <strong>de</strong> elaborar con ellas unproyecto global" (1992:'7 1 ).lI122


Esta recuperación <strong>de</strong> la historia que enfatiza el "heroísmo" y las glorias patrias.así como la insistencia en que la historia <strong>de</strong>be ser "<strong>de</strong>purada", enseñada con una orientaciónprecisa al pueblo, muestran el papel primordial que se otorgó a la lectura <strong>de</strong> latradición <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los procesos <strong>de</strong> legitimación discursiva. Una imponancia similarse le dio a la historia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el bando <strong>de</strong> las izquierdas. En sus textos se enfatiza unaherencia que proviene <strong>de</strong> los gobiernos liberales <strong>de</strong> Monagas y Guzmán, que consagraronla educación laica y la separación <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r público <strong>de</strong> toda influencia <strong>de</strong>l sectoreclesiástico, tal como se registra en este documento <strong>de</strong> la Fe<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> Estudiantes <strong>de</strong>Venezuela (FEV) dado a conocer en la prensa, en el cual se acuerda:Excitar a los po<strong>de</strong>res constituidos a que, olvidando la complaciente actitudbenévola <strong>de</strong> la dictadura, curnpla y haga cumplir las leyes vigentes (...) y engeneral cuantas disposiciones garanticen el carácter laico <strong>de</strong> las institucionesvenezolanas contra los atentados <strong>de</strong>l clericalismo intervencionista. (Decreto <strong>de</strong>3l <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> I 848, <strong>de</strong> José Ta<strong>de</strong>o Monagas. Decreto <strong>de</strong> 2l <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong>l8.12, <strong>de</strong> Guzmán Blanco, por el cual se extinguieron los seminarios clericales.Ley <strong>de</strong> 5 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1 874, acerca <strong>de</strong> la extinción <strong>de</strong> los conventos) (26:224).Los gobiernos liberales son recuperados en este campo discursivo a partir <strong>de</strong> lanoción <strong>de</strong> que los proyectos <strong>de</strong> los forjadores originales <strong>de</strong> la nacionalidad cristalizaronen los gobiernos liberales <strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l XIX y que es esta herencia la que es precisorescatar para la patria futura. Aquí, la tradición que se recupera no es la <strong>de</strong> los conceptosesencialistas como los <strong>de</strong> gloria y heroísmo <strong>de</strong> los héroes <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia,sino que se rescatan datos y t'echas, reglamentos y acciones concretas. Este uso <strong>de</strong> lahistoria, como arrna <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l discurso que legitima las posiciones asumidas, permitearticular <strong>de</strong> manera concreta las acciones <strong>de</strong>l pasado a las luchas <strong>de</strong>l presente.Sobre este territorio <strong>de</strong>lo propio, <strong>de</strong> la tradición a la cual se pertenece, se dibujó laconstrucción <strong>de</strong>l espacio <strong>de</strong> lo extranjero, <strong>de</strong> lo ajeno.EsLe espacio <strong>de</strong> significación fuemarcado nuevo, al igual que en la construcción <strong>de</strong> las imágenes sobre el pueblo-por-<strong>de</strong>dos signos contrarios. Lo extranjero es válido sólo cuando se aviene a losvalores que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cada bando se agencian, en función <strong>de</strong> conformar una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>nación acor<strong>de</strong> con la visión <strong>de</strong> cada sector. Queda claro, entonces, que en este momento<strong>de</strong> pugna la construcción <strong>de</strong> un discurso consensual, que otorgue legitimidad a losdistintos sectores que pugnaban por la hegemonía, implicó una relectura <strong>de</strong> la historiay una re<strong>de</strong>finición tensa y contradictoria <strong>de</strong> la <strong>i<strong>de</strong>ntidad</strong> nacional.Pliegues y fisuras <strong>de</strong> la representaciónIiiIILa re<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> la <strong>i<strong>de</strong>ntidad</strong> que se perfila en los textos <strong>de</strong> prensa que hemosestudiado muestra un doble movimiento en el proceso <strong>de</strong> retbrmulación <strong>de</strong>l imaginarior23r1


nacional. Por un lado, comienza a predominar una representación que coloca al sujetonacional en el espacio urbano, aunque preserve parte <strong>de</strong> su herencia rural comomemoria activa. Por otro lado, ese mismo <strong>de</strong>splazamiento espacial <strong>de</strong>l sujeto nacionalque ahora sí se concibe cerca, <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> la puerta-comohemos visto en eltexto <strong>de</strong> Anáiz- es percibido como una amenaza con mucha más frecuencia <strong>de</strong> loque es visto como un avance o una ventaja. Del lado <strong>de</strong> los sectores intelectuales másconservadores, esta amenaza se focaliza en el hecho <strong>de</strong> que ese pueblo que efectivamenteestá intentando ejercer sus <strong>de</strong>rechos pue<strong>de</strong> elegir a los lí<strong>de</strong>res "equivocados".Des<strong>de</strong> el sector liberal ,la amenaza consiste en la eventualidad <strong>de</strong> que en última instanciaese pueblo pue<strong>de</strong> tomar un camino propio, impre<strong>de</strong>cible, que no ha sido trazadopor la élite intelectual. El tránsito <strong>de</strong> estos sujetos urbanos por los nuevos territorios<strong>de</strong> la participación política está representado por constantes signos <strong>de</strong> cambio, <strong>de</strong>movimiento y mudanza que, en no pocos casos, se vuelven signos <strong>de</strong> amenaza.Las masas que participaron históricamente en motines, saqueos, marchas y huelgasconstituían una fuerza difícil <strong>de</strong> dominar, pero -sobretodo- difícil <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>ry <strong>de</strong> ubicar en el mol<strong>de</strong> <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as prestablecidas. El intento <strong>de</strong> aprehen<strong>de</strong>ry representar este proceso <strong>de</strong> participación masiva resultó una tarea contradictoriatanto para el sector letrado tradicional, habituado al or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> lo escrito y a la racionalidadacadémica, como para el sector <strong>de</strong> intelectuales emergentes que aprendían almismo tiempo a luchar en el terreno político -lamayoría <strong>de</strong> ellos eran dirigentesestudiantiles <strong>de</strong> clase media- y a ingresar al campo letrado.En muchos sentidos, los <strong>de</strong>bates ventilados en la prensa proporcionan la imagen<strong>de</strong> un espacio social en proceso <strong>de</strong> cambio que, sin embargo, intenta analizarse yrepresentarse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nociones ya conocidas, residuales o hegemónicas. Esta tensanegociación entre los mol<strong>de</strong>s habituales a partir <strong>de</strong> los cuales se comprendía el procesosocial en un pasado inmediato y los cambios efectivos que estaban en procesoprodujo sus contradicciones. Tensiones que fueron resueltas en el espacio <strong>de</strong> larepresentación a partir <strong>de</strong> las imágenes unitarias, tranquilizadoras y estabilizadoras<strong>de</strong> sentidos que hemos apuntado.Pero, más allá <strong>de</strong> las tensiones y pliegues discursivos <strong>de</strong>l momento, lo que pue<strong>de</strong>registrarse con claridad en estos discursos publicados en la prensa es el modo comofueron utilizados ciertos recursos retóricos para producir un efecto consensual en larepresentación. El recurso más reiterado fue sin duda el uso <strong>de</strong> la primera persona <strong>de</strong>lplural. La construcción <strong>de</strong> un nosotros, que proporcionara el efecto <strong>de</strong> unidad a lainstancia enunciativa, daba a cada discurso una base consensual producida en el actomismo <strong>de</strong> la enunciación, es <strong>de</strong>cir, en la performatividad <strong>de</strong>l acto <strong>de</strong> habla eiecutado.Este mismo efecto era producido al momento <strong>de</strong> elaborar discursos totalizantes encabezadospor frases como "nadie pue<strong>de</strong> negar...", "no es posible aceptar...". que conteníanen su propia enunciación un principio <strong>de</strong> exclusión, al construir dircursivamenteun acuerdo que no necesariamente podía verificarse en la práctica. El acuerdo supuestot24


que se construía con la primera persona <strong>de</strong>l plural y las formulaciones totalizantesera reforzado con la elaboración <strong>de</strong> consignas que se repetían insistentemente entodos los discursos, como la reiterada petición <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n, calma y cordura que circulóen todos los medios. Igualmente se lograba este efecto consensual en el procesodiscursivo <strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir y <strong>de</strong>limitar los problemas. <strong>de</strong>finir y conceptualizar los términosen disputa, así como en el diseño <strong>de</strong> las tareas específicas que había que llevar a cabo.Por otro lado, este discurso que produce ef-ectos consensuales <strong>de</strong>be necesariamente<strong>de</strong>finir cu/iles son sus aliados y cuáles sus adversarios. La noción <strong>de</strong> pueblo-como hemos visto- fue usada aquí para <strong>de</strong>limitar estos campos. Nombrar al puebloy calificarlo siempre <strong>de</strong> manera positiva o al menos halagadora-"noble","sufrido"."heroico"- implicaba colocarlo automáticamente <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> enunciación.Este movimiento <strong>de</strong> prestidigitación simbólica venía acompañado siemprepor su complemento: el recurso a hablar siempre <strong>de</strong> los adversarios como <strong>de</strong> una"minoría", sin arraigo popr-rlar y a la que ese "pueblo" no <strong>de</strong>bía escuchar ni seguir.Todos estos recursos eran coloc¡dr)s en un contexto en el cual la meta a alcanzat erasiempre "el progreso <strong>de</strong> la patria", "el bienestar <strong>de</strong> la nación", "el correcto ejercicio<strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos ciudadanos"... concepciones esencialistas que podían ser usadas enmuy distintos argumentos para producir efectos consensuales en el campo letrado.IJI irnaginario consensual construido a partir <strong>de</strong> estos ef'ectr>s <strong>de</strong>finirá -como hemosvisto- qué sujetos sociales entraÍr en esta contienda, quiénes tienen voz para combatiren la disputa, con qué annas pue<strong>de</strong>n combatir estos sujetos y en qué terrenos simbólicospue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>splazarse. Asimismo, las re<strong>de</strong>s simbólicas claboradas en los discursosque circularon por los medios masivos <strong>de</strong> comunicación establecerán un m¿rrco pararegular el modo en que <strong>de</strong>ben ser cclnstruidos los relatos legitirnadores que combatenpor la hegemonía, cómo se naffa la perlenencia a esos espacios <strong>de</strong>l sentido y cuáles sonlos límites <strong>de</strong>l relato <strong>de</strong> la <strong>i<strong>de</strong>ntidad</strong>. Muchos <strong>de</strong> estos elementos estarán presentes enlas elaboraciones argumentales <strong>de</strong> la novela regionalista, cuando la narrativa <strong>de</strong> ficciónacuse recibo <strong>de</strong> las transfbrmaciclnes que en este momento <strong>de</strong> cambio se han producidoen el relato i<strong>de</strong>ntitario nacional.BIBLIOGRAFíAArr<strong>de</strong>lson, Benedict ( l99l). ('ontuttidct¿les'innginadu.s. Reflexiones sobre el origen y laditusión <strong>de</strong>l nacionalisrno. México: Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica.Congreso <strong>de</strong> la República ( l9li6). (]obierno ¡, época <strong>de</strong>l Presí<strong>de</strong>nte Eleazar LópezContreras, Lo versión dt ltt ¡trrtt.su (1936-194 I). Caracas: Congreso <strong>de</strong> la República,Col. El Pensarnicnto l)olítico Venezolano <strong>de</strong>l Siglo XX, Tomo VIII, Vols.IX-X. Nos. 25,26,21.t25


Foucault, Michel (1978). "Preguntas a Michel Foucault sobre la geografía", enMicrofísica <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r. Madrid: La Piqueta, pp. lIl-124.(1982). "The subject and Power", en Dreyfus, H. y P. Rabinow, (eds.). BeyondStructuralism and Hermenerzrlcs. Brighton: Harvester.García Canclini, Néstor ( 1992). Culturas híbridas: Estrategias para entrar y salir <strong>de</strong> lamo<strong>de</strong>rnidad. Buenos Aires: Sudamericana.Habermas, Jurgen (1979). "Legitimation Problems in the Mo<strong>de</strong>rn Stare", enCommunication and the Evolution of Society. Londres: Heinemann.Hall, Stuart (1997). "The work of representation", en Representatíon. CulturalRepresentatíons and Signífying Practices. Londres: SAGE, pp. 13-64.Keith, Michael y Steve Pile (eds.) (1993). Place andthe Politics of l<strong>de</strong>ntit¡,. Londres:Routledge.Pacheco, Emilio (1984). De Castro a LópezContreras. Proceso social <strong>de</strong> lavenezuelacontempordnea. Caracas: Editorial Domingo Fuentes y Asociados.Rama, Ángel ( I 984). La c iudad le trada. Montevi<strong>de</strong>o: Fundación Ángel Rama.Williams, Raymond (1980). Marxismo y literatura. Barcelona: Península.126

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