28 la fábula, la sátira y el epigrama (fedro, juvenal, marcial)cación política. Y, como materia satírica, deja en segundo término lacrítica social frente a la predicación filosófico–popular y a las pequeñasexperiencias. Otro autor relevante es Persio (siglo I d.C.) del quenos han quedado 6 sátiras. Siguiendo a Lucilio y Horacio, tomó sustemas de las diatribas estoicas, reavivadas con elementos del mimo.Pero el mérito de su trabajo es muy discutido. Por último, debemoscitar a Séneca (siglo I d.C.), autor de la única sátira menipea que nosha llegado completa, la Apocolocyntosis, una parodia de la apoteosisdel emperador Claudio en una calabaza.En cuanto al epigrama, igualmente es deudor a Ennio, quien ensu forma de dístico elegíaco lo incorporó. Gracias a Cicerón y Séneca,conocemos dos de ellos referentes a Escipión. También se noshan transmitido dos epigramas de Lutacio Catulo (siglo II a.C.) endísticos y algunos epigramas eróticos de Porcio Licinio, Pompilio oValerio Edituo. Ya en el siglo I a.C., los neotéricos también cultivaroncon entusiasmo y técnica refinada el epigrama de Calímaco: HelvioCinna, Licinio Calvo y, sobre todo, Catulo, que escribió numerososepigramas en dísticos elegíacos. Y, por último, en la colección conocidacomo Appendix Vergiliana, atribuida a Virgilio (siglo I a.C.) encontramostambién algunos epigramas. Con todo, los dos autores mássignificativos de la sátira y el epigrama respectivamente son de épocaun poco más tardía: Juvenal y Marcial.5.2 fedro (20-15 a.c. – 50 d.c.)Liberto de Augusto, se tienen pocos conocimientos sobre su vida.Su obra, Fabulae Aesopiae, se publicó en cinco libros bajo Tiberio,Calígula y Claudio. Y, aunque era un género ya conocido en Roma,sí constituyó una novedad escribir un libro de fábulas. Junto a lasfábulas de Esopo en sentido estricto, Fedro añade otros elementosanecdóticos tomados de fuentes griegas y tampoco faltan algunas desu propia invención. Para este autor, este género moralizador suponíael instrumento para decir a los poderosos la verdad. El lenguaje y estiloson sencillos y naturales cuando no trata de moralizar y, además,ocasionalmente, parodia el genus sublime. Escogió para la versificaciónel senario.Con todo, como él mismo aclara en el prólogo y en el epílogo, nole fue bien. Séneca parece que lo ignoró a propósito y el primero encitarlo fue Marcial. Su fama comenzó, pues, en época tardía desdedonde se abrió camino hasta llegar a la fábula literaria moderna. Elmovimiento neoclásico apreció el carácter edificante del género. Empezarona ser imitadas en prosa y en verso, y se usaron, como solíahacerse en la Antigüedad y en la Edad Media, como texto escolar. Porotra parte, en este siglo nació el más fiel imitador de Fedro de todos
5.3 juvenal (67? – 127? d.c.) 29los tiempos, el francés Jean de La Fontaine, que publicó sus Fables en1668. Al siglo XVIII pertenecen igualmente insignes fabulistas españoles,como Samaniego e Iriarte, que, aunque imitando directamentea La Fontaine, recogen la herencia literaria de Fedro.5.3 juvenal (67? – 127? d.c.)Procedente de Aquino, fue retórico. Las fuentes sobre su vida hablande un destierro en Egipto, pero es un hecho dudoso. Comenzóa componer en tiempo de Trajano, ya en edad madura. Sus16 sátiras se nos presentan en cinco libros, publicados por el mismoautor en ese orden. A su eficaz retórica se añade un drasticismo quese remonta a Lucilio y Horacio. Tiene cierta negligencia en el lenguajey en la construcción del verso así como en la composición que llegacasi a una disolución de la forma, porque lo que le interesa, sobretodo, es el asunto, la exposición de lo actual, de la realidad desnudaque él caricaturiza grotescamente. De este modo, se planta ante losvicios de su tiempo, más exactamente, ante los de la alta sociedadromana con su moral convencional y conservadora de provinciano.Construye cuadros costumbristas que son una generalización de cadacaso real y cada víctima se convierte en un ejemplo intemporalde la depravación humana. La Sátira VI es un buen ejemplo de esto,es un desfile de malas mujeres: la tirana doméstica, la sabionda, laenvenenadora,. . .Todo se nos presenta en pequeños cuadros agudamente observados:la pesadilla de la vida en la ciudad, los poetastros, la prostituciónhomosexual, la miseria de los clientes, el penoso estado de lasprofesiones intelectuales, la indefensión de la población civil ante laguardia. Siempre fue muy sentencioso, prueba de ello son la grancantidad de versus memoriales que su obra tan reducida (unos 4000versos) nos ha proporcionado.En la Edad Media, fue apreciado precisamente por su moralismodidáctico y, en el Renacimiento y Barroco, se cultiva mucho la sátiraen verso, especialmente en Francia. Autores barrocos como Boileau,Dryden o Pope son conocidos como satíricos ”clásicos”, herederos delos romanos. Su influencia en Quevedo fue notable.5.4 marcial (40? – 104? d.c.)Procedía de Bílbilis, junto a Calatayud, en la Hispania Tarraconense.Pasó su edad madura en Roma. Se abrió paso como literato