Consenso, hegemonía e identidad - Estudios – Revista de ...

pero nos falta algo esencial: carácter, afirmación de una conciencia nacionalpor encima de un individualismo envidioso y de escasa competencia, arriba yabajo, desde los grupos más abstraídos de nuestra intelectualidad hasta el másatrasado trabajador de los campos (25: 142-143, énfasis mío).En este relato letrado de la identidad la nación tiene un carácter fijo, definitivo.Sobre esa base, cada grupo produjo sus propias imágenes para darle un perfil particulara este carácter, dependiendo del proyecto político que cada sector sostenía. La definiciónde las diferencias entre los grupos se hizo más clara cuando la legitimidad delCongreso fue puesta en duda, en abril de 1936-debidoa que cl período legal de lascámaras se había vencido- y los intelectuales se enredaron en una larga polémicasobre el modo correcto de legitimar la representatividad democrática. Lo que estuvo enel centro del debate fue la capacidad del pueblo para elegir a sus propios representantes.Estas polémicas, más allá de los primeros llamados a la unidad, presentaron conclaridad la división entre los intelectuales de izquierda y los de derechaa. El sectoragrupado convencionalmente bajo el nombre de "las derechas", construyó su idea depueblo alrededor de la imagen del rebaño guiado siempre por un líder que, en el caso deestar equivocado, podía llevar a la nación entera al fracaso. En este sentido, el grupomás conservador de la intelectualidad construyó dos metáforas principales para representarel cuerpo de la nación: las metáfora familiar y la metáfbra médica. Ambas estánpresentes en este texto de Eduardo Porras Bello que se refiere a la posibilidad dedisolución del Congreso:Tales consideraciones indican, pues, ni la oposición a la disolución ni la aceptación,sin reservas, de su continuación, como acaece en esos casos familiares enqlelos padres, obedeciendo a leyes morales, nos vemos en el caso de salirnosun tanto de lo que ellas pautan y conciliar nuestro fallo a la cordura, a losmandatos del corazón, a los llamados de la sangre, como se dice, a fin de nolesionar al reo ni dejar de aplicar el castigo que merece por actos que se hanrebelado contra la disciplino hogureña y que debemos salvar pata salvar nuestrorebaño sin menoscabo de la autoridad que hoy se quiere burlar en todaforma (25: 202, énfasis mío).4 Utitizo aquí los términos izquienlu y derechtt para indicar la manera en la que los mismosintelectuales se referían a los sectores cn disputa. Al respecto Emilio Pacheco sostiene que"Todas las organizaciones políticas de la oposición (...) reclamaron para síel calificativo de'partidos de izquierda'. La profundidad ideológica de tal término era muy escasa. La 'izquierda'cobijaba a grupos muy disímiles en lo ideológico y en lo táctico, sin embargo la utilización delapelativo proporcionaba un excelente rnedio, más que para definir un bloque homogéneo, paradiferenciarse de los sectores sociales que apoyaban aLópez Contreras y al Gomecismo''(1984:125). Este sector'oficial', seríael designado en forma genéricacomo la "derecha" en el espectropolítico del momento.ll5