Consenso, hegemonía e identidad - Estudios – Revista de ...

no puede bastar, con esa confiada y optimista convicción de todos los devotosde la verdadera patria, es necesario que el pueblo lo demuestre con suconducta, ecuánime (2-5: 55).Orden versus caos fue la oposición simbólica convocada con el propósito de restituirel consenso. La manifestación cívica, como contraria al saqueo y al motín, se convirtióen el símbolo de la vida democrática que se enfrenta a la tiranía: en un contexto enel que el 'caos' y el 'desorden' son imaginados como el gerrnen y la justificación de lastiranías, tal como 1o habían argumentado por largos años los positivistas que sostuvieronel régirnen de Gómez. El consenso debía, entonces, generarse alrededor de la ideadel orden y es esa la unidad de criterio que se busca. La reiteración de este llamado alorden muestra la necesidad desesperada de un sector de la intelectualidad de ser escuchado.Es un índice, también, de una evidente ausencia de comunicación entre losintelectuales que tenían acceso a los medios masivos y el público al que pretendíandirigirse.Obviamente, el sector intelectual no hacía explícita esta íisura. Por el contrario, sehablaba en nombre de la nación, de una comunidad sin fracturas, y se excluía de talunidad imaginaria a todos aquellos que no entraban en los rnoldes del sentidoprestablecido para los sujetos de la nación, a los que calificaban de desordenados yanárquicos, considerándolos fuera de la ley. Así, las calles y las plazas se convirtierontambién en lugares de exclusión sometidos a un¿r fuerte regulación de sus flujos. En elmismo sentido, el ciudadano, el sujeto apropiado para ejercer los derechos políticos, erasólo aquel que mantenía su participación política dentro de los no pocas veces arbitrarioscriterios de orden que el gobierno manejaba. Sobre esta idea los intelectualesconstruyeron la base consensual de su discurso para elaborar una discusión en la quesólo entraban aquellos que compartían este acuerdo primordial.En busca de la unidad perdidaEn esta situación, el programa de gobierno-dadoa conocer por el PresidenteLópez Contreras. en febrero de 1936- sirvió de base para construir un discursounificador alrededor de la idea de una tarea común que debía realizarse. Cuando elprograma de gobierno fire dado a conocer luego del largo período de manifestacionescallejeras -sintomáticamentese anunció por la radio-, los intelectuales másinfluyentes publicaron en la prensa sus impresiones. Uno de ellos, Mariano PicónSalas, miembro de las nuevas generaciones. condensa en este texto los puntos deacuerdo que la intelectualidad letrada tuvo con respecto al programa:Por primera vez en la historia política de Venezuela tenemos un programa deGobierno. Las palabras del General López Contreras (...) pueden iniciar una113