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Horacio Verbitsky Los retornos de Perón | Horacio Verbitsky, El ...

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Dejó el palco y se dirigió hacia el Hotel Internacional. Tampoco allí estaban los organizadores. Agotado, entró en suhabitación y se acostó. Golpearon a su puerta cuando aún no se había serenado.–Están torturando a los <strong>de</strong>tenidos, le dijo alguien.–¿Qué <strong>de</strong>tenidos?–<strong>Los</strong> muchachos que llevaron al palco. <strong>Los</strong> están golpeando. <strong>Los</strong> van a matar 63.Corrió 15 metros por el pasillo, hacia la izquierda <strong>de</strong> los ascensores. Frente a una habitación había varias personasque trataron <strong>de</strong> cerrarle el paso.–Mira loco, yo soy Leonardo Favio. Abajo está todo el periodismo <strong>de</strong>l mundo. A mí uste<strong>de</strong>s no me paran.Lo <strong>de</strong>jaron pasar. Golpeó la puerta.–Abran, gritaba.–Favio, quédate tranquilo, entra solo, le contestaron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro.Cuando la puerta se entornó Favio la empujó con el hombro y quedó <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la habitación. En las pare<strong>de</strong>s habíasangre. Seis hombres jóvenes estaban parados contra la pared, con las manos en la nuca, y otros dos tendidos en lacama, boca abajo. Mientras un custodio les apuntaba con un arma, otros les pegaban con manoplas, culatas <strong>de</strong>pistolas, trozos <strong>de</strong> mangueras y caños <strong>de</strong> hierro. Favio creyó que uno estaba agonizando. Imperativo, exigió queparara el castigo.–Uste<strong>de</strong>s la cortan aquí y yo me olvido <strong>de</strong> todo.–¿Cómo haces?–Digo que los golpeó la multitud enar<strong>de</strong>cida. Pero no los maten.Consiguió convencerlos. Estaba mareado y tenía náuseas, pero atinó a pedir los nombres <strong>de</strong> los ocho. Así les salvóla vida.–¿ Vos cómo te llamas?–Víctor Daniel Mendoza.Quiso anotar Víctor Daniel Mendoza en un papelito, pero no podía escribir. Alguien lo hizo por él. Cada uno dio sunombre: Luis Ernesto Pellizzón, José Britos, Juan Carlos Duarte, Alberto Formigo, Dardo José González, Juan JoséPedrazza, José Almada64.–A estos hijos <strong>de</strong> puta hay que reventarlos, amenazó uno <strong>de</strong> los torturadores. No se la van a llevar <strong>de</strong> arriba.Estaba <strong>de</strong>scontrolado. Las rodillas <strong>de</strong> Favio se quebraban. Volvía la angustia.–O los atien<strong>de</strong>n ya mismo o yo me mato, alcanzó a <strong>de</strong>cir, ahora lloroso.–¿ Vos te matas? preguntó azorado un hombre con una ca<strong>de</strong>na en la mano.–Esto no me lo olvido más. Quiero mirar <strong>de</strong> frente a mis hijos y si esto no se acaba ya mismo no voy a po<strong>de</strong>r.Tal vez por el <strong>de</strong>sconcierto, los apaciguó. Dejó plata para que les sirvieran café y cognac a los presos y salió <strong>de</strong> lahabitación para buscar un médico. No había ninguno pero pudo tomar un cognac y escribir varias copias <strong>de</strong> la lista <strong>de</strong>nombres. Las fue repartiendo en la Planta Baja <strong>de</strong>l hotel, una a cada rostro que le inspiró confianza.63. Leonardo Favio, <strong>de</strong>claración indagatoria ante la Policía Fe<strong>de</strong>ral.64. Declaraciones <strong>de</strong> los ocho <strong>de</strong>tenidos ante la Policía Fe<strong>de</strong>ral, el 21 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1973.<strong>Los</strong> ca<strong>de</strong>nazos recomenzaron en cuanto Favio cerró la puerta. Mientras lo golpeaban en la cabeza y la espalda suscaptores exigían que Formigo firmara que era comunista y que había sido sorprendido portando una ametralladora,datos visiblemente contradictorios. De González pretendían que se <strong>de</strong>clarara miembro <strong>de</strong>l ERP. A Pedrazza le<strong>de</strong>cían: "Tosco te mandó a vos". Con Mendoza fueron menos sutiles. Lo acusaron a golpes <strong>de</strong> manopla <strong>de</strong> militar enel ERP y en el Partido Comunista.–Ahora los llevamos al bosque y los regamos <strong>de</strong> plomo, le anunciaron a Almada.La plata <strong>de</strong>l cognac y el café corrió la misma suerte que la pistola Tala 22, los 100 pesos y el pañuelo que le quitarona Pedrazza; el reloj y los anteojos <strong>de</strong> Pellizzón; los 4.800 pesos y el encen<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> Almada; los 175.000 pesos quellevaba encima Britos y los documentos <strong>de</strong> todos.–Si les preguntan, uste<strong>de</strong>s dicen que el café estaba calentito y que gracias por el cognac, los instruyeron.Favio buscó el auxilio <strong>de</strong> algún policía en el hotel, pero en el territorio <strong>de</strong> Osin<strong>de</strong> no encontró un solo uniformado. Alvolver a la habitación sospechó que el reparto <strong>de</strong> golpes había continuado. Exigió que los presos pudieran sentarse ybajar los brazos, aguardó la llegada <strong>de</strong> una médica y recién entonces se fue a la Casa <strong>de</strong> Gobierno, don<strong>de</strong> loesperaban Cámpora (h) y el ministro Righi, con quienes había hablado por teléfono.Llegó a Buenos Aires cerca <strong>de</strong> las once <strong>de</strong> la noche y les narró lo que había visto.A la una y media <strong>de</strong> la madrugada <strong>de</strong>l 21 <strong>de</strong> junio, el invierno comenzó en la <strong>de</strong>legación Ezeiza <strong>de</strong> la Policía Fe<strong>de</strong>ralcon una llamada telefónica fuera <strong>de</strong> lo común, al 620-0119.–Aquí el coronel Farías, <strong>de</strong>l ministerio <strong>de</strong>l Interior. Comuníqueme con el oficial a cargo 65.<strong>El</strong> comisario Domingo Tesone acudió al teléfono:–Le hablo por indicación <strong>de</strong>l ministro <strong>de</strong>l Interior. Escúcheme bien...–Perdón coronel, pero antes <strong>de</strong>bo verificar la autenticidad <strong>de</strong>l llamado. ¿Dón<strong>de</strong> está usted?–Le habla el coronel Farías, número 38- 9027. Tengo ór<strong>de</strong>nes urgentes <strong>de</strong>l señor ministro.Colgaron. Tesone disco.–Ahora sí señor, lo escucho.–Debe constituirse <strong>de</strong> inmediato en el Hotel Internacional <strong>de</strong> Ezeiza. Con todas las garantías <strong>de</strong>l caso trasladar a los<strong>de</strong>tenidos a la Jefatura <strong>de</strong> la Policía Fe<strong>de</strong>ral. ¿Comprendido?–Afirmativo señor.

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