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Medicina social latinoamericana - Médecins du Monde

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CONTEXTO DE SURGIMIENTODE LA MEDICINA SOCIALLa medicina <strong>social</strong> <strong>latinoamericana</strong> se desarrollapor la formación de grupos de académicos,practicantes e investigadores del campo de la saludque se unieron a los movimientos de trabajadores yde estudiantes y a las organizaciones populares disconformescon el modelo económico denominadodesarrollista, que se implementó con intensidad enla década de los sesenta en América Latina. En sucampo específico, los grupos ligados a la medicina<strong>social</strong> desarrollaron sus cuestionamientos en respuestaa la crisis de la salud pública, que se puso demanifiesto a fines de esa década. La salud públicatambién denominada desarrollista, que había sostenidoque los efectos del crecimiento económico deberíanllevar a un mejoramiento general de la salud,mostró sus limitaciones. Contrariamente a sus postulados,la observación de la realidad <strong>latinoamericana</strong>mostró un creciente deterioro de la saludpública, a pesar de que las economías <strong>latinoamericana</strong>shabían tenido un alto y sostenido crecimientoen las décadas anteriores. Los indicadores de salud,como la mortalidad infantil, entre otros, comenzarona empeorar tras un período de cierta mejoría.En la mayoría de los países latinoamericanos, la mejoríade estos indicadores fue consecuencia de lastransformaciones de las condiciones de vida y trabajopuestas en marcha por las modalidades <strong>latinoamericana</strong>sdel estado del bienestar que precedierona las propuestas económicas desarrollistas. Elestado del bienestar amplió los derechos de los trabajadoresy de los sectores <strong>social</strong>es de menores ingresos,lo cual implicó una distribución más equitativadel ingreso a través de los salarios, y el accesoa la e<strong>du</strong>cación y a la salud financiado por el Estadoa través de los impuestos o la seguridad <strong>social</strong>. Eldesarrollo de programas preventivos y de los sistemasde salud financiados con fondos públicos aumentóel acceso de la población al tratamiento dediferentes enfermedades y, al ser parte de un procesoredistributivo de la riqueza, facilitó la mejoríade los indicadores de salud.Con el desarrollismo se revierte esta tendenciaredistributiva de la riqueza. Mientras seobservaba un crecimiento de los indicadores macroeconómicosen la mayoría de los países latinoamericanos,se deterioraban los indicadores <strong>social</strong>es,entre ellos los de la salud (5–7). Hacia fines de losaños sesenta, las transformaciones en la pro<strong>du</strong>ccióny en las condiciones de vida y trabajo implicaron unaumento de las enfermedades crónicas y degenerativasy de los accidentes de trabajo. Fue el comienzode la coexistencia de enfermedades de la pobreza yde la riqueza. Las grandes desigualdades ante la enfermedady la muerte se hicieron cada vez más vi-sibles. Las relaciones entre clase <strong>social</strong> y problemasde salud se hicieron evidentes, así como las inequidadesen el acceso a los servicios de salud. La capacidadde diagnosticar y tratar enfermedades creciónotablemente, pero el acceso de la población a estosavances fue muy diferente. Los gastos en salud crecieron,pero sus efectos en las condiciones de saludfueron muy limitados. Esta situación mostró que laexistencia de más y mejores servicios no está relacionadacon el mejoramiento de las condiciones desalud de la población, en especial cuando hay grandesdiferencias en el acceso a estos avances (8–10).En los años setenta se pro<strong>du</strong>ce un notable crecimientode la corriente de pensamiento de la medicina<strong>social</strong>, con el desarrollo de numerosos centrosde investigación y docencia, y la aparición derevistas destinadas a publicar artículos de los autoresmás relevantes del campo. Juan César Garcíafue un importante impulsor de ese crecimiento.Como coordinador de investigaciones de la OrganizaciónPanamericana de la Salud (OPS) en Washington,D.C., este médico argentino, formado en sociologíaen Chile, desarrolló desde 1966 hasta sumuerte en 1984 importantes investigaciones y análisissobre la e<strong>du</strong>cación médica, las ciencias <strong>social</strong>esen medicina, los determinantes de clase <strong>social</strong> enlos resultados de salud-enfermedad y las basesideológicas de la discriminación contra los hispanos(11–13). García, junto con María Isabel Rodríguez,médica salvadoreña que vivió largos años en el exiliodespués de ser decana de la Facultad de <strong>Medicina</strong>de la Universidad de El Salvador, y MiguelMárquez, médico ecuatoriano, ambos funcionariostambién de la OPS, dieron impulso a la medicina<strong>social</strong> <strong>latinoamericana</strong> no solo con sus trabajos, sinologrando el apoyo financiero de ese organismo parael desarrollo de investigaciones, reuniones científicasy organizativas de la corriente, publicación delibros y concesión de becas de formación. Las reunionesdenominadas Cuenca I y II, realizadas enEcuador y coordinadas por Márquez, marcaron elrumbo del movimiento de la medicina <strong>social</strong>. Elapoyo financiero de la OPS fue importante para establecery consolidar uno de los primeros programasde posgrado que se creó con esta perspectiva:la Maestría de <strong>Medicina</strong> Social de la UniversidadAutónoma Metropolitana Xochimilco, de la Ciudadde México.Cabe resaltar asimismo que en el proceso deafianzamiento y difusión de esta corriente de pensamientotuvieron también destacada participaciónorganizaciones no gubernamentales como el Centrode Estudios y Asesoramiento en Salud (CEAS) deEcuador, el Grupo de Investigación y Capacitaciónen <strong>Medicina</strong> Social (GICAMS) de Chile y el Centrode Estudios Sanitarios y Sociales (CESS) de Argentina,entre otros. El CEAS sigue cumpliendo unRev Panam Salud Publica/Pan Am J Public Health 12(2), 2002 129

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