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Patriarcas y Profetas - infonom

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408 PATRIARCAS Y PROFETASacercaban al altar para ofrecer un holocausto al Señor.En el primer departamento, o lugar santo, estaban lamesa para el pan de la proposición, el candelero o lalámpara y el altar del incienso. La mesa del pan de laproposición estaba hacia el norte. Así como su cornisadecorada, estaba revestida de oro puro, Sobre esta mesalos sacerdotes debían poner cada sábado doce panes,arreglados en dos pilas y rociados con incienso. Por sersantos, los panes que se quitaban, debían ser comidos porlos sacerdotes. Al sur, estaba el candelero de sietebrazos, con sus siete lámparas. Sus brazos estabandecorados con flores exquisitamente labradas y parecidasa lirios; el conjunto estaba hecho de una pieza sólida deoro. Como no había ventanas en el tabernáculo, laslámparas nunca se extinguían todas al mismo tiempo, sinoque [360] ardían día y noche. Exactamente frente al veloque separaba el lugar santo del santísimo y de lainmediata presencia de Dios, estaba el altar de oro delincienso. Sobre este altar el sacerdote debía quemarincienso todas las mañanas y todas las tardes; sobre suscuernos se aplicaba la sangre de la víctima de laexpiación, y el gran día de la expiación era rociado consangre. El fuego que estaba sobre este altar fueencendido por Dios mismo, y se mantenía como sagrado.Día y noche, el santo incienso difundía su fragancia por losrecintos sagrados del tabernáculo y por sus alrededores.Más allá del velo interior estaba el lugar santísimo queera el centro del servicio de expiación e intercesión, yconstituía el eslabón que unía el cielo y la tierra. En estedepartamento estaba el arca, que era un cofre de maderade acacia, recubierto de oro por dentro y por fuera, y quetenía una cornisa de oro encima. Era el repositorio de lastablas de piedra, en las cuales Dios mismo había grabadolos diez mandamientos. Por consiguiente, se lo llamaba

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