43FOTO: corbis/<strong>la</strong>tinstockHEREDERO DE BRONCE Bruce con Jake Clemons, sobrino d<strong>el</strong> mítico C<strong>la</strong>rence, fallecido en 2011.presente y viva que pueda. Si te limitás simplementea copiar lo mismo todas <strong>la</strong>s noches, es unfracaso. Tenés que renacer todas <strong>la</strong>s noches.”En un pap<strong>el</strong> sobre <strong>la</strong> mesa que está frente a él,Springsteen empezó a escribir una lista de temascon marcador negro. Ya tiene cinco, incluyendo“Out in the Street”, que al final no va a tocar.“Las otras veinte canciones van a aparecer mágicamentecuando estemos en <strong>el</strong> escenario”, promete.“Nos sale bastante bien esto de ir agitandohasta que <strong>la</strong> cosa explote de verdad.”La primera vez que springsteensalió de gira por Europa fue en1975, luego de <strong>la</strong> salida de Born toRun. Dio cuatro recitales en teatrosde Londres, Estocolmo y Amsterdamcon <strong>la</strong> formación original d<strong>el</strong>a E Street Band: C<strong>la</strong>rence, Bittan,Weinberg, Van Zandt, <strong>el</strong> bajistaGarry Tallent y <strong>el</strong> tec<strong>la</strong>dista Danny Federici, quemurió en 2008. Tardaron cinco años en volver.“Estábamos incómodos”, dice Springsteen. “Eramosjóvenes con muy poco mundo.”Springsteen todavía estaba nervioso en 1981,año en que inauguró su gira europea en Hamburgo.“Durante <strong>la</strong> mitad d<strong>el</strong> show, <strong>el</strong> público estuvosentado mirando”, dice. Después <strong>la</strong> bandatocó “Bad<strong>la</strong>nds” “y <strong>la</strong> gente salió corriendo para<strong>el</strong> escenario. El resto de <strong>la</strong> noche fue una locuray todos los siguientes recitales también”.En París, <strong>el</strong> público desarmó los asientos y losapiló a un costado para que hubiera lugar para bai<strong>la</strong>r.“Después de eso”, dice Springsteen, “nos dimoscuenta de que teníamos un segundo hogar”.“Ya era bastante sorpresivo que nos estuviéramosganando a ese público”, recuerda Van Zandt.“Pero además cantaban más fuerte que nosotros.”Y sostiene que <strong>la</strong> diferencia principal entre <strong>el</strong> públicode Springsteen en Europa y <strong>el</strong> de EstadosUnidos no es <strong>la</strong> pasión, sino cómo <strong>la</strong> demuestran.“Los norteamericanos vienen para observar.” Loseuropeos “vienen para ser parte d<strong>el</strong> show”.La cantidad de anécdotas rev<strong>el</strong>a <strong>la</strong> importanciaque tiene Springsteen en <strong>el</strong> exterior como representantede <strong>la</strong> cultura popu<strong>la</strong>r norteamericanay sus ideales democráticos. En julio de 1988,Springsteen y <strong>la</strong> E Street Band tocaron para másde 160 mil personas en <strong>la</strong> entonces Berlín oriental.“El público fue increíble”, recuerda Jon Landau,<strong>el</strong> manager histórico de Springsteen. “Pero<strong>el</strong> momento más impactante fue cuando tocaron«Born in the U.S.A.», y empezaron a sacarun montón de banderas de Estados Unidos, quef<strong>la</strong>meaban desde todas partes.”“La canción se pregunta sobre <strong>el</strong> gobierno ysobre <strong>la</strong> traición”, dice Bittan, “así que no fue rarotocar<strong>la</strong> ahí. Bruce es un compositor humanista.No tenés que hab<strong>la</strong>r un idioma específico paraentender lo que está diciendo”.Landau recuerda un momento más espiritual,<strong>el</strong> año pasado, cuando Springsteen empezóa tocar “Drive All Night”, <strong>la</strong> ba<strong>la</strong>da épica deThe River, en un recital en Gotemburgo, Suecia.“Fue una imagen increíble: <strong>la</strong> gente levantabasus t<strong>el</strong>éfonos”, dice Landau. “No estabanfilmando. Estaban iluminando <strong>la</strong> canción, participandode <strong>el</strong><strong>la</strong>.”Fuera d<strong>el</strong> escenario, Springsteen parece estarbastante cómodo con su fama y con <strong>la</strong> devociónintensa, pero respetuosa de los fans. El día despuésd<strong>el</strong> recital de Padua, se toma un tren desdeVenecia hasta Milán con Weinberg y Jake Clemons.El único <strong>el</strong>emento que lo disfraza un pocoes una gorra de béisbol que usa bien baja sobre sufrente. No funciona. En <strong>la</strong> estación de Milán, loreciben “con un momento a lo Hard Day’s Night”,según Weinberg: lo espera una multitud de gentey de paparazzi. Los saluda, firma autógrafos yposa para <strong>la</strong>s fotos antes de retirarse amablementea través de <strong>la</strong> muchedumbre y meterse en unauto que lo espera. En <strong>el</strong> diario local aparece unafoto de Springsteen con un chico que tiene carade no poder creer lo que está viviendo.Está también <strong>la</strong> historia que cuenta Springsteenantes d<strong>el</strong> show en Milán, en <strong>la</strong> sa<strong>la</strong> d<strong>el</strong> catering.Esa tarde, Bruce se encontró con una legiónde fans apostados a <strong>la</strong> salida d<strong>el</strong> gimnasio,cerca d<strong>el</strong> hot<strong>el</strong>. Un hombre se le acercó y le dijoque para que fuera todo más fácil, se habían organizadoen pequeños grupos que se turnaríanpara los autógrafos y <strong>la</strong>s fotos.“Estaba bien pensado”, dice Springsteen riéndose.“Pero cuando iba por <strong>el</strong> cuarto grupo se empezarona desbandar. Al final, estaban todos alrededormío y nos pusimos a cantar «Bad<strong>la</strong>nds»en un callejón de Milán.”El año pasado, en <strong>el</strong> greensboroColiseum en Carolina d<strong>el</strong> Norte,Jake Clemons se paró al <strong>la</strong>do deSpringsteen en <strong>el</strong> escenario y lemostró <strong>el</strong> asiento desde <strong>el</strong> quehabía visto tocar a su tío C<strong>la</strong>rencepor primera vez con <strong>la</strong> E StreetBand, en 1988. Jake tenía 8 años.En realidad, <strong>el</strong> recital al que Jake se refería habíasido <strong>el</strong> de Raleigh. “Igual me alegro de haber tenidoese momento en Greensboro”, dice más tarde,corrigiendo su error. “Fue duro enfrentarme con <strong>el</strong>momento en que empezaron mis sueños.”“Me acuerdo cómo lo presentó”, dice Jake d<strong>el</strong>recital d<strong>el</strong> 88 con una voz suave, todavía sorprendida,en su habitación de hot<strong>el</strong> en Milán.“Bruce saluda a toda <strong>la</strong> banda, y cuando llega aC<strong>la</strong>rence «Big Man» Clemons, 20 mil personasempezaron a gritar.” Después d<strong>el</strong> show, Jake ledijo a su padre (William, <strong>el</strong> hermano menor deC<strong>la</strong>rence y director de <strong>la</strong> banda de los Marines)que quería tocar <strong>el</strong> saxo.Jake, que también toca <strong>el</strong> piano y <strong>la</strong> guitarra,está siguiendo los pasos de su tío de un modoque nunca se imaginó. “C<strong>la</strong>rence me habló deesto durante años”, rev<strong>el</strong>a Jake. “A mí esas conversacionesno me gustaban nada: «No te vas amorir, estás diciendo estupideces». Fue un pococomo mi Papá No<strong>el</strong>.”
44bruce springsteenC<strong>la</strong>rence había sido <strong>el</strong> saxofonista principalde Springsteen desde 1972. Pero C<strong>la</strong>rence, quemurió a causa de unas complicaciones por uninfarto que tuvo en junio de 2011, había soportado“muchos problemas luego de <strong>la</strong>s cirugías”,como dec<strong>la</strong>ró en 2009, incluyendo dos operacionesde rodil<strong>la</strong> y una de cadera. Jake acompañóa C<strong>la</strong>rence en <strong>la</strong> gira de 2009 y tocó con <strong>la</strong> EStreet Band en “Tenth Avenue Freeze-Out”, <strong>la</strong>canción que inmortalizó <strong>la</strong> llegada de C<strong>la</strong>rencea <strong>la</strong> vida de Springsteen.“C<strong>la</strong>rence me dijo: «Hay un solo, lo voy a tocaryo»”, dice Jake. “Por supuesto. Nos subimos al escenario,llega esa parte, y Bruce me seña<strong>la</strong> a mí.Pero yo estaba al <strong>la</strong>do de mi tío.” Jake le tiró <strong>el</strong>solo a C<strong>la</strong>rence, y al día siguiente le dieron unalección de <strong>la</strong> disciplina necesaria para tocar con<strong>la</strong> E Street Band. “Bruce me dijo: «Amigo, cuandote doy <strong>el</strong> pie, tenés que agarrarlo».”Jacob Clemons nació en <strong>la</strong> base d<strong>el</strong> Cuerpo deMarines en Parris Is<strong>la</strong>nd, en Carolina d<strong>el</strong> Sur, yse crió en <strong>la</strong>s bases de Hawai, Carolina d<strong>el</strong> Nortey Virginia. Su currículum incluye una banda quegrabó para Capitol Records en <strong>la</strong> década pasada,y, más recientemente, dos años con <strong>el</strong> dúo defolk Sw<strong>el</strong>l Season. Jake estaba de gira por Europacomo solista cuando recibió un e-mail con <strong>la</strong>noticia d<strong>el</strong> infarto de C<strong>la</strong>rence. “Ese mensaje”,dice Jake, “cambió muchas cosas”.Van Zandt recuerda <strong>la</strong>s preguntas que surgieronen ese momento: “¿Seguimos tocando con<strong>el</strong> nombre E Street Band? ¿Cómo hacemos paraseguir? Llegamos a esta conclusión: con cincovientos que sólo salen de su sección para tocar lossolos, y nadie ocupa <strong>el</strong> lugar de C<strong>la</strong>rence”.AQUELLA VEZSting imita a Bruceen River, durant<strong>el</strong>a única visita d<strong>el</strong>Jefe a <strong>la</strong> Argentina,<strong>la</strong> gira de Amnestyde 1988.Pero alguien tenía que tocar los solos de C<strong>la</strong>rence.Las líneas de saxo en “Jungl<strong>el</strong>and” y “ThunderRoad” “no eran improvisadas”, explica Springsteen.“C<strong>la</strong>rence y yo compusimos cada <strong>nota</strong>. Usamos específicamente<strong>el</strong> saxo, como un ícono. Estos solosestán impresos en <strong>el</strong> alma de <strong>la</strong> gente.”En diciembre de 2011, Springsteen le preguntóa Jake si le interesaba sumarse a <strong>la</strong> banda.Springsteen también le dio un par de advertencias.“Le dije: «Es un terreno difícil éste. Yo tengoque v<strong>el</strong>ar por <strong>la</strong>s mil y una noches de recuerdosde nuestros fans. No vamos a saber cómonos va a ir hasta que salgamos a tocar y <strong>la</strong> gentenos lo diga».”El momento d<strong>el</strong> debut oficial de Jake con <strong>la</strong>E Street Band llegó una noche en <strong>el</strong> teatro Apollo,donde se ad<strong>el</strong>antó desde <strong>la</strong> sección de vientosy atacó <strong>el</strong> solo eufórico de “Bad<strong>la</strong>nds”. “Todo<strong>el</strong> mundo se puso de pie”, recuerda Springsteen,“porque estaba todo ahí. C estaba ahí. Jake estabaahí. El futuro estaba ahí. Estaba todo bien”.Y le dio una vu<strong>el</strong>ta de tuerca intensa e íntima:Jake tocó <strong>el</strong> solo con <strong>el</strong> saxo de C<strong>la</strong>rence.Y esto pasa todas <strong>la</strong>s noches. “Es <strong>el</strong> aire de <strong>la</strong>familia Clemons”, dice Jake con orgullo, “que resuenaa través de los instrumentos”.Estas listo para <strong>la</strong> paliza de estanoche?”, le pregunta Jake a VanZandt riéndose, mientras terminande cenar en <strong>la</strong> sa<strong>la</strong> de cateringantes d<strong>el</strong> show en Milán.“¿Como <strong>la</strong> última vez?”, respondeen una carcajada <strong>el</strong> guitarrista,refiriéndose al maratón de Springsteenen 2012 en <strong>el</strong> estadio San Siro: 33 cancionesen tres horas cuarenta minutos. “Seguro haga doshoras de temas que le pide <strong>la</strong> gente con cart<strong>el</strong>esy después diga: «Ah, todavía están estas otrascanciones que no tocamos».”De hecho, <strong>el</strong> show dura casi lo mismo que <strong>el</strong>d<strong>el</strong> año pasado: tres horas veinticinco minutos,en que tocan <strong>el</strong> disco Born in the U.S.A. entero.Cede ante los pedidos de “Good Golly MissMolly”, de Little Richard y “Loose Ends”, <strong>la</strong> canción<strong>el</strong>iminada de River. Después de “Death toMy Hometown”, Springsteen busca en <strong>el</strong> marde cart<strong>el</strong>es d<strong>el</strong> público hasta que encuentra unoque le gusta: “At<strong>la</strong>ntic City”, d<strong>el</strong> disco Nebraska,de 1982.“The River” es <strong>la</strong> continuación perfecta, unr<strong>el</strong>ato de apuros económicos y desesperaciónemocional, con los sueños rotos y <strong>el</strong> consu<strong>el</strong>omomentáneo que tiene <strong>el</strong> estribillo que cantaSpringsteen y <strong>la</strong>s 60 mil personas que lo acompañan.“The River” no es un pedido ni estabaen <strong>la</strong> lista de temas, pero en ese momento, era<strong>la</strong> canción que correspondía tocar.“Ais<strong>la</strong>miento y participación, compromiso yambivalencia: son los temas que están en todolo que hacemos”, dice Springsteen en <strong>el</strong> backstageantes d<strong>el</strong> recital. “Siempre trato de componer<strong>la</strong> próxima canción para ver dónde estoyparado con respecto a esos temas. Es lo que mepregunto siempre.”“No es algo que pueda contestarse”, acepta.“Es <strong>la</strong> fuerza que me empuja, <strong>el</strong> combustible demi motor. Me pregunto eso todas <strong>la</strong>s noches.Y toda esta gente [hace otro gesto para referirseal público que lo espera] me va a ayudar estanoche. Si sale bien, yo estaré haciendo lo mismocon <strong>el</strong>los.”Y lo hará, literalmente, hasta que no puedamás, con cuarenta y cinco minutos de bises. Despuésde una versión <strong>la</strong>rga y maniática de “Twistand Shout”, Springsteen consulta con <strong>la</strong> primeralínea de <strong>la</strong> E Street Band sobre una <strong>nota</strong> para“Shout”, otro éxito de los Isley Brothers. Sentadoen una escalerita justo atrás d<strong>el</strong> escenario,escucho y veo c<strong>la</strong>ramente <strong>el</strong> intercambio:“¿Do?”, pregunta Springsteen. Algunos niegancon <strong>la</strong> cabeza. Alguien grita: “¡Re!”. Tallent lehace una seña con sus dedos al resto de <strong>la</strong> banday están listos.Cuando termina <strong>la</strong> canción, <strong>la</strong> E Street Bandse retira d<strong>el</strong> escenario. Springsteen no. Agarrauna guitarra acústica y vu<strong>el</strong>ve al micrófono unaúltima vez para cantar “Thunder Road”: una canciónsobre <strong>la</strong>s distancias recorridas, los kilómetrosque faltan y <strong>la</strong> salvación al final d<strong>el</strong> camino.Van Zandt está parado al fondo d<strong>el</strong> escenario, mirandocómo canta Springsteen. “Fue <strong>el</strong> mejor recitalque hicimos”, jura <strong>el</strong> guitarrista. “Tiene quehaber sido <strong>el</strong> mejor. ¿Y viste <strong>el</strong> público? Nadietenía más de 25 años.”Finalmente, <strong>la</strong> canción termina y Springsteenbaja d<strong>el</strong> escenario. Está empapado y tiene unatoal<strong>la</strong> colgada en sus hombros. Tiene una sonrisade p<strong>la</strong>cer y triunfo estampada en <strong>la</strong> cara mientrasbaja por <strong>la</strong> escalera trasera y se desliza por<strong>la</strong> baranda. “Mágico”, dice Springsteen, sonriendocomo en trance. “Fue mágico.”foto: corbis/<strong>la</strong>tinstock