eflexiónLa preguntade Emilia46Corre la campaña electoral, <strong>los</strong> candidatosdebat<strong>en</strong>, promet<strong>en</strong>, ofrec<strong>en</strong> soluciones.Cámaras, gremios y sindicatosse reún<strong>en</strong> con <strong>los</strong> candidatos, escuchan,evalúan y pres<strong>en</strong>tan sus inquietudessectoriales.La militancia está activa, <strong>los</strong> compañerosy <strong>los</strong> correligionarios embanderansus autos y casas, se suman a caravanas ydiscut<strong>en</strong> <strong>en</strong> <strong>los</strong> almuerzos del domingo.Mi<strong>en</strong>tras la política ocupa el c<strong>en</strong>tro de las conversaciones y las <strong>en</strong>cuestas ocupanel lugar de <strong>los</strong> resultados deportivos, la vida <strong>en</strong> la ciudad sigue su curso.Las <strong>en</strong>cuestas dic<strong>en</strong> que <strong>los</strong> “problemas de la g<strong>en</strong>te” son la seguridad y el empleo.La ag<strong>en</strong>da política va tras esos temas. Sin embargo, “la g<strong>en</strong>te” no se escucha.Es feriado, su<strong>en</strong>a el timbre, y al abrir la puerta una señora con un carrito de bebéme pregunta “¿no ti<strong>en</strong>e algo para comer o una ropita para el n<strong>en</strong>e?”. Mi esposa leacerca unos alfajores, un litro de leche y un par de buzos de mis hijas. Ella le diceque ti<strong>en</strong>e 19 años, que vive sola, cerca del parque. Le pasa un alfajor al niño, quese lo devora, y dice: “<strong>los</strong> fines de semana se hac<strong>en</strong> largos cuando el CAIF estácerrado”.En el informativo un video filmado por un escolar d<strong>en</strong>uncia a un maestro que alparecer deja que dos alumnos se pele<strong>en</strong>. Las autoridades de la <strong>en</strong>señanza respond<strong>en</strong>con una investigación. Los padres prefirieron mandarlo a la tele antes queconversar con la directora.En la esquina un grupito de adolesc<strong>en</strong>tes escucha música <strong>en</strong> sus celulares mi<strong>en</strong>trasesperan que <strong>los</strong> doc<strong>en</strong>tes termin<strong>en</strong> el paro. Fuman. Conversan. Las vecinasque van a la panadería miran con desconfianza y tratan de dilucidar si son “m<strong>en</strong>ores”o “estudiantes”. Más arriba, un pasacalle reclama el 4,5% para la educación.Daniel LainoDirector de ImprofitEl diario titula que una paci<strong>en</strong>te logróque la Justicia obligara a una mutualistaa proveerle un costoso medicam<strong>en</strong>tocontra el cáncer. Que ahora sí, luegode una movida individual, el MSP t<strong>en</strong>dráque revisar el vademécum.El formidablepoder socializador,integrador yeducativo de lasorganizaciones dela sociedad civil, delas actividades delas personas connombre y apellido,cara a cara,parec<strong>en</strong> estar <strong>en</strong>retirada. Mi<strong>en</strong>trastanto, las grandesorganizacionescrec<strong>en</strong>, el Estadose desarrolla, <strong>los</strong>partidos se muev<strong>en</strong>y las personasdejamos nuestra voz<strong>en</strong> manos de otros.
En el semáforo otros adolesc<strong>en</strong>tes pid<strong>en</strong> plata. Esta vez no quier<strong>en</strong> lavarme el parabrisas.Son otros adolesc<strong>en</strong>tes, se nota <strong>en</strong>seguida. Están cont<strong>en</strong>tos, disfrutan,pid<strong>en</strong> colaboración para construir casas. Detrás de el<strong>los</strong> más pasacalles invitan avotar. Mi<strong>en</strong>tras cambia la luz, se pone verde y arranco, mi hija me pregunta: “¿porqué pid<strong>en</strong> si no son pobres?”.Y pi<strong>en</strong>so, más allá de esta iniciativa, qué bu<strong>en</strong>o es ver un grupo grande de jóv<strong>en</strong>escomprometidos con una causa <strong>en</strong> la calle. Descubro que me sorpr<strong>en</strong>de ver unaorganización de la sociedad civil activa, visible, compiti<strong>en</strong>do por el espacio públicocon la política y con <strong>los</strong> sindicatos.Vuelvo a mirar <strong>los</strong> pasacalles y me pregunto dónde están las causas, dónde estánlas organizaciones de la sociedad civil más allá de <strong>los</strong> partidos y de la política.¿Dónde están <strong>los</strong> padres opinando de la <strong>en</strong>señanza, <strong>los</strong> alumnos de liceos, <strong>los</strong> consumidoresdel mercado, <strong>los</strong> conductores del tránsito, las vecinas de la limpieza, lasminorías de la discriminación, <strong>los</strong> ciudadanos de la transpar<strong>en</strong>cia o <strong>los</strong> usuariosde <strong>los</strong> servicios públicos?En <strong>los</strong> últimos años las organizaciones de la sociedad civil parec<strong>en</strong> haber disminuidosu actividad o al m<strong>en</strong>os su pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la conversación colectiva de <strong>los</strong>temas públicos. La participación <strong>en</strong> actividades colectivas, como <strong>los</strong> grupos deparroquia, de fútbol, <strong>los</strong> scouts, <strong>los</strong> movimi<strong>en</strong>tos juv<strong>en</strong>iles, las asociaciones civiles,las cooperativas y otro sinf ín de espacios donde <strong>los</strong> uruguayos nos juntábamos<strong>en</strong> torno a intereses, proyectos, ideas o religiones ya no parec<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er el pesoy la pres<strong>en</strong>cia de otros tiempos.A difer<strong>en</strong>cia de las sociedades más desarrolladas y con mejores condiciones devida, donde <strong>los</strong> grupos de interés se manifiestan, reclaman, exist<strong>en</strong> y conformanexcel<strong>en</strong>tes escuelas para la vida <strong>en</strong> democracia, parece que nuestra vida socialcada vez se vuelve más privada.¿Será que t<strong>en</strong>emos miedo a salir,a que nuestros hijos se expongana personas difer<strong>en</strong>tes, ya que esmás cómodo quedarse <strong>en</strong> casa om<strong>en</strong>os comprometido relacionarsepor Facebook?Honestam<strong>en</strong>te, no lo sé. Lo que sí llamala at<strong>en</strong>ción es que otra vez la política,como un agujero negro, parece habersecomido todo a su paso, dejandoatrás al poco o mucho tejido social quetodavía nos manti<strong>en</strong>e unidos y con ganasde salir a la calle a def<strong>en</strong>der causascomunes.La responsabilidad, claro, no la ti<strong>en</strong><strong>en</strong><strong>los</strong> partidos y sus candidatos, la t<strong>en</strong>emostodos. Es que uno se va acostumbrandoa buscar soluciones por sucu<strong>en</strong>ta y mirar las cosas por la tele.El problema es que desde el sillón delliving no se apr<strong>en</strong>de a vivir <strong>en</strong> sociedad,y que las grandes estructuras,cuando se quedan solas, ya sabemos loque pasa.Por eso, cuando <strong>en</strong> la otra esquina mihija me volvió a preguntar por qué esasmuchachas pid<strong>en</strong> plata para construircasas, me salió sin casi p<strong>en</strong>sarlo: “porquedescubrieron que está bu<strong>en</strong>o hacersecargo haci<strong>en</strong>do cosas juntos”.47