Consenso, hegemonía e identidad - Estudios – Revista de ...

Este nosotros está marcando claramente una separación entre la imagen que enel campo intelectual se elabora de la noción de pueblo y la imagen que tiene de símismo el sector dominante. Ese nosotros está constituido por aquellos que tienenuna voz legitimada enla casa de Ia nación, aquellos que han pertenecido tradicionalmentea la ciudad letrada (Rama, 1984). Y es en esa ciudad letrada, simbolizada en laimagen de la casa cuya puerta se ha abierto, en la que se encuentran cara a cara lasrepresentaciones de nosotros y los otros. El cambio que puede detectarse en estarepresentación no está en la figura del pueblo, sino en la figura deesa casa que simboliza a la nación. En este relato de -justamenteheroísmotrágico, la casa de lanación ha sido ingrcúa con su pueblo y no ha escuchado la palabra que el sujetopopular ha querido pronunciar a lo largo de toda la historia republicana.Sin embargo, más allá de las diferencias y tensiones que esta última representaciónpone en escena, resulta claro que desde la derecha hasta la izquierda la idea depueblo fue construida a partir de una imagen de singularidad, de unidad. La izquierdase imaginó al pueblo como este Juan Bimba impregnado de un profundo deseo deusar su propia voz, de romper el silencio al que ha sido condenado por la historia. Losintelectuales de la derecha construyeron la imagen de un pueblo todavía atado aancestrales hábitos de seguir ciegamente a un líder que, en ese momento concreto,había equivocado el camino y llevado al pueblo fuera de la casa del padre que conocela verdadera vía para salir adelante. Estas dos imágenes fueron repetidas de manerapersistente cuando final del primer año de mandato del presidenteLópezContreras- tuvieron-allugar tres importantes huelgas, entre ellas una huelga generalque paralizó al país por una semana.La idea de la contaminación, de la posibilidad de contagio de las influencias negativas-siguiendola metáfora médica- se mantuvo presente en todos los textos que serefirieron a las huelgas desde el ala conservadora de la intelectualidad (25: 303-304).Para este sector, el engaño era la fatalidad que pesaba sobre el pueblo y este engañoprovenía de un sector considerado enemigo. La influencia negativa que ejercen sobre elpueblo los líderes equivocados es, para el ala conservadora, la explicación de todos lossucesos que considera negativos (25: 297). Es de este modo como el pensamientoconservador localíza, fija en un lugar preciso, el peligro que debe enfrentar. Este peligrono está en el noble pueblo, sino en sus dirigentes; lo que en este argumento salva dealgún modo a ese pueblo, ya que aún puede ser conducido al camino de la correctaciudadanía. Por su parte, los escritores de la izquierda construyeron su propia idea de loque estaba enjuego insistiendo en las contradicciones que eran evidentes en el discursode sus adversarios:Examinemos pues la verdad en el asunto que nos ocupa y para ello sigamos lashuellas de las contradicciones en que han caído los derechistas. La huelga notuvo carácter de revolución contra el Estado y la prueba está en que, decretado118