[10]prácticas en horticultura y jardinería para el control <strong>de</strong> especies invasoras, que pue<strong>de</strong>n ayudar adireccionalizar propuestas <strong>local</strong>es. Se tendrán en cuenta también las recomendaciones quepuedan sugerir personas que ya han trabajado en el tema y con el gremio como por ejemploMontse Rivero y Pol López (Ingeniero Agrónomo perteneciente a la Asociación <strong>de</strong> Viveristas yAgricultores <strong>de</strong> Barcelona). Al mismo tiempo se ha realizado para cada vivero un reportajefotográfico que luego se comparará.Los 7 viveros participantes han sido escogidos <strong>de</strong> <strong>una</strong> muestra <strong>de</strong> 100 viveros que pertenecen ala asociación <strong>de</strong> viveristas <strong>de</strong> Catalunya. La elección a estado basada en su stock pues haciendo<strong>una</strong> investigación previa, en sus páginas web se ha podido <strong>de</strong>ducir que la mayoría tienen lamisma línea <strong>de</strong> venta, es <strong>de</strong>cir, la lista <strong>de</strong> productos ofertados. Solo unos pocos viverosplantean mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> stock diferentes y no todos tienen oferta <strong>de</strong> plantas para zonas públicas queson las que queremos tratar en este trabajo. Un ejemplo interesante es el <strong>de</strong>l vivero Tres TuronsSCP, Vivers. Los dueños <strong>de</strong> este vivero son dos biólogos (Carles Palau y Marta Busquets) quehan <strong>de</strong>cidido tener en su stock plantas autóctonas para la revegetación y paisajismo <strong>de</strong> la zona<strong>de</strong> Tres Turons.En <strong>una</strong> cuarta fase se ha elaborado un análisis <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> los Parques <strong>de</strong> Collserola y <strong>de</strong>Montjüic a partir <strong>de</strong> información preexistente. Este análisis ha consistido en i<strong>de</strong>ntificar a partir<strong>de</strong> la información que han generado los expertos entrevistados, cual es el papel que tienenmedioambientalmente estos dos lugares con respecto al tema <strong>de</strong> las plantas alóctonas invasoras(PAI) en la actualidad. Se ha focalizado el análisis en la búsqueda <strong>de</strong> aquellos elementos que<strong>de</strong>ben tenerse en cuenta para contrarrestar la modificación <strong>de</strong>l paisaje que está teniendo hoy endía en Collserola.2. ESTADO DEL ARTE. El uso <strong>de</strong> los espacios ver<strong>de</strong>s urbanos con plantas alóctonas ysus implicaciones en el ámbito natural2.1. Percepción <strong>de</strong> paisajeLos ecólogos FOLCH (2003), RODÀ (2003) y TERRADAS (2003), afirman que el concepto <strong>de</strong>paisaje es utilizado con diferentes significados por profesionales <strong>de</strong> distinta formación, mientrasen sentido corriente la expresión suele sugerir tan sólo <strong>una</strong> imagen estática en visión frontal uoblicua <strong>de</strong> algún espacio abierto. Así ocurre, por ejemplo, cuando se llama “paisaje” a lasfotografías y pinturas que representan aquellos espacios exteriores <strong>de</strong> un modo análogo a un“panorama” o <strong>una</strong> “vista”, mientras que en los distintos usos científicos el término adquiere unsignificado más general y abstracto, entendido como la suma <strong>de</strong> rasgos <strong>de</strong> un territorio quepresentan cierta especificidad (TELLO & GARRABOU, 2007).Des<strong>de</strong> alg<strong>una</strong>s disciplinas se insiste en los aspectos más perceptivos <strong>de</strong> esa especificidad, hastael punto <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar a veces que un paisaje sólo existe en la medida que es captado por el ojoy la mente humana. Eso lo convierte en un producto cultural capaz <strong>de</strong> provocarnos emociones ysentimientos por sus valores estéticos (o su carencia), o por ser el escenario don<strong>de</strong> transcurrenuestra vida y adquirimos un conocimiento íntimo <strong>de</strong> la naturaleza. Las mo<strong>de</strong>rnas ciencias <strong>de</strong>lpaisaje han alterado sustancialmente, sin embargo, aquella percepción puramente escenográfica<strong>de</strong>l entorno. Tal como lo recuerda FOLCH (1999), “el paisaje refleja la realidad ambiental <strong>de</strong>cada lugar, a la vez que compendia la historia <strong>de</strong>l proceso antrópico que en él se hayaproducido”. El paisaje pasa a ser visto entonces como la expresión <strong>de</strong> la diversidad <strong>de</strong>estructuras y funcionamientos ecológicos <strong>de</strong> <strong>una</strong> matriz territorial que siempre está en evolucióny se encuentra generalmente transformada por la acción humana (TELLO & GARRABOU,2007).
[11]Des<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista ecológico, la ciudad pue<strong>de</strong> ser entendida como un mosaico <strong>de</strong> hábitats,es <strong>de</strong>cir, un paisaje heterogéneo y complejo, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cual se alteran usos <strong>de</strong>l suelo que hacenque este paisaje presente ciertas características que lo diferencian <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> ecosistemas,siendo precisamente estas particularida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l metabolismo urbano las que explican el papel <strong>de</strong>la ciudad como fuente <strong>de</strong> impactos en la biosfera a escala <strong>local</strong>, regional y <strong>global</strong> (FERIA &RAMOS, 2009). Sin embargo existe <strong>una</strong> clara influencia negativa <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s a laproblemática ambiental <strong>global</strong> y esto se ve claramente en el <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> vidaen los ámbitos urbanos a causa <strong>de</strong> procesos como la contaminación atmosférica, la alteración<strong>de</strong>l clima <strong>local</strong> o la perdida <strong>de</strong> espacios que pue<strong>de</strong>n tener un alto valor natural y paisajístico.Dentro <strong>de</strong> los diferentes usos <strong>de</strong>l suelo <strong>de</strong> <strong>una</strong> ciudad se encuentran los espacios abiertos y laszonas ver<strong>de</strong>s. A parte <strong>de</strong> su obvio y necesario carácter <strong>de</strong> ocio y recreación para las personas,<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la óptica <strong>de</strong> la ecología urbana se ha puesto especial énfasis en el rol <strong>de</strong> estas zonas puesson refugio <strong>de</strong> comunida<strong>de</strong>s bióticas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un ámbito intensamente antropizado (SUKOPP,2002). Pero la importancia <strong>de</strong> estas áreas va mas allá, aquí se generan servicios <strong>de</strong> índolehigrológica, micro climática o vinculados a la calidad <strong>de</strong>l aire (BOLUND & HUMHAMMAR,1999). En la periferia conforman <strong>una</strong> trama que constituye el soporte para el crecimiento <strong>de</strong> laciudad, actuando como ámbito <strong>de</strong> transición entre las zonas más <strong>de</strong>nsas poblacionalmentehablando y la zona rural y natural. En el centro urbano los espacios abiertos y las zonas ver<strong>de</strong>srepresentan normalmente fragmentos aislados e intensamente intervenidos por el hombreinsertados en <strong>una</strong> matriz <strong>de</strong>nsamente edificada. Ahora, bien sea en la parte central o periférica<strong>de</strong> la ciudad, estos espacios mantienen <strong>una</strong> característica esencial, que es la que <strong>de</strong>termina enúltima instancia su rol ambiental: “constituyen el elemento o, si se prefiere, conjunto <strong>de</strong>elementos, <strong>de</strong>l tejido urbano don<strong>de</strong> se preserva la funcionalidad ecológica <strong>de</strong>l territorio”(FERIA & RAMOS, 2009).La mala gestión <strong>de</strong> estos espacios ya sea por cuestiones <strong>de</strong> carácter económico o <strong>de</strong> otro tipocomo por ejemplo la carencia <strong>de</strong> un marco <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nación a<strong>de</strong>cuado ha sido <strong>de</strong>terminante paraencontrarnos con ciuda<strong>de</strong>s claramente ineficientes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista ambiental. Suelenenten<strong>de</strong>rse estos espacios como el “negativo” <strong>de</strong>l espacio construido y no consi<strong>de</strong>rarlos comoelementos complementarios íntimamente relacionados en el plano físico y funcional. Unamuestra <strong>de</strong> este <strong>de</strong>sequilibrio es el marcado nivel fragmentario <strong>de</strong> las zonas ver<strong>de</strong>s en lamayoría <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s, el elevado nivel antrópico que soportan y el alto índice <strong>de</strong> presencia <strong>de</strong>plantas exóticas y alóctonas invasoras que contienen (SUKOPP & WERNER, 1991 citado porFERIA & RAMOS, 2009).El reconocimiento <strong>de</strong> la funcionalidad ambiental <strong>de</strong>l espacio libre, conduce necesariamente a unreplanteamiento <strong>de</strong> la forma en que por norma general se vienen or<strong>de</strong>nando los espacios urbanosy metropolitanos. No se pue<strong>de</strong>n seguir consi<strong>de</strong>rando estos espacios siempre como áreasresiduales disponibles para el crecimiento <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s pues constituyen un recursofundamental para la consecución <strong>de</strong> <strong>una</strong> <strong>de</strong>seable articulación armónica entre la ciudad y elentorno natural y rural (LLOP, 2003). A pesar que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l siglo XIX se han venido<strong>de</strong>sarrollando propuestas teóricas y mo<strong>de</strong>los urbanísticos que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n <strong>una</strong> visión mássostenible <strong>de</strong> la integración <strong>de</strong> la ciudad en su entorno y <strong>de</strong>l papel <strong>de</strong> los espacios abiertos, sepue<strong>de</strong> afirmar que la práctica común <strong>de</strong>l urbanismo no ha asumido aun <strong>de</strong> forma generalizadaestos presupuestos. No obstante alg<strong>una</strong>s experiencias <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nación han insistido para hablarya <strong>de</strong>l ecosistema metropolitano <strong>de</strong>l territorio como un conjunto. (FERIA, 2001 citado porFERIA & RAMOS, 2009).