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noviembre - LiahonaSud

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El.frijolitode oropor Félix Alberto Martínez DecuirMi esposa y yo deseábamos enseñar a nuestroshijos el principio de que debemos servir anuestros semejantes con sinceridad y sinegoísmo. Así que, una noche, durante la noche de hogar,les anunciamos que íbamos a iniciar un programallamado "elfrijolito de oro".Dimos a cada uno de los niños un recipiente plásticocon tapa y les dijimos que por cada acto de servicio quellevaran a cabo en forma espontánea en beneficio de unmiembro de la familia, sin que nadie les pidiera que lohicieran, les daríamos un frijolito para que lo guardaran ensu recipiente. Les dijimos que durante la próxima nochede hogar contaríamos los frijolitos que cada uno hubieraacumulado. Entonces la persona que hubiera acumuladomás frijolitos recibiría un reconocimiento especial.¡Los resultados fueron increíbles! ¡No nos alcanzabanlas escobas que teníamos en la casa, ya que todos queríanbarrer! Y no vimos un solo juguete fuera de lugardurante toda la semana. ¡Empezamos a preguntarnos silos frijoles que teníamos en la casa iban a alcanzarnos!Durante esa semana, mi esposa se quebró el pie y leenyesaron la pierna entera. El médico dijo que debía hacerreposo absoluto por tres días y mantener la pierna elevada.Esto, por supuesto, dio a los niños muchasoportunidades de brindar servicio. Y a nosotros, lospadres, nos dio la oportunidad de observar cómo losniños estaban llegando a comprender el principio deprestar servicio a los demás.Uno de los días en los que mi esposa tenía que hacerreposo absoluto, quería sentarse en la sala. Ni bien sehabía ella acomodado en el sofá, cuando Betito, nuestrohijo más pequeño, corrió y le alcanzó una silla para queapoyara la pierna. Luego fue a buscar una manta y lapuso sobre la silla, tras lo cual levantó la pierna de miesposa y la colocó sobre la frazada.Acariciándole la cabecita, mi esposa le dijo:—Vé a la cocina y toma dos frijolitos por este belloacto de servicio que acabas de efectuar.Pero, en lugar de ir a la cocina, Betito alzó la vista y ledijo:—Mamá, no quiero frijoles. Lo hice porque te quieromucho. •L I A H O N A24bibliotecasud.blogspot.com

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